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29.8.04

Los holandeses emigran a Australia

Los holandeses hace mas de dos años han optado por no luchar contra las políticas multiculturales del gobierno, y desde entonces y por la llegada imparable de más musulmanes, su descontento se acrecienta, y han decidido abandonar su país.
La tendencia se disparó tras el asesinato de Theo van Gogh.
El cineasta era un crítico de los fundamentalistas islámicos.
Los inmigrantes conforman el 10% de la población. Los que se van, eligen Canadá, y Nueva Zelanda como destinos, pero sobre todo Australia.

AMSTERDAM.- Paul Hilterman ya había advertido un estado de ánimo más apagado en Holanda.
Hilterman dirige una agencia para personas que desean emigrar y su lista de clientes se ha incrementado.Pero de todos modos le sorprendió en noviembre el asesinato de un realizador cinematográfico holandés, primero a balazos y luego degollado en las calles de Amsterdam.

En las semanas siguientes, Hilterman recibió una lluvia de mensajes de correo electrónico y llamadas telefónicas."Cundió el pánico -dijo- y una enorme cantidad de personas decían que querían marcharse del país."¿Abandonar este estable y próspero rincón de Europa? ¿Dejar esta tierra de generosos beneficios sociales y buenos salarios, de excelentes escuelas, museos, campos de deportes y bici sendas, todo ello dentro del marco de una vital democracia? La respuesta es -y cada vez más- que sí.

Esta pequeña nación es un imán para los inmigrantes, pero las estadísticas revelan que se ha acelerado la emigración de la clase media blanca.
Los holandeses que se desarraigan declararon experimentar un pesimismo general con respecto a su pequeño y repleto país, debido a las tensiones sociales que han crecido con las sucesivas oleadas de recién llegados, casi todos musulmanes."Los musulmanes viven en una olla de presión", dijo Hilterman.

Y hay más de una preocupación acerca de la creciente complicación que implica absorber a los inmigrantes, que ahora conforman una décima parte de la población, muchos de ellos procedentes de países mayoritariamente islámicos. Muchos holandeses se sienten perplejos de que su país,gobernado durante décadas dentro de un íntimo y grato consenso político, resulte ahora tan tenso e irritable y proclive a la confrontación.

Los holandeses que se marchan se han sentido atraídos por las grandes naciones anglohablantes como Australia, Nueva Zelanda y Canadá, donde esperan sentirse menos constreñidos.

En algunas entrevistas, los emigrantes rara vez afirmaron que el temor a la militancia islámica fuera la razón primordial que los decidió a preparar sus maletas. Pero el asesinato del cineasta Theo van Gogh, feroz crítico de los musulmanes fundamentalistas, parece haber sido el catalizador."Nuestro sitio web recibió 13.000 visitas durante las semanas siguientes al asesinato", dijo Frans Bruysse, que coordina una agencia dedicada a concretar los trámites de los que abandonan el país. "Y esa cifra supera cuatro veces las visitas habituales."

El asesinato de Van Gogh es el único que la policía ha atribuido a un militante islámico, pero desde entonces ha informado el descubrimiento de listas de potenciales víctimas de militantes islámicos, que incluían seis políticos prominentes. Los efectos aún tienen eco. Según datos de una encuesta reciente, el 35% de los holandeses tiene una opinión negativa del islam.

Muchos de los que se establecen en el exterior no aparecen en las estadísticas, como el creciente contingente de pensionados que se marcha a países más cálidos. Pero los números oficiales revelan cuál es la tendencia.

En 1999, casi 30.000 holandeses se trasladaron a otros países, según la Oficina Central de Estadística. En 2004, la cifra provisional alcanza a 40.000.Los que se marchan hablan de su anhelo por espacios abiertos, aire limpio, por la amabilidad y la urbanidad que, según sienten, han perdido.

Las quejas incluyen el apiñamiento, los interminables embotellamientos de tránsito, el exceso de regulación. Algunos hablan de conducta antisocial y de un preocupante nivel de agresión tanto en la calle como en los debates políticos.Desde el asesinato de Pim Fortuyn, político populista contrario a la inmigración, ocurrido en 2002, hasta el crimen más reciente de un maestro, esta generación de holandeses no puede concebir tanta violencia en su pacífico país.

Tras el crimen de Van Gogh, se produjeron furiosas manifestaciones e incendios de mezquitas y escuelas musulmanas. Como venganza, fueron atacadas algunas iglesias cristianas.
El hecho de que Holanda "está saturada" se ha convertido en el problema nacional. Al principio, todos lo decían con cierta cautela, porque tenía una connotación antimusulmana. Pero muchos ahora lo afirman directamente, como Peter Bles, quien todos los días hace un largo viaje para trabajar en un banco de Amsterdam. El y su esposa se preparan para establecerse en Australia. "Allí encontramos gente más amable, menos estresada", dijo.

El espacio es, por cierto, un premio en Holanda, la nación más densamente poblada de Europa, donde 16 millones y medio de personas viven en una zona que tiene más o menos la dimensión del estado de Maryland.
Los demógrafos holandeses dicen que su país ha experimentado uno de los aumentos demográficos más rápidos y de mayor alcance de toda Europa, ya que alrededor del 10% de su población nació en el extranjero, casi todos ellos musulmanes.
Se ha vuelto común culpar a los inmigrantes de muchos males.

Los marroquíes y turcos procedentes de áreas rurales han sido acusados de desdeñar el liberalismo holandés y de que no se esfuerzan en absoluto por adaptarse. Los inmigrantes jóvenes constituyen ahora la mitad de la población carcelaria.
Más del 40% de los inmigrantes recibe alguna forma de asistencia del gobierno, lo cual es una fuente de resentimiento para los holandeses nativos.

Los inmigrantes, sin embargo, dicen que se los discrimina.Para Hilterman, el consultor de emigración, lo más notable no es sólo el aumento del número de holandeses interesados en dejar el país, sino también la clase de gente interesada. "Se trata de gente exitosa, gerentes, fisioterapeutas, especialistas en computación", dijo. "Cinco años atrás -agregó casi todos sus clientes eran granjeros en busca de más tierras."

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26.8.04

Una ciudad Europea "Beaucaire"


BEAUCAIRE, EN PROVENZA, EUROPA.

Extranjeros en su propio pueblo

Es una ciudad arabe, una pequeña ciudad. Una ciudad preciosa, medieval, en pleno sol meridional, a lo largo de un canal que riega sus campos. Hoy, día de mercado, huele a todo en sus calles, las mujeres con ropas de lana marroquí, con la cara tatuada y los brazos cargados de niños, se aglutinan junto a los puestos de legumbres, discuten en su lengua y hacen sus compras, mientras que los viejos preparan sus quinielas.
Los jóvenes con sus motocicletas ruidosas, sus gorras americanas y sus cazadoras negras de cuero rompen el silencio de la pequeña ciudad.

Pues bien esta pequeña ciudad, no esta en Marruecos, esta en el corazón de la Provenza, en Francia, Europa. El centro histórico de esta ciudad de 6.000 habitantes, esta ocupado por 3.660 marroquíes, según el último censo, sin hablar de los no censados o ilegales. Esta ciudad ahora huele a cous cous y hariza y solo se oye en el dulzor de esta mañana mediterránea el ruido de las mobiletas y el grito del "muezzin" desde un minarete, detrás de la Iglesia románica del siglo XII, que preside el centro de esta pequeña ciudad entre Avignon y Nimes la ciudad romana, en plena Occitania.

En los años 60, cuando llegaron los primeros emigrantes argelinos y marroquíes, para trabajar en sus campos de Beaucaire, el alcalde comunista, en aquella epoca, instalo a los emigrantes magrebies en las casas abandonadas que había en el centro histórico, naturalmente en los años 60, solo había una centena de emigrantes que en los últimos 35 años se ha multiplicado hasta llegar al censo de 3.360 más los ilegales. Lo mas triste del caso, es que la mayoría esta en el paro y vive de las prestaciones sociales y los pocos franceses que viven en esa ciudad, están escondidos en sus casas esperando que el SISTEMA, QUE TEME SER ACUSADO DE RACISTA, haga algo, si puede para ellos y la ciudad. La xenofobia sube a altos niveles en todas las clases de la población meridional de Francia, ante la licitud que cierra los ojos, para no ver un problema que ha dejado de ser un humanismo dogmático.

Esto supone un peligro para todos los habitantes de la región, que empiezan a comprar armas de fuego y a cerrar sus casas a CAL Y CANTO.

Se sabe perfectamente que estos emigrantes en paro reciben una prestación de 9.360 francos al mes, mas alocacion familiar, que en caso de 7 hijos, supone 5.634 francos, 1.818 francos de alocacion para la vivienda, y 1.558 por la mujer en casa, como disfrutan de distintos matrimonios y distintas madres de sus distintos hijos, no es raro ver a los padres pasearse en coches 605 turbo-diesel. Si yo hiciera un estudio meticuloso, como el que ha llevado a cabo un especialista de la municipalidad de la ciudad de Beaucaire y solamente un calculo sobre lo que cuesta a la Seguridad Social y al municipio cada padre emigrante en paro, con esposas e hijos, supone 330.000 francos al año, que multiplicado por 25 pesetas -franco...serían..hacer vosotros la cuenta. Algo como para desear que no ocurra lo mismo en Avila por ejemplo.

Ahora, el consejo municipal de la ciudad de Beaucaire, ruega al Ministro del Interior del Estado, que tome alguna medida, antes de que sea demasiado tarde. Pero esta petición se considera ilegal... ya que en Francia existe la reagrupacion familiar de los emigrantes y el tener tres ocuatro esposas, no siendo francés, no es ilegal y no hay ningún "tabú" que impida la poligamia o los derechos sociales de los emigrantes. La constatación de que en un país donde ya no hay trabajo, para todo el mundo, no se debe permitir que los "parados emigrantes" por ser emigrantes, cobren todo tipo de prestaciones, para evitar que los defensores de los "derechos humanos" te insulten, mientras que un trabajador francés jubilado después de 30 años de cotización a la Seguridad Social, percibe una pensión mensual de 7.500 francos.

Ese mismo trabajador francés, si esta en el paro, solo tiene derecho al SMIG, salario mínimo obligatorio, que supones 4.500 francos.

En el ultimo consejo municipal de Beaucaire, se ha aprobado un texto con veintiseis votos a favor, contra seis votos en contra, para pedir al Estado la restauración del centro histórico y declarar la villa de Beaucaire "ciudad histórico-cultural" y de esta forma desalojar a los emigrantes que ocupan el centro histórico de la pequeña ciudad de Beaucaire en la Provenza, Francia, Europa.

A la entrada de BEAUCAIRE hay un cartel que dice:"Ici les petits francais font figure d'ètrangers et ils sont soul le seuil de tolèrance" Algo así, como que:

Los pequeños franceses viven aquí, como extranjeros, bajo el umbral de la tolerancia.

Olivier Grimaldi, Presidente del Círculo Franco Hispánico
20-09-2003


Esperemos que no tengamos que escribir dentro de un par de años algo así de un pueblo Español, aunque hay zonas (El Ejido, Tarrasa, Ceuta, etc) que ya se parecen al pueblo francés descrito.

24.8.04

Francia contra el chantaje terrorista


El «Ejército Islámico de Irak» amenaza con matar hoy a los dos periodistas francesas secuestrados si el Gobierno francés no deroga la ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas.

Tras afirmar que hablaba en nombre de toda la nación unida, Jacques Chirac, presidente de la República, lanzó ayer un llamamiento solemne en el que reclama la liberación de los dos periodistas francesas secuestrados por el grupo terrorista Ejército Islámico de Irak, que reivindicó la semana pasada el asesinato del periodista italiano Enzo Baldón, y ahora reclama a Francia la derogación de la ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas.
Los periodistas franceses fueron secuestrados hace una semana.

Durante unos días prevaleció una ambigua confusión, hasta que, finalmente, los secuestradores hicieron públicas sus exigencias: un ultimátum de 48 horas para que Francia autorice el velo islámico en las escuelas públicas, como han reclamado varios Estados musulmanes y organizaciones religiosas en Europa, Asia y Oriente Medio.

En una breve alocución, Chirac evitó anoche pronunciarse sobre el ultimátum, que expira esta tarde, y tampoco hizo alusión alguna a la laicidad republicana ni a la prohibición del velo en las escuelas, que entra en vigor el próximo jueves.

El jefe del Estado prefirió insistir en que su Gobierno «está haciendo todo lo posible» para conseguir la liberación de Christian Chesnot, colaborador de Radio Francia Internacional (RFI) y Georges Malbrunot, enviado especial de Le Figaro.

Michel Barnier, ministro de Exteriores, abandonó ayer París para coordinar desde varias capitales de Oriente Próximo las presiones que Francia ejercerá para intentar conseguir la liberación de los periodistas, sin ceder a un chantaje inadmisible. Antes del mensaje del presidente, Jean-Pierre Raffarin, primer ministro, ya había declarado que «hemos decidido reforzar nuestra capacidad de iniciativa en Oriente Próximo para conseguir la liberación de nuestros compatriotas odiosamente secuestrados en Irak».

Cuando Chirac y Raffarin insisten en la «unidad nacional» desean subrayar, al mismo tiempo, la movilización de los representantes religiosos, políticos y asociativos de los 4,5 millones de musulmanes franceses, pacífica y parcialmente hostiles al velo islámico, que consideran «odioso, criminal e intolerable» el chantaje ejercido.

Dalil Boubakeur, presidente del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM), declaró: «La comunidad musulmana francesa debe desmarcarse de los comportamientos condenados por el Islam y no dar ninguna señal que pudiera interpretarse como un apoyo a los criminales».
Por su parte, Lahj Tahmi Breze, presidente de la Unión de las Organizaciones Islámicas de Francia, añadía: «No hay nada que negociar con los terroristas. Francia no merece ser castigada por su comportamiento en Irak, sino todo lo contrario».

Varios representantes de la jerarquía musulmana francesa preparaban ayer un mensaje al consejo de ulemas de Irak para interceder a favor de los periodistas secuestrados. Francia esperaba escapar a la amenaza terrorista, distanciándose de la política norteamericana en Irak. El secuestro de los dos periodistas y el ultimátum del Ejército Islámico de Irak recuerda de trágica manera la existencia de un «frente interior» de la misma crisis.

Hace meses se sucedieron muchas manifestaciones de protesta islamistas en Europa y en países musulmanes para denunciar la nueva ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas públicas. Por vez primera en la historia, un grupo terrorista islámico recurre al secuestro criminal para intentar derogar una decisión soberana de un Gobierno europeo en materia escolar.

ABC, 30/8/2004

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21.8.04

Entrevista a Azar Nafisi “Ojalá un día Irán vuelva a oler a flores”

Entrevista: Azar Nafisi, profesora de literatura huida de Irán.

Nací en Teherán hace... ¡hum, eso es cosa mía! Viví allí hasta que, en 1997, abandoné Irán y me instalé en Washington. Soy profesora de Literatura en la Universidad Johns Hopkins. Estoy casada y tengo dos hijos, Negan (19) y Dana (18). ¿Política? Soy activista pro derechos humanos. ¿Religión? Nací musulmana ¡y hoy ya no sé lo que soy!

-¿Cómo vivió usted la revolución jomeinista en Irán, en 1978?
–Pasando rápidamente de la euforia a la angustia.

–¿Por qué?
–Porque yo, como todos, estaba harta de la dictadura política del sha. Pero cuando escuché al ayatolá Jomeiny sus disposiciones sobre las mujeres... ¡me asusté muchísimo!

–¿Qué disposiciones?
–Redujo la edad matrimonial de las mujeres de los 18 años... ¡a los 9 años!: les robaba así la infancia y su derecho a crecer libremente... Y recuperó la lapidación. Y rehabilitó la poligamia. Impuso el uso del velo. Inhabilitó a las mujeres para ejercer cargos públicos...

–Rescáteme un recuerdo de aquellos días.
–Acusaron al director de mi antiguo instituto de blasfemo, de haber ofendido a Dios: le hicieron entrar en un saco (a los impíos no se les puede tocar) y lo lapidaron.

–Perdóneme la crueldad de la pregunta: entre el sha y Jomeiny, ¿con quién se queda?
–Todos mis amigos y yo nos oponíamos al sha porque queríamos más libertad, más derechos, no menos de los pocos que teníamos. Lo que queríamos era vivir mejor, ¡no peor!

–¿Y qué sucedió para que no fuera así?
–Que en los movimientos de masas, en las situaciones caóticas, acaban siempre imponiéndose los extremismos, por desgracia.

–¿Qué lección saca para el futuro de Irán?
–Que la mayoría de los iraníes, incluidos los que éramos elites intelectuales, lo ignorábamos todo acerca de la democracia. ¡Lo que necesitamos ahora es educarnos sobre eso!

–¿Se culpa a sí misma también de aquello?
–Sí, todos fuimos culpables.

–¿A qué se dedicaba usted por entonces?
–En 1977 había regresado de Europa y Estados Unidos, de completar mi doctorado en literatura, y daba clases en la universidad.

–¿Y cómo era el ambiente universitario?
–Muchos amigos míos, opositores al sha desde el marxismo, fueron pronto ejecutados por Jomeiny. La lucha, que antes había sido política, ¡era ahora existencial!

–¿Y qué hacía usted?
–Intentaba dar mis clases de literatura. Pero me pusieron un comisario ideológico. Y empezaron a prohibirme ciertos libros...

–¿Qué libros?
–“Lolita”, de Nabokov. “El Gran Gatsby”, de Fitzgerald. Los de Jane Austen, Henry James... De hecho, han prohibido la novela como género: fabular es algo demasiado democrático... ¡Están prohibidas “Las mil y una noches”! Y poetas clásicos como Omar Khayam, del siglo XIII (“por ateo y materialista”), y Firdusi, nuestro poeta épico clásico del siglo XII (porque les evoca al sha), y una gran poetisa amorosa, por “prostituta”...

–La siempre delirante teocracia...
–La obsesión de los guardianes de la revolución jomeinista fue cerrar las universidades. Para impedirlo, nosotros hacíamos sentadas. Y nos acuchillaban, nos disparaban... Muchos estudiantes y profesores morían.

–¿Hasta cuándo soportó esta situación?
–En 1981 impusieron el velo obligatorio para dar clase. Me negué. Y fui expulsada. Tuve suerte: ¡a alumnas mías las asesinaron por haber quedado embarazadas! Y las “guardianas de la revolución” estiraban pestañas de las chicas por si llevaban rimel.

–Qué infierno.
–Mi familia tuvo suerte: mi padre había sido alcalde de Teherán con el sha, pero era un liberal y se había enfrentado a aquel gobierno. El sha lo encarceló y torturó. Eso le salvó luego la vida con los jomeinistas, aunque nos confiscaron tierras y propiedades.

–¿Qué recuerdos tiene del Irán de su niñez?
–Muy bellos, de una naturaleza hermosa, de jardines, chocolaterías, cafés... por los que paseaba con papá, y del olor a pan caliente, a flores, al jazmín que lo embriagaba todo...

–¿Nostalgia?
–También perdí la inocencia visitando a mi padre en la cárcel durante cuatro años... Pero con Jomeiny, el país entero se estragó. Ah, ojalá un día Irán vuelva a oler a flores...

–¿Qué hizo usted al dejar la universidad?
–Organicé en mi casa un aula clandestina: venían siete de mis alumnas, y allí leíamos las novelas prohibidas por los ayatolás. Reíamos, opinábamos... ¡estábamos restituyendo allí nuestra propia dignidad individual!

–¿Y cómo vivían ellas esas lecturas?
–En función de la opresión que sentían: ¡veían que a “Lolita” otro le imponía su sueño y su deseo (Humbert), como a ellas los ayatolás!, y que así no podían crecer libremente.

–¿Y qué sueñan hoy los jóvenes iraníes?
–Muchos ansían irse a Estados Unidos, ¡porque es el “Gran Satán” de los ayatolás, claro! Pero otros quieren quedarse y mejorar su país. Y esa presión está creando espacios.

–¿Es usted optimista acerca del futuro?
–¡Quiero serlo! El premio Nobel de la Paz a la abogada iraní Shirin Ebadi es importante. ¡Ella rompe el estereotipo que occidente tiene del islam!: es mujer, abogada, musulmana, sin velo y defensora de los derechos humanos, de la democracia... ¡Irán será así!

–Quizá Bush decida ayudar... invadiendo Irán: Kagan me dijo que Irán es un peligro...
–¡Sería muy estúpido hacer eso! Irán está cambiando desde dentro, y lo mejor que puede hacer Occidente hoy es apoyar al pueblo: a los movimientos pro derechos humanos, a los disidentes... ¡Eso da mucho ánimo allí! Presionemos, porque el Gobierno iraní es hoy sensible a su imagen en el mundo.

–Usted se fue de Irán... ¿Por qué no vuelve?
–Si volviese hoy, mi vida correría peligro. –Pues ojalá todo eso cambie muy pronto... –Irán creó un tipo de teocracia que fue modelo para el orbe islámico. Su derrota resonaría también en todo el islam: ¡daría alas a tantos millones de musulmanes demócratas...!

Publicada el 4 de diciembre de 2003 en La Vanguardia.



18.8.04

Princesas del islam



¿Hay un solo islam? ¿Hay una única condición de la mujer bajo el islam? Los estereotipos occidentales tienden a considerarlo así. Pero el islam es múltiple. Su variedad, en lo que respecta a la mujer, se refleja en las distintas concepciones que sobre su papel tienen las diferentes tradiciones sociales, escuelas jurídicas e incluso legislaciones estatales. Unas más abiertas, caso de Túnez, Turquía, Líbano o Siria y otras más retrógradas, como Arabia Saudí.

Las condiciones sociales marcan considerables diferencias. No piensan igual las mujeres de la ciudad que las del campo, las que forman parte de las burguesías urbanas que las de los paupérrimos barrios desheredados, las que tienen estudios que las analfabetas. Y son las primeras las que desde distintas perspectivas –laica, religiosa practicante, incluso islamista militante– se han convertido en punta de lanza de unas reivindicaciones que tardan demasiado en llegar, al igual que las urgentes transformaciones sociales, económicas y políticas de sus respectivos países.

Princesas del Islam habla de estas mujeres que, favorecidas por su posición social y su acceso a la modernidad, han podido reflexionar, ser escuchadas, impulsar cambios, incluso proponerse como modelos. Las reinas Noor o Rania de Jordania; Farah Diba, famosa ex emperatriz de Persia; Lalla Meryem, princesa de Marruecos; gobernantes como Benazir Bhutto, las primeras damas egipcias Jihan Sadat o Suzanne Mubarak; Fatima Mernissi o Nawal al-Saadawi, destacadas intelectuales; Nadia Yassin, líder política islamista… ofrecen una imagen de la mujer islámica lejos del tópico occidental. Todas ellas, sin pertenecer necesariamente a casas reales, han sido, son, damas, princesas del islam.

Síntesis


La revolución silenciosa

Dice el Corán: "Los hombres son superiores a las mujeres porque Dios les ha dado preeminencia sobre ellas" (sura IV, 34). También dice: "Vuestras mujeres son tierra de labranza para vosotros. Venid a vuestra tierra de labranza como queráis y obrad por vosotros mismos por anticipado" (sura II, 223).

La constante que se repite en todas las sociedades patriarcales, ya desde antes de Mahoma, de someter la mujer y su poder reproductor al hombre impregna toda la sharia o ley emanada del libro revelado al Profeta de Alá. Con el Corán en la mano, las creyentes musulmanas tratan de hallar el mejor acomodo posible a sus ansias de emancipación, de libertad, sin conculcar los principios allí establecidos. Pero éste se revela como un ejercicio dificilísimo del que casi ninguna consigue salir airosa. Porque la regulación de la vida del buen musulmán y la buena musulmana es tan exhaustiva y estricta que hace casi imposible cualquier interpretación a la baja. Y entonces, ¿qué ocurre? Que la propia mujer se autolimita, busca justificaciones para las restricciones que ella misma se impone, vendiéndose a sí misma la idea de que el islam "protege a las mujeres".

El tema es complicado y difícil de entender para las mujeres occidentales. Pero basta intentar dialogar sobre la opresión de la mujer islámica con una musulmana practicante para toparnos con un muro de explicaciones que rozan el simplismo. Como que el islam es la religión en la que la mujer está más protegida, y sus derechos, más respetados. Y a continuación sale a relucir, ineluctablemente, el derecho a la herencia, no reconocido antes de Mahoma.

En general, las argumentaciones se basan en lo que significó la llegada del islam en el contexto de las primitivas sociedades tribales de Arabia, donde la mujer no tenía apenas derecho a existir. Como he dicho anteriormente, muchas recién nacidas eran inmediatamente enterradas en las cálidas arenas del desierto para eliminar cargas familiares, sobre todo en los grupos económicamente más desamparados. El Profeta prohibió enseguida el infanticidio de las niñas y les otorgó el derecho a la herencia, aunque sólo a la mitad de lo que les correspondería de haber nacido varones. También prohibió la venta de esclavas como prostitutas: "No obligues a tus esclavas a prostituirse si ellas desean vivir en castidad" (sura XXIV, 33). En resumen, la discusión sobre estos temas enseguida se nos revela como un ejercicio muy delicado.

No obstante, el debate en las sociedades islámicas está abierto. Alguien lo ha llamado "la revolución silenciosa" (de las mujeres). Pero existe. Ahí están las múltiples asociaciones de musulmanas que luchan por su liberación desde los años inmediatos a la descolonización. No caigamos en el error de equiparar estos movimientos con los de las feministas que todos conocemos, a las que miran con cierta reserva, especialmente las musulmanas que viven en Europa como emigrantes. Sus esquemas mentales son distintos de los nuestros. No digo mejores ni peores, sencillamente diferentes. Ellas claman por un cambio desde dentro de su propia cultura, no un cambio impuesto desde fuera, y cuando digo desde fuera quiero decir desde Occidente. Incluso las islamistas exigen un cambio, pero, en este caso, basado en la sharia o ley coránica.

Los movimientos de mujeres de Oriente Próximo, África, Asia... pueden estar de acuerdo con algunas reivindicaciones de las feministas occidentales, pero con otras discrepan abiertamente. Están de acuerdo en pedir la igualdad de oportunidades, el derecho al trabajo, a la educación, al sufragio universal. Pero se muestran en desacuerdo en temas como el de excluir a la familia de los "contratos matrimoniales", la libre elección de esposa o esposo -a veces, desde la infancia-, la dote de la novia, la existencia de tutores o mediadores no sólo para el matrimonio, sino también para el divorcio. Es decir, el sistema de familia nuclear prevalece sobre los derechos individuales de cada uno de sus miembros, sobre todo de las mujeres del clan.

Básicamente, el razonamiento es el siguiente: los derechos y responsabilidades del hombre y de la mujer ante Dios son iguales; deben ser devotos, caritativos, veraces, humildes, etcétera. La diferencia sólo radica en la diversificación de funciones que les toca desempeñar en la sociedad. En este sentido, hombres y mujeres tienen que ser complementarios, según la tradición islámica, en una organización dirigida a cubrir múltiples funciones familiares en contraposición con la competitividad que supone el binomio hombre-mujer, en una sociedad, como la nuestra, en la que cada cual va por libre.

De tal forma se estructuran las sociedades islámicas sobre la base de sus tradiciones que podríamos hablar de un feminismo incongruente desde nuestro punto de vista occidental y laico. No obstante, existen unos principios generales a considerar que atañen a todas las personas por encima de credos políticos y religión. Son unos principios básicos, explicitados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que fueron duramente ganados a través de las turbulencias que siguieron a la Ilustración. El siglo XVIII, llamado de las luces, marca un antes y un después en la lucha por el respeto a los derechos más elementales del ser humano sea cual fuere su clase o condición. La revolución industrial hizo el resto al incorporar a la mujer, como fuerza de trabajo, al tejido productivo económico y social. Y ésta es la asignatura pendiente del mundo musulmán.

Obviamente que la discriminación de los derechos de la mujer no es exclusiva del mundo islámico. Lo que ocurre es que entre los musulmanes está muy arraigada y no ha menguado ni un ápice. En este contexto, no debemos olvidar los prejuicios sobre la mujer derivados de la civilización judeocristiana -patriarcal como la islámica-, que saca a Eva de una costilla de Adán, la responsabiliza del pecado original y la margina de la Iglesia y la sociedad, sometiéndola también al hombre. Baste recordar todas las admoniciones lanzadas contra la mujer desde san Pablo hasta los grandes padres de la Iglesia católica como san Agustín, Tertuliano, santo Tomás de Aquino y otros. Pero de aquello hace un montón de siglos y algo hemos avanzado, a pesar de credos y religiones.

La 'sunna' y la poligamia 

 
La tradición o sunna en el islam es uno de sus pilares fundamentales. Así, la poligamia, extendida, en la época preislámica, por todas las tribus beduinas, incluida la de Abraham, el gran patriarca de las tres grandes religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo e islamismo-, es tolerada y practicada por Mahoma. Hoy en día se contempla como una institución que tiende a caer en desuso por razones de precariedad económica, pero sigue practicándose, a pesar de que las feministas islámicas, en sus vidas privadas, lo aceptan difícilmente y sólo por imposición cuando sus circunstancias personales no les permiten optar por el divorcio. Ahí está la flagrante contradicción que viven muchas mujeres musulmanas, especialmente las de las élites acomodadas que han recibido educación y estudios universitarios.

En Marruecos, el movimiento islámico Justicia y Espiritualidad del anciano jeque Abdesalam Yassin -tolerado por el Gobierno, aunque prohibido cómo partido político- puso el grito en el cielo después de que, en el verano de 2000, el Gobierno del socialista Youssoufi prohibiera las playas exclusivas para islamistas, con apartados aislados para cada sexo, donde las mujeres debían bañarse cubiertas de la cabeza a los pies, mientras que los hombres lo podían hacer, en su reservado, con el típico bañador occidental. Tampoco sentó bien el Plan de Acción Nacional para la Integración de la Mujer, dentro de las medidas liberalizadoras emprendidas por el joven monarca Muhammad VI tras su llegada al trono, a causa de las tímidas reformas aperturistas que supone respecto a las mujeres.

Sucede que el machismo no solamente se halla enraizado entre la población masculina, sino que impregna también la mentalidad de las propias mujeres araboislámicas. No quedan tan lejos en el tiempo las prevenciones de nuestras madres cuando empezaron a ejercer las primeras mujeres médicas y la desconfianza hacia su capacidad profesional hacía que prefirieran seguir acudiendo a los tradicionales consultorios masculinos. O una serie de profesiones -como minera, periodista, bombera- que se consideraban "propias de hombres". En cuanto a la discriminación positiva por sexo, o política de cuotas para las mujeres, es una práctica muy en boga desde hace unos años en nuestro mundo rico, desarrollado y sobre todo liberal. Salvando las distancias, claro.

Pero ya sea en Rabat, Argel, Túnez, El Cairo, etcétera, mujeres como las marroquíes Fátima Mernissi y Leila Chafai, o las argelinas Salima Ghezali y Louisa Hanoun, o la feminista egipcia Nawal al Saadawi -llevada a juicio por herejías contra el islam-, por citar sólo unas cuantas, hacen frente al reto de conseguir superar el modelo patriarcal que impide la igualdad entre hombre y mujer, y, por tanto, la emancipación de esta última.

En los países araboislámicos, al igual que en Occidente, existe una realidad en alza que juega a favor de la mujer en este sentido: la necesidad de que la esposa aporte un salario complementario para tirar adelante la economía doméstica. Muchos esclavos se redimieron por el trabajo, y esta vía ha servido y sirve hoy a muchas mujeres para ganar pequeñas o grandes victorias en su lucha por la emancipación. El número de mujeres que trabajan, en puestos quizá poco cualificados y siempre mal remunerados, en el mundo musulmán va en aumento. Ello las obliga a salir de casa, donde permanecieron siglos encerradas, casi esclavas entre el analfabetismo y la tradición islámica, hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Al producirse la independencia de las colonias, el acceso de las mujeres a la educación aumentó espectacularmente. Es decir, la escolarización de las niñas pasó de ser prácticamente nula, sobre todo en el campo, y mínima en las clases económicamente privilegiadas (en Marruecos, el promedio en el momento de su independencia era de un 13%), a verse espectacularmente multiplicada, aunque los índices de analfabetismo femenino -como hemos visto anteriormente- se mantengan en unos niveles intolerables a estas alturas.

El derecho a la educación es el gran ausente en todos los códigos de familia y estatutos personales que rigen en los países araboislámicos. Pero en los últimos años estas naciones han sufrido importantes cambios tanto políticos como sociales: la emigración del campo a la ciudad, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, la escolarización de las niñas, etcétera. En definitiva, lo que la marroquí Leila Chafai, doctora en sociología, llama "la feminización del espacio público". Dice Chafai: "Muchas familias, sobre todo en las ciudades, ya viven fuera de la ley, es decir, no sujetas a la mudawana. La mujer se casa con un hombre menos machista, puede exigir fácilmente sus derechos, puesto que ella también tiene el poder económico y sobre todo su autonomía. El nuevo espacio doméstico sólo da cabida a una sola mujer, un marido, algunos hijos y la tutela familiar no existe. Así, desde marzo de 1992, las organizaciones feministas se movilizaron por el cambio del 'estatuto personal' exigiendo una ley igualitaria y exponiendo sus reivindicaciones en prensa, radio y televisión. Al fin, las enmiendas aportadas a la mudawana [en Marruecos] llegaron en septiembre del año siguiente".

Las reformas fueron de mínimos, pero algo se consiguió. Por ejemplo, se flexibilizaron disposiciones relativas a la exigencia de los imprescindibles tutores matrimoniales, o la incapacitación de las madres como administradoras de los bienes de sus hijos a la muerte del marido, o la facilidad para el hombre de obtener el divorcio sin mediación judicial, lo cual venía a ser un repudio encubierto. Se desoyó una de las principales reivindicaciones de las organizaciones de mujeres: la abolición de la poligamia, así como la supresión de la tutela sobre sus vidas (ahora sólo paterna), que las convierte en eternas menores de edad.

Y cuando, en el año 2000, el Gobierno socialista de Youssoufi -animado por el ánimo aperturista y liberal del nuevo rey Muhammad VI- presentó un proyecto de reformas serias del estatuto personal de la mujer, aumentando la edad del matrimonio de los 15 a los 18 años, reemplazando el repudio por el divorcio o prohibiendo la poligamia, los grupos islamistas empezaron a movilizar a sus gentes en continuas manifestaciones con el argumento de que tales reformas "abrirían la puerta a la prostitución". Las asociaciones de mujeres emergieron en toda la comunidad musulmana, sobre todo a partir de los años ochenta. Sería largo enumerarlas una a una. Lo fundamental es destacar la importancia que todas conceden no sólo a la escolarización primaria, sino especialmente a la educación secundaria. Porque la instrucción modifica las relaciones con las madres, a menudo analfabetas, que no saben cómo reaccionar ante estas hijas contestatarias cuyas reivindicaciones no entienden. No es así en todos los casos, naturalmente. Algunas se solidarizan con unas aspiraciones quizá soñadas por ellas en su juventud.

Túnez: ni sumisas ni liberadas 

 
De entre los países del Magreb (norte de África), Túnez es el país con un sistema jurídico menos discriminatorio para la mujer, al menos sobre el papel. La poligamia y el repudio están prohibidos, el divorcio se halla al alcance de las mujeres en condiciones equitativas y la escolarización de las niñas es pública aun cuando siga habiendo un índice de analfabetas inaceptable. Seguramente, las tunecinas son las mujeres más emancipadas del mundo árabe, excepción hecha de Irak y Siria, cuyos regímenes baazistas de distinto signo, pero laicos ambos, conceden una mayor autonomía a las mujeres, al menos sobre el papel. El hecho es que Túnez ha conseguido hacer grandes avances en el plano jurídico respecto a las mujeres, flexibilizando su estatuto personal al máximo. Sin embargo, sobre el terreno, el comportamiento de la mayoría de las mujeres sigue condicionado por una serie de tabúes, entre los cuales el más significativo es el relativo a la sexualidad. Un sondeo que se realizó en 1993 entre la población femenina sobre la tradición de llegar virgen al matrimonio arrojaba un pasmoso 87% a favor. Un 60% concibe la actividad sexual como un deber impuesto por la sociedad y la religión. Las jóvenes que practican el sexo antes del matrimonio -que las hay- tienen el recurso de acudir al cirujano. En Túnez, como en Marruecos, Argelia, etcétera, hay médicos que cobran sumas exorbitantes por dejar un himen como nuevo para que el inadvertido esposo disfrute de una noche de bodas como Dios manda. Claro que estos engaños quedan restringidos generalmente a las chicas de clases acomodadas o con poder económico suficiente para pagar la factura de la intervención quirúrgica.

Saida Douki, profesora de psiquiatría del hospital Razi de Manouba (Túnez), apunta a las propias mujeres como las responsables de no tomar ni aun lo que la ley les concede y de educar a sus hijos en el machismo más puro y duro. "Son ellas, las madres, las educadoras de hombres", dice la doctora Douki en unas declaraciones recogidas por Samy Ghorbal en L'Intelligent, "las que perpetúan el modelo tradicional [...]. Encerrada en su maternidad, la mujer guarda el poder de prolongar indefinidamente los lazos exclusivos, casi incestuosos, que la unen a sus hijos varones. Ella los educa en el culto a su virilidad y a su superioridad al mismo tiempo que inculca a sus hijas la idea de que deben aceptar los límites de su condición". Esta idea se halla también destacada por Camille Lacoste- Dujardin en su libro sobre patriarcado y maternidad en el mundo árabe, Las madres contra las mujeres, cuando dice: "La joven madre, colmada por la presencia de este pequeño varón que ha creado, lo llena de caricias que contribuyen a despertar su sensualidad. Los juegos de contacto corporal, roces, masajes, mordisqueos, no evitan ningún lugar del cuerpo de este niño, y el sexo del pequeño varón es especialmente objeto de múltiples atenciones, solicitaciones y juegos por parte de la joven madre, que pasa así con mucha facilidad de lo lúdico a lo erótico. Esta proximidad activa establece entre la madre y el bebé una relación muy estrecha, muy rica, muy completa". No es de extrañar que el vínculo con la madre persista y tenga un gran peso, más tarde, a lo largo de toda la vida adulta del hijo.

Para Saida Douki, el matrimonio del hijo no pone fin a esta relación de dependencia, sino que, por el contrario, afirma el triunfo de la madre, que le elige la esposa y que se interpondrá permanentemente entre ésta y su marido. Destaca Douki que la función de la poligamia es un obstáculo casi insalvable para instaurar una relación privilegiada con una sola mujer en detrimento de la relación con la madre. Porque para el marido con más de una esposa, la verdadera mujer de su vida será siempre la madre. Para terminar, esta eminente psiquiatra tunecina, tras insistir en que las madres son las que construyen la misoginia de los hombres y que su relación con los hijos hace a éstos incapaces de poder establecer relaciones de igualdad con otras mujeres, pide una mayor implicación del padre en la educación de los hijos dentro del hogar con el fin de construir una vida de familia triangular más sana. También hace hincapié en el acceso de las jóvenes a la enseñanza secundaria y superior y al trabajo como único medio de emanciparse. 



María Dolores Masana
Fuente: El País
01/02/2004
 
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15.8.04

EL ABECEDARIO DEL VELO



HIJAB.
Los cabellos y la nuca son considerados los máximos exponentes femeninos de provocación para el hombre. El jijab los cubre mediante un pañuelo, complementado con un amplio vestido para disimular las formas del cuerpo. Es utilizado sobre todo por mujeres jóvenes. El ñrigor del blanco más ortodoxo puede sustituirse por el color.

BURKA.
Es una túnica que tiene una sola abertura a la altura de los ojos. Contravenir esta norma oficial puede significar la cárcel o decenas de latigazos. El burka provoca numerosos accidentes por atropello, debido a la falta de de visibilidad que implica vestir esta indumentaria.
Las mujeres de Afganistán están obligadas por ley al uso de esta prenda, no llevarla se castiga con la cárcel o con latigazos.

NIKAB.
Significa máscara. Se trata de un djilbab llevado a las últimas consecuencias: ocultación total del rostro y de color negro. Utilizado por las comunidades musulmanas radicales de los países del golfo, Yemen y otras zonas de Oriente medio. En Arabia Saudí y en Turquía las mujeres integristas usan esta prenda. Últimamente ha invadido también Egipto. En 1994 este país prohibió su uso en las escuelas, pero la ley tuvo que ser retirada.

SARI.
No es una vestimenta religiosa. La tela que cubre la cabeza se llama tur, similar al velo de los novios. Un adorno de las mujeres dintinguidas indio-iraníes.
Utilizado en Pakistán. Gasas de llamativos colores combinadas con túnicas y pantalones a juego, para cumplir con la norma musulmana en un país que, aunque regido durante años por una mujer, Benazir Bhutto, es un punto de acogida para los movimientos radicadicales. Los tatibanes usaron como base Pakistan para emprender la conquista de Afganistán

DJILBAB.
De tejidos gruesos y colores oscuros sirve para protegerse tanto del frío como del calor, cubre la cabeza escondiendo la frente y los cabellos. Puede complementarse con un pañuelo en la cara, guantes y medias negras.
Es uno de los trajes preferidos por los integristas islámicos, frente al hijab que sería la versió más "light" del velo. Importado de los países del Golfo y Oriente Medido. Al igual que el sari, no tiene contenido religioso. Lo usan sobre todo las mujeres musulmanas del área del Magreb.

CHADOR.
De origen turco, es usado en Irán, Irak, Siria y Líbano por las musulmanas chiíes. El manto es siempre negro, el color distintivo de esta comunidad. Los chiítas, que tienen al yerno del Profeta Alí como referencia espiritual, han logrado cobrar especial relevancia desde el año 1979 y han convertido al chador en uno de los simbles visibles de lucha.

HAYEK.
A pesar de que los radicales islámicos intentan imponer el hidjab o el djilbab, los países mediterráneos tienen sus propios mantos tradicionales, que todavía siguen utilizando las mujeres más ancianas. El hayek es un gran manto de color marfil (a veces también negro) que se utiliza junto con un pequeño pañuelo rectangular para tapar la boca.

MELFA.
Pañuelo de algodón fino de vistosos colores que cubre el cuerpo de la mujer. Es utilizado preferentemente en las zonas saharia-nas y, en general, en los países africanos (Sáhara Occidental, Mauritania, Mali, sur de Argelia). Las tonalidades y la calidad de la tela de la melfa son cuidadosamente elegidas en función de la ac­tividad que vaya a realizarse.

SERUAL.
Se usa en la isla tunecina de Yerba y en el centro de Argelia. Deja al descubierto un solo ojo (derecho o izquierdo), dependiendo de si la mujer es soltera o casada.

HEYAB.
Es el pañuelo que se complementa con un amplio vestido que tapa las formas del cuerpo. Es utilizado especialmente por las jóvenes.


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14.8.04

'Incluso bajo el burka tenemos miedo'

La situación de las Mujeres afganas
Las mujeres afganas continúan viviendo sin derechos en un país que, a ojos de la comunidad internacional, ya no es un peligro y cuenta con un gobierno ‘democrático’. Pero la situación, según RAWA, es muy diferente.



Danish Hamid nació en Afganistán pero con muy pocos años emigró con su familia a Irán, para acabar años más tarde en los campos de refugiados en Pakistán. Desde que tiene uso de razón ha participado en las acciones humanitarias y políticas de RAWA (Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán) y ahora, con 23 años, recorre el mundo para explicar la verdadera situación en la que se encuentran las mujeres afganas y su país, “olvidado” por la comunidad internacional.

Esta joven afgana explica que, a pesar de la caída de los talibán y la formación de un nuevo gobierno liderado por Hamid Karzai, su pueblo “está sometido al terror y a la tiranía de los fundamentalistas”. Para contrarrestar la situación, RAWA – que todavía no ha sido legalizada en el país -- visita las ciudades y las áreas rurales, crea escuelas y centros de salud clandestinos, pone en marcha programas para discapacitados y forma a la mujer en derechos. Además, forma los hombres afganos “para conseguir un cambio de mentalidad que permita mejorar” la situación de las mujeres.

¿A qué problemas se enfrentan las mujeres afganas en estos momentos?

No podemos decir que las mujeres tengan libertad en Afganistán porque los fundamentalistas ocupan el poder y tienen la misma mentalidad que los talibán: están en contra de las mujeres y de cualquier tipo de progreso. En las ciudades, las mujeres no se sienten seguras ni libres para hablar o salir a la calle, pero no porque sean cobardes. Hablamos de mujeres educadas pero que, por miedo a los grupos fundamentalistas, siguen llevando el burka.



¿Y en las áreas rurales?

La situación es aún peor, porque el Gobierno no tiene el control. Esto significa que en estas provincias los fundamentalistas tienen el poder, pistolas y dólares en los bolsillos. Y hacen lo que les apetece: matan, violan, maltratan, secuestran... Ni en las ciudades ni en las áreas rurales hay seguridad para las mujeres y su situación seguirá igual mientras haya fundamentalistas en el poder.
En todo el país no hay una buena atención sanitaria, ni servicios de educación, somos un país destruido que ha de empezar de cero y que debería apostar por la seguridad, en especial para las mujeres. ¿Para qué queremos escuelas o universidades si no nos sentimos seguras? Incluso dentro del burka las mujeres tienen miedo.


¿Estamos entonces ante una democracia ficticia?

La democracia en Afganistán no es real, pero en Estados Unidos y otros países la gente cree a los medios de comunicación e incluso a los fundamentalistas que dicen querer devolver la democracia y la libertad al país. No podemos hablar de democracia o libertad, y muchos menos de seguridad, si no hay paz en nuestro país. Antes del régimen talibán, los grupos que ahora tienen el poder violaron y secuestraron a numerosas mujeres.

De hecho, ahora la excepción es el presidente Karzai, que al estar rodeado de fundamentalistas no puede hacer nada. Lo preocupante es que estos grupos muestran al mundo que Afganistán tiene una democracia y que protege los derechos humanos, pero cuando las fuerzas internacionales abandonen el país se enfrentarán entre sí y empezarán a matar, robar, secuestrar... y los peores crímenes serán cometidos contra las mujeres.



¿Y la comunidad internacional que hace al respecto?

El problema es que en otros países no saben qué pasa realmente en Afganistán ni lo que han sufrido las mujeres a manos de los fundamentalistas. La comunidad internacional está empezando a olvidarnos, como ya hizo en el pasado. Durante años, antes del régimen talibán, sufrimos a los fundamentalistas que ostentaban el poder, pero nadie dijo nada.

Estados Unidos y los países europeos sabían la naturaleza de estos grupos y de los talibán, pero tenían sus propios intereses y sólo cuando se dieron cuenta de los peligrosos que eran sacaron a relucir la situación de las mujeres y a afirmar que querían liberarlas. La verdad es que los talibán ya no les servían y deseaban establecer un nuevo gobierno. Lo que ahora no entendemos es por qué Occidente vuelve a apoyar a los fundamentalistas.



¿Qué papel juega Naciones Unidas en este conflicto?

Para nosotras, la única solución es que la ONU y la comunidad internacional nos ayuden y desarmen a todos los grupos fundamentalistas. Ni siquiera pedimos un Gobierno democrático para nuestro país, porque sabemos que es algo muy difícil y que lleva tiempo, pero por lo menos queremos un Gobierno no fundamentalista y que pueda proporcionarnos paz y seguridad.



En esta lucha por la paz y la reconstrucción, ¿cuál es el rol de las mujeres afganas?

Por suerte, hay ONG de mujeres como RAWA que trabajan por las mujeres afganas, dentro y fuera del país. Además, el Gobierno afgano cuenta con una mujer en su gabinete, Habiba Sarabi, vicepresidenta de HAWCA (Asistencia Humanitaria para Mujeres y Niños de Afganistán), que desde su posición de Ministra de Asuntos para la Mujer trabaja para la reconstrucción del país. De momento, ha reconstruido escuelas y ha creado comités de ayuda a los más pobres, a las viudas...



Las entidades de mujeres afganas cuentan con el apoyo de ONG internacionales o éstas ya han abandonado el país?

No, todavía hay muchas ONG internacionales que trabajan duro por la reconstrucción del país, la rehabilitación de infraestructuras, escuelas y universidades.

FRACASO EN EL RETORNO DE REFUGIADOS

Además de su labor en Afganistán, RAWA también tiene en marcha proyectos con la población refugiada en Pakistán, ¿verdad?

Sí. Nuestros proyectos son muy similares a los que llevamos a cabo en Afganistán: formamos a las mujeres, creamos escuelas, repartimos alimentos y proporcionamos asistencia sanitaria a una población que vive en tiendas de campaña, sin apenas agua ni comida. La diferencia es que en Pakistán nuestras acciones son abiertas y no tenemos que escondernos.



Desde organismos internacionales como ACNUR alertan que muchos de estos refugiados han retornado a pesar de la inseguridad y los escasos recursos.

A los refugiados en Pakistán les llegaron noticias de que había un nuevo Gobierno en Afganistán y que al regresar encontrarían sus casas, sus trabajos y tendrían escuelas y atención médica.
Les dijeron que el país se estaba reconstruyendo, que no había muerte ni violencia. Sus vidas en los campos de refugiados no eran nada buenas, por lo que muchos decidieron volver.
Sin embargo, al llegar descubrieron que no había nada para ellos y muchos decidieron regresar a Pakistán.



¿El Gobierno paquistaní les ayuda?

El Gobierno de Pakistán está forzando a los refugiados para que vuelvan a Afganistán; creo que les dan 100 dólares para que regresen, algo que voluntariamente harían si les garantizaran seguridad.

8.8.04

'Lolita' en Teherán" Azar Nafisi


Autor: AZAR NAFISI
Título: "Lolita" en Teherán
Editorial: El Aleph.

Biografía

Azar Nafisi nació en Teherán. Con trece años, abandonó su país para seguir estudiando en Europa y, sucesivamente, en los Estados Unidos.

En la universidad se incorpora a la Unión de los Estudiantes Iraníes, enfrentados al régimen del Cha, estudia Marx y los principales teóricos de izquierdas, asimismo dedicándose apasionadamente a la lectura de autores como Eliot, Auster, Plath, Nabokov y Fitzgerald.En 1979, año de la revolución de Komeini, regresa a Irán.Trabaja como asistenta en el Departamento de Inglés de la Universidad de Teherán, pero en 1981 es expulsada por rechazar el velo islámico que había llegado a ser obligatorio.

Vuelve a la enseñanza en 1987 como profesora asociada en la Free Islamic University, y sucesivamente en la Allameh-Tabatabaii de Teherán, distinguiéndose por sus ideas liberales, que siempre ha manifestado a pesar del clima de fuerte represión política.En 1994, un año antes de su retirada de la vida académica en Irán, publica un libro dedicado al escritor Vladimir Nabokov: Anti Terra. A critical Study of Vladimir Nabokov’s Novels.

En las universidades iraníes habían vuelto a separar a los hombres de las mujeres. Por sus pasillos patrullaba la guardia femenina, que hurgaba en los bolsos de las alumnas para requisar el colorete o un suave pintalabios, objetos pecaminosos para los integristas islámicos.

Quince años después de que Jomeini tomara el poder, en 1995, Teherán vivía un asedio fundamentalista que oscurecía periodos pasados de relativa apertura.

En esa época, una profesora de Literatura Inglesa, Azar Nafisi, harta de las restricciones de su universidad, se reunía cada jueves por la mañana en su casa con un grupo de siete de sus ex alumnas universitarias y empezó a leer los textos de su asignatura y comentar obras de la literatura occidental prohibidas por el régimen iraní con total libertad.Algunas de ellas venían de familias religiosas y conservadoras, otras eran laicas y progresistas y varias habían estado en prisión.

Experta en la obra de Vladimir Nabokov, eligió Lolita como libro para comentar.
La novela aborda el deseo de un cuarentón, Humbert Humbert, por una niña de 12 años, a la que lleva por las carreteras de Estados Unidos.La elección de Nafisi era arriesgada, ya que la junta de profesores de su universidad había eliminado la palabra «vino» de una obra de Ernest Hemingway y censuraba la obra de Emily Brontë porque en ella no se condena el adulterio, según relata la profesora en Leer ‘Lolita’ en Teherán.

La interpretación que ofrecieron las siete alumnas sobre el libro de Nabokov se basaba en su propia experiencia como mujeres en Irán.Si gran parte de los críticos, según Nafisi, catalogaban a la niña protagonista como una criatura mimada, caprichosa y perversa, las asistentes al curso privado de la profesora la veían como un ser indefenso, tierno, esclavo de un hombre que, en definitiva, la secuestra.El protagonista, Humbert, llama a la niña «querida y abyecta putilla», habla de sus «obscenas y jóvenes piernas», se queja de que desprecie sus urgencias sexuales.

Una de las alumnas, Nassrin, relacionó la historia con lo que le había pasado con un tío suyo, que alardeaba de ser «devoto y pío». Este familiar había abusado sexualmente de ella cuando tenía 11 años, aun cuando pretendía mantenerse casto y puro para su futuro matrimonio y se negaba a tener amistad con mujeres.

El tío de Nassrin cuidaba de ella tres veces por semana. Le ayudaba con el árabe y a veces con las matemáticas. También la manoseaba todo el cuerpo mientras repetía los tiempos verbales.A Lolita y a Nassrin les habían robado su infancia. La niña de la novela de Nabokov era una especie de criatura imaginada por su raptor. A la víctima no le había quedado más remedio que someterse a esa imagen elaborada por la fantasía de un hombre que decía quererla cuando en realidad estaba abusando de ella. De igual manera, dijo otra de las alumnas, Manna, los iraníes tuvieron que convertirse en un producto de la imaginación de Jomeini, y así en sus esclavos.

Las estudiantes de la profesora Nafisi sentían remordimientos sobre sus lecturas. Si la historia era tan trágica y abominable, ¿cómo les podía causar placer leerla?, se preguntaba Mitra.El clima de represión, orquestado por el Gobierno y aplaudido por los numerosos hombres que lo justificaban, les pasaba factura. Llegar tarde a clase, reírse en los pasillos y hablar con hombres estaba castigado.

El clásico del mundo árabe Las mil y una noches alcanzaba precios altísimos en el mercado negro, único espacio donde podía comprarse. Leer Lolita era, más que una afrenta, una blasfemia.

No obstante, cuando las alumnas de Nafisi acudían a su piso, se desprendían de los velos y los vestidos largos y se quedaban en camiseta o en ropa de color, un secreto cromático que les permitía respirar un aire de libertad mientras leían la novela de Nabokov, el gran amante del colorido de las mariposas.Los colores estaban vedados en Irán. El director de la censura cinematográfica en Irán tenía la vista maltrecha. Un ayudante se sentaba junto a él en las proyecciones de las películas y le contaba lo que sucedía en la pantalla. El censor indicaba lo que había que modificar mientras le escuchaba.

Las clases de Nafisi terminaron después de dos años. Hija de un rico diplomático encarcelado por el régimen chií, había estudiado en Suiza el bachillerato y en Oxford con una beca.

En 1987, entró como profesora en la Universidad de Allameh Tabatabai, la más liberal de Irán. En uno de los periodos más intransigentes de los ulemas, el centro fue vigilado en corto por los defensores de la revolución.

Entre los autores que debía abordar en sus clases se encontraban Henry James, Jane Austen y Scott Fitzgerald, escritores que escribieron con una libertad que no existe en Irán.

El resultado de aquella experiencia lo recoge la autora, que es actualmente profesora en la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos, en esta obra, titulada gráficamente "Leer 'Lolita' en Teherán".

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La lectura es amena y didáctica haciendo reflexionar al lector sobre lo que representa la perdida de libertad, y en lo que se puede convertir nuestras vidas bajo las imposiciones de las dictaduras y los fundamentalismos.

A medida que avanza la lectura verdaderamente se siente pánico ante la idea que en occidente un día podamos perder la libertad que afortunadamente disfrutamos en la actualidad.

Entrevista Azar Nafisi

7.8.04

Testimonio de una conversa al Islam

Me convertí al islam hace mucho tiempo, sin conocer las tendencias ni las consecuencias de esta religión, yo era muy confiada y creía las bellas palabras que mi entorno musulmán me dirigía. No soy yo sola la que se encuentra inmersa en esta religión donde la base son las mentiras.
Además, el argumento de "es necesario conocer al Árabe para comprender bien el islam" me impresionaba en la época.

Me hizo falta mucho tiempo para ver la realidad ... exactamente 22 años.
Yo había observado faltas de lógica, injusticias e ideas discriminatorias en los musulmanes hacia mi, pero lo atribuía a su propia falta de inteligencia o instrucción... Defendía incluso el islam sin ningún motivo cuando lo sentía atacado, todos los argumentos me parecían buenos. Pero a pesar mío una duda comenzó a deslizarse en mi cabeza... Un bonito día, he decidido estudiar con profundidad el islam y comencé por el estudio detenido del Corán (en Árabe), apoyada en eso por todos los musulmanes de mi entorno... Entonces comprendí, yo me decepcionaba por lo que descubría, sobre todo teniendo en cuenta que leía también los ahadith (testimonios de la vida de mohamed).

Pasé por una profunda crisis, dudé de todo y de todo el mundo, atravesé una crisis existencial sin preliminar, lloré incluso días enteros... Era muy muy duro, como si caminara sobre arena móvidiza, yo había perdido los pies.
¡Caí incluso físicamente enferma! Además, no me atrevía a dejar de hablar a mi ambiente casi exclusivamente musulmán y a los otros no quería explicar por temor a que me ridiculizaran puesto que antes hablaba ferozmente en favor del islam... Ha pasado algunos meses en que sufrí en silencio, no me atrevía aún.

Lo que me pesaba terriblemente, era mi soledad mental. ¿Estaba sola en mi situación, con mis ideas? Y luego descubrí por casualidad y encontré de montón gente en mi caso.
¡Lo que había descubierto sobre el islam era conocido por mucho otros y de más, lo gritaban sobre los techos! ¡Era un alivio inmenso y un apoyo moral inestimable!

Poco a poco reanudé mis espíritus, encontré mi equilibrio y salí
de esta fuerte crisis.
Ahora se que si existe Dios, no se encuentra en el Corán, ni en algún libro "consagrado" que sea.
Una rabia me vino: ¿cómo me deje embobar por esta religión
Claramente lobotomía? ¿Cómo no vi claramente desde el principio? ¿Por qué haber perdido tanto años en bagatelas y valí bernés?
Según yo, es porque no estaba aún dispuesta a pasarme de la falsa seguridad que me obtenía, tenía necesidad bernée, que se me dice de las patrañas. Por último, crecí y encontré la luz de la razón y la humanidad universal y eso es para mi la más grande bendición de mi vida. Soy libre.

Pues encontré el valor para declarar a todo el mundo que ya no soy creyendo del conjunto. Al principio, pensaban que eso iba a pasarme, era una especie seguramente de locura causada por el shaitaan, bastaría de algunas fórmulas mágicas, de versículos del Corán, de amenazas, al límite de algunos golpes bien colocados, y encontraría la razón y volvería a entrar en el derecho camino del Islam... ellos han intentado hacerme callar, pero no lo han conseguido. ¿Dolor perdido, una vez que se evoluciona, imposible de hacer marcha atrás a pesar de todo? ¿Cuándo se salió de una bodega oscura y apestosa para ver finalmente el gran sol, por qué ir a enterrarse de nuevo?

4.8.04

"Una historia de terror"

" Una historia de terror " , mensaje enviado por un Hispano-argelino a los foros de http://www.ceuta.com/ y el del diario SUR de Málaga http://www.diariosur.com/ entre otros y que yo con su permiso, recupero para este................................................... >
Una historia de terror Escrito por Un hispano-argelino - 11-11-03 21.13

Tengo 27 años y vivo en Alicante. Mi madre es andaluza y mi padre argelino. Si me permitís quiero contaros algo sobre el Islam , que parece que siempre crea polémica en este foro.
Se dice que el Islam es la religión que con mayor rapidez crece en el mundo. En cambio nada se habla de quienes la hemos abandonado. ( Yo me ví obligado a practicarla hasta los 16 años en que abandoné Orán , por mi entonces padre )

Hay unos cuantos nombres que suelen aparecer , como Salman Rushdie , Taslima Nasrin , Anwar Shaik , Alí Sina , Mirza Alí y poco más. Los demás no podemos hacerlo público. ¿ Por qué ? Por correr riesgo nuestras vidas.
En Argelia son muchos los que se han convertido al cristianismo , después de las cotidianas masacres que este pueblo viene sufriendo. Una iglesia católica de Orán ,registró el pasado año 45 bautizos. Esto es toda una hazaña en un país , donde el hecho que una mujer use pintura de labios , es más que suficiente para que pasen a cuchillo a toda su familia , incluidos los ancianos y niños.

Y todo un acto de valentía , el ser apóstata , cuando lo que te juegas es tu vida. Yo no quiero que entendáis mi mensaje como una apología del cristianismo , no profeso religión alguna , con la que, no mi razón , luego no iba a dejar una sin-razón para caer en otras similares.Así es que he decidido tomar a solas el camino del racionalismo y el humanismo. Digo a solas porque como ya expliqué antes , no es algo que pueda ir proclamando a los cuatro vientos. ( Mi padre sigue viviendo en Alicante y sería mi primer delator a mis verdugos , ya que para ellos no soy español sino musulmán y argelino )

Por esto como bien hizo el Ateo Felis , yo no utilizo mi propio nombre, mejor dicho aquí no estoy dándoos ninguno. No ser musulmán fuera de los países islámicos , es relativamente seguro pero no puede decirse lo mismo de tu familia, residente en Argelia ó de uno mismo cuando decidas volver de visita al país.
Debe ser como digo un asunto lo menos público posible. En mi caso , sólo lo saben mis hermanos y mi madre. Absolutamente nadie más de mis familiares y aún menos amigos ó extraños.

Por absurdo que os pueda parecer , para un musulmán es incluso inconcevible , dejar el Islam ó que ello pueda ser una opción. Lo normal que suelen pensar es que áquellos que lo abandonen , merecen la muerte , ya que lo único que representan es deshonra para toda la familia . ¿Por qué yo dejé de ser musulmán? La fuente del Islam es el Corán y los libros escritos por los " académicos " islámicos. Quise buscar la verdad y fuí precisamente a ésos libros. Ir a las fuentes sólo tiene sentido en un plano científico , porque éstos no son " creyentes " en sentido estricto.

No dicen algo porque tienen una fé ciega. La ciencia hace un análisis crítico de la evidencia. Muy distinto del tratamiento que hace la religión , basado sólo en la fé y la creencia. Supongo que fué mi familiaridad ( gracias a mi madre ) con los valores humanísticos occidentales y mis ansias de auténtica democracia , derechos humanos , igualdad ... etc. , que hizo de detonante.

Cuando el Corán ( que llaman sagrado ) puedes leer cosas como que un hombre que había matado a su esposa embarazada fué perdonado por el Profeta Mahoma , porque ésta lo había insultado , no se refería al esposo sino al Profeta , me pregunto yo : ¿ Qué sentido de la justicia es éste ? Imagínense ustedes cuántas mujeres inocentes pueden haber sido asesinadas por sus maridos , escapándo de la justicia , durante estos 1400 años , con la única dificultad de acusarla de haber blasfemado contra el Profeta de Alá y éste " hadih " lo hace posible. Por supuesto que en esto no existe reciprocidad.

El testimonio de una mujer contra su esposo por algo similar , no tendría crédito alguno e incluso de hacerlo ella misma sería castigada de no presentar pruebas contundentes , siempre con testigos masculinos. Si váis a las fuentes y empezáis a leer historias encontraréis muchas de este estilo , que muestran a Mahoma como un tirano sin compasión alguna. ¿ Cómo podía ser verdad que un supuesto mensajero de Dios fuese eliminando a cualquiera que rechazase aceptarle ? ¿ Podría algo así ser mensajero de ningún Dios ? ¿ No iba a tener ese Dios , unos métodos más éticos y morales que los que muestra Mahoma ?

Después de años de tratar con no-musulmanes que me aceptaban como amigo y me permitían entrar en sus vidas y me abrían sus corazones , no me era posible seguir aceptándo mandatos coránicos y palabras de " Dios " como : No deberás hacer amistad con los no creyentes , incluidos paganos , judíos , cristianos e hipócritas ( ? ) Sí , dice hipócritas ( ! ), porque éstos no van a fallar en su propósito de corromperte.

Cuando el conflicto de Kosovo , fueron precisamente cristianos los que lucharon para " liberar " a musulmanes . ¿ Os imagináis a musulmanes haciendo lo mismo por cristianos ó judíos ? Imposible. Hay tanto odio inexplicable hacia Occidente y los judíos entre los musulmanes , que el haber continuado siéndo uno de ellos , me hacía sentir un demonio.
¿ Cómo creen ustedes que los países musulmanes se podrán integrar alguna vez al mundo " civilizado " , desde semejante odio gratuito , y sólo porque lo dice Dios y el Corán ?

Muchos musulmanes emigran como vemos a otros países que no lo son y son recibidos sin problemas e incluso se les permite ocupar cargos públicos y políticos. No se les discrimina , a pesar de su constante victimismo , quejándose continuamente de racismo. En España , como en Europa en general , existe un gravísimo desconocimiento de esta perversa religión.
Me puse de los nervios , el otro día viendo Canal Sur TV , hablándonos de las bondades del Islam ¿ No podrían informarse un poco antes ó lo están haciendo a propósito ? Hay tantos y tantos versículos del Corán contrarios a mi conciencia , que sería largo y muy tedioso empezar a relatarlos .

Soy una persona que amo a la Humanidad entera y a todos por igual deseo felicidad , algo bastante incompatible con las ordenanzas de Mahoma , del NO perdón para los infieles , incluso si éstos fuesen mi padre , hijo ó seres queridos. Seguro que de todo esto que hablo , nuestros " hermanos musulmanes ", del foro, conocen de memoria ( así me lo hicieron desde muy corta edad , aprender a mí ) . Más les valdría que emplearan ése tiempo de estudio en algo de provecho.

Todas las crueldades y actos de odio cometidos por los musulmanes a lo largo de los siglos , fueron siempre inspirados en el " Sagrado Corán " y la Sunnah ( El ejemplo del Profeta ) Es por lo que condeno el Islam , por las cosas malas que los musulmanes son movidos a llevar a cabo. Sé que cualquier esfuerzo por humanizar el Islam es inútil. Sólo es posible su desaparición para que el AMOR , LA PAZ , y la PROSPERIDAD triunfe entre nosotros ó entre los musulmanes , en este caso. Por lo tanto , y para no resultar pesado , termino con un NO al Islam , aunque me temo , que algún ingenuo , me recriminará por fomentar odio o conflicto social, yo más bien creo que sólo quieren taparnos las boca. Lo asumo plenamente y ruego al Gobierno ( A todos los gobiernos ) que digan la verdad sobre esta y la mayoría de las religiones.

2.8.04

Criados para odiar (Nonie Darwish)

La controversia por las viñetas danesas del profeta Mahoma pasa completamente por alto lo esencial. Por supuesto, las viñetas son ofensivas para los musulmanes, pero no justifican el incendio de edificios o el asesinato de inocentes. Las caricaturas no pueden provocar el odio enfermizo que contemplamos en el mundo musulmán a través de nuestras pantallas televisivas, son el síntoma de una enfermedad mucho mayor.


Nací y crecí como musulmana en El Cairo, Egipto, y en la franja de Gaza. En los años 50 mi padre fue enviado por el presidente egipcio, Gamal Abdel Naser, a encabezar la inteligencia militar en Gaza y el Sinaí, donde fundó los Fedayines Palestinos, o "resistencia armada". Cruzaban la frontera y perpetraban ataques contra Israel, provocando la muerte a 400 israelíes e hiriendo a más de 900.

A raíz de las operaciones de los fedayines, mataron a mi padre cuando yo tenía ocho años. Fue elogiado por Naser como héroe nacional, y se le consideró un sahid, o mártir. En el discurso que dio para anunciar la nacionalización del Canal de Suez, Naser prometió que todo Egipto vengaría la muerte de mi padre. Naser nos preguntó, a mis hermanos y a mí: "¿Quién de vosotros vengará la muerte de vuestro padre matando judíos?". Nos miramos sin decir palabra, incapaces de responder.

En la escuela de Gaza aprendí el odio, la venganza y la represalia. La paz nunca era una opción, pues se consideraba un signo de derrota y debilidad. Cantábamos canciones en que se llamaba "perros" a los judíos (en la cultura árabe los perros se consideran impuros).

Estaban prohibidos la crítica y el plantear preguntas. Cuando formulaba alguna se me decía: "Los musulmanes no pueden amar a los enemigos de Dios, y aquellos que lo hagan no recibirán clemencia en el infierno".

Cuando era joven visitaba en El Cairo a una amiga cristiana durante las oraciones del viernes, y ambas escuchábamos los ataques verbales contra cristianos y judíos que salían de los altavoces exteriores de la mezquita. Decían: "Que Dios destruya a los infieles y a los judíos, los enemigos de Dios. No debemos frecuentarlos o hacer tratos con ellos". Escuchábamos a los muecines y respondíamos: "Amén".

Mi amiga parecía asustada; yo estaba avergonzada. Allí fue cuando me di cuenta por vez primera de que había algo que estaba muy mal en el modo en que se enseñaba y practicaba mi religión.


Por desgracia, la manera en que fui educada no es una excepción. Centenares de millones de musulmanes se han criado con el mismo odio a Occidente y a Israel como elemento de distracción de los fracasos de sus líderes. Las cosas no han cambiado desde que era pequeña, allá por los años 50.

La televisión palestina ensalza a los terroristas, y los libros de texto siguen negando la existencia de Israel. Se ha puesto nombre de sahids, incluido el de mi padre, a más de 300 escuelas palestinas. Hay carreteras en Egipto y en Gaza que aún llevan el nombre de mi padre o el de otros "mártires". ¿Qué clase de mensaje se envía sobre el papel que desempeñan los terroristas? Que son héroes.


Los líderes que firman tratados de paz, como el presidente Anuar el Sadat, son asesinados. Hoy, el presidente islamofascista de Irán utiliza soflamas nucleares, negaciones del Holocausto y amenazas de "barrer a Israel del mapa" para mantener el control sobre su dividido país.

En efecto, con Dinamarca a punto de ocupar la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, las llamas de la controversia de las viñetas han sido avivadas por Irán y Siria. Esto es crítico, puesto que se espera que la Agencia Internacional de la Energía Atómica remita el caso de Irán al Consejo de Seguridad y exija sanciones. Al mismo tiempo, Siria está bajo vigilancia por sus acciones en el Líbano. Cínicamente, Irán y Siria desean crear dificultades a los daneses y, así, alcanzar sus peligrosas metas.

Pero las concentraciones y los disturbios corrieron por cuenta de un público listo para la rabia. Desde mi infancia en Gaza hasta hoy, culpar a Israel y a Occidente ha sido una industria del mundo musulmán.


Cuando la paz parecía alcanzable, los líderes palestinos encontraban grupos que hacían cualquier cosa para sabotearla. Permitieron que su pueblo fuera utilizado como carne de cañón de la yihad árabe.

Los dictadores de los países vecinos estaban completamente satisfechos de explotar a los palestinos como elemento de distracción de los problemas en sus propios patios. La única voz ajena al control gubernamental han sido las mezquitas, y estos lugares de culto se han desbordado de lenguaje yihadístico.

¿Es sorprendente que, tras décadas de adoctrinamiento en una cultura del odio, esa gente odie verdaderamente? La sociedad árabe ha creado un sistema de dependencia del miedo a un enemigo común. Es un sistema que les ha traído las tan necesarias unidad, cohesión y conformidad, en una región donde los feudos tribales, la inestabilidad, la violencia y la corrupción egoísta han hecho estragos.


Los líderes árabes culpan a los judíos y a los cristianos en lugar de proveer de buenas escuelas, carreteras, hospitales, viviendas, empleo o esperanzas a sus pueblos.

He vivido en esa zona de guerra, dictaduras opresoras y estados policiales durante 30 años. Los ciudadanos competían por complacer y glorificar a sus dictadores, pero miraban para otro lado cuando unos musulmanes torturaban y aterrorizaban a otros musulmanes.


Fui testigo de las matanzas de chicas por cuestiones de honor, de la opresión de las mujeres, de la mutilación genital femenina, de la poligamia y sus efectos devastadores sobre las relaciones familiares. Todo esto está destruyendo la fe musulmana desde dentro.

Es hora de que los árabes y los musulmanes defiendan a sus familias. Debemos dejar de permitir a nuestros líderes que utilicen a Occidente y a Israel como elementos de distracción de su liderazgo fracasado y de la carencia de libertades de sus ciudadanos.


Es hora de dejar de permitir que los líderes árabes se quejen de las viñetas mientras cierran los ojos ante la gente que difama el islam sosteniendo coranes en una mano mientras matan gente con la otra.

Los musulmanes necesitan empleos, no yihad. Las disculpas por las viñetas no solucionarán los problemas. Lo que se necesita es esperanza, no odio. A menos que reconozcamos que la cultura del odio es la verdadera raíz de los disturbios que rodean a esta controversia de las viñetas, esta peligrosa sobrerreacción será solamente el principio de un choque de civilizaciones que el mundo no puede soportar.



Nonie Darwish, norteamericana de origen egipcio y confesión islámica. Escritora, publica en varios medios de comunicación y está al frente de la organización Arabs for Israel.

Este artículo fue publicado en el Telegraph británico el pasado 17 de febrero.

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1.8.04

España frente al islam


ESPAÑA FRENTE AL ISLAM
De Mahoma a Ben Laden
Autor: César Vidal

"He aquí un libro de rigurosa actualidad pero que no ha nacido precisamente como una obra de circunstancias, pues resulta claro al recorrer sus líneas que nada hay en él de improvisación".
SINOPSIS:
En contra de lo establecido por mitos como el de la convivencia pacífica de las tres religiones, la relación entre España y el islam ha venido caracterizada históricamente por una enorme tensión salpicada de guerras y violencia.
En el siglo VIII, la invasión islámica de España aniquiló la cultura más floreciente de Occidente y sometió a la mayor parte de la población española a una ciudadanía de segunda clase, a la esclavitud o al exilio.
Durante los siglos siguientes, la península Ibérica fue escenario de una enconada lucha de liberación nacional que enfrentó a un norte deseoso de reconstruir la unidad perdida con unos ocupantes musulmanes incapaces de crear un orden político estable y sostenidos por sucesivas invasiones norteafricanas.
El final de la Reconquista en 1492 no supuso la paz, sino una continuación de la lucha entre el islam y España en la que esta nación se convirtió en verdadero escudo de Occidente contra los ataques del imperio turco y de los piratas berberiscos.
Ni siquiera la descolonización llevada a cabo por España en los años cincuenta del siglo XX detuvo las agresiones islámicas hasta el punto de que todos los conflictos armados de las últimas décadas han tenido como antagonistas a naciones islámicas (guerra de Ifni, Marcha Verde, guerra del Golfo, liberación de Perejil…).
En la actualidad, el islam implica un enorme desafío para España relacionado con temas como la inmigración, el terrorismo o las reivindicaciones marroquíes sobre ciudades españolas.
Resulta, por lo tanto, aconsejable la lectura de este libro que permite conocer, sin los corsés de lo políticamente correcto, la esencia del islam, su relación histórica real con nuestro país y los retos que hoy plantea.