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18.2.09

El Islam en Europa

Entrevista con subtítulos en español de una mujer árabe ex musulmana en el canal Al Jazeera de Qatar



Si existe una evidencia que tendría que aparecer de manera deslumbrante a los europeos en general y a los españoles en particular es aquella de la total imposibilidad de la comunidad musulmana a vivir en paz al lado de una comunidad no musulmana.

Tenemos entre nosotros un gravísimo problema, que los políticos y los medios de comunicación casi sin excepción nos ocultan de una manera abyecta.Y este problema tiene nombre propio que se llama: ISLAM.

Ya no se trata de engañarnos intentando arreglar la situación haciendo pedagogía, "mejorar la educación", "favorecer la integración", "entender al Otro", "aceptar la diversidad", "tolerar la diferencia", "enriquecerse con su presencia"...
Los que así piensan y aún creen en estas quimeras que despierten de una vez, se trata de saber si queremos que la ley islámica, introducida de manera natural por una población que no hace más que perpetuar un modo de vida milenario, se convierta en la ley que rija nuestra sociedad y controle nuestras vidas, o si por el contrario queremos ser un país soberano de hombres y mujeres libres.

Seamos claros, la inmensa mayoría de los musulmanes presentes sobre suelo europeo se sienten ante todo musulmanes, se identifican con sus países de origen y no tienen interés ni voluntad de integrarse en una sociedad a la que se sienten totalmente extranjeros, y en la que además cada dia que pasa la desprecian y odian con menor disimulo.


Todos esos musulmanes a los que se ha dado la nacionalidad de algún país europeo (y todos los que están a la espera de beneficiarse a su vez de esa delirante y suicida generosidad nuestra) no pierden nunca la oportunidad de reivindicar esa condición que parece otorgarles el derecho de violentar impunemente la sociedad que los acoge y con el profundo y único deseo de arruinarla y destruirla.

¿Pero qué entienden por ser ciudadanos de Europa? Una pertenencia legal, unos papeles de identidad que les dan un cierto número de derechos y deberes, sobre todo derechos, muchas comodidades y prestaciones, amen de otros privilegios inalcanzables para los propios europeos.

Ser español, francés, británico, alemán etc, deja de tener el más mínimo significado cultural e identitario para convertirse en una mera apelación política legal, una formalidad administrativa.
Los musulmanes serán europeos de "papel" pero nunca pertenecerán a la civilización europea, pues el islam es un cuerpo extraño en un organismo que lo rechaza por incompatibilidad total.

Los que creen que el aspecto conquistador, oscurantista, totalitario y sanguinario del islam es una novedad debida al colonialismo, a la globalización, al imperialismo norteamericano u otras simplezas se equivocan gravemente. El islam no ha cambiado desde hace 13 siglos, lo que ha cambiado es el número de sus adeptos y en la expansión demográfica, gigantesca desde hace 50 años.

La conflictividad que aportan los musulmanes a la realidad europea (en algunos países de manera más notoria que en otros) pero todos en vías de sufrir el mismo funesto destino debido a sus inagotables reivindicaciones, sus exigencias sin freno, su voluntad manifiesta de subvertir nuestras leyes y valores, es un comportamiento insurreccional, es el rechazo de una población musulmana que se sabe en crecimiento exponencial, a someterse a la ley y a la autoridad de países dirigidos por infieles.

Aquellos bien pensantes que todavía creen que mediante una política de apaciguamiento "pedagogía" y "educación" las masas musulmanas se integrarán en nuestros valores ignoran simplemente que ninguna educación es susceptible para europeizar a los musulmanes para quienes la única educación posible y aceptable es la que proviene de la sharia, la que imparte la ley islámica.

La única educación que influye en los musulmanes es la que le inculca el medio familiar, y en el islam, donde la relación padre-hijo no es realmente autoritaria, la
costumbre prevalece sobre la autoridad paterna y la asociación horizontal entre hermanos (varones) es la relación fundamental. El sistema es muy igualitario, muy comunitario pero no favorece en nada el respecto de la autoridad en general y la del Estado en particular.

Es por esa razón que todos (sin excepción) los Estados musulmanes del planeta son dictaduras, por más maquilladas que se presenten a la mirada del mundo (nadie pensará seriamente que Pakistán, Egipto, Marruecos o Turquía son democracias).
Aquello que los padres musulmanes no enseñan a sus hijos, es decir un conjunto de normas indispensables para la convivencia pacifica y la tolerancia dentro de una comunidad, valores estos imprescindibles para la formación de una sociedad coherente y estable, el Estado se encarga mediante una represión feroz.
La sociedad islámica que ha nacido y se ha expandido por la espada no puede mantenerse y perpetuarse más que a través de la violencia, el autoritarismo y el despotismo. No es una teoría, es una constatación.

Esta universal realidad del mundo musulmán nos anuncia sin velo lo que nos espera. La única manera de hacer funcionar una sociedad islámica consiste en leyes y en un Estado liberticidas. La islamización creciente de los países de Europa se verá acompañada de un endurecimiento de las leyes para el conjunto de la población. Y esto
por dos razones:

1- Para adaptar la forma de gobierno de acuerdo a las aptitudes de los "nuevos europeos", totalmente incapaces de vivir en democracia y en un Estado de derecho.
2- Porque para controlar a una población indócil, de costumbres y comportamientos antidemocráticos, refractaria al orden y al cumplimiento de la ley, sólo tiene alguna posibilidad de éxito un Estado despótico dotado de un conjunto de medidas represivas y carente de escrúpulos a la hora de aplicarlas, (ver la forma de gobernar de cualquier país musulmán)
Europa tarde o temprano se vera obligada a gobernar dictatorialmente para controlar las masas y evitar el desorden y el incivismo de unos huéspedes levantiscos, imponiendo la tiranía para todos.

A pesar que los medios de comunicación intentan ocultar y falsear las estadísticas diarias de desordenes, violaciones, vandalismo, con la única finalidad de prolongar la agonía, todos sabemos que esta época ya ha comenzado, quizás la mas significativa es la censura desmesurada a la libertad de expresión, pero no tardaremos en comprobar que esta medida es el comienzo hacia la perdida de todas las libertades tan costosamente conseguidas, lo que sucede ahora solo es el prólogo de la debacle final.

Es la multiplicación exponencial de una visión coránica que se hace cada vez más popular entre los jóvenes árabes que nacen y viven en países occidentales, en donde perciben que no hay respeto por sus culturas y etnias. La asimilación para ellos, no es una opción. La lucha en contra de lo que ellos consideran “la maldad de los infieles”, sí lo es.

Esto que está pasando ya ha ocurrido. Sólo basta asomarse a los libros de historia para comprobar que los mismos errores traen los mismos castigos, una y otra vez a lo largo de los tiempos.

Recordemos lo que le ocurrió al Imperio Romano. En el año 212 el emperador Caracalla otorga la ciudadanía al conjunto de los habitantes del Imperio, que en esa época era mitad europeo y mitad oriental (África del norte, la mayor parte del Próximo y del Medio-Oriente eran territorios imperiales).
Roma misma estaba saturada de inmigrantes orientales. Es a partir de esa época cuando el Imperio empieza a derivar hacia la autocracia absoluta. Para gobernar un imperio multi-civilizacional era necesario un poder absoluto, y este tipo de
gobierno estaba plenamente en la costumbre de los orientales. Podemos afirmar que la Europa actual, en fase de convertirse también en un imperio, sigue ese mismo camino, no en virtud de la anexión de territorios orientales, pero si por una inmigración sin precedentes proveniente de esas regiones.

Estamos confrontados en la primera fase de una islamización desde las bases de la sociedad europea, es decir una islamización de la población, de colonización demográfica que prepara el terreno a la segunda fase de este proceso, la organización metódica de esa islamización, la toma en mano de las masas musulmanas por los imanes y otros líderes políticos y religiosos que ya están sobre el terreno encuadrándolas y aleccionándolas para la implantación de un proyecto global, un proyecto teocrático basado en la voluntad de erradicar las sociedades para luego llegar al poder, la segunda fase será más “ radical”, ya que reclamará una “islamización” desde arriba, una vez conquistado el poder, sin importar los medios para alcanzarlo, sin descartar el uso de la violencia ni tampoco la acción terrorista si fuera necesario.

Es necesario que todos los ciudadanos europeos sean conscientes que todo país que cobije una minoría significativa de musulmanes se expone a gravísimos problemas, tanto para la seguridad interna de su país como para su misma integridad. En palabras del antiguo presidente bosnio Alia Itzetbegovic (considerado poco menos que una especie de Ghandi balcánico en su momento): "No hay paz ni coexistencia posible entre la religión islámica y las instituciones políticas y sociales no
musulmanas". Se puede decir más alto pero no más claro.

Conclusión final

Mientras haya en Europa millones de musulmanes, habrá una amenaza absolutamente mortal para nuestra sociedad, nuestros valores y finalmente para nuestro derecho a permanecer libres en nuestra tierra.
Al final, tendremos que plantearnos una solución que por el momento es todavía impensable para muchos, incluso para aquellos que hacen de la lucha contra la islamización su combate principal.

Nadie pone en duda que el mundo se dirige inevitablemente hacia el multiculturalismo, este hecho se debe aceptar democráticamente, pero analicemos en profundidad el por qué de este rechazo al Islam.

El Islam no es solo una religión, es una forma de vida, de actuar y de comportarse)

Esta solución es la repatriación hacia sus países de origen del conjunto de las poblaciones musulmanas seguida de la prohibición de la práctica pública del islam en suelo europeo para los pocos que quedaran y que deberán imperativamente probar su asimilación a la civilización europea, lo que significa por definición el abandono de la religión musulmana.
Toda propuesta de compromiso con el islam instalado en nuestra casa y comportándose ya como en territorio conquistado es la aceptación de la derrota, la renuncia a la libertad, la resignación ante la muerte.

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1 comentario :

  1. Anónimo21/2/09

    Gracias a Alain por el artículo, estoy totalmente de acuerdo.

    Lo que está sucediendo en el corazón de Europa, puede ser la crónica de una muerte anunciada.

    Haciendo un análisis vemos que las migraciones actuales son mucho mas nefastas que las incursiones bárbaras de la época romana, o de la Edad Media:
    llegan forasteros de tierras salvajes, empobrecidas, y con una civilización inferior y mucho mas atrasada; se instalan en sociedades culturalmente superiores, pero apaciguadas hasta el masoquismo suicida, y por ello a los “huéspedes” o “intrusos” no les cuesta nada imponer el respeto empleando la violencia y el caos (solo hay que ver las estadisticas policiales sobre violencia callejera o agresiones sexuales en Francia y Alemania). Todo esto mientras los gobernantes les garantizan bienes y favores especiales a la minoría ocupante, con tal de que se calme, (es evidente que el “huesped” o “invasor” desprecia la cultura del “anfitrión” hasta odiarla, por lo que esa calma nunca sucederá).
    Pero hay una sustancial diferencia, es que antiguamente a los invasores no les importaba adquirir la cultura superior de los nativos y mezclarse con ella, por ello Europa proseguia su evolución; mientras que hoy, los nuevos intrusos jamás van a aceptar la cultura nativa, por muy superior que sea, por ello, la evolución esta en peligro, y Europa entera podria caer en el avismo del retroceso; como sucedió en el Egipto antiguo, en la Grecia clásica, o en la caida Constantinopla.
    Además existe otro factor mas importante: la actitud de los gobiernos. Las democracias europeas son mucho mas cínicas y oportunistas que en Norteamérica, Canadá o Australia, pues en Europa no existe un interés político por el futuro de su pueblo, ni por salvar sus valores, en absoluto.

    Esta decadente situación se ve en los datos sociopolíticos, desde Suecia hasta Francia:
    -el aumento brutal de la población musulmana que vive de los subsidios sociales, produce una carga descomunal para la economía de estos paises.
    - la escalada de violencia, agresiones sexuales y criminalidad de los musulmanes contra los nativos ha hecho sonar la “alarma social”, haciendo que la población autóctona se desplace lentamente a otros barrios, harta de sus nuevos vecinos. Es decir, los intrusos han ido adquieriendo terreno.
    -ante tal panorama, los políticos apenas han dado muestras de interés para solucionar el problema, mas bien al contrario, han desviado el tema para evitar confrontación de cara a las elecciones. Esta es la enorme podredumbre de la política europea.

    Y los políticos siguen hasta hoy peleándose por ganar las elecciones, mientras nos intentan hacer creer que el multiculturalismo implantado desde el estado social “es factible y positivo”, y que “el Islam es positivo en occidente”. En otros tiempos hubiesen ahorcado a muchos de estos políticos, por vender sus territorios así.

    Hay que darse un paseo por algunos de estos territorios adquiridos, como los guetos de Paris, el barrio de Wedding o Neukölln en Berlín, donde han ido desapareciendo las librerías, las tiendas de ropa modernas, los cines, etc. dando paso a los centros islámicos, cafés musulmanes (solo para hombres y musulmanes), las mezquitas, las tiendas para ropa islámica, los prostíbulos (que ironia!!..), y por supuesto el paro y la criminalidad. Son territorios donde el progreso y creatividad europea se ha parado.

    Y el cercano futuro se ve bastente negativo, los territorios msulmanes aumentan su tamaño, las familias musulmanas tienen una natalidad muy superior a la europea, y los inmigrantes musulmanes siguen llegando.
    En Gran Bretaña, según este deprimente artículo, la natalidad de los musulmanes es 10 veces mayor que la del resto:
    http://www.timesonline.co.uk/tol/news/uk/article5621482.ece

    Las estadísticas europeas son desmoralizadoras, la integración no resulta casi nunca, y tarde o temprano explotan los conflictos. Haciendo un simple cálculo, se puede ver que siguiendo este crecimiento demográfico, de aqui a cuatro o cinco generaciones, ciudades como Marsella, Berlin, Amsterdam, Bruselas, Viena, etc, serán mayoritariamente musulmanas.

    El 70% de la población reclusa en Francia es musulmana... estos números escalofriantes son un ejemplo de la imposible compatibilidad de la cultura islámica en Europa.
    Ellos han llegado, han recibido todo tipo de ayuda y atención social que jamás tendrian en sus países de origen, y a cambio, se han ido apartando de la sociedad laica europea de un modo agresivo, para imponer su mini-califato. El profundo fracaso escolar de los musulmanes en todos los países europeos demuestra su total falta de interés por estudiar y hacer algo de provecho en un sistema occidental.
    La política europea esta hundida en la peor de las corrupciones: por tener el problema en frente y dejarlo de lado sin actuar, o lo que es peor, los politicos actúan contra los que quieren solucionarlo, para asi garantizar la harmonía en su butaca parlamentaria. Cualquiera que se moleste en mostrar en televisión o periódicos todos estos datos, es tachado directamente de “racista”, “ultraderechista” o “xenófobo” por casi todos los partidos, periodistas y algunos seudointelectuales.

    Se trata de que todos los partidos, se reúnan a puerta cerrada para resolver la catástrofe, y se olviden de la rapiña electoral.
    Si los políticos llegan a un acuerdo, se pueden cambiar las leyes, acabar con los guetos de criminales, obligar a los musulmanes a seguir y respetar nuestra civilización, quitar las ayudas sociales, y expulsar a los ciudadanos musulmanes que no cumplan estas bases, prohibir las escuelas islámicas, prohibir el Corán, etc...(y como evidentemente muchos musulmanes no permitirían eso, estos tendrían que ser expulsados sin contemplaciones a sus países de origen, como sucedió en Bulgaria, o en los países bálticos y la reciente repatriación de muchos de los descendientes de rusos).

    El futuro de Europa esta en juego, es el futuro de nuestros hijos.

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