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8.12.07

La muralla contra la islamización

Mientras en España asistimos impasibles a la islamización en marcha del país y nuestra situación se caracteriza por una casi absoluta falta de debate y movilización en defensa de nuestra identidad y en contra del totalitarismo y ley [Sharia] musulmana, que se están ubicando en nuestras ciudades sin encontrar oposición en pos de la alianza de civilizaciones, en otros países europeos no menos afectados que nosotros por el mismo problema, el asunto es abordado con algo más de seriedad y valentía que por estos lares.

Al norte de los Pirineos algo se mueve; aquí todavía estamos en Babia, viéndolas venir o escondiendo la cabeza bajo el ala. Pareciera que algunos creen que ignorando el mal, mitigaremos el dolor, o que dándo la espalda al problema este dejará de existir. Pero esta aparente serenidad, esta supuesta sangre fría no es más que cobardía, irresponsabilidad e inconsecuencia.

Recientemente en Suiza ha ganado las elecciones legítimamente “La Unión Democrática del Centro”, sin embargo para los medios de comunicación de España tan progresistas ellos y acompañados de una caterva de sedicentes intelectuales filoislámicos, no han tardado en ofrecernos la noticia como si se tratara de un partido ilícito, xenófobo y racista.

En realidad, el partido de Christoph Blocher [quien ocupa el cargo de consejero federal de Justicia y Policía -equivalente al de ministro del Interior en España- y es una de las siete personas que forman el Consejo Federal, la institución que dirige los destinos de Suiza, una de las más antiguas y sólidas democracias del planeta], se opone firmemente a la islamización de Suiza y a que los extranjeros acogidos a la hospitalidad helvética gocen de privilegios y ventajas sobre los nativos del país, y denuncia que muchos de ellos contribuyen a que la pequeña república alpina sufra una imparable degradación social a causa de los altísimos índices de criminalidad de diferentes colectivos extranjeros albaneses, kosovares, turcos, magrebíes, africanos [...], y se vea sumida en una agitación e inquietud impropias de su tradición ordenada y pacífica por causa de las pretensiones de las organizaciones musulmanas de imponer sus costumbres y sus leyes en el país de .... ¡Guillermo Tell y Heídi!

El movimiento antiislámico se organiza y crece en muchos países de Europa, a pesar de los ataques, las descalificaciones y las amenazas. Los europeos le han visto las orejas al lobo y han empezado a actuar en consecuencia. En España seguimos sonriendo. Aquí llevamos siempre cuarenta años de retraso; cuando los demás ya vuelven, nosotros recién vamos y además con la cretina inconsciencia de señalar con el dedo a "estos locos que van a contramano".
Solo cuando estemos a punto de asfixiarnos despertaremos a la dura realidad.

A continuación traduzco para los lectores un comunicado de una Asociación Suiza de reciente creación "MOSCI" contra la islamización de su país.

La muralla contra la islamización

"Volver a poner la iglesia en el centro del pueblo y no la mezquita": este podría ser el lema del nuevo Movimiento Suizo Contra la Islamización (MOSCI) creado el 27 de julio del 2007 en Lausana.

Opuesto al abandono de nuestra cultura en nombre del laicismo, pero convencido de que el Estado debe ser independiente de lo espiritual, el MOSCI se ha fijado como meta el desvelar a todos el verdadero rostro del Islam, que es el de una doctrina guerrera, racista y expansionista.

Considerar al Islam como una religión equiparable al cristianismo o al budismo es rendirse al prejuicio de lo políticamente correcto, ya que si bien la mayoría de las personas de confesión musulmana respetan la ley y el Estado en el cual residen, esta doctrina es incompatible con la democracia (tal como lo ha reconocido la Corte Europea de los Derechos del Hombre en 2001)

Al igual que todas las doctrinas totalitarias, el islam quiere reinar sobre la tierra entera y regular hasta los más mínimos detalles de la vida cotidiana. La consideración de su esencia divina confiere a esta doctrina una peligrosidad mayor que el nazismo y el comunismo:

1- Los fieles se conforman con el Islam y renuncian a la visión crítica mucho más fácilmente que bajo las ideologías totalitarias políticas.

2- El Islam se beneficia de un estatus de religión, es decir de una protección constitucional relativa a la libertad de culto.

Aunque nuestros parlamentarios todavía no están dispuestos a aplicar la sharia en bloque, la amenaza es sin embargo real bajo la forma de una islamización rampante.

A causa de lo políticamente correcto y de la amenaza omnipresente del terrorismo, las voces opuestas a la islamización son tímidas y débiles, lo que deja el camino libre a los manipuladores islamistas (por ejemplo, Tariq Ramadán) (*1) que no dudan en mentir acerca del contenido de su propia doctrina para servir a su fin último: la expansión.

Terroristas y manipuladores, dos tipos de islamistas que comparten las mismas metas, movilizan cada vez mas y más individuos entre la población musulmana para instalar el comunitarismo (la división de la sociedad en comunidades étnicas-religiosas con sus propias leyes [...[ en otro término, el multiculturalismo).
Los efectivos islámicos y sus reivindicaciones se vuelven entonces más y más fuertes. Es la situación en que se encuentra actualmente Suiza.

¿Cual es la fase siguiente?

El umbral del no retorno, aquél en que la comunidad musulmana ya no habla más que con una sola voz, cuando los no practicantes terminan por adoptar la posición de sus "grandes hermanos hirsutos" bajo la amenaza y por el efecto del comunitarismo.



Esta es la situación a la que se ha llegado en Francia, donde los suburbios de muchas ciudades y comunidades enteras llegan al extremo de exigir la instauración de tribunales islámicos sobre ese territorio francés ya colonizado. Llegados a ese punto la elección está entre la islamización y alguna forma de guerra civil. (*2)

La cobardía de algunos políticos puede igualmente desembocar en una islamización por "etapas" cediendo a todas las reclamaciones, primero mezquitas, después minaretes, cementerios para musulmanes mirando a la meca, el velo por ahora, después vendra el burka, carnicerías de carne halal (carne de animal degollado, práctica prohibida por la ley suiza) o la construcción de edificios islámicos.



Esto ocurre en Suiza donde la Comisión Federal Contra el Racismo pide, entro otras muchas cosas, la enseñanza del árabe en las escuelas y las universidades. Podríamos llegar a ver a los islamistas en el Parlamento, tal como lo hace presagiar los 2,5 % de votos conseguidos en las elecciones nacionales belgas por el P.C.P (Partido de la Ciudadanía y la Prosperidad, formación islamista que quiere la aplicación de la sharia en Bélgica).

Los musulmanes deben integrarse en nuestro orden jurídico y constitucional y no lo contrario. El problema reside en que esto requiere un alejamiento del Islam tal como es realmente, un desarrollo del espíritu crítico de los musulmanes frente a esa doctrina.
Debemos ser conscientes del peligro que representa el Islam tal cual es y permanecer vigilantes frente a su expansión. Este es el objetivo del Movimiento Suizo Contra la Islamización.


(*1) Tariq Ramadan, egipcio nacionalizado suizo, es uno de los manipuladores islamistas más peligrosos de Europa. Hábil polemista, es una de las cabezas visibles "intelectuales" del movimiento hacia la islamización de Europa. En España es uno de los favoritos de la progresía multicultural y proislámica, empezando por el PSOE, que lo considera un hombre dialogante y moderado (tal vez porque no hace mucho, en un congreso islámico, pidió una moratoria para... ¡las lapidaciones! para evitar que esos monstruosos asesinatos pudieran ensombrecer la percepción que en Occidente se tiene del Islam. ¿No es acaso un hombre de paz y concordia?

(*2) Guillaume Faye nos habla en sus escritos de "guerra civil étnica" para describir el enfrentamiento sangriento que según él no solamente es inevitable, sino que ya está en sus prolegómenos.

Autores A.P.D - Monmar




1 comentario :

  1. Anónimo8/12/07

    A propósito de Tariq Ramadan, Gustavo de Arístegui escribía lo siguiente en fecha del 21/10/2005

    EL CABALLO DE TROYA
    Gustavo de Arístegui

    Es conocida la afición que existe en una parte de la intelectualidad occidental de diluir los problemas y de banalizar sus consecuencias. Existe una fascinación, muchas veces incomprensible, con aquellos que defienden la confrontación con Occidente e incluso llegan a justificar la violencia. El oscuro objeto de la admiración y del deseo de esta intelectualidad occidental suelen ser pensadores, que disfrazados con el manto de lo académico e intelectual, esconden un mensaje terrible de confrontación inevitable y de justificación del terror. En otros casos se trata, pura y simplemente, de verdaderos cabecillas intelectuales de la barbarie. Las dos figuras más destacadas de esta categoría son Hassan Al Tourabi y Tariq Ramadan.
    El primero, admirado por algunos sectores intelectuales europeos, fue cómplice, encubridor y hasta embajador y defensor de Osama Bin Laden. El segundo, Tariq Ramadán vendrá a España este 28 de octubre para asistir a un acto organizado por la Fundación Atman.

    Yo estaba invitado pero no asitiré. Respeto profundamente a la Fundación Atman y se lo he puesto por escrito; estaré más que encantado de acudir a cualquier otro acto que ellos organicen, de cualquier naturaleza, y me parece muy importante el pluralismo, pero créame que el que no cree en el pluralismo es Tariq Ramadán.

    Es un lobo envuelto en piel de cordero y no se trata de rechazar ciertas ideas, se trata de rechazar ciertas ideologías. Igual que no me sentaría con un nazi, ni con un leninista que preconizase los genocidios, que unos y otros hicieron en el pasado, no voy a compartir mesa con un sujeto que declaró que el 11- S eran objetivos legítimos.

    Al evento asistirán miembros del Gobierno Zapatero, Leire Pajín, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Felipe González, expresidente del Gobierno español, Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Exteriores, Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal, y Bernardino León, Secretario de Estado para Asuntos Exteriores e Iberoamérica. No les critico, tienen sus razones y me parecen respetables. Quien no me parece respetable es el señor Ramadán.

    No hay un artículo mío que hable de los ideólogos del terrorismo en el que no le mencione; creo que sería muy incoherente por mi parte que, sabiendo que es el responsable de la radicalización ideológica de una parte importante de los jóvenes musulmanes en Europa, me sentara con él en un debate.

    Lo he denunciado como un heraldo del terror, un heraldo del odio, de la violencia y de la confrontación, una persona que tiene una tesis para volver a la Edad Media y al Imperio Otomano. Lo he escrito en mis artículos de prensa, lo tengo dicho en la radio, en la televisión y en mi nuevo libro. Y por tanto yo no voy a acudir a ningún sitio en el que se siente ese individuo. Tariq Ramadan justificó, de forma escasamente disimulada, los atentados del 11 de septiembre, asegurando que se trataba de objetivos legítimos. Tiene la entrada prohibida en un número creciente de países, y su mensaje envuelto en exquisitas formas y dominando varios idiomas no puede, bajo ningún concepto, llamarnos a engaño.

    Estamos ante el más eficaz Caballo de Troya de la barbarie que hayamos visto en las últimas décadas. Sin embargo no es el único, hay muchos que, como él, tratan de presentarse como inofensivos y legítimos defensores de tesis pacíficas, opuestas a Occidente y, en consecuencia, “víctimas de su despiadada persecución”. La providencial capacidad de hacerse las víctimas de estos macrolobos con piel de megacordero sólo es comparable a la ingenuidad, despiste o incluso mala intención de algunos de sus más firmes defensores en Occidente.

    No se trata de un debate académico o político legítimo, se trata de personas que están embarcadas en la creación de un corpus doctrinal que permita, al menos, tres cosas: la justificación de lo injustificable frente a sus opiniones públicas y la opinión internacional, el establecimiento de un banderín de enganche eficaz, con el que reclutan a nuevos militantes para su causa, convencidos por la atractiva argumentación casi toda ella manipulada torticeramente y, por último, desactivar a una parte de la intelectualidad y de los analistas de Occidente para generar un mayor espacio y margen de maniobra para sus monstruosos propósitos.

    La presencia de personas como ésta no es una cuestión baladí, a mi juicio hay que ser beligerante con quienes fundamentan el abyecto uso de la violencia terrorista como único medio para lograr sus fines que, lejos de ser justos y legítimos, representan la barbarie, la violencia sin límites, la opresión y una ambición expansionista infinita. No pido que se cierre la puerta al debate, pido que se cierre la puerta para siempre a los caballos de Troya del terror.

    A.P.D

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