La respuesta sencilla y sensata es que podrían encontrarse fórmulas siempre que con el adecuado sentido de la reciprocidad, en las mezquitas de la orilla sur del Mediterráneo, o de Oriente Medio, o del mundo árabe, o de Indonesia, se permita a los cristianos lo mismo. O al menos en la mezquita más cercana a cada iglesia que ha sido destruida en los últimos 1.500 años. El que la mezquita de Córdoba no fuera destruida debe ser agradecido por los musulmanes, más que convertirse en argumento reivindicativo. La exigencia de que los musulmanes practiquen su religión en la actual catedral, tal como se ha planteado, es una petición provocadora, con toda premeditación y toda alevosía. Éstos son los hechos:
La antigua mezquita de Córdoba, una de las joyas del arte mozárabe iniciada en el siglo VIII y modificada en varias ocasiones, se construyó sobre las ruinas de una iglesia cristiana visigoda arrasada, con material de otros templos cristianos destruidos también por la invasión musulmana. Hasta Almanzor, la mezquita permitía el culto de cristianos y judíos, pero éste ordenó a los cristianos desalojar los terrenos y se cerró al culto exclusivamente musulmán. Desde el año 1523, el conjunto de 24 mil metros cuadrados acoge a la Catedral cristiana, construida tras la reconquista, junto con otras capillas laterales.
Pese a que los musulmanes son solamente unos cientos en Córdoba y ya cuentan con una mezquita –que aducen es demasiado pequeña–, las organizaciones islámicas en España vienen insistiendo en que la antigua mezquita debería abrirse al culto musulmán. Los musulmanes no han dudado en tratar de imponer esta práctica a la fuerza. En marzo de 2004 apenas concluida una Misa dominical, participantes del III Congreso Internacional de la Mujer Musulmana pretendieron realizar una oración colectiva ante el mihrab de la antigua mezquita, desafiando incluso al personal que intentó impedir un acto de culto no permitido, y que hubiera merecido la muerte de cualquier cristiano de intentarlo en una mezquita de un país musulmán.
Además, un prominente líder musulmán en España, Abderrahmán Muhammad Manan, escribió que la antigua mezquita debía ser "liberada" por ellos, porque "los musulmanes no podemos echarnos atrás diciendo que el Islam no es piedras o monumentos. Eso es no darse cuenta de lo que las cosas son en sus esencias, y en su esencia la Alhama es el Islam en nuestra tierra, es al-Ándalus, es Andalucía, es el recuerdo de una colonización, de un genocidio, de una expulsión".
LA INICIATIVA DE MANSUR ESCUDERO
El co-presidente de la Junta Islámica de España, Mansur Escudero, anunció hace unas semanas que los musulmanes irán a rezar a la mezquita de Córdoba. Para lanzar tal aviso, hizo una interpretación interesada de unas manifestaciones del presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Blázquez. El presidente de la Junta Islámica le preguntó por qué los musulmanes no pueden orar en la mezquita de Córdoba, a lo que el prelado respondió «que era posible que no estuvieran permitidas las oraciones públicas, pero no así las personales o individuales».
Ello fue utilizado por Escudero para lanzar su mensaje de que los musulmanes podían ir a rezar a la Mezquita de Córdoba, una interpretación que fue rechazada por la Conferencia Episcopal. En concreto, puntualizó que monseñor Blázquez «no ha recomendado ni recomienda» que los musulmanes «recen de ningún modo» en la Catedral de Córdoba.
Escudero ha amenazado con que los musulmanes rezarán en la Catedral de Córdoba aunque no cuenten con la autorización del Obispo local, Mons. Juan Asenjo. En la carta que dirigió a Mons. Asenjo le dijo que "los musulmanes, desde el pleno acuerdo con lo dicho por el presidente de la CEE, acudiremos a rezar a la Mezquita de Córdoba y es de suponer que el Obispo de Córdoba estará de acuerdo con Mons. Blázquez".
Desde hace varios años, Escudero busca que los musulmanes ocupen una parte de la antigua mezquita de Córdoba, hoy convertida en Catedral y símbolo de la reconquista cristiana de la península ibérica. Escudero está considerado oficialmente un 'moderado' entre los dirigentes del islam español, dato suficiente para hacerse idea de los vientos que corren en el mismo.
Escudero recordó el hecho, «tremendamente positivo», de que el Papa, en su visita a Turquía, «rezase en la Mezquita Azul, lo cual supuso un signo muy importante de cara a los musulmanes, en cuanto a que demostraba que las mezquitas estaban abiertas también a los cristianos» y se preguntó «si, en el marco del discurso del Papa y del propio presidente de la CEE a favor del ecumenismo religioso, tiene cabida el hecho de que no se permita rezar a los musulmanes en la Mezquita de Córdoba».
Pero el portavoz vaticano aclaró al terminar la ceremonia en la mezquita turca, que el Papa no había orado propiamente, sino sólo mantenido unos momentos de recogimiento, matiz importante.
LA POSICIÓN DEL VATICANO
En un diálogo informal con Escudero durante una reunión interreligiosa en Libia, Mons. Fitzgerald le explicó que la responsabilidad sobre el uso de la catedral es del Obispo de Córdoba, Mons. Juan José Asenjo.
Nuncio apostólico en la República Arabe de Egipto y delegado ante la Organización de la Liga de los Estados Arabes desde el pasado febrero, el arzobispo inglés Michael Louis Fitzgerald, de 68 años de edad, que era anteriormente presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Se trata probablemente del hombre más capacitado de la Curia en el trato con otras religiones. Es un adalid del acercamiento al Islam y conoce bien el terreno como miembro de la orden de los Misioneros de África, conocidos como «Padres Blancos», y licenciado en árabe por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres. Artífice de la alianza Vaticano-Islam en los temas de familia y 'derechos reproductivos' en las cumbres de la ONU de Cairon y Pekín en los años noventa del pasado siglo.
Pues bien, hace dos años Fitzgerald dejó claro que el Vaticano no era partidario de que la catedral de Córdoba, antigua mezquita, sea usada también como lugar de culto por los musulmanes, y ha recordado que Juan Pablo II visitó en el año 2001 la mezquita de los Omeyas de Damasco, que antes fue una basílica bizantina, "y no pidió celebrar misa allí".
A la pregunta de si se puede considerar dentro de los intentos de "islamizar Europa" la petición de los musulmanes sobre la mezquita de Córdoba, el arzobispo manifestó que hay algunos musulmanes que consideran que Europa está en decadencia y aspiran a islamizarla. "Para ellos -dijo- el islam es la respuesta a un renacimiento religioso. No son un grupo mayoritario, pero existen. Aunque también hay muchos musulmanes que sólo desean convivir con otras religiones de manera compatible con la ley y la tradición del país en que viven".
"Es necesaria una reflexión. Al igual que el de Córdoba, otros edificios a lo largo de los siglos cambiaron su uso original, como Santa Sofía de Estambul, convertido en un museo islámico", dijo el Arzobispo. Mons. Fitzgerald explicó que Juan Pablo II "visitó la mezquita de los Omeyas de Damasco y rezó ante el mausoleo de San Juan Bautista, pero no pidió celebrar Misa en la mezquita. Es difícil la convivencia entre cristianos y musulmanes si se pretende remontarse a la historia o pretendiendo la revancha. Es necesario aceptar la historia y mirar hacia adelante".
LA RESPUESTA DE LOS OBISPOS BLÁZQUEZ Y ASENJO
Por su parte, la Conferencia Episcopal Española señaló que monseñor Ricardo Blázquez «no ha recomendado ni recomienda» que los musulmanes «recen de ningún modo» en la Catedral de Córdoba. A través de un comunicado, también precisó que de las declaraciones del prelado «no puede derivarse, en ningún caso, que deba realizarse negociación alguna para el uso compartido» de dicha catedral, «bajo pretexto de un falso diálogo interreligioso». Por último, recuerda que «al referirse al obispo de Córdoba», el presidente de la CEE, «era consciente de que la única autoridad en la materia es el ordinario del lugar, es decir, el mismo obispo de Córdoba en comunión y bajo la autoridad directa de la Santa Sede».
El obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, ha respondido negativamente a la petición de Mansur, considerando que una medida de tal índole "no contribuiría a la convivencia pacífica" entre católicos y musulmanes. Al respecto, indicó que su diócesis apuesta por "unas relaciones de respeto y aprecio por los musulmanes que viven entre nosotros", al tiempo que aboga por "el dialogo interreligioso". No obstante, Asenjo advirtió de que "no ayudaría a dicho diálogo el uso compartido de templos y lugares de culto, algo que sólo generaría confusión en los fieles, dando pie al indiferentismo religioso". En ese sentido, aclaró que un uso compartido de los lugares de culto "puede tener sentido circunstancialmente en un aeropuerto o en una villa olímpica, puesto que no se trata propiamente de templos sino de lugares de oración, pero no en el caso de una catedral".
En esa línea de argumentación, explicó que el Obispado de Córdoba "no se opone a que los musulmanes" de la zona dispongan de "dignos" lugares de culto, aunque matizó que "estos lugares deben ser proporcionados al número de fieles que practican el Islam, relativamente pequeño en Córdoba". "El uso compartido de la Catedral de Córdoba por católicos y musulmanes no contribuiría a la convivencia pacífica de los diferentes credos", resumió Asenjo antes de advertir de que "las raíces cristianas de Córdoba y su historia cristiana 17 veces centenaria merecen ser respetadas".
Tras su exposición, Asenjo recordó que el Obispado de Córdoba y su Cabildo tienen títulos jurídicos "fehacientes" y "títulos históricos incontestables" para mantener el uso exclusivo de la Catedral por la Iglesia Católica.
Las excavaciones arqueológicas dirigidas por el arquitecto Félix Hernández en 1930 probaron la existencia en el subsuelo de la actual Catedral de todo un complejo episcopal que puede datarse entre los siglos IV y VI; tratándose de los restos arqueológicos de la basílica visigótica dedicada a San Vicente Mártir, la 'domus episcopalis', y muy probablemente la escuela clerical y los servicios de caridad del Obispo.
Todo este complejo, según Asenjo, fue destruido tras la invasión musulmana en el año 711, aprovechando sus materiales para construir parte de la mezquita musulmana, que tras la conquista de la ciudad por parte de Fernando III en 1236 fue donada a la Iglesia por el propio monarca.
PRESENCIA CRISTIANA CORDOBESA
La Asociación Presencia Cristiana de Córdoba, dice que 'el interés de cierto mundo islámico por recuperar Córdoba como símbolo de la hegemonía musulmana en la Península Ibérica y en Occidente, y como catalizadora de la cultura islámica en Europa, como «una vuelta a Al-Andalus» es un germen de futura discordia social, cultural y política.
'No seamos ingenuos, a nadie se le escapa que la estrategia que subyace es introducir lenta pero inexorablemente en nuestra cultura y sociedad una nueva forma de islamización. Infiltrándose en los pueblos y ciudades de Occidente de manera más o menos soterrada, gracias a la “ingenuidad” de Occidente, la red se va extendiendo silenciosamente.
'Tengamos siempre presentes las palabras del arzobispo de Esmirna (Turquía), monseñor Giuseppe Bernardini, en el Sínodo de Europa, citando las declaraciones de un autorizado personaje musulmán, durante un encuentro oficial sobre el diálogo islámico-cristiano: "Gracias a vuestras leyes democráticas os invadiremos, gracias a nuestras leyes religiosas os dominaremos; los petrodólares que entran en las cajas de Arabia Saudí y de otros Gobiernos islámicos son usados, no para crear trabajo en los países pobres del norte de África y de Oriente Medio, sino para construir mezquitas y centros culturales en países cristianos con inmigración islámica, incluida Roma".
AVANCE ISLAMISTA ENTRE LOS MUSULMANES ESPAÑOLES
Los musulmanes residentes en España se agrupan en la Comisión Islámica de España, en la que confluyeron las dos organizaciones rivales existentes, la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), dirigida por el español de origen sirio Riay Tatari, con lazos con los Hermanos Musulmanes, y la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri), donde se encuentra la mayoría de los conversos españoles. La Comisión Islámica es bicéfala. Junto a Tatari, Mansur Escudero es secretario por parte de la Feeri. El islamismo está ganando posiciones en la cúpula musulmana en España.
A principios de 2006, la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) ha cambiado de rumbo hacia posturas más conservadoras. La organización había estado dirigida desde su fundación en 1989 por españoles conversos que insistieron en que podía haber un islam español compatible con la sociedad actual. Tras años de enfrentamientos entre dos corrientes opuestas, el sábado, en Córdoba, fue elegido nuevo presidente Mohammed Amín Herrero, imán de la mezquita La Unión, de Málaga. En la nueva junta directiva están, entre otros, el imán y el responsable de asuntos religiosos del Centro Islámico de Madrid, más conocido como mezquita de la M-30, financiado por Arabia Saudí.
La directiva anterior de la Feeri renunció a presentar una candidatura alternativa al ver que estaba en clara minoría. Del total de 57 comunidades asistieron 38. De ellas, 34 votaron por la nueva directiva, según explicó a La Vanguardia el tercer vocal, Bilal Quílez, que declaró: "Ex dirigentes de la Feeri han estado vertiendo ideas que van contra el islam y al Corán no se le puede quitar ni una coma; y han emitido fetuas sin estar capacitados para ello". es una mención expresa a su postura pionera a nivel mundial de condenar a Al Qaeda y Osama Bin Laden por su actividad terrorista.
"Es un giro radical al islamismo. Lo que se preveía ha ocurrido. Los directivos son de origen extranjero aunque hayan puesto a algunos españoles para dar la cara", declaró Abdelkarim Carrasco, presidente saliente. Carrasco no se atrevió a asegurar que vayan a dejar la entidad para fundar otra pero tampoco lo descartó. El presidente saliente achacó las críticas que recibió en la asamblea al lógico desgaste por llevar tantos años al frente de la Feeri, ya fuera él mismo o su predecesor, Mansur Escudero, 'de su misma línea abierta y moderada, contraria a las tendencias wahabistas y salafistas'.
El nuevo presidente de la Feeri es un prejubilado de banca de Don Benito (Badajoz). Tiene 52 años y es padre de tres hijos. Se convirtió al islam suní a los 35 años y preside la comunidad de la mezquita de la calle La Unión, de Málaga por lo que es también su imán. En diciembre pasado dos hombres que habían dirigido la oración en dicha mezquita fueron detenidos por presunta relación con redes terroristas. "No puedo poner la mano en el fuego por nadie pero el imán de la mezquita soy yo. Ellos sólo dirigieron la oración alguna vez", declaró Herrero sobre este caso. Tener en la junta dos representantes de la mezquita de la M-30 no supone, según Herrero, un giro islamista.
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