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14.9.07

Europa, la invasión tolerada


Las cosas van más allá del terrorismo. Los inmigrantes se organizan en grupos propios. Y no se trata sólo de los musulmanes. El África negra se desborda sobre Canarias, como antes todos sobre Melilla. Una verdadera invasión...E infiltrada. Mal asunto.

Me recuerda a la Roma del final del Imperio. Pueblos bárbaros la atacaban desde el Norte, el Este, el Sur. Arrasaban provincias, a veces eran asentados con pretextos legales. Dentro, Roma era un hervidero de orientales que el imperio trataba de apaciguar, aceptando sus cultos y lenguas, ofreciendo pan y circo (algo así como servicios sociales y televisión). Al final, el imperio fue destruido desde dentro y desde fuera.

La antigua Roma, la verdad, tenía ya poco espíritu de defensa. Menos mal que, una vez caída, algunos pueblos, como los francos y los visigodos, acabaron por crear reinos cristianos de lengua latina, otros crearon reinos igualmente cristianos pero germánicos, eslavos, celtas...

La Europa de hoy se asemeja extrañamente al imperio romano decadente, apenas asimila a nadie. Ha perdido el orgullo de sus valores, de su cultura.

Ya ven lo que ha hecho la Unión Europea. Favores a Arafat, que no hacía ni una concesión mínima, que habría traído la paz. ¡Y era el premio Nobel de la tan nombrada y poco practicada Paz! Hacía el doble juego con Occidente y los terroristas.
Ahora Hamás y Hizbolá han provocado una nueva guerra, Israel se defiende como puede, con el valor de la desesperación. Israel y los americanos y los estados árabes que diríamos razonables son hoy los que defienden a Europa y a su modelo de cultura. Ella hace bien poco.

Habría que dejar, de una vez, las cosas claras, frente a esa perversión mediática que padecemos. Fueron los terroristas los que empezaron todo esto, secuestrando aviones y asesinando deportistas israelíes desde los setenta. Han quitado la alegría a nuestros viajes, los empezamos haciendo siniestras colas ante una máquina, quitándonos los cinturones, a veces los zapatos, quién sabe qué más adelante. E Israel cedió en el Sinaí, en el Líbano, en Gaza, ofreció un acuerdo en Camp David. Para nada.

Porque todos merecen respeto, los musulmanes que quieren vivir y progresar y también nuestra cultura. Tienen cierta razón muchos musulmanes cuando la tratan de decadente y débil. Pero tampoco es de recibo que absorban su tecnología, vivan del pan de Europa, y luego organicen ese acoso desde dentro y, por supuesto, desde fuera.

Ya sé que son las minorías las que fabrican los horrores, pero eso no es consuelo. Siempre ha sido así. Ahora Occidente da alas a los fanáticos, a todos, con su debilidad. Y el mundo musulmán, que iba avanzando, se podía pasear libremente por sus calles, tomar una cerveza, vestir las mujeres con una cierta libertad, ha dado, ahora, pasos atrás. Y ellos y los demás entran donde literalmente no caben. Como en Canarias. ¿Qué hace la Unión Europea? Yo diría que nada.

Mientras la religión musulmana, respetable sin duda, no experimente una apertura, es decir, se convierta en algo meramente interno y no social y coercitivo, dudo que la idea democrática y la idea liberal calen allí, salvo en pequeñas minorías. Tampoco en los pueblos animistas de África.

La gente arropa a los vencedores: crece la Hermandad Musulmana, Sadam Husein encuentra todavía partidarios ¿Y qué me cuentan del Irán, por no insistir en Hamás y Hizbolá?
Crece el Fundamentalismo, los gobiernos se defienden malamente. Y aquí, ni decisiones ni firmeza, que permiten luego negociar.

Porque las cosas van más allá del terrorismo. Los inmigrantes se organizan en grupos propios. Y no se trata sólo de los musulmanes. El África negra se desborda sobre Canarias, como antes todos sobre Melilla. Una verdadera invasión. Los árabes y bereberes de Muza eran una cosa mínima al lado de lo de ahora.

¿Y qué se hace? Diríamos que nada. ¿Es que Europa, y España, no quieren defenderse? A este paso, se van a disolver, como la antigua Roma, entre gentes extrañas.

Miran hacia otro lado. Para prohibir Francia el velo, tuvo que añadir la prohibición de los símbolos cristianos. ¡Qué vergüenza! Mientras el Cristianismo, en los países musulmanes, tiene que esconderse, aquí crecen como hongos las mezquitas, los imanes, el Estado fomenta la enseñanza del islamismo. En Almería hay una calle de Almanzor. ¿Dónde hay en el mundo musulmán una calle del Cid, a quien, por cierto, historiadores nuestros tratan frívolamente?

Estamos asistiendo a un desestimiento, a una invasión tolerada, a una falta de sentido del Estado y de la cultura propia. Ya se vio cuando Europa dejó a América prácticamente sola frente a los terroristas. Por celos miserables, contratos comerciales, expectativas electorales. Ceguera.

Y algunos de los llamados intelectuales difunden los mitos sobre Al Andalus tolerante y culto, la Cristiandad sucia e ignorante. Todo falso, pura ignorancia.

Dos momentos ha habido en que el Islam, o una parte notable de él, acogió a Occidente y su cultura, parecía irse hacia una síntesis. El primero fue cuando en los siglos IX y X, en Bagdad, califas ilustres hacían traducir a los griegos: su Ciencia, su Literatura sapiencial y sus enseñanzas a los príncipes. Se creaban sobre esto, en ciertos grupos ilustrados, una Ciencia y un pensamiento musulmanes.

Una parte de ello llegó a Córdoba, de allí a Toledo, a Castilla, a Europa. Había los que intentaban unir el Corán con Platón o Aristóteles, como Santo Tomás unía a este con el Evangelio. Poco duró, ya desde el siglo XI los fanáticos venidos del desierto acabaron con ello. Averroes, a quien Rafael pintó entre los sabios en torno a Platón, fue residenciado en Lucena.

El otro momento fue desde el siglo XIX, el XX sobre todo. Toda una clase occidentalizada surgió. Luego, desde la década de los ochenta, la intolerancia. Y ahora... Y al Islam se añaden los demás.

¿Quién tiene la culpa? Por supuesto que los fanáticos. Han dado alas a toda la reacción antioccidental. Y a la inmigración incontrolada, anárquica.
Pero también hay culpa en la debilidad de Europa y sus gobiernos, de su sociedad que es, en buena parte, consumista y relajada. No quiere enterarse. Con frases hueras sobre la Alianza de Civilizaciones no se arregla esto. Antes hay que exigir el respeto. Luego, puede llegarse a acuerdos.

Cuando pueblos de nivel económico y cultural bajo entraban en Roma, acababan por asimilarse. Igual los mongoles cuando bajaron a China, los chichimecas y aztecas cuando bajaron a México. Los musulmanes que cayeron sobre las mejores provincias de Roma -Egipto, Siria, Palestina, Hispania, Sicilia- no lo hicieron.
Pero, al menos, Europa tenía capacidad de resistencia y hasta de devolver el golpe: la Reconquista y las Cruzadas, que no hacían otra cosa que recuperar las tierras perdidas y, en ellas, el sepulcro de Cristo.

Europa, España, necesitarían cobrar conciencia de lo que han sido, necesitarían un valor que, parece, no tienen ya. Reniegan de su historia, de su ser. Con firmeza, sin agresión, exigiendo respeto, se consiguen cosas. Pero cuando a las masas de bajo nivel se les permite llegar sin más a un lugar de leyes flojas y además incumplidas, sacan las consecuencias. Es lo que está sucediendo.

Aprenden de Europa lo peor: la supuesta libertad de las manifestaciones violentas, del lenguaje ofensivo, la quema de coches y banderas. O el imperio del hecho consumado: aquí estamos, a ver qué hacen ustedes, aprovechamos sus agujeros legales.

Y vienen revueltas o invasiones del peor estilo europeo. Los que las organizan han visto a Europa retroceder tantas veces, que saben que pueden hacer lo que quieran. Pueden arrasar barrios o quemar coches. Y lanzar el terrorismo, también contra Israel y contra los americanos. Contra todo lo que huela a occidental.

Saben que los gobiernos africanos más o menos democráticos, moderados, son fáciles de desbordar. Que tienen miedo. Y que lo tienen los nuestros, los de Europa. Esta es la fortaleza asediada de que hablo.

Francisco Rodríguez Adrados
de las Reales Academias Española y de la Historia

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¿Y que opinan los cordobeses? Los cordobeses no opinan, los cordobeses dan su voto en las urnas a la alcaldesa Joaquina Rosa Aguilar Rivero, desde 1999.

Responsable directa del advenir de Córdoba, miembro del Consejo Político Federal, de la Presidencia Federal y de la Ejecutiva de Izquierda Unida, de la que es su portavoz institucional. Desde 2003 también es vicepresidenta segunda de la Federación Española de Municipios y Provincias.
En las elecciones municipales de 2007, su candidatura quedó en segundo lugar, tras el Partido Popular, con un 35,53% de los votos y 11 concejales (frente a 14 del PP y 4 del PSOE). El 16 de junio fue elegida de nuevo alcaldesa gracias a un nuevo pacto con el PSOE.
¿Se puede decir mas claro?

Sugerencia

En esta misma entrada en la sección comentarios, hay dos especialmente interesantes que nos envía un lector A.P.D. y que recomiendo a todos los que estáis leyendo estas líneas no pasar por alto, uno de los textos se titula: LA INVASIÓN TERCERMUNDISTA y está escrito por Torcuato Luca de Tena el otro es: EL VIENTRE ISLÁMICO y lo firma A.P.D.

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9 comentarios :

  1. Anónimo15/9/07

    De acuerdo que el islam es una amenaza para Europa. Pero ¿qué pasa con el judaísmo y los judíos? ¿Estáis en contra de una "euroabia" pero a favor de una "eurojudea"? ¿Creéis que los Reyes Católicos, que expulsaron a los judíos de España, eran terroristas islámicos?

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  2. Anónimo17/9/07

    Y si yo les contara que después de estudiar e investigar sobre los orígenes se descubre que el himno de España tiene su origen en una nuba popular andalusí que recopiló en el siglo Xl el genial pensador, médico, músico y poeta lbn Bayya, también conocido como Avempace. Que tiene una hermosa letra de amor en verso. En consecuencia, el himno de España proviene de un poema de amor andalusí que cantaban por igual musulmanes, judíos, cristianos, paganos y ateos desde el siglo XI. Y que se puede seguir escuchando en el norte de Marruecos y Túnez, donde recalaron muchos moriscos expulsados. Este descubrimiento demuestra que el himno también es nuestro, y que no representa al patriotismo rancio y fascista del nacional catolicismo, sino a un concepto de España laico, multicultural, humanista, pacifista y poético, con el que quizá podríamos identificamos en pleno siglo XXI.

    De lo contrario, yo creo que deberíamos cambiar el himno, según ellos basado en una marcha militar, e imponer la canción de ¿Que Viva España! de Manolo Escobar. O visto lo que le gusta a la actual sociedad, encargárselo a Leonardo Dantés.

    Ángel Gómez de la Torre. Puerto Real.

    http://www.youtube.com/watch?v=WhIAQ3AXZII (escuchar hasta el final)

    jajajajajajajajajajajajajajajaja

    no quieres taza......pues taza y media jajajajajajajajajaja

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  3. Cuanta imaginación y que poco trabajo tienen algunos personajes.
    De todas las maneras no existe nadie en el mundo como los “moros” para ponerse medallas ajenas, los franceses tan dados a publicitar sus productos, son simples aprendices a vuestro lado.
    Por cierto, hasta donde puede llegar la desfachatez “moruna” que se acreditan inventores de la mismísima Pizza, y claro las fábulas siempre son inventadas a semejanza de algo real como en este caso tan sandunguero, ¿Acaso no es divertido confundir una hogaza aplastada con algún condimento, alimento nutriente para la alimentación humana, con las maravillosas, fantásticas y esplendidas pizzas italianas?

    Si ya lo dice el refrán “dime de que presumes y te diré de lo que careces” por cierto ¿Cómo va el porcentaje de analfabetismo en vuestros sabios países?
    No tiene gracia que pasan y pasan y vuelven a pasar los años… y todo continúa igual, pero vosotros con una moral que enciende, dale que te pego intentando apropiaros de los avances de todas las culturas, de vergüenza ajena pretender hacer creer a los turistas que sois descendientes de los Faraones, pobres faraones, se volvían a meter en sus tumbas si despiertan y ven vuestras mujeres vestidas como almas en pena, levantando el burka para poder llevar alimento a la boca, mientras vosotros os deleitaríais cortando cabezas a LOSSS DIOSESSS, O VIOLANDO A Cleopatra por vestir como las infieles occidentales.

    ¡Ignorantes pero encima pedantes, sois tan patéticos, que solo inspiráis pena!

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  4. Anónimo12/11/07

    EL VIENTRE ISLÁMICO

    En Europa, desde el Atlántico hasta los Urales viven cerca de 50 millones de musulmanes. Dentro de los límites de la Unión Europea se estiman en unos 20 millones, y su número crece aceleradamente. En Suiza son más del 10% de la población, igual que en Rusia. En Georgia son el 12%, el 15% en Bulgaria, el 30 en Macedonia, el 60% en Bosnia-Herzegovina, el 90% en Albania. Sólo en Ucrania, Eslovaquia, Islandia, Finlandia, Irlanda, Bielorrusia y los países bálticos el porcentaje de la población musulmana es insignificante o reducido. La República Checa, Hungria y Croacia parecen escapar relativamente indemnes de esta plaga. No así Serbia con el 19%, Chipre con el 18% y Rumanía con un porcentaje significativo también. Esta marea parece no haber alcanzado aún a Polonia. Afortunados polacos. Pero en todas partes el rebaño islámico crece a ojos vista. Y no sólo porque la invasión avanza de forma imparable, sino también porque los musulmanes constituyen el grupo étnico y religioso más prolífico del mundo. Característica favorecida por la poligamia y por el hecho de que el Corán ve en la mujer ante todo un vientre para parir.

    La fertilidad musulmana es la principal causa de los mayores disturbios y conflictos que agitan el mundo actual. Así lo decía ya Samuel Huntington hace unos diez años en su denostado "Choque de civilizaciones": "El resurgimiento del islam se debe a los índices espectaculares de crecimiento demográfico. (...) Así, el crecimiento de la población islámica es un factor importante que contribuye a los conflictos entre musulmanes y otros a lo largo de las fronteras del mundo islámico" (lo que llama en otra parte "las fronteras sangrientas del islam").

    La extraordinaria explosión demográfica musulmana está en el origen del conflicto argelino que dura desde hace unos quince años (enfrentamiento en el cual no entra el elemento occidental), de las guerras de los Balcanes y del Cáucaso, del estado de permanente agitación en Cachemira, de las refriegas continuas en el Kurdistán turco, de los combates intermitentes de Sudán y Somalia, de la guerra civil larvada en Nigeria, etc... En los años 60 del siglo pasado los musulmanes de Kosovo constituían el 60% del censo de la provincia yugoslava, en los años 90 ya eran el 90%, y hoy son, después de la limpieza étnica que han llevado a cabo contra los serbios, el 98% de ese territorio usurpado (¡con el beneplácito de la Unión Europea!). En el Libano, el equilibrio étnico-religioso, favorable aún hace 25 años a los cristianos maronitas, se ha roto en favor de los musulmanes, debido sobre todo a la desaforada tasa de natalidad de los chiítas. En la UE, los bebés musulmanes constituyen todos los años el 10% de los recién nacidos. En Bruxelas el 30%, en Marsella el 60%, y en todas parte el porcentaje está aumentando dramáticamente. En España nacen más moros al año que los que logran colarse en ese mismo lapso de tiempo por nuestras porosas fronteras.

    Esto no ocurre porque si. En 1974, el entonces presidente de Argelia Boumedienne habló ante la Asamblea de las Naciones Unidas: "Un día millones de hombres abandonarán el hemisferio sur para irrumpir en el hemisferio norte. Y no lo harán precisamente como amigos. Porque irrumpirán para conquistarlo. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos dé la victoria".

    La Política del Vientre (que les ha dado a los bosnios musulmanes y a los albanokosovares la victoria sobre los serbios en la antigua Yugoslavia, aunque es cierto que con la decisiva ayuda de... ¡Occidente, encabezado por los EEUU!), es decir la estrategia de exportar seres humanos y hacerlos tener hijos en abundancia, ha sido siempre el sistema más simple y más seguro para apoderarse de un territorio, dominar un país, sustituir a un pueblo o soguzgarlo. Desde hace siglo el expansionismo islámico se ha desarrollado a la sombra de esa estrategia. Hoy la amenaza del presidente argelino es un precepto. En todas las mezquitas de Europa la oración del viernes va acompañada de la exhortación que incita a las mujeres musulmanas "a parir al menos cinco hijos". Cualquiera que camine por las calles de una ciudad española o europea verá con sus propios ojos que ese precepto es seguido al pie de la letra por las mujeres musulmanas a partir de los 16 o 17 años (cuando no es antes incluso): es casí imposible no cruzarse cada veinte metros con una de esas rechazables féminas con forma de saco de patatas que no esté visiblemente preñada o vaya empujando algún carrito ocupado (o las dos cosas a la vez) y lleve detrás de su olorosa estela unos cuantos descendientes de diferentes edades y tamaños pululando en todas direcciones. Es la Danza del Vientre, no esa del tópico hollywoodiense o del turismo de pacotilla, de palmeras, camellos y arenas calientes. Es la infernal Danza del Vientre, la matriz en perpetua ebullición, los hirvientes intestinos en incesante movimiento, el biabólico útero generando sin pausa un pequeño soldado de Alá cada nueve meses, otro futuro violador de cabras, otro moro para repantigarse en los bancos de las plazas, otro berreador callejero, un apoyador de esquinas más para apuntalar nuestros ruinosos edificios (y las farolas de nuestras calles, los buzones de correo y hasta los quioscos de la ONCE), el próximo hombre-bomba que se hará saltar por los aires a la orden de su imán en el venerado nombre del Profeta. Orianna Falacci lo dice de esta manera: "Se multiplican como ratas". Y un cronista español del siglo XVII, D. Fonseca, apunta, acerca de los moriscos, perpetua amenaza y quebradero de cabeza de su época: "Iban creciendo mucho más que el número de los españoles, y así, aunque por aquel tiempo fueran muchos menos (los moriscos), la buena cuenta dice que dentro de pocos siglos habían de ser ellos los más. (...) Y todos multiplicaban como conejos; y por esta cuenta no es mucho que se doblase el número cada diez años".(*) A aquel problema nuestros inteligentes y valerosos antepasados le pusieron remedio sin flaquezas ni titubeos. Pero 400 años después de aquella saludable y necesaria medida, y por efecto de un abandono suicida de todo sentimiento nacional, de un decaimiento moral sin precedentes, de una universal deserción intelectual, de una renuncia indigna de todo ideal y de una profunda atrofia del instinto de conservación, volvemos a estar como entonces. Pero esta vez, manifiestamente sin el menor atisbo de la inteligencia y el valor de antaño.

    Hoy volvemos a enfrentarnos a una nueva ofensiva del vientre islámico, que amenaza inundarnos con su estirpe inacabable. Nos hemos adormecido en la engañosa ilusión de que lo que tenemos es un regalo de la Providencia y que su disfrute nos está asegurado por los siglos de los siglos a salvo de toda contingencia y accidente. Y que los dioses que nos han colmado con los dones de los que gozamos, también nos preservarán de su perdida y nos salvarán ante cualquier adversidad. Hemos enterrado toda idea de lucha, toda voluntad de esfuerzo, todo espíritu de sacrificio, toda vocación de progreso, y entregados a los cantos de sirena del hedonismo, del pacifismo, del multiculturalismo, de la igualdad universal y de un relativismo moral absoluto, nos hemos convencido de que la sumisión y el abandono son preferibles a la dignidad y al combate por la existencia. Negando, contra toda lógica y razón, las lecciones que la Historia no cesa de repetirnos incansablemente, hemos desoído de manera irresponsable las palabras acertadas del poeta que nos advirtiera premonitoriamente que: "El vientre es aún fecundo, que ha parido la Bestia inmunda".

    (*)(D: Fonseca, "Justa expulsión de los moriscos de España", 1612)

    A.P.D

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  5. Anónimo23/11/07

    Quien escribe lo siguiente no es ningún ultra que ande dando cadenazos a los inmigrantes por la calle, ningún fanático que escupe su odio de enano fascista contra un mundo que no entiende. Se trata de un texto de Torcuato Luca de Tena, periodista y escritor, miembro de número de la Real Academia Española, ya fallecido.

    LA INVASIÓN TERCERMUNDISTA

    Todo hombre y toda nación tienen el sagrado derecho de preservar sus diferencias y su identidad en nombre de su futuro y en nombre de su pasado. Y esto lo proclamamos ante el riesgo que supone para Occidente la invasión pacífica de Europa por los indigentes del Tercer Mundo.

    Podemos precisar: por respeto a su pasado y por prevención de su futuro. Por respeto a su pasado, porque toda nación es como una nave ya anclada en la Historia con unas características determinadas -idioma, costumbres, religión, familia, tradición, escala de valores- cuidadosamente preservadas a través de los siglos, y que conforman su personalidad única y diferencial. Y por prevención de su futuro, porque no es admisible que una sola generación, en nombre de unos principios pasajeros, de ética dudosa (aunque se ampare en ella) transforme de un plumazo la idiosincracia de pueblos viejos y gloriosos que son su ciencia, investigación, audacia, descubrimientos y modo de ser, ha ido elevando la dignidad de la especie humana a límites impensados. Esto es Europa: no un espacio geográfico determinado, sino una cultura en que cada uno de sus miembros jugó en su día un papel determinante, como si se hubiesen distribuido la especialidad del trabajo para transformar a la especia humana en algo muy superior a su condición animal: cuna del genio y del ingenio; de los descubrimientos geográficos, químicos, biológicos, físicos, astronómicos, atmosféricos y técnicos; traductores y enunciadores de las leyes de la Naturaleza; domadores y primeros usuarios de las ondas invisibles, el sonido y la electricidad que pueblan el espacio; taller inmarcesible de todas las artes; inventores del derecho internacional, civil, penal y político; pioneros del espacio extraterrestre; creadores del Estado moderno; fuente de riqueza y templo del bienestar.

    Todo ello está en riesgo de esfumarse, como niebla movida por el vendaval, si no se toman serias medidas comunitarias contra la lenidad en la aplicación de las leyes de inmigración. Europa es un formidable foco de cultura y prosperidad que irradia su luz sobre el resto del planeta, pero es un territorio mínimo frente a una inmensidad pobladad por diez mil millones de seres de los cuales las nueves décimas partes pertenecen a lo que se ha querido llamar Tercer Mundo. La raza europea y sus prolongaciones en América y Australia son como una leve mancha de piel blanca, como la Vía Láctea en el firmamento, frente a la dermis afro-asiática-polinesia-americana del resto de la Tierra.

    Pero no se trata de hacer la apología de la raza blanca en detrimento o menosprecio de las de color. Se trata de defender un espacio cultural y político -Europa- de una invasión foránea de indigentes (si no lo fueran se quedarían en sus países) cuyos individuos son de evidente inferioridad cultural, educacional, higiénica y sanitaria, de otras costumbtres, de otras religiones, con otra escala de valores, otros gustos y un muy diferente sentido reverencial del trabajo.

    Asombra, pasma enumenar lo que ha hecho Europa en el mudo y para el mundo, y estremece pensar que todo ello puede perderse, difuminarse, obscurecerse -la piel también, ¿por qué avergonzarse de ello?- con la invasión pacífica de genes extraños que no portan con ellos ni el amor a la superación, ni la veneración al trabajo bien hecho, o simplemente al trabajo.

    Hay que poner un freno a esto. No sólo con la expulsión automática de los ilegales "sin posibilidad de reinserción por haber violado una vez las leyes del país", sino con el uso de una extrema prudencia en la concesión de los permisos legales de inmigración, con la mirada puesta exclusivamente en las estadísticas y necesidades legales de mano de obra, y en la defensa de los superiores intereses del país. Pues, lo repetimos una vez más, todo hombre y toda nación tienen el deber sagrado de preservar sus diferencias y su identidad en nombre de su futuro y en nombre de su pasado.

    Torcuato Luca de Tena
    ABC, 28/12/1996

    A poco más de diez años de aquella sensata advertencia, podemos constatar el fracaso estrepitoso de todas las políticas seguidas en materia de inmigración en España en ese tiempo. Pagaremos muy caro esos errores, que son los de toda una sociedad, el fracaso colectivo de una nación... y de un continente. (El fracaso también de un modelo de civilización insostenible y suicida: la religión de los Derechos del Hombre, el "antirracismo" institucional, etc...)

    A.P.D

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  6. Anónimo13/7/10

    Anónimo dijo...
    De acuerdo que el islam es una amenaza para Europa. Pero ¿qué pasa con el judaísmo y los judíos? ¿Estáis en contra de una "euroabia" pero a favor de una "eurojudea"? ¿Creéis que los Reyes Católicos, que expulsaron a los judíos de España, eran terroristas islámicos?


    En primer lugar los judios no somos MISIONEROS! Los judios no andamos convirtiendo a los europeos al judaismo! Somos el pueblo mas antiguo del planeta que conserva mismo tipo de religion,gobierno,moneda,costumbres y tierra. Pero hay algunos que no quieren a los judios ni en europa ni en Israel. ¿Pues entonces?
    Los judios no andamos haciendo violentas manifestaciones por tiras comicas hechas acerca de nuestra amada TORAH! Tampoco nos hemos ni andamos inmolando en Europa, Tampoco andamos quemando carros o hiriendo a la gente en pandillas. Los musulmanes SÌ!

    Yo por eso entre otras cosas me fui de España a vivir a Israel y hasta acà en mi tierra milenaria vienen a fastidiarme los españoles.¿Bueno que es lo que quieren?

    Moshè Lejaim

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  7. Anónimo13/7/10

    Los judios somos 14 millones de personas los musulmanes son 1200millones de ¿personas?. Tenemos menos del 1% de tierra ellos el otro 99% de tierra musulmana. y no han podido vs nosotros porque El Eterno nos guarda de sus abominaciones y su constante sed de sangre. PROVOCADORES VIOLENTOS!

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  8. Anónimo18/7/10

    Hola a todos,

    Estaba leyendo el post acerca del vientre islamico y recorde un video que encontre en youtube titulado(en youtube):"The most important video you will ever see" y pense en compartirlo con todos vosotros. Habla entre otras cosas sobre el gran problema de la sobrepoblacion del planeta. Yo creo que vais a alucinar cuando llegeis a ese punto en el video. A mi me surgieron muchas preguntas y muchas respuestas despues de haber visto este documento y estoy seguro que a vosotros os ocurrira lo mismo. Desafortunadamente el video esta en Ingles y no se si habra alguna version traducida al castellano para aquellos que no dominen bien el Ingles. Este video es una presentacion en una universidad de Colorado, EEUU en el 2002. El titulo de la presentacion es ARITMETICA, POBLACION y ENERGIA. Son 8 partes. Recomendaria no perderse ni un segundo de este video.
    http://www.youtube.com/watch?v=F-QA2rkpBSY&feature=channel

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  9. Anónimo31/3/11

    hola
    yo andaba bucscando info y esta es una muy buena




    muchas gracias!!!!....goodbye

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