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1.4.06

El islamismo en España

Hace unos días publicaba un artículo en el Blog aparecido en el “Diario Sur” con titulo “El Islam retorna con fuerza en Andalucía”, donde según el informe existen en la actualidad mas de 100 mezquitas.
Hoy nuevamente tenemos que hablar sobre el tema en otras regiones de España.


SAN SEBASTIÁN. En lo alto de una cuesta empinada, las chilabas blancas, típicas del norte de Marruecos, comparten calle con las chapelas vascas. Las nubes aplastadas y grises sobre el barrio eibarrés de Jardines añaden más sordidez a un lúgubre viernes de diciembre. Son las dos de la tarde y los musulmanes de Éibar se dirigen sigilosamente a la mezquita de Ar-Rahma para llevar a cabo la oración del mediodía y escuchar el sermón que va a pronunciar el imán.

Aunque relativamente inferior a la del resto de las autonomías españolas, la comunidad musulmana vasca cuenta ya con 14 mezquitas repartidas entre Bilbao, Vitoria, Rentería, Azpeitia, Ermua, Zumárraga y Éibar.

Y conscientes, más que nunca, de que los musulmanes españoles están bajo sospecha, los responsables de la mezquita de Éibar no dudan en dar un portazo tras nuestro asomo de cabeza al interior del santuario. El presidente de la asociación islámica de este pueblo guipuzcoano, Ar-Rahma, se mostró especialmente esquivo desde el primer contacto: «Suelo hacer viajes de negocios a Arabia Saudí, si venís pronto puede que os reciba». El Mamoun, también principal suministrador de carne «halal» a las carnicerías vascas, no nos recibió y tampoco nos permitió entrevistar al imán de la mezquita: «No tenemos nada que decir y el imán es un inculto que no sabe hablar».

Conoceríamos las razones de este desaire un día más tarde en la mezquita de Rentería, donde fuimos calurosamente acogidos por los miembros de la Asociación Cultural Al-Mohsinin. Pero antes hicimos una parada en el pueblo de Ormaiztegui para conversar con Driss el-Missioui, marroquí originario de la ciudad de Kenitra, responsable de la mezquita de Zumárraga.

El «docto» imán de Mataró

Pese a haberse negado a llevarnos a la mezquita, El-Missioui reconoció que el imán de Mataró -antes de Alcorcón y en la actualidad detenido por orden del juez Garzón-, Samir Ben Abdellah, estuvo durante tres meses impartiendo doctrina entre los musulmanes de la Guipúzcoa profunda. «Cuando vimos su foto en el periódico, nos quedamos estupefactos. Aquí sólo hablaba de asuntos exclusivamente religiosos». El-Missioui nos explicó que en ningún momento observó signos de radicalidad en los discursos de Ben Abdellah. «De entre los imanes que han pasado por nuestras mezquitas, él es el más docto. Es un gran orador. Se enfurecía cuando la gente no venía a rezar. Siempre nos instaba a pedir a nuestros responsables que nos dieran cinco minutos para cumplir nuestro culto».

El-Missioui también relató que tras los atentados del 11-M, la presencia policial se hizo más notoria en su mezquita: «Vinieron agentes de la Policía y nos comunicaron que iban a instalar a una persona aquí para que revisara los contenidos de los sermones».

Durante los tres meses que duró su estancia en Zumárraga, Samir Ben Abdellah hizo vida de ermitaño en el pueblo y no se relacionó con nadie. «Le limpiábamos la ropa por turnos y hasta le hacíamos la comida, pero pronto empezó a exigir un aumento de salario. Nos decía que tenía hijos a los que alimentar y que los 300 euros que le dábamos no le bastaban», confiesa El-Missioui.

En la mezquita de Rentería, los responsables de la Asociación Cultural Al-Mohsinin inciden en lo mismo. «Aquí solamente estuvo dos veces en encuentros privados. En ningún momento observamos indicios de fundamentalismo en su comportamiento», explica El Hsen Ibiki, un marroquí de origen bereber que a duras penas consigue disimular el acento vasco que imprime a su castellano.

Cuando se les pregunta cómo llegó a Zumárraga, los responsables de la asociación islámica responden que fue a través de la mediación de El-Mamoun. «Cuando necesitamos un imán acudimos a Éibar y ellos lo solicitan en Madrid. En nuestro caso es diferente, llevamos siete ramadanes contratando a imanes en Marruecos. Nos suele costar unos mil euros».

La mezquita de Rentería es con diferencia la que más musulmanes aglutina. «En un viernes pueden reunirse unas 300 personas», espeta Abdelmajid, vicepresidente de la asociación. Tras cinco años de existencia, los responsables de esta asociación, impulsados por el Ayuntamiento, decidieron organizar una semana cultural para «enseñar a nuestros vecinos el verdadero rostro del islam».

Rentería, la más concurrida

La onda expansiva del 11-M no tardó en alcanzarles e, inmediatamente después, la Ertaintza colocó cinco furgonetas en la puerta de su centro. «El primer viernes tras los atentados detuvieron a cuatro argelinos en nuestra mezquita», cuenta Mhand Fatut, quién también revela haber visto en la mezquita, un par de veces, al último detenido sirio en Irún, Adnan Waki. «Venía los viernes a rezar pero no sabemos a qué se dedica. Este recinto es la casa de Dios y en la entrada no le pedimos a los musulmanes su DNI», añade.

Sobre la supuesta relación entre radicales islamistas y miembros de ETA, el presidente de la Asociación Islámica de Rentería rehúsa hablar del tema, argumentando que la mayoría de los inmigrantes magrebíes no se interesan por la política. «Es un asunto que no nos afecta, y los vascos nos tratan de forma exquisita. Nunca hemos tenido problemas de convivencia».

La fría mañana del domingo y el desastroso estado en el que ha quedado la mezquita de Assunah en Vitoria, tras la rotura de las cañerías del piso de arriba, no impide a los fieles acudir a la oración del mediodía. En la calle de Barrancal, en el casco viejo, se concentra la mayoría de la inmigración musulmana. Es una especie de Lavapiés condensado hecho de locutorios, teterías y carnicerías «halal». El imán de la mezquita, Mustafá Rghioui, afirma que al centro acuden personas de 14 nacionalidades y no oculta su pertenencia a la organización Tabligh. «Esto lo puedes escribir. Pertenezco a esta corriente islámica y junto a varios hermanos salimos en grupos para aconsejar a los jóvenes musulmanes y pedirles que no beban alcohol, que no roben y que vengan a rezar». Originaria de Nueva Delhi, la organización Tabligh reivindica un islam que se imponga al individuo en todos los órdenes de la vida. Su presencia en España se ha detectado en Extremadura, Cataluña, Andalucía y en la Comunidad Valenciana.

Al igual que el resto de la comunidad musulmana en el País Vasco, el imán de la mezquita de Vitoria dice no tener opinión sobre el conflicto vasco. «Nosotros no entendemos nada de política, venimos aquí a trabajar y sólo pretendemos cumplir tranquilamente nuestros cultos».

Texto,AIMAN ZOUBIR

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