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25.2.07

Musulmanes Apóstatas del islam

Nace en Alemania una organización que promoverá la renuncia al islam.

Sólo una campaña internacional, sin apenas apoyo intelectual ni mediático, salvó «in extremis» hace apenas seis meses al afgano Abdul Rahman del verdugo, condenado a la horca por haberse convertido al cristianismo. A punto la ejecución, fue necesaria la gracia del primer ministro Karzai.

La cuestión es crucial para el islam: ¿Se nace o se hace uno musulmán? Sólo el segundo caso sugeriría que se pudiese deshacer. La ley de la suna lo excluye y dicta sin paliativos la muerte al apóstata. «La apostasía es alta traición y no requiere fatua ninguna, lo dice el propio Corán», explica la experta en el islam Melanie Kamp.

Comprometido en su acercamiento intercultural, Occidente pareció descubrir de repente lo que puede sucederle a una persona que decide abandonar la religión de Mahoma: una realidad «con la que se confrontan diariamente miles» en el mundo islámico, explica la jurista iraní Mina Ahadi.

Ahora, con la escritora y periodista turca Arzu Toker y «otros 40 apóstatas», Ahadi ha decidido salir del armario, fundar el Consejo de los Ex Musulmanes de Alemania y confirmar que han abandonado la fe de sus mayores, poniendo valientemente su foto bajo el título «Hemos abjurado», en una campaña que no es ninguna broma y que les puede costar más de un disgusto.

Hay libertades de expresión que se proclaman y otras que se pagan. La jurista iraní de Colonia Mina Ahadi, de 50 años, que fue primera en gritar a los radicales de Al Qaida e integristas de Milli Görös un «¡no en nuestro nombre!», se encuentra bajo protección policial desde que, con anunciar el lanzamiento de su campaña y organización, le han empezado a llover las amenazas de muerte. Sabe que el aire está caliente y en esas esferas se mata de verdad, pero no va «a dejar de dar la cara».

También la político verde Ekin Deligöz, que recientemente invitó públicamente a las musulmanas a quitarse el velo, o la vicepresidenta de la asociación Arzu Toker, que ha escrito sobre la necesidad de crítica en el islam y la discriminación de sexos, están bajo protección.

El nuevo Consejo Central de los Ex Musulmanes de Alemania quiere competir con el Consejo Central de los Musulmanes por un espacio público, hasta ahora capitalizado por una organización que dice representar a más de 3.3 millones de mahometanos en Alemania.

Ahadi no cree ni siquiera en esta cifra. Dice que ya de estudiante se dio cuenta de que «sólo era musulmana por la casualidad de haber nacido en una familia con esta fe», y cayó del caballo al llegar desde su pueblo a la universidad de Tabriz y levantarse el burka al comprobar que las estudiantes iraníes, hace 30 años, «iban en minifalda; eran los tiempos del Sha».
La escritora Arzu Toker dijo ayer, frente a las cifras oficiales, que «en Alemania no hay más de 30.000 estrictos creyentes; el resto somos todos nosotros».

«Degradación de la mujer»

El nuevo Consejo de Ex Musulmanes quieren dar apoyo al apóstata y ofrecer crítica al fiel musulmán y a la organización social imperante, especialmente el Consejo oficial presidido por Ayyub Axel Köhler, quien ayer no quiso expresarse sobre «algo cuyos motivos no entiendo», pero dijo respetar la existencia de alternativas.
Los motivos de Ahadi son en cambio criticar a esta organización, que viviría «inmóvilmente acomodada a las prácticas tolerantes occidentales y a las subvenciones», así como a una religión que entiende que «degrada a la mujer». El Consejo de los Musulmanes recibe apoyos financieros y reconocimiento político en Alemania.
Fuente: ABC

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