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11.6.06

Holanda convertida en un estado de la Sharia

Durante algún tiempo, Holanda ha sido elogiada, o celebrada, como una tierra donde todo vale, pero ahora los holandeses han descubierto por fin que hay límites.

Ayaan Hirsi Ali, la valiente Parlamentaria holandesa que ha provocado amenazas de muerte por su crítica abierta a los derechos de la mujer en el Islam y la inmigración musulmana sin restricciones a Europa, ha dimitido del Parlamento y abandonará Holanda.

La Ministra de Inmigración, Rita Verdonk, ha provocado esto decidiendo de la noche a la mañana que el hecho -- que en la práctica ha sido de conocimiento público durante años, y nunca antes había provocado controversia -- de que Hirsi Ali, natural de Somalia, mintiera en su solicitud de asilo es motivo para privarle de su ciudadanía holandesa.

Hirsi Ali lleva años en el centro de la controversia tanto en Holanda como internacionalmente. Alcanzó la prominencia nacional en Holanda tras escribir una crítica de la estructura familiar islámica y el maltrato a la mujer, De Zoontjesfabriek ("La fábrica de hijos"). Salió elegida para el Parlamento holandés en enero del 2003.

Más destacadamente, trabajó con Theo Van Gogh en la película Sumisión, que documentada gráficamente el estatus de la mujer en las sociedades musulmanas y las raíces coránicas de su maltrato. Van Gogh, por supuesto, era asesinado posteriormente por un terrorista jihadista a causa de esta película, y la vida de Hirsi Ali era amenazada (como lo había sido antes).

Desde entonces ha vivido oculta, mudándose con frecuencia y acompañada en todo momento por vigilancia. Al mismo tiempo, su estatura internacional ha crecido, mientras ha continuado defendiendo tanto los principios occidentales de libertad como el de igualdad de dignidades dentro del Parlamento holandés, que están amenazados por la jihad global.
¿Por qué Verdonk actúa ahora en contra suya? Hirsi Ali admitió que mintió en el 2002, antes de convertirse en candidata al Parlamento. Su partido, del que Verdonk es miembro, no tuvo problemas con ello en aquel momento. Que Verdonk decida de pronto cuatro años después que las mentiras eran intolerables habla de su celo no en favor de imponer rigurosas políticas de inmigración, sino como modo de sacar por las bravas la política de Hirsi Ali del discurso público holandés. Uno pensaría que, mientras que nadie puede condonar las mentiras que contó para lograr asilo, las amenazas de muerte que ha recibido desde entonces podrían y se convertirían en motivo para concederle ciudadanía y asilo en base firme.

De modo que Hirsi Ali ha pagado un inmenso precio personal por hablar claro, como dijo en su discurso de dimisión el martes, acerca de "temas relacionados con el Islam -- tales como los impedimentos a la libertad de expresión, el rechazo a la separación de la iglesia del estado; la violencia doméstica extendida; las matanzas de honor; el repudio de las esposas; y el fracaso del islam a la hora de condenar la mutilación genital". Expresó satisfacción porque "estos temas ya no pueden barrerse bajo la alfombra en la capital de nuestro país. Algunas de las medidas que este gobierno ha comenzado a adoptar me dan satisfacción".

Algunos intentan ya barrerlas bajo la alfombra. El hecho de que una concesión de asilo por los pelos no esté a consideración desenmascara a Verdonk y sus aliados como oportunistas políticos cobardes de miras cortas solamente dados a la destrucción de una Casandra que les han dicho demasiadas verdades desagradables. Nasr Joemman, de la Organización de Contacto para Musulmanes y Gobierno (CMO) afirmaba así de sinceramente: "Celebro que abandone Holanda. Espero que mediante su partida, podamos continuar la construcción de una sociedad armoniosa".

Un sentimiento noble; pero a la luz de él, es importante notar algunos de los que se quedan en Holanda cuando Hirsi Ali se va. El jeque Fawaz, un imán de la mezquita As Soennah, en La Haya, admitía abiertamente que pretendió amenazar a Hirsi Ali cuando dijo que ella estaba "bajo la maldición de Alá" y que "sería arrastrada por el viento de los cambiantes tiempos".

No obstante, la Oficina Pública del Fiscal declinó tomar medidas contra el jeque Fawaz, encontrando sus amenazas a voz en grito no amenazantes. El alcalde de La Haya, Wim Deetman, decía poco después a Fawaz que "modere sus opiniones o abandone el país", pero hasta la fecha los funcionarios de inmigración de Verdonk no parecen haber tomado ninguna medida contra el imán, y evidentemente no existe en vigor ningún mecanismo para garantizar que en la práctica modera sus opiniones. Mientras que algunos imanes que defienden abiertamente la jihad violenta y el gobierno de la sharia han sido deportados, Fawaz se queda en Holanda.
Probablemente también estén aún en Holanda los atacantes marroquíes de Ebru Umar, una escritora que había ocupado la columna de prensa de Theo Van Gogh después de que Van Gogh fuera asesinado.

Es imposible determinar cuántos musulmanes que creen que el discurso crítico con el islam o Mahoma debe ser ilegalizado permanecen en Holanda; o quién espera ver Holanda convertida en un estado de la sharia en algún momento del futuro; o quién cree perfectamente razonable que el Corán ordene a los maridos apalear a sus esposas desobedientes (4:34); o quién cree incluso que las matanzas de honor o la mutilación genital pueden estar justificadas.

Nadie pregunta, ni responde, tales cuestiones de los inmigrantes musulmanes, en Holanda o en cualquier otra parte de Occidente. Pero lo que la debacle de Hirsi Ali ha demostrado es que sostener tales opiniones en Holanda hoy no es tan malo como el acto de llamar la atención sobre ellas y protestar en su contra. Tales protestas interfieren en la armoniosa sociedad que están intentando construir Nasr Joemman y Rita Verdonk.

La mañana del miércoles, muchos parlamentarios holandeses forzaban a Verdonk a reconsiderar su decisión, pero en cualquier caso es improbable que Hirsi Ali permanezca en Holanda. Verdonk y Joemman quedarán libres para construir su "armoniosa sociedad . ¿Qué tipo de sociedad será?

La caza y persecución de Hirsi Ali no es un buen augurio. Indican, en el mejor de los casos, que no será una sociedad crítica con los ultrajes de los derechos de la mujer contra los que ella ha hablado, que son impulsados por la doctrina y la práctica islámicas.

Estas violaciones, por tanto, continuarán. De igual manera, la armoniosa sociedad Verdonk Joemman censurará el debate que Hirsi Ali animó a propósito del avance de los dictámenes de la sharia en los Países Bajos. ¿Podrán operar sin esconderse por tanto aquellos que quieren crear un estado islámico en La Haya?

Ciertamente no habrá más voces de Casandra en el Parlamento holandés advirtiendo de la amenaza que supone la sharia a los derechos humanos y la igualdad de la dignidad de todos los pueblos. Y tanto peor para el Parlamento holandés y la sociedad holandesa. Los enemigos de Hirsi Ali van a descubrir que el cocodrilo al que arrojaron a su político más destacado vendrá a por ellos a continuación.

La propia Hirsi Ali, mientras tanto, ha anunciado su intención de venir a Estados Unidos a trabajar con el American Enterprise Institute. La pérdida de Europa es el beneficio de América, pero no es ocasión de regocijo para los americanos; la expulsión de Holanda de Hirsi Ali será vista enseguida como un paso significativo hacia la extinción de la luz no solamente en ese país, sino en toda Europa.

Robert Spencer

1 comentario :

  1. Anónimo17/3/09

    DESPIERTA EUROPA!!! NO SIGAS EL EJEMPLO DE MEDIO ORIENTE...

    NO PUEDO CREER QUE EN HOLANDA SE VIOLARAN LOS DDHH DENTRO DE UN TIEMPO...

    ESTUDIEN LOS LIBROS SAGRADOS DE LOS MUSULMANES, VERAN QUE PIDEN MATAR A APOSTATAS, GAYS, ATEOS, ETC... ESO ES ENSEÑADO EN SU RELIGION...

    SE IMAGINAN EURABIA???

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