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12.7.08

Negar las raíces cristianas de Europa es como negar el Holocausto

Philippe Némo, Filósofo y Politólogo, Némo participa en El Escorial en un curso de verano de la Complutense.
Nacido en 1949, Philippe Némo es profesor de Filosofía e Historia de las Ideas Políticas en la Escuela Superior de Comercio de París (ESCP-EAP). De él se ha dicho que "sería el filósofo perfecto de Rajoy". Su libro ¿Qué es Occidente? se ha publicado en 10 lenguas.
Asegura que el cristianismo, al negar el paraíso en la tierra, es el mejor antídoto contra las utopías destructivas.


En España la gente tiene fuertes convicciones pero no es muy capaz de explicarlas. En todo caso parece que la izquierda lo hace mejor. No sé si es más difícil saber por qué la izquierda piensa como piensa o saber por qué la derecha no piensa.

Es algo universal, y sucede también en Francia. El problema sociológico es que muchas personas de derecha no están en trabajos intelectuales. Para explicarse hay que tener cierta cultura.
Santo Domingo creó la orden dominicana para combatir la herejía cátara, y quiso que los hermanos fueran a la universidad, porque no se puede predicar sin un bagaje. Esa es la primera razón.
La segunda es que mucha gente de derechas piensa simplemente que las cosas son como son por naturaleza y que no hay más que explicar. Yo distingo tres polos políticos, la derecha, la izquierda y lo que llamo la democracia liberal. Son tres paradigmas, tres modelos de sociedad con su modelo de orden social.

La izquierda piensa que el orden social es algo puramente voluntario e intelectual, y quiere imponerlo a la sociedad.
La derecha piensa que hay un orden natural, y por eso no necesita pensar sobre él.
Y lo que yo llamo la democracia liberal la forman las personas que piensan que el orden social más eficaz es el del pluralismo.
Todas las grandes doctrinas liberales modernas consisten en mostrar que la libertad produce orden, y no desorden. Tanto la libertad de pensamiento, de conciencia, como la libertad política que genera la democracia, y la libertad económica que genera el mercado. Esos son los auténticos paradigmas del debate europeo.

En realidad, hay tanta distancia entre la derecha y los demócrata-liberales como entre la derecha y la izquierda, o entre la izquierda y la democracia liberal. Son tres ángulos de un triángulo, por así decirlo.

Dado que las democracias funcionan con mayorías, hay coaliciones heterogéneas. A veces la izquierda se une con los demócratas liberales contra la derecha reaccionaria; a veces se alía la derecha reaccionaria con los demócratas liberales contra la izquierda; y a veces izquierda y derecha se alían contra los demócratas liberales, como sucede en Rusia, donde hay una alianza rojinegra. El juego parlamentario busca mayorías y obliga a juntarse a gente que no piensa lo mismo.

- "Los países se desarrollan gracias al liberalismo. Las fórmulas de derecha o izquierda han fracasado".

La izquierda pudo sufrir una crisis con el hundimiento de la URSS, pero parece haber sobrevivido transformándose con nuevas ideologías...

- Quizá dice eso porque la izquierda ha ganado en España.
En comparación con los franceses, italianos e incluso alemanes, los españoles son más bien pesimistas, y yo quisiera transmitir un mensaje optimista. El futuro, en el mundo entero, es de la democracia liberal. En todo el mundo los países emergentes se desarrollan gracias al liberalismo, no gracias a las ideas de izquierda. Históricamente, el mundo moderno ha emergido por la aparición de las democracias liberales que han reconocido libertades como factores de orden superior: factor para producir la ciencia, para producir la paz, porque la democracia hace posible la sustitución pacífica de los gobiernos, y esa es la diferencia con la Edad Media, donde cambiar el gobierno significaba la guerra. Evidentemente, el mercado también se ha hecho posible. Eso es el mundo moderno.

Ha habido dos fuentes de oposición a esa modernidad, por parte de quienes no comprendían esta emergencia. Una de ellas es el intento reaccionario de derecha, y la otra es el intento revolucionario de izquierda. Ambos intentos han fracasado. Una de ellas generó el fascismo y la otra el comunismo. Ambos modelos fracasaron.
El fascismo como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y el comunismo como consecuencia de la Guerra Fría. Pero los dos han fracasado. ¿Qué queda? Un modelo liberal.

Evidentemente se puede discutir en base a distintas fórmulas: un poco más de esto, un poco más de aquello. Pero el consenso político, en Inglaterra o EEUU, donde hay partidos que se oponen, pero están fundamentalmente de acuerdo sobre el sistema social.
Esa pacificación ha llegado también a Francia, y a España también, aunque es cierto que si todas las universidades (españolas) están en manos de la izquierda, contarán la historia de otra manera. No querrán comprender lo que le estoy diciendo, continuarán creyendo que lo malo es consecuencia de que no hay suficiente socialismo. Pero en el fondo no cabe ninguna duda de que el futuro es de la democracia liberal y que las fórmulas de derecha o de izquierda han fracasado.

- "La izquierda surge del marxismo y de la francmasonería, que es una religión milenarista".

Usted habla de elementos fundamentales de la civilización occidental. A veces la pasividad de la derecha procede de pensar que esos elementos son inamovibles. Por ejemplo el matrimonio: cuando se dice que es una institución natural, algunos, incluso católicos, piensan que simplemente con dejarse llevar tenemos el matrimonio. La realidad, en cambio, es que por mucho que se base en la naturaleza, el matrimonio es un producto cultural que ha costados dos mil años elaborar. Por así decirlo, ha costado dos mil años conseguir que los hombres se propongan y logren ser fieles a sus mujeres, y que el modelo social apoye este esfuerzo cultural. ¿En qué medida es Occidente un producto natural y cultural?

Occidente se ha construido en un proceso histórico, es una construcción. El hecho de que mi libro ¿Qué es Occidente? se haya traducido a 10 lenguas, incluido el chino, me parece que muestra que los europeos, los occidentales, sienten la necesidad de tomar conciencia de lo que les une y lo que les distingue. Y eso es un conjunto de valores que han hecho posible el desarrollo del mundo moderno. No son ni cosas naturales, ni tampoco cosas que se puedan cambiar a voluntad. No responde ni al modelo natural ni al modelo artificial.
Es una producción de la historia, que es preciso conservar, que hay que desarrollar, pero sin suprimirla.

En septiembre publicaré un libro titulado Las dos Repúblicas francesas, que precisamente surge a partir de un artículo que publiqué en español. He estudiado el origen de las ideologías de izquierda en Francia. Se suele pensar que su origen es el marxismo, pero lo es igualmente la francmasonería, en tanto que laboratorio. Es una especie de religión sustitutiva, una herejía del cristianismo, que es común al socialismo y el marxismo, a la que llamo milenarismo. Es una doctrina surgida en la antigüedad y en la Edad Media, derivada de una lectura literal del Apocalipsis, pensando que se puede establecer el paraíso en la tierra durante mil años...

- Como pensaba Joaquín de Fiore (1135-1202)...

Joaquín de Fiore era moderado, porque esperaba la llegada de ese paraíso, pero no quería matar a todos los malos para lograr que llegara. En cambio, las revueltas populares sangrantes milenaristas pretendían matar a todos los ricos y a todos los malos, pensando que así llegaría el reino de Dios. Son la raíz de todos los movimientos milenaristas modernos, no sólo de izquierda, también de extrema derecha. Hitler también pensaba en un Reich de mil años. Hay un mito en Alemania sobre el rey de los últimos días, que reinará en un paraíso.

La izquierda está persuadida de que hay que cambiar el alma del hombre y la sociedad. Que eso generará un mundo nuevo. Los francmasones, en Francia, tenían como objetivo destruir la familia. Porque es algo del pasado, y se pretende una novedad fundamental. La pretensión marxista dice lo mismo en claves socioeconómicas. Pero el resultado es el mismo. La familia natural es un obstáculo en tanto que intermediaria entre el individuo y la sociedad. De ahí todas las pretensiones de matrimonio gay, el PACS en Francia, que se puede separar y rejuntar a voluntad, la preferencia por que los hijos vengan de cualquier parte menos del matrimonio... Para los demócratas liberales es esencial comprender que detrás de todo eso hay un proyecto destructivo, porque niega todo lo que la historia ha construido, y lo hace en nombre de una utopía religiosa.

Los pueblos europeos han sido religiosos, la gente busca la salvación (y de ahí que les atraigan las utopías). Si la Iglesia no es capaz de hablar un lenguaje moderno, estas religiones alternativas tomarán fuerza y legitimidad, porque los europeos son gente que quiere mejorar el mundo, y serán las utopías las que se los lleven de calle.

- ¿El igualitarismo de Zapatero no le parece entonces original? ¿Es simplemente un Savonarola más?

Por supuesto. Es una ideología extremadamente peligrosa, fascista, que conducirá a la ruina de la civilización y probablemente también a la ruina de España, no lo sé... si no se le resisten.
Lo digo en serio. Vea lo que sucede con la educación. Los españoles hicieron al final del franquismo el mismo error ideológico que los franceses. Aplicaron el modelo de la escuela única, que impide formar sabios.
Desde la Antigüedad, para formar sabios había una educación primaria, segundaria y superior, que comenzaba a los 10 años con el estudio de las artes liberales, que hacían aptas a las personas para comprender las ideas de la educación superior: del derecho, la medicina, etc. Sin esa preparación, no es posible la enseñanza superior y la sabiduría, los cerebros no están preparados.

La escuela única destruye esa posibilidad, porque, por mucho que lo lamentemos, es imposible que todos los niños sigan el mismo procedimiento. Ese error utópico revolucionario que pretende lo mismo para todos, lleva a que los niños no sean capaces de desarrollarse. El resultado es destruir la matriz que ha formado los grandes pensadores, artistas, etc. Y eso perjudica al pueblo, porque necesitamos sabios y expertos, buenos médicos, químicos. La utopía perjudica a la mayoría de las personas, es antipopular, criminal, va contra aquellos a quienes dice representar.

- Antes decía que era optimista y ahora dice que la civilización va hacia su ruina...

No, no, en absoluto. Soy pesimista en el sentido de que esa política socialista se ha llevado a cabo no sólo en Francia, sino también en España, en Italia, Suecia, se ha intentado en Alemania, pero ahí es imposible porque la enseñanza está descentralizada, y si un Land pretendiera imponer la escuela única los padres se marcharían a otra región, así que ningún Land se atreve a tomar la iniciativa.
El resultado es que hoy todos los hombres capaces de Europa terminan marchándose a América del Norte. Por otra parte hay países emergentes, como China, que ya están en plena carrera espacial, hay otro polo, y Europa corre el riesgo de hundirse entre esos dos polos de América y Asia, lo que tendría sus consecuencias, también en la economía y la industria.
La debilidad en la educación es muy grave y es un fenómeno paneuropeo que da motivo para el pesimismo. Pero el motivo para el optimismo es que cada vez hay más gente que es consciente de ello, incluso en Francia, que ya han comenzado a reaccionar.

El principal motivo de optimismo es que los modelos fascista o colectivista-comunista ya no existen. Su fuerza, la fe que mueve montañas, la gran utopía marxista en la que la gente creía, y que era creíble, porque nunca había sido intentada, ya ha sido intentada y hemos visto su fracaso. Por eso soy optimista, porque pienso que la gente es inteligente, que se les pueden meter ideas falsas en la cabeza, pero reflexionan, tienen televisión, están en contacto con el mundo... Si los chinos se han desarrollado es gracias al mercado, no al comunismo. Así que incluso los hombres más destruidos tienen cabeza. Pero lo que falla son los medios de comunicación y la escuela, que les dan modelos falsos.

- ¿Los valores occidentales, han decaído frente al relativismo a consecuencia del pesimismo generado por la Segunda Guerra Mundial, o por rendirse al nihilismo de mayo del 68, o por el permisivismo consecuencia por ejemplo del aborto?

No estoy de acuerdo ni con la constatación ni con la explicación de esa decadencia. No comparto ese pesimismo. Quizá sea algo derivado del carácter más sombrío de los españoles. Yo no lo percibo ni en Francia, ni en Alemania, ni en Suecia, ni en Grecia, de donde ahora vengo. No hay pesimismo metafísico. En cambio, sí hay pesimismo político.
Por ejemplo los franceses eligieron a Sarkozy, pero luego constatan que no hace nada porque no puede hacer nada. Hay por tanto pesimismo sobre la capacidad de los políticos de cambiar las cosas y escapar a las oligarquías.

El caso de Francia es algo especial porque la mitad de la población vive a expensas de la otra mitad. El sector público está tan desarrollado que no se trata de prestar servicios a gente que los paga, sino que se trata de servicios que nadie pide y que vienen impuestos por el pago de impuestos, valga la redundancia, y son de una calidad que nadie reconoce.

Desgraciadamente, los políticos son prisioneros de ese estado de cosas porque si pusieran en duda esa oligarquía serían eliminados por todo tipo de mecanismos: les llamarían fascistas, dirían que han robado dinero para comprar un piso. En Francia los medios de comunicación están dominados por la izquierda, y la izquierda en Francia ya no se apoya sobre los proletarios, sino sobre los funcionarios. Es el partido de los funcionarios. Desde ese punto de vista hay un gran pesimismo.
Hay un reciente estudio sobre el estado de ánimo de la juventud en los distintos países del mundo, y el país más pesimista es Francia. Yo lo veo en la universidad: mis estudiantes están tristes, y no tienen razones objetivas para estarlo. Doy clase en una escuela superior, cuyos alumnos pueden elegir, al salir, al menos entre cuatro o cinco empleos. Pero antes además de las perspectivas de empleo sabían que cada vez se les pagaría mejor, había fe en el desarrollo. Pero ahora se les dice que Francia está en declive. No es que sean privilegiados, porque es una escuela en la que se entra por méritos, pero tienen la seguridad de un empleo al salir, y sin embargo son pesimistas. Pero no es el pesimismo metafísico que usted dice, sino un pesimismo político derivado del sentimiento de parálisis.

- "El mérito del cristianismo es hacernos responsables para mejorar el mundo empezando por uno mismo".

Volvamos entonces a ese pesimismo metafísico: ¿cuándo le tomó delantera el relativisimo a la cultura occidental?

Es cierto que el relativismo y el nihilismo han producido ese pesimismo. Pero pienso que ha terminado. Ningún pensador del 68 ha podido producir nada después. Ese nihilismo se agotó por sí mismo y ahora, por el contrario, vemos que los valores de honestidad, del arte, de la ciencia, la verdad, son valores permanentes y eternos. En cambio el cinismo, el maquiavelismo, el “viva la muerte”, todo eso ha desaparecido. Fue una moda pero no fue sostenida por ninguna escuela filosófica prestigiosa.
En Roma di una conferencia titulada La sinrazón del ateísmo moderno. Los dos papas últimos lanzaron una reflexión sobre fe y razón, porque la fe es conforme con la razón, aunque no se detiene en ella. El Papa actual organizó este año coloquios universitarios con filósofos, y di esa conferencia, en la que mostré que desde hace algo más de dos siglos, desde la Ilustración, hay grandes corrientes ateas, que todas ellas tenían buenas razones, pero ninguna de ellas aportó nuevas perspectivas. Todas se agotaron.
Nietszche se agotó, Heidegger también. El marxismo desembocó en el horror del GULAG y de la Unión Soviética. Filosóficamente, para la gente que reflexiona, ninguna de esas grandes corrientes (ha sido obstáculo para la fe). Ni siquiera la ciencia, porque no va contra la fe. La corriente francesa del positivismo creía que la ciencia lo explicaría todo y que en consecuencia todo cuanto se basara en valores sería destruido por la ciencia. Pero la ciencia nunca ha llegado a explicar la aspiración espiritual del hombre, ni ha remplazado esa perspectiva moral y religiosa del hombre por una sabiduría más sólida.
Las grandes vías nihilistas se agotaron por sí mismas, concluyeron en la nada, en el silencio del ateísmo. Y la palabra de Dios puede oírse de nuevo.

¿Cuál es el papel del cristianismo en un occidente laico, que no laicista?

Da al hombre las pautas para su comportamiento moral, tanto individual como colectivamente: querer mejorar el mundo, asistir a los pobres, mejorar la vida pero sin creer jamás que el medio para lograrlo es la destrucción y el odio, porque el mal en primer lugar está dentro de cada uno de nosotros.

El mérito del cristianismo es que nos hace responsables: para mejorar el mundo no hay que acusar a otros, hay que ver qué más puede hacer uno mismo. La cuestión religiosa fundamental es saber que Dios nos ha creado y preguntarse en consecuencia qué espera de nosotros. No es que yo diga que el cristianismo sea la única creencia, pero es la mayor actualmente y sigue siendo perfectamente válida hoy. Por eso existe también una responsabilidad por parte de la Iglesia.

En la Iglesia hay varios niveles: hay un nivel teológico fundamental, y luego hay un nivel social y humano. Puede suceder que lo que aparezca a nivel social sea una caricatura, producida por ejemplo cuando algunos responsables de la Iglesia sostienen tesis económicas contra el mercado. Eso fue cambiado por Juan Pablo II, que venía del comunismo e hizo justicia a la economía de mercado, pero muchos eclesiásticos no han comprendido bien eso y mantienen un discurso desafiante contra los empresarios, contra los capitalistas, cuando deberían animarles, porque son necesarios para producir, para crear empleo.

De modo que el mensaje de la Iglesia puede aparecer como demasiado duro, también en otras cuestiones morales. Esto sucede por la falta de cultura de muchos eclesiásticos, que no distinguen lo que procede del Evangelio de una moral que en realidad procede de Aristóteles, que no era cristiano, pero de quien tomó la moral Santo Tomás de Aquino. Todo el mundo debe hacerse responsable y corregir sus defectos, también la Iglesia.

Incluso Zapatero aceptaría que los cristianos son buena gente. Pero dice que lo que quiere evitar es que la presencia de los cristiano ofenda la sensibilidad de los que no lo son, por ejemplo al toparse con una cruz en la calle...

Eso es una idea utopista de origen francmasón. Los francmasones no son laicos, sino laicistas, son gente que tiene otra religión y son intolerantes, porque como son revolucionarios, quieren cambiar el hombre y la sociedad, y sólo pueden hacerlo si todo el mundo les cree. Por eso todo el mundo debe creer que el mundo actual es insoportable. Si la Iglesia dice que el mundo es soportable, y que la justicia absoluta sólo se alcanzará en el cielo, esa religión es un peligro para el milenarismo, porque lo hace inoperante. Por eso la izquierda no es laica, es laicista. Hace, contra la religión, una auténtica guerra de religión.

Zapatero es un ignorante, porque las cruces que hay por todas partes en España son símbolo de todas las construcciones históricas occidentales. Si suprime las cruces, lo que hace es negar las raíces cristianas de Europa.

Chirac se opuso a que se mencionaran en la constitución europea las raíces cristianas, pero lo hizo porque es francmasón y porque estaba amenazado.
Toda la prensa francesa está financiada por los socialistas francmasones, no sólo financiada, sino que ellos hacen la prensa en Francia, y en consecuencia Chirac podía ser tratado de clerical reaccionario. Pero negarlo no es sólo un error. Si la cuestión fuera saber si Europa es cristiana, podemos discutir sobre ello, porque evidentemente no todos los europeos son cristianos.

La cuestión eran las raíces cristianas de Europa. Pues bien, aunque no quedara hoy en Europa ni un solo cristiano, no dejarían por ello de existir las raíces cristianas de Europa. Negar eso se llama revisionismo. Es tan grave como el revisionismo que consiste en negar la Soah (el Holocausto). Consiste en negar la historia, en rechazar la historia.

Si los musulmanes vienen a Europa, deben aceptar las cruces, y no sólo aceptar las cruces, sino a ser posible convertirse, o al menos convertirse a los valores que representa la cruz. Si no, pueden quedarse en sus casas.


Hoy Europa es colonizada por el mundo musulmán, o corre el riesgo de serlo. No es fascismo ni racismo proteger nuestra forma de ser. Se trata de conservar lo que tenemos, hacerlo mejor, tener más, y no destruir lo que es fecundo. Naturalmente no es la cruz el único elemento de la cultura occidental. Para mí es el más importante, pero soy consciente de que la gente es libre de pensar o no así.
En cambio, todo el mundo debe admitir que el derecho europeo moderno procede del derecho canónico y que el derecho canónico es una adaptación cristiana del derecho romano.

El derecho canónico es una forma de juridizar la moral cristiana y de moralizar el derecho romano. La moral cristiana es absoluta, por tanto potencialmente fanática, porque si das todo lo que tienes al prójimo, te pones en la cruz.

En la Biblia hay elementos potencialmente fanáticos, y los grandes cristianos de la Edad Media reconocieron que, para evitar ese fanatismo, que a fin de cuentas conduce a milenarismos contrarios a lo que pretende la moral, la solución es moderar la moral cristiana con el “dar a cada uno lo suyo” que proclama el derecho romano.
Si es cierto que le debo dar todo al prójimo, no es menos cierto que el prójimo se lo debe a un tercero, y por tanto antes de darle todo al primero, debo tener en cuenta los derechos de los terceros. El derecho es una limitación de la guerra de todos contra todos, pero también es una limitación del amor de todos hacia todos. Como vivimos en sociedad, hay que regular incluso la caridad.

Los cristianos de la Edad Media redescubrieron el derecho romano como elemento organizador de la sociedad. Pero vieron que hacía falta un derecho que fuera más moral que el romano, que es cruel. Y toda la Europa moderna nació de eso. Negarlo es una mentira o una ignorancia histórica; en todo caso, algo indigno.

Santiago Mata
Gaceta.es

Lectura recomendada: ¿Que es Occidente?
Un libro muy interesante donde Philippe Nemo aborda sobre bases históricas la definición esquemática del concepto de Occidente y el estudio de sus orígenes.

6 comentarios :

  1. Anónimo12/7/08

    Que bueno este articulo,que bien leer algo asi.Toda la ultima parte “pues bien aunque no quedara hoy en Europa….hasta el final. No es fascismo ni racismo proteger nuestra forma de ser…brillante.Me considero de izquierdas en algún nivel, solo en uno casi y es que pienso que un mundo mas igualitario donde no hubiera miseria ni riqueza ostentosa seria mejor para todos, y esto para mi no esta en absoluto reñido con el cristianismo al contrario, asi lo creo. Saludos .

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  2. Para mi tampoco es racismo, defender e inculcar unos valores que hablan de paz, de amor al prójimo, de caridad, de respeto a diferentes creencias, no creo que tenga nada que ver con el racismo, ahora bien, muchas personas utilizan el termino del racismo solo por falta de argumentos para contrarrestar lo que saben que es cierto, pero no les gusta escuchar.

    Lo cierto es que el Islam es una religión que predica el odio, que su meta es la expansión por medio de la mentira, de las amenazas, y llegado el momento oportuno por medio de la espada, los islamistas se están introduciendo poco a poco en nuestra sociedad hasta alcanzar mayorías, una vez que han logrado ser mayorías imponen sus leyes, y con sus leyes en la mano y ellos en el poder se acaba la farsa y la tolerancia con los cristianos, pasando directamente a pertenecer como ciudadanos de segunda, a la categoría de Dhimmis.

    Respecto a que te consideras de izquierdas te aclaro que este Blog intenta no decantarse políticamente, el tema del Islam no tiene que ser de una ideología determinada, lo que sucede es que casi siempre son los progresistas y los políticos de izquierdas los que pretenden imponernos unos criterios determinados, los que no respetan otras opciones y los que pretenden cargarse de un plumazo las raíces cristianas de Europa, pues mal que les pese se lo vamos a poner difícil, somos demasiados los que defenderemos nuestra civilización, la mas avanzada, la mas justa y tolerante con una sociedad tan plural como la nuestra, y desgraciadamente la mas respetuosa con nuestros propios enemigos disfrazados de un falso pacifismo, solo es necesario repasar la historia para comprobar que nunca han conocido, ni ejercido, ni la tolerancia ni el respeto hacia otras religiones y culturas.

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  3. Anónimo13/7/08

    es el Islam el que realmente practica la limpieza cultural imponiendo la suya en los paises que domina.

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  4. Anónimo13/7/08

    "El cristianismo nos arrebató la cosecha de la cultura antigua, más tarde volvió a arrebatarnos la cosecha de la cultura islámica. El prodigioso mundo de la cultura mora de España, que en el fondo es más afín a nosotros que Roma y que Grecia, que habla a nuestro sentido y a nuestro gusto con más fuerza que aquéllas, fue pisoteado -no digo por qué pies- ¿por qué? ¡porque debía su génesis a unos instintos aristocráticos, a unos instintos varoniles, porque decía sí a la vida incluso con las raras y refinadas suntuosidades de la vida mora!"
    Friedrich Nietzsche. El Anticristo

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  5. Anónimo y yo que no me considero de izquierdas comparto el criterio con el que te defines, entonces ¿que? ¿eres de derechas o soy de izquierdas? o ¿sencillamente son etiquetas que esas izquierdas elaboran para los que aún compartiendo actitud ética no queremos su cinismo... diciéndonos que somos de derechas, malos, perversos, que nos gusta la muerte y las penurias ajenas?

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  6. ¡AMÉN, AMÉN, AMÉN!.

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