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8.2.09

El masoquismo occidental

"El mundo entero nos odia y nos lo merecemos. Esta es la convicción de la mayoría de los europeos. De hecho, a partir de 1945, nuestro continente sufre los tormentos del arrepentimiento" así nos habla Pascal Bruckner uno de los más lúcidos críticos de las democracias del mundo desarrollado, filósofo, ensayista y novelista francés, París 1948. Colaborador habitual de Le Nouvel Observateur.

¿Debemos seguir entonando como una letanía el mea culpa por los errores del pasado?
¿Debemos regodearnos en la pervivencia de la memoria de los desmanes del imperialismo, la colonización, el esclavismo, las guerras, el fascismo, el comunismo?
¿A qué nos conduce esa tiranía de la penitencia?
¿Hubo sólo errores o también aciertos en ese pasado aparentemente infame?
¿Somos los únicos que hemos cometido los pecados por los que seguimos culpabilizándonos?


"La tiranía de la penitencia" ensayo sobre el masoquismo occidental.

El sentimiento de culpa y de penitencia que caracteriza hoy en día a Occidente tiene su origen en el concepto cristiano del pecado original. Es verdad que para la religión cristiana el hombre es culpable desde su nacimiento y sólo puede ser salvado por la redención. Las ideologías laicas han heredado este concepto, pero han ido más allá y han sobrepujado sobre ese mensaje. La condena y el arrepentimiento invaden los espíritus y Occidente ha llegado a querer en sí y para sí el arrepentimiento y su derivación la penitencia.

De hecho este arrepentimiento y esta penitencia impiden juzgar al otro. Occidente ha pecado demasiado como para permitirse el juzgar a otros. E incluso, si a pesar de todas las excusas y explicaciones dadas el otro es reconocido como malo, la culpa no puede incumbir más que a Occidente que lo habría corrompido; el odio a Occidente está pues justificado. Occidente es intrínsecamente malo y criminal.

Además, este antioccidentalismo instila el relativismo y la duda destructiva. El utodenigramiento de Occidente ha llegado a ser tan fuerte que toda colaboración con sus enemigos es considerada como justa. La condición de la felicidad universal residiría en la muerte de Occidente. Toda resistencia a las agresiones se ve de esta manera anihilada. De ello resulta que esta "felicidad" de desequilibrado resulta más del odio a sí mismo que del amor a los otros. Nosotros los occidentales seríamos a priori unos "cabrones", este axioma es incontestable, es el postulado de toda supuesta sana reflexión sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Necesitamos la cruz, queremos llevar una cruz, y como no somos para nada modestos, queremos llevar la cruz del mundo, la de la humanidad entera.

Europa quiere ser pacífica.

En Europa, desde 1945 la violencia se ha vuelto tabú. El culto del anti-héroe se ha convertido en norma. La crítica se ha vuelto permanente. No una crítica que nos libere del prejuicio, pero sí una crítica que se transforma en prejuicio. La responsabilidad de las ideologías de izquierda es manifiesta. Es el dogma de la ideología marxistra-leninista que no ha dejado de atacar a occidente, y podemos preguntarnos si la razón de ser de esa ideología no es más el odio de Occidente que la "liberación de los pueblos oprimidos". Sin embargo las consecuencias ideológicas y filosóficas de esa autocrítica van más lejos. De hecho Occidente hace continuamente su autocrítica y organiza su proceso (¿estalinista?) todas las mañanas. Esto llega muy lejos, ya que la crítica y condena de Occidente ataca a su ser y hace el proceso permanente de su historia.

Occidente está enfermo, sobre todo Europa. A sus crímenes totalitarios del siglo pasado hay que añadir la culpa del colonialismo y de la esclavitud, y así pasamos de arrepentimientos en arrepentimientos.
Esto daría derecho a los extranjeros (no europeos y no occidentales) y más particularmente a los inmigrantes a la posesión de un crédito ilimitado en materia de reclamaciones y agravios por reparar. Según esta empresa de culpabilización tenemos una deuda contraída con los ex- colonizados y sus descendientes, y ya puestos, lanzados sin freno por la pendiente de la culpa y la autoflagelación, hacia todos los pobres del mundo, que lo son (no se conciben otras causas ni otros culpables) por nuestras faltas.

En esa óptica, la inmigración sería el pago de esa deuda. Llegan a nuestra casa visitantes airados cargados de legitimidad y con las maletas llenas de reclamaciones justas. Se trata para ellos de sacar el máximo provecho de esta situación. Asistimos a la sobre valoración de la "víctima", que no acepta ni tan siquiera que se pueda poner en duda ese título y las reparaciones que le corresponde. Considerarse víctima es ante todo dotarse del doble poder de acusar y de reclamar.
El famoso deber de memoria no es invocado por unos más que para suscitar el deber de penitencia de los otros.

Frente a esta lógica establecida, ya no hay lugar más que para los "cabrones" y los "justos". La "memoria" se transforma en un instrumento político. Las minorías que se autocondecoran con el título glorioso de víctimas son sobrevaloradas e intocables. Empieza entonces un campeonato de martirologia y los privilegios y ventajas que conllevan y que nuestra sociedad está dispuesta a otorgar a los supuestos mártires son transferidos a esas minorías (los "justos") a costa del bolsillo de... los "cabrones". Entramos en una dinámica que alimenta sin cesar el proceso a Occidente. Por otra parte esta práctica es contagiosa e incita a otras minorías en el seno mismo de Occidente a presentarse como demandantes por agravios reales o imaginarios padecidos a lo largo de la historia.

Esta ideología de la culpabilización a ultranza y sin límites es entretenida por la izquierda como el súper ego de Occidente. Pero detrás del discurso filantrópico se esconde en realidad una exacerbación de los egoísmos, pues en este rechazo de Occidente cada cual acaba por defender sus propios intereses. El individualismo resultante de esta situación está en el origen del declive de nuestras sociedades.

Ante este declive Europa desarrolla entonces la necesidad de encontrar culpables. La ideología izquierdista, dominante desde 1945, ha encontrado a los culpables: los propios europeos, ricos, prósperos, egoístas... Un anticapitalismo primario se desarrolla en las clases medias. Este odio de sí mismo está en el origen del odio a la nación más rica y más próspera de Occidente, los EE.UU. Odio de los EE.UU en una Europa que prefiere la quietud del arrepentimiento a la resistencia.

La Europa que se quiere culpable utiliza en definitiva esta culpabilidad para no actuar y refugiarse de esa manera en una seguridad teñida de cobardía que la empujaría a no responder a las agresiones con el pretexto de no ceder a las provocaciones. Los EE.UU que reaccionan, con mayor o menor fortuna, a las agresiones se convierten en la diana de una Europa que teme que esa política agresiva pueda poner en peligro su seguridad tan cobardemente lograda.
Ante una Europa penitente y pasiva, incluso temerosa, tenemos a los EE.UU activos, decididos, desacomplejados. En consecuencia hay que desmarcarse de los EE.UU como del "mal Occidente", capitalista y dominador, mientras que Europa sería pacífica, incluso angélica.

La realidad es que Europa en su conjunto y los países que la componen individualmente, han perdido incontestablemente credibilidad en la escena mundial. Frente al terrorismo Europa en general da la impresión de no querer defenderse inflingiendo daños severos al enemigo.
"Agachémonos un poco más, démosles excusas a los terroristas, seamos comprensivos con ellos, escuchemos sus argumentos, tal vez nos lo tendrán en cuenta", esa parece ser la línea política puesta en práctica en Europa.

Los europeos debemos abandonar nuestros complejos artificialmente creados y oponer al deber de memoria el deber de nuestras glorias. El remordimiento que se cultiva aquí es un error, y muy grave. Europa debe salir de esa culpabilzación a ultranza en la que nos bañamos desde 1945, y volver a jugar un gran papel en la Historia o prepararse para
desaparecer de la escena del mundo. Para ello hay que situar los hechos en esa misma Historia y cerrar de una vez este proceso y todos los que pudieran ser abiertos en relación a las matanzas de los últimos 3000 años.

La tiranía de la penitencia tiene que llegar a su fin.

Texto traducido al castellano por: Alain para "Islamización de Europa"


Un lector nos amplia y confirma lo que nos describe Pascal Bruckner en su articulo.

La situación en Berlín.

Lo que esta sucediendo en la Europa acomplejada, es exactamente lo que nos explica este filosofo. Tremendo articulo...

Solo hay que darse un paseo por las oficinas sociales de Wedding o Neukölln en Berlín, donde se ven a diario larguisimas filas de mujeres con el chador y sus maridos poniendo cara de pena, para cobrar los subsidios.. lo mismo que en Francia.. (y supongo que en Holanda, etc), y luego montarse en el Mercedes-Benz e irse a trapichear algo, ya que entre el job-center (oficina de ayuda social) y la mezquita, siempre sobra algo de tiempo libre...Por ello se ven luego a tantos jóvenes (hablando sarraceno o turco) por el día paseando, empujando a las mujeres en el metro, escupiendo a los otros, acosando, etc.. (lo de siempre)

Estamos hablando de la mitad de los musulmanes viviendo por la cara... y así mas de tres generaciones... padres, hijos y nietos que nunca han trabajado con regularidad.
Luego solo hay que entrar a las oficinas de impuestos (de Berlín), y solo se ven alemanes, polacos, chinos, griegos, etc, todos rellenado la cartilla y pagando impuestos para que la ciudad no se hunda...

Mientras los idiotas de los políticos de la izquierda (die Linke, y el SPD) y los trabajadores de los asuntos sociales siguen mirando a los parados como a las victimas incomprendidas por nuestra Europa egoísta... "nosotros tenemos la culpa del choque de culturas...", y por ello los no-musulmanes (de toda raza y cultura) se levantan a las 7, todos los días, y se dejan la piel para alimentar a las "victimas".

Esto parece increíble, pero es así.
Hay que trabajar duro para salvar Berlín, Paris, Marsella, Rótterdam, etc.

Pero es que Berlín ya esta hundida, y dudo que se pueda salvar... Y en el resto esta pasando lo mismo. La gente solo sabe que hay deudas del ayuntamiento.. pero los medios suelen ocultar como sea, por donde se escapan los números.
El plan de "sociedades paralelas", HA SUPUESTO: UN ROTUNDO FRACASO, UN CRIMEN CONTRA EL PUEBLO HONRADO, (que los políticos culpables deberían pagar),la integración nula; y por supuesto, esto ha reventado el estado social de Berlín.

Europa esta enferma... el quiste de la "giliprogresía" va a seguir durando, pero esto tiene pinta de acabar muy mal.. los medios solo mienten o hablan de chorradas para marear la perdiz, pero la gente lo ve y lo sufre.

En fin, espero que la destrucción actual de estas ciudades europeas, sirva de ejemplo para que no pase lo mismo en España.

Saludos

.

4 comentarios :

  1. off topic
    creo que no sabes apreciar la natural y salvaje belleza de madame Salima, la Doña Rojelia mesopotámica.

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  2. Me quedo con el último párrafo.

    Yo, en particular, estoy harto de querer culpabilizarnos a nosotros mismos de TODO (aquí entra hasta el "calentamiento" global). Siendo sincerto, yo no me siento culpable por nada.

    Por otro lado, lo de los EEUU...creo que son los únicos que tienen claro que nuestro modelo (occidental) es más válido que el de los demás (democracia, derechos humanos, etc, etc). Y, espero equivocarme, pero quizá ellos tengan que volver a salvarnos por tercera vez...

    Saludos.

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  3. Anónimo8/2/09

    Este blog es una maravilla.

    Con tal variedad de artículos, cada día puede uno cultivarse mejor, y tener mas libertad de pensamiento, algo tan dificil hoy en la dictadura europea de lo "politicamente correcto".

    Felicidades a Monmar.

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  4. Anónimo12/2/09

    Gracias a Alain por la traducción.

    Y lo que leo en el otro artículo sobre Berlín, es totalmente cierto. Conocí a un italiano que cobraba el paro de su pais y la vez la ayuda social en Berlín, y eso sin haber trabajado ni un solo día en Berlín... Y según él, el desfalco que metían los turcos era brutal, y supongo que seguirá siendo igual.

    En algunos barrios musulmanes como Neukölln, mejor ni acercarse, eso lo se por experiencia. Debe ser el barrio con el record europeo en agresiones sexuales, palizas, etc.... y las víctimas siempre alemanas...

    Y de esto nadie habla, ni los medios ni los políticos, solo se encuentra en datos de periodicos muy locales como el Berliner Kurier...

    Alemania es un pais castrado desde la 2° Guerra Mundial, el complejo anti-nación que cargan encima es penoso.... y estas conversaciones son tabú prohibido en esa cultura... mal futuro les viene encima.

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