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1.11.06

Jihadistas reduciendo al enemigo

Ha ocurrido de nuevo. Inmediatamente después de la ira musulmana contra el Papa Benedicto XVI - que condujo a disturbios y tres episodios de asesinato de cristianos - un profesor en Francia ha tenido que ocultarse tras recibir amenazas de muerte. ¿Su ofensa? Publicar una columna en el rotativo francés Le Figaro en la que caracteriza al profeta musulmán Mahoma como "un líder de guerra sin piedad, un saqueador, asesino de judíos y un polígamo".

Redeker decía que una de las amenazas recibidas afirma que "nunca te sentirás seguro en esta Tierra. 1.300 millones de musulmanes estamos dispuestos a matarte". Mientras las amenazas de muerte se sucedían, todo el mundo abandonaba a Redeker. El propio profesor observaba que el Ministerio de Educación de Francia "ni siquiera se ha puesto en contacto conmigo, ni siquiera se ha dignado a contactarme para ver si necesito ayuda alguna".

El editor jefe de Le Figaro, Pierre Rousselin, declaraba en Al-Jazira que había cometido un error al publicar el artículo de Redeker, y se apresuraba a garantizar al mundo islámico que el artículo no refleja la opinión del diario.

No está claro qué es lo que enfurece a aquellos que amenazan a Redeker. ¿Respondían que había mentido acerca de Mahoma? Si es así, tienen que razonar el hecho de que muchos musulmanes en todo el mundo parecen estar de acuerdo, sin salvedades, en que Mahoma era "un líder de guerra sin piedad, un saqueador, un asesino de judíos y un polígamo".

Como explico en mi próximo libro, La verdad sobre Mahoma, los muyahidínes de todo el mundo parecen tener al Profeta del Islam como la personificación de los rasgos que ellos intentan representar. Han proporcionado abundantes pruebas de esto en los últimos años:

Líder de guerra sin piedad:

El 5 de septiembre del 2003, el jeque Ibrahim Mudeiris invocaba una de las batallas de Mahoma, una expedición contra el imperio bizantino conocida como la Batalla de Tabouk, al referirse a la guerra de Irak en un sermón difundido por la Autoridad Palestina: "Si nos remontamos 1400 años en el túnel del tiempo, descubriremos que la historia se repite...

Bizancio representa a América en Occidente... América colapsará, al igual que Bizancio colapsó en Occidente...

El Profeta [Mahoma] pudo conquistar Bizancio por medio de filas sin fisuras, potencia en comparación con la América de hoy en día -- y esto sin un sólo mártir como baja entre los musulmanes...
El Profeta, por medio de la unidad en las filas musulmanas y su despertar, pudo derrotar a la América de la época... América es nuestro enemigo número 1, y veremos a nuestro enemigo número 1 mientras aprendemos las elecciones de la Batalla de Tabouk [que tuvo lugar en octubre del 630 DC]: 'Preparaos para ello con cualquier fuerza armada y barrera que podáis [Corán 8:60].
Estamos preparados y dispuestos, pero la victoria depende de Alá…"

El 21 de noviembre del 2003, musulmanes entraban en tropel en la mezquita central de la carretera de Maiduguri tras el sermón del viernes en la ciudad nigeriana de Kaduna, exigiendo la implementación de la sharia y distribuyendo pegatinas que rezaban "La única solución es la jihad, el tipo de jihad puesta en práctica por el Profeta Mahoma y ejemplificada por Shehu Usman Dan Fodio y el difunto ayatolá Jomeini de Irán.

Los musulmanes debemos unirnos y usar este concepto de jihad que sin duda nos dará el poder de destruir la opresión y a los opresores y establecer el Islam en su lugar".

En octubre del 2004, el jeque Aamer Bin Abdaláh Al-Aamer escribía esto en el diario de Al-Qaeda online Sawt al-Jihad: "Lleva a cabo la jihad contra tus enemigos con [tus propias] manos, sacrificad vuestras almas y vuestras propiedades para combatir al enemigo, a imitación de [los actos de] vuestro Profeta [Mahoma] en el mes del Ramadán [y con el fin de] reducir a tus enemigos".

Fawwaz bin Mohammed Al-Nashami, comandante del grupo jihadista que asesinó a 22 personas en el atentado de Jobar, Arabia Saudí, el 29 de mayo del 2004, decía que actuó según los deseos de Mahoma para Arabia: "Somos muyahidínes y buscamos americanos.

No hemos venido para apuntar ningún arma a musulmanes, sino para purgar la Península Arábiga, según la voluntad del Profeta Mahoma, de infieles y politeístas que matan a nuestros hermanos de Afganistán e Irak...
Comenzamos peinando el lugar buscando infieles. Descubrimos cristianos filipinos. Los degollamos y lo dedicamos a nuestros hermanos los muyahidínes de las Filipinas.
[De igual manera], descubrimos ingenieros hindúes y también les cortamos el cuello, que Alá sea loado.
El mismo día, purgamos la tierra de Mahoma de muchos cristianos y politeístas".

En los últimos días de las presidenciales americanas del 2004, un orador musulmán invocaba a Mahoma para denunciar la democracia: "Nuestro Profeta no se presentó a ninguna elección para el cargo... No ganó ningún debate político. [En su lugar] ganó la guerra contra los infieles".

En un artículo de enero del 2005 en Arab News, el columnista Adil Salahi recordaba a sus lectores que Mahoma nunca declaró la guerra a un pueblo sin invitarles primero a convertirse al Islam: "Durante la vida del Profeta (que la paz sea con él), la comunidad musulmana tuvo que librar muchas batallas, porque había muchas fuentes de peligro y muchos detractores aficionados a suprimir la creciente voz del mensaje islámico.

El Profeta se aseguró de que en ninguna de estas batallas los musulmanes superaran los límites de lo que es legal en el Islam.... No lanzó un ataque sin alertar al enemigo y pedirle que aceptara el Islam y viviera en paz con el estado musulmán".

El líder musulmán londinense Hani Al-Sibaai justificaba en febrero del 2005 las masacres perpetradas por los muyahidínes de Al-Zarqawi en Irak: "¿Se basa esta gente en la ley islámica o no? Ellos afirman hacerlo y cumplirla, dicen que masacrar aparece en un hadith del Profeta, que procede del jeque Ahmed Shaker.

El Profeta decía a la tribu Quraysh: 'os traigo la muerte', haciendo este gesto. Pero estos temas religiosos que pueden discutirse... El Profeta se ensañó y sacó los ojos al pueblo de la tribu 'urayna.
Simplemente eran un grupo de ladrones que robaba a los pastores, y el Profeta les arrancó las uñas y los arrojó a la zona de Al-Hrara, y les dejó morir.
Les cegó y les cortó los miembros alternativos. Esto es lo que hizo el Profeta en un tema de ligera importancia - ni siquiera en guerra".

Saqueador:

El 28 de marzo del 2003, el jeque palestino Mohammed Abú Al-Hunud advertía en otro sermón difundido por la televisión de la Autoridad Palestina que aquéllos que intentan "arruinar el libro de Alá, [intentan] americanizar la religión, americanizar el Corán, americanizar el mensaje de Mahoma..."

En caso de duda acerca de a qué se refería con esto, es que el mensaje del Corán y de Mahoma estaba siendo manipulado y privado de sus componentes violentos. A propósito de los americanos en Irak: "Alá, convierte sus posesiones en botín para los musulmanes, Alá, aniquílalos a ellos y a sus armas, Alá, convierte en huérfanos a sus hijos y en viudas a sus esposas..."

Tan recientemente como noviembre del 2003, la página web del Departamento de Asuntos Islámicos (IAD) de la Embajada de Arabia Saudí en Washington contenía exhortaciones a los musulmanes a emprender la jihad violenta en emulación de Mahoma, y citaba las palabras de Mahoma a propósito del saqueo: "quienquiera de Mis esclavos que salga a la lucha buscando Mi placer, le garantizo que compensaré su sufrimiento con recompensas y botines (durante su vida) y si muere, le perdonaré, tendré clemencia con él y le permití que entrar en el Paraíso".

Asesinato de judíos:

Un jihadista explicaba que el conflicto palestino israelí es más que un simple conflicto nacionalista por tierra: "pero todos estos pueblos no se dan cuenta de que nuestra lucha contra los judíos se remonta atrás, desde que el primer estado islámico fuera establecido en Medina con Mahoma el Mensajero enviado a toda la humanidad como su líder.

Alá nos relata en el Corán la realidad de la perversión y el odio de los judíos a la umma del Islam y el Tawhid, como dice: 'Ciertamente descubriréis que el pueblo con la mayor animadversión hacia los fieles son los judíos y los politeístas' (Surah Al-Maa'idah: 82) [Corán 5:82].

En julio del 2006, un redactor del British Muslim Internet afirmaba: "Estoy tan harto de estos asquerosos y sucios perros israelíes. Que Alá les maldiga y los destruya a todos, y que afronten el mismo destino de los Banu Qurayzah".

Esta fue la tribu judía árabe masacrada por órdenes de Mahoma, y con su participación, después de que se le hiciera creer que le habían traicionado. El primer biógrafo de Mahoma, Ibn Ishaq, cifra el número de muertos eran "600 o 700 en total, aunque algunos lo sitúan en 800 o 900".

Polígamo.

Nadie discute que Mahoma tenía muchas esposas. Las páginas web que practican la apología musulmana no niegan el hecho, sino que lo celebran: Islam Online afirma de las mujeres de Mahoma que "daban consejo a su esposo cuando lo necesitaba, acudían con él a la batalla a curar al herido y le acompañaban en sus viajes. Preservaban la memoria de los detalles íntimos de su vida marital con el fin de educar a las generaciones posteriores en las normas de la purificación y las relaciones entre esposos".

Esto no son ataques de "islamófobos". Son declaraciones de la gente que se considera reconocible y piadosamente musulmana, que ni soñaría con insultar a Mahoma.
También vale la pena notar que al menos aquellos que hablan en sermones televisados parecen asumir que su audiencia musulmana también sabe y acepta que Mahoma se comportaba del modo que ellos dicen que se comportaba.
Tampoco hubo ninguna protesta contra estas declaraciones u otras similares por parte de otros musulmanes en ninguna parte del mundo islámico. Así que, ¿por qué teme Robert Redeker por su vida tras las amenazas de muerte por decir, en la práctica, lo que muchos musulmanes de todo el mundo dicen en persona?

Se diría que su principal crimen fue decir estas cosas siendo no musulmán y a modo de desaprobación. Esos musulmanes que han difundido amenazas de muerte contra Redeker parecen estar intentando extender el pilar islámico tradicional que prohíbe a no musulmanes en un estado islámico insultar a Alá o a Mahoma, o cualquier debate crítico acerca de Mahoma con no musulmanes.

Parece aceptable que los no musulmanes hablen de Mahoma, siempre que hablen como si fueran fieles, o con la sensibilidad que los fieles muestran en sus consideraciones. Incluso el presunto portavoz musulmán moderado Akbar Ahmed, de la American University, recomienda algo así cuando habla de la furia contra el Papa Benedicto XVI.

Ahmed condiciona su apoyo a la libertad de expresión con un llamamiento a ser sensible a las consecuencias de hablar libremente: "Aunque apoyo totalmente la libertad de expresión y la libertad de discurso, y habiéndolo dicho públicamente, todos nosotros necesitamos ser sensibles a la cultura y las tradiciones de otros credos.
No estoy hablando de debates puramente académicos o idealistas, sino de la posibilidad de que gente pierda su vida como resultado de algún presunto ataque contra la fe cometido en alguna parte del mundo.

Creo que las vidas perdidas y las propiedades destruidas - incluyendo mezquitas e iglesias - tras la controversia de las viñetas danesas podrían haberse evitado de haber tenido la gente más compasión y sentido común al comienzo de la crisis". (Las declaraciones de Ahmed de "mezquitas e iglesias" son curiosas, puesto que aquéllos enfurecidos por las declaraciones del Papa destruyeron iglesias en Gaza, el West Bank, y Nigeria. No destruyeron ninguna mezquita).

Ahmed parece decir en la práctica que los no musulmanes deberían tratar con ligereza los demás islámicos simplemente porque pueden provocar violencia. Pero si alguien reacciona con violencia a las palabras de otro, particularmente si son inofensivas viniendo de alguien más, el problema se encuentra en el que reacciona, no en el que habla.
Las amenazas a Redeker, seguidas con tan poco tiempo después de la furia global contra el Papa, son otro ejemplo más de la tentativa jihadista por asustar e intimidar a Occidente en un silencio de censura.

Esto hace aún más crucial, en estos tiempos arriesgados, que la gente libre se pronuncie.

ROBERT SPENCER

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