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4.2.08

El Islamismo es una amenaza para Europa


«El islamismo es una amenaza que quiere imponer en Europa valores totalitarios»

Dos políticos socialdemócratas de Dinamarca Karen Jespersen y Ralf Pittelkow, denuncian en un libro [que se ha convertido en un éxito de ventas]. "La ingenuidad de los demócratas europeos ante el radicalismo islámico".
No deja de ser un alivio comprobar que todavía queda algún político en Europa capaz de denunciar las decisiones y comportamiento de una clase de gobernantes que bien por ingenuidad…, bien por ignorancia…, se han convertido en defensores y aliados sumisos al permitir que Europa bajo el manto del “multiculturalismo” y la “Alianza de Civilizaciones” adopte y permita la intolerancia y el totalitarismo, destruyendo si es necesario todos los valores europeos.
A continuación la entrevista que han mantenido con Enrique Serveto
Monmar

Este año no hay una gota de nieve en Copenhague. Ese debería ser el único factor discordante en este país rico, y amable, al menos para los ingenuos

-He venido hasta aquí con un taxista que me ha dicho que es paquistaní, nacido en Dinamarca, que afirmaba que está integrado en esta sociedad, pero que al mismo tiempo piensa que los dibujos de Mahoma debieron ser prohibidos. ¿Cómo debería interpretarse eso?

-Ralf Pittelkow: Es muy típico, le pueden decir que están plenamente integrados, pero al mismo tiempo cuando se trata de factores esenciales no aceptan los valores que están en conflicto con los de sus sociedades de origen. Con frecuencia, se suele dividir erróneamente a los musulmanes en radicales y moderados o integrados.
Lo que decimos es que el mayor grupo está entre los dos y que, aunque muchas veces se sienten parte de la sociedad danesa, siguen bajo la influencia de los valores autoritarios que han traído de sus países de origen, sean valores religiosos, sociales u otros. Por eso, en algunos momentos reconocen que esta es una buena sociedad, pero cuando ven desafiados los valores, como por ejemplo en el caso de las críticas a la religión, entonces vuelven a los criterios autoritarios.

-En su libro critican despiadadamente el concepto de multiculturalismo....

-Karen Jespersen: Vivimos en un mundo globalizado, en el que esperamos que haya gente que viene a vivir con nosotros desde otras partes del mundo, y usted puede gestionarlo de distintas maneras.
Una es el multiculturalismo, aceptando que esas personas tienen sus propios valores, que no podemos ni debemos hacer nada al respecto. Entonces la sociedad se divide en muchas sociedades-culturas paralelas, lo que es malo.
La alternativa es ser muy estricto en el control y los límites de la cantidad de inmigrantes que vienen a cada país para ser capaces de integrarlos, haciendo que ellos tengan un sentido muy claro del deseo de integrarse.
Volviendo al caso del taxista, la cuestión es que para estar aquí tiene que ser danés, en el sentido de que deberá compartir todos los valores básicos de la sociedad danesa, porque incluso si ha nacido en Dinamarca, si le preguntó si es danés o paquistaní, seguramente le dijo que se sentía sobre todo paquistaní.

-Así es.

-R. P.: De todos modos, podemos comparar el multiculturalismo con el modelo de integración danés: si volvemos a la crisis de los dibujos de Mahoma y si mira a las reacciones de la comunidad musulmana de Dinamarca y la de Gran Bretaña, que se puede considerar como el típico ejemplo de multiculturalismo, en Dinamarca incluso personas que estaban en contra de la publicación de los dibujos en ningún caso se manifestaron de forma violenta, no hubo amenazas de muerte ni nada parecido.
Pero en Gran Bretaña hubo grandes manifestaciones y prédicas en las mezquitas para pedir que se condenase a muerte al dibujante. Creemos que el modelo danés, tratando de limitar las sociedades paralelas, tiene más oportunidades de «civilizar» los posibles conflictos que van a tener lugar en las comunidades donde se produce una llegada significativa de emigrantes.

Es curioso que en Dinamarca ni siquiera han prohibido el velo. ¿No creen que el pañuelo islámico es en realidad un símbolo activo de no integración?

-R. P.: Evidentemente, y es preocupante ver que el número de mujeres que deciden llevarlo está aumentando, y no al contrario.

-K. J.: Es algo que está estrictamente conectado con la extensión del islamismo. Es una manera de imponer a las mujeres el pensamiento de que ellas pertenecen a la influencia islamista, que son musulmanas antes que danesas. Eso es alarmante. He estado a cargo de la integración un par de años en Dinamarca y muy frecuentemente me reunía en actos públicos con mujeres que vestían el velo y les decía: ¿en la sociedad de tus sueños hay una democracia como la nuestra? Y casi siempre la respuesta estaba basada en ideas elusivas.
A mí no me preocupa lo que es un trozo de tela, sino los valores que están asociados. Nunca me he reunido con una mujer o una chica que se cubran con el niyab y sean firmemente partidarias de la democracia en su sociedad ideal. Aunque acepten vivir en una sociedad democrática, la de sus sueños es una utopía de estado islámico, no una democracia plena.
¿Ese déficit democrático en los países musulmanes se debe a la religión, a la educación o a ambas?

-R. P.: Los países musulmanes no han tenido nunca nada equivalente a la ilustración. No han conocido esa liberación del pensamiento que viene del libre debate y de la crítica. Si ve un nombre árabe en una lista de científicos, probablemente vive en Estados Unidos o en Europa, porque muchos países musulmanes no han tenido un ambiente intelectual que deje florecer el pensamiento crítico.

En el libro definen claramente que la sociedad danesa en particular y la europea en general toman decisiones incorrectas a causa del miedo. ¿Miedo a qué?

-K. J.: Tenemos miedo a no ser decentes, a no ser civilizados, a no ser bastante correctos

-R. P.: La razón de esta actitud es la prevalencia de lo políticamente correcto. ¿Qué hay detrás de lo políticamente correcto? Dos cosas: sentimiento de culpabilidad y miedo. Nos sentimos fácilmente culpables por nuestro pasado y tenemos miedo porque después de ese pasado aspiramos a una paz a cualquier precio. Por eso, cuando alguien nos amenaza, tratamos de apaciguarlo, nos rendimos.

El miedo es una actitud humana.

-K. J.: Claro. Pero no estamos solos. Hay una lucha importante por los valores democráticos también en el seno de la sociedad musulmana. Por eso me opongo estrictamente al islamismo, porque se trata de un grupo de musulmanes que trata de imponer un sistema de valores totalitario y opresivo contra valores de las sociedades democráticas.
Lo ideal sería una alianza con los musulmanes que quieren compartir esos valores básicos, como el de la igualdad entre hombres y mujeres. Si, por el contrario, aceptamos las reclamaciones de los radicales, entonces estamos abandonando a los moderados y les damos cada vez más poder a los que los oprimen.
En Europa tenemos sociedades que funcionan bien gracias a que prevalecen ciertos valores, como la libertad de expresión o la libertad religiosa, la igualdad, etcétera. No se trata de una cuestión abstracta que un país tiene o puede no tener, como el clima, sino que sin esos valores nuestras sociedades serían peores.
Por eso, lo primero es la defensa de nuestros propios valores, porque, si nos rendimos, estaremos destruyendo nuestras sociedades. Naturalmente, si nosotros luchamos contra valores reaccionarios, nos acusarán de intolerantes, pero ante eso debemos decir que no, que estamos luchando por los valores que han mejorado nuestras sociedades. No es una lucha entre religiones, es una lucha entre valores.

Para nosotros es fácil entender qué significa una dictadura. Pero no lo es tanto ver la amenaza totalitaria del islamismo extremista que denuncian en su libro, cuando la mayoría de nosotros sólo ve una religión.

-R. P.: Esa es la causa por la cual en Europa tanta gente ha estado durante tanto tiempo sin descubrir el tipo de amenaza a la que tenemos que hacer frente. Tendemos a creer que los ciudadanos de los países musulmanes piensan como nosotros y que si hay un problema con la integración es culpa nuestra. Pero sus valores sociales son muy diferentes a los nuestros, y en este campo debemos ser realistas, no ingenuos.
Si hay algo que daña terriblemente el proceso de integración, es que los emigrantes musulmanes piensen que nosotros no creemos en nada, que no tenemos valores morales, porque eso les reafirma en los suyos. Así que, mostrando un claro respeto, sin ningún tipo de agresividad, pero con firmeza, es necesario que les digamos que sí hay valores importantes en nuestra sociedad y que estamos dispuestos a luchar por ellos.

¿Cuál ha de ser el papel de Europa en este debate?

-K. J.: Creemos que la Unión Europea es el lugar adecuado para hablar de estos valores. Es muy importante que la UE participe activamente en la defensa clara de la libertad de expresión y de los demás valores que consideramos europeos. Si queremos conseguir una convivencia armónica con los emigrantes musulmanes de inclinación radical, la UE debe actuar de forma coherente.

¿Creen que fue así durante la crisis de los dibujos de Mahoma?

-R. P.: No solamente no defendieron la libertad de expresión, sino que atacaron a los que la defendíamos. Excepto casos como Holanda, la actitud de la mayoría de países fue negativa.
Fue muy desagradable ver cómo la UE, en vez de aliviar la presión sobre un país pequeño, contribuía a aumentarla y cómo se presentaba a Dinamarca como la causa de los problemas.
Cuando se toman medidas de apaciguamiento, como hizo Javier Solana entonces, los radicales se sienten alentados en sus objetivos, sienten que pueden seguir aumentando sus exigencias. Empezaron diciendo que querían una simple disculpa, pero se dieron cuenta de que podrían conseguir otras cosas más importantes, incluso cambiar la legislación europea sobre la libertad de expresión. A eso nos lleva lo políticamente correcto.

El proyecto de la Alianza de Civilizaciones sería entonces un gesto de apaciguamiento, ¿no?

-R. P.: Cuando decides entrar en un diálogo es porque tienes una noción realista de lo que se puede conseguir dialogando. Mi opinión sobre este proyecto es que se trata de algo esencialmente muy ingenuo, que no puede profundizar en los asuntos realmente importantes.
Se puede dudar de si sus impulsores son realmente conscientes de qué tipo de valores defienden las personas con las que quieren dialogar.

¿Resolvería algo la entrada de Turquía en la UE?

-R. P:. En el caso de los dibujos se puso de manifiesto efectivamente cómo Turquía se ofreció a ser esa especie de puente. Pero cuando llegó el momento se puso completamente del lado de los demás países musulmanes que criticaban a Dinamarca. ¿Qué clase de puente es ese? Creo que hay que decir que no es realista y que es mejor que dejemos de seguir alimentando las expectativas de ingreso.

¿Por qué no vemos en Estados Unidos crisis de integración?

-K. J.: El número de inmigrantes musulmanes es relativamente más pequeño, han sido escogidos por su educación y saben que no se van a encontrar bajo la protección del estado de bienestar que hay en Europa.
Los que llegan a Europa han tenido acceso a poca o ninguna educación, y en muchos casos piensan que una vez que se han conectado al sistema de ayudas sociales, pueden pasar de lo demás.

-R. P.: Los norteamericanos son muy buenos enseñando los valores del patriotismo, la gente se siente orgullosa de ser americana. Pero si miras lo que cada uno espera de su sociedad, hay grandes diferencias. Los daneses no quieren que haya ciudadanos a los que perciban como extranjeros, quieren una sociedad cohesionada.

Texto:Enrique Serbeto
Copenhague.3-2-2008

1 comentario :

  1. la mezcla de gentes es buena. a mí me da igual como vista, rece, coma o f_ _ _ _ cada uno siempre y cuando comparta y respete unos valores básicos de libertad, democrácia, respeto a los demás, ... y se comprometa con el progreso del país en el que vive. una de las cosas que más me gustó de Israel es que cuando veías un coche con la bandera de la Estrella de David( y eran muchos) sabías que su ocupante podía ser de cualquier color, ir vestido con la negra austeridad de los ultraortodoxos o con la cresta multicolor de algunos chavales, ... pero eran ISRAELÍES.
    Aquí cuando ves a una musulmana con el velo sabes que está desafiando todo aquello por lo que las mujeres (y muchos hombres) hemos luchado durante mucho tiempo.

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