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26.8.06

Islam, el nuevo imperio

El Corán o el cuchillo
Nuestro Pensamiento del Día viene de Steve Centanni, el reportero de Fox News liberado a lo largo del fin de semana por sus secuestradores en Gaza:

"Fuimos obligados a convertirnos al Islam a punta de pistola. No me entienda mal. Tengo el mayor respeto al Islam, y aprendí un montón de cosas buenas de él".

Antes de su liberación, Centanni y su cámara, Olaf Wiig, habían sido grabados con ropas islámicas, sentados en cuclillas, y habían leído guiones anunciando que se habían convertido en musulmanes practicantes y pidiendo a Bush y Blair que hiciesen lo mismo.

"El Islam no está pensado solamente para algunas personas. Es la verdadera religión para todo el mundo en todas las épocas", decía Centanni. "Cambié mi nombre a Jaled. He abrazado al Islam y digo la palabra Alá".

Antes, sus secuestradores difundieron una declaración diciendo que a los dos hombres se les había dado a elegir entre
a) conversión al Islam;
b) la jizya (el impuesto pagado por los no musulmanes a sus amos musulmanes);
c) la guerra.
No había casilla de "nada de lo anterior". "Eligieron el Islam", decía el portavoz del grupo, "y ese es un regalo que Alá hace a quien elige Él" - incluso si las circunstancias le obligan ocasionalmente a dártelo a punta de pistola.

Igual que hay violadores que se dicen a sí mismos que sus víctimas están genuinamente enamoradas de ellos, no hay duda que hay quien cree que la fe puede forzarse a punta de alfange.

En uno de los ejemplos más indestructibles de Síndrome de Islamo-tocolmo, la periodista británica Yvonne Ridley fue secuestrada en Afganistán, convertida al Islam, y permaneció convertida: aparecía el otro día en el Canal Islam de Gran Bretaña lanzando preguntas fáciles de responder al ex Primer Ministro malayo Dr. Mahathir Mohammed acerca de sus planes de destruir Estados Unidos.

Pero el breve interludio de Centanni y Wiig como musulmanes practicantes es revelador en un sentido más general. La mentalidad occidental multicultural lleva desde el 11 de Septiembre intentando desesperadamente contener al Islam dentro del frívolo disfraz de diversidad.

Afirman es "solamente" otra religión, como los Protestantes congregacionistas, o los Episcopalianos. Cierto, tiene unos cuantos fanáticos, pero ¿no los tenemos todos? Insistir en esta idea exige un desagradable montón de cosas que barrer bajo la alfombra, y a estas alturas hay tanto debajo que parece un Himalaya tapizado.

Para empezar, no se puede evitar notar que el tráfico es sobre todo unidireccional: en el país del Dr. Mahathir, donde una larga tradición de Derecho Común inglés se encuentra bajo constante presión de la sharia, una dama llamada Lina Joy soporta actualmente amenazas de muerte y una larga batalla legal porque cometió "el crimen" de convertirse del Islam al Catolicismo.

Bien, eso es lo que Malasia tiene que ofrecerte. ¿Pero qué hay de Michigan?

Nazra Quraishi, una profesora del kindergarten de una escuela musulmana local, escribía el mes pasado en el The Lansing State Journal como sigue:

"El Islam es la guía para la humanidad, en todo momento, hasta el día del juicio.
En el Islam está prohibido convertirse a cualquier otra religión. El castigo es la muerte.
No existe desacuerdo en ello.
El Islam es abrazado en todo momento por gente de otros credos. Deben saber que pueden abrazar el Islam, pero no pueden salir.
Esta norma no es establecida por los musulmanes; es la ley suprema de Alá". Eso parece bastante claro, ¿no?

En 1951, Eric Hoffer, el gran filósofo de los muelles de Norteamérica, escribía:
"El modo en el que un movimiento de masas comienza también puede tener efecto sobre la duración y el modo de finalización de la fase activa del movimiento". Tanto cristianos como musulmanes son "pueblos del libro".

Pero existe una diferencia: el Cristianismo comenzó como religión del débil, practicado por lo más bajo de las sociedades y avanzó mediante conversión y ejemplo, independiente del estado.

La distinción entre religión y poder temporal está encajada en su narrativa fundacional. Compare las palabras finales de Jesús a sus discípulos, el día de la ascensión… "Recibiréis el poder, después de que venga a vosotros el Espíritu Santo: y seréis testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria, y en la parte más recóndita de la tierra". …
con las palabras finales de Mahoma a sus discípulos: "Se me ordenó que luchase contra todos los hombres hasta que dijeran, 'No hay otro dios sino Alá'".

Eso es toda una diferencia. Cristo está diciendo que vayan hasta los rincones de la tierra y persuadan a otros de lo que saben que es la verdad.

Mahoma está diciendo que combatan contra todos los hombres hasta que se sometan a su verdad: no es un plan para convertir un imperio existente (como hizo el Cristianismo) sino para el establecimiento de un imperio nuevo.

El Islam nació y se extendió como credo de guerreros y, mientras que puede ser instigado, la intensidad del fervor de los musulmanes occidentales de hoy sugiere que el guerrero Mahometano pervive en el corazón de su fe, aunque significativamente magnificado mediante superior potencia de fuego.

Oh, vamos, dirá usted, ¿qué hay de la Inquisición española?.

Bien, para empezar, la Inquisición mató a menos gente en siglo y medio de la que mata la jihad en un año flojo. Pero, en el sentido general, es fácil argumentar que, cifras al margen, siempre fue una aberración y una distorsión de las raíces del cristianismo.

Que la yihad en su forma más violenta sea una distorsión del mensaje de Mahoma está menos claro.

Con el Islam, la aberración son las variantes moderadas de los Balcanes, los estados de Asia Central y del Sur. Y hoy todos están desapareciendo.

De modo que si usted apuesta sus esperanzas en la reforma islámica, la dificultad reside en que los islamistas más destacados no están haciendo más que un karaoke mahometano.
He aquí a Osama bin Laden durante la campaña afgana post 11 de Septiembre: "Se me ordenó que luchase contra todos los hombres hasta que dijeran que no hay otro dios sino Alá, y su profeta Mahoma".

Argumentar que una cita textual es "una distorsión" de "la religión de la paz" es difícil.

Las declaraciones respectivas de Jesús y Mahoma son, por decirlo suavemente, indicativas de disposición.
La adopción del cristianismo por parte de la potencia estatal en Europa fue la etapa final de un proceso de conversión pacífica.

Mientras que, en el punto álgido de su poder en el siglo VIII, cuando "el mundo islámico" se extendía desde España hasta la India, su población era solamente musulmana en minoría, y permanecer de ese modo servía al Califato: desde el punto de vista fiscal, una población infiel sometida pagando la jizya (el impuesto especial para no musulmanes) era un componente crítico.
El Islam no era tanto una fe proselitizadora como una razón de autoridad política. Y la jihad de hoy tiene mucho más en común con un régimen imperial convencional que con una evangelización religiosa.

Lo que significa que hay buenas noticias y malas noticias. Las malas noticias son que el Islam pronto será capaz de obligar a la sumisión-conversión a punta de misil nuclear.

Las buenas noticias son que cualquier religión que necesite hacer eso es, por definición, débil. Más que eso, el feroz credo del guerrero musulmán del siglo VIII ha sido reemplazado en su mayor parte por un montón de sandeces cogidas por los pelos adquiridas en su totalidad de patologías totalitarias europeas desfasadas.

Habría dejado atónito a casi cualquier otro dictador de Persia como absurdo y sin valor estar tan penosamente obsesionado con el revisionismo del Holocausto como el Presidente Ahmadinejad: muestra un caso grave de complejo de inferioridad cultural eurófilo.

Pero en las mezquitas y madrazas de hoy en día hay casi tan poca contemplación de lo divino como en un sermón anglicano típico.

El gran columnista canadiense David Warren argumenta que el Islam es desesperadamente débil, que ha sido "idiotizado" por estas anacrónicas importaciones del Fascismo de mediados del siglo XX.

No estoy seguro de si yo iría tan lejos, pero, si Washington tiene la mitad de fantasmas de influencia que a las películas les gusta creer que tenemos, la negligencia espiritual del Islam de hoy en día es un gran talón de Aquiles en su punto para explotar.

Por Mark Steyn


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