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14.8.09

Francia ante el suicidio cultural de Occidente


Desde París Álvaro Vermoet Hidalgo nos habla sobre el multiculturalismo desde una perspectiva objetiva.

Los libros de texto han sustituido los objetivos de "civilización francesa", desde Prévert a Victor Hugo, por una infinidad de bobadas sobre ecologismo, calentamiento global, ONG, comercio justo frente al egoísmo del consumo o Amnistía Internacional.

Escribía no hace mucho sobre las notorias diferencias entre la idea de sociedad británica y francesa. Diferencias que han inspirado tanto las distintas políticas coloniales como, ahora, los distintos modelos de gestión de la inmigración y de aquello que llaman la "sociedad multicultural".

Los franceses hablaban de civilizar a los pueblos colonizados, asimilándolos en su cultura.
Por el contrario, para los británicos predominaba la idea de acoger a distintos pueblos, naciones y tribus bajo el manto de una Corona imperial respetuosa con las diferencias culturales. En consecuencia, mientras que en las colonias francesas se votaba al presidente de la República, los ingleses nunca hubieran cedieron un diputado a los habitantes de las colonias. Distintas ideologías que se han trasladado a los diferentes modelos de acogida de la inmigración y a la manera de tratar su propia herencia cultural.

Hoy, hay barrios enteros de Londres donde el burka no es la excepción sino la regla, donde las escuelas islámicas y las mezquitas saudíes gozan de total inmunidad para impartir las enseñanzas integristas venidas de Arabia Saudí y, sin embargo, cada vez lo tienen más difícil para hacer valer su libertad de expresión aquellos que se atreven a criticar al islam. Y no por las amenazas de los fundamentalistas, sino por las leyes británicas que persiguen las "ofensas religiosas".

El éxito de este modelo es notorio: la mayoría de los jóvenes musulmanes nacidos en el Reino Unido se declaran partidarios del terrorismo islámico y enemigos de Occidente. Pues bien, ese modelo de "multiculturalidad" no sólo ampara el islamismo sino que no deja espacio para la cultura propia británica. Así, si uno va a estudiar inglés al British no oirá hablar de Shakespeare ni de la Reina Victoria sino, seguramente, de la "multiculturalidad" o la "ciudadanía global".

Mientras se extiende esta especie de pedagogía de lo políticamente correcto, Francia parecía ir a contracorriente: insiste en defender el espacio cultural de la francofonía, prohíbe el velo islámico en las escuelas públicas, elige a Nicolas Sarkozy al frente de la República para defender la identidad nacional, aprueba el contrato de integración para los inmigrantes, busca recuperar la enseñanza rigurosa de la cultura francesa frente al relativismo del Mayo del 68, promueve la prohibición del burka en los espacios públicos y, desde luego, no tolera mezquitas o escuelas teledirigidas desde Riad. Incluso en los centros de enseñanza de francés del mundo entero, l’Alliance, se enseñaba no sólo lengua sino, además, "civilización francesa". Pero, pese a la elección de Sarkozy, parece inevitable que la moda del suicidio cultural llegue también a estos centros.

Así, los libros de texto que se utilizan han sustituido los objetivos de "civilización francesa", desde Prévert a Victor Hugo, por una infinidad de bobadas sobre ecologismo, calentamiento global, ONG, comercio justo frente al egoísmo del consumo o Amnistía Internacional. Incluso, el taller "Civilization" desaparece, para siempre, este mes. Así me lo ha explicado un profesor: se están "armonizando" los contenidos para hacerlos más globales y consensuados en todas las Alianzas del mundo, y se insiste una y otra vez desde la dirección en sustituir todo lo que sea cultura francesa por temas como el ecologismo o la sociedad multicultural.

Es una lástima que pese a que los franceses hayan elegido a Sarkozy y a su partido, la UMP, para defender la identidad nacional francesa y recuperar la cultura del esfuerzo en las escuelas, la Alianza francesa vaya en dirección contraria. Nadie parece preocuparse del pluralismo político cuando los libros de texto parecen folletos de propaganda ecologista o cuando reírse de Sarkozy parece un contenido "interdisciplinar" en las clases y, sin embargo, se persigue como una amenaza imperialista cualquier intento de transmitir la cultura francesa de la única forma que tiene Francia en otros países del mundo, a través de l’Alliance. Y no deja de ser irónico que acuse de incultura a Sarkozy la misma izquierda que ha conseguido inutilizar la educación como instrumento de civilización.

Parece, pues, que la "Educación para la Ciudadanía" o el nuevo grado en "Igualdad" de la España plural de Zapatero es, en efecto, la última tendencia mundial en pedagogía. Me temo que pronto los libros de texto de todas las escuelas de Europa serán exactamente iguales, excepto por el idioma: no se estudiará nada más que la multiculturalidad, la culpa histórica de Occidente, las desigualdades que conlleva la globalización, la agricultura ecológica o la Alianza de Civilizaciones en cualquier escuela. Un suicidio cultural que, pese a la "excepcionalidad cultural" de la nación francesa y, desde luego, del discurso político de Sarkozy parece, incluso aquí, inevitable. Parafraseando a Charles Trénet, que reste-t-il... de la France?

Álvaro Vermoet Hidalgo es presidente de la Unión Democrática de Estudiantes, miembro del Claustro de la Universidad Autónoma de Madrid, consejero del Consejo Escolar del Estado y autor del blog Cien Mil Objeciones.

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4 comentarios :

  1. Tauro15/8/09

    A "Occidente" le "ven la cara".Y como siga con ese rol de victimista lo va a pagar caro,pero a mi no me va a dar niguna pena,que defienda ya su democracia y se deje de tonterías.
    Un saludo.

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  2. bueno, sarko en las formas puede parecer que defiende la identidad nacional pero en el fondo no va mas haya de pequeñeces como el velo y otras miniedades, pero creo que el problema es el mismo en toda europa y nuestros politicos no lo van a solucionar

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  3. Por esto es unos de los problemas mas difíciles que se nos plantean en un plazo relativamente corto, no podemos esperar que cuando la situación se vuelva irremediable nos podremos instalar en un pais vecino, toda Europa esta sometida a la voluntad de nuestros invasores, defendiendo su cultura, su identidad y hasta sus propias leyes.

    Europa ha perdido el control y lo único que sabe hacer bien es silenciar lo que se nos avecina, Sarkozy tiene un problema con mas de seis millones de musulmanes con derechos a la educación, sanidad y subsidios, a cambio el estado recibe como agradecimiento la quema diaria de coches en todas las ciudades, disturbios violaciones, manifestaciones y un odio enfermizo a todo lo que represemta Francia.
    Dentro de pocos años nos sentiremos extranjeros en nuestros respectivos países, es bueno saberlo y mejor estar preparados para lo peor, los holandeses hace tiempo que emigran a Australia.

    De Europa solo podemos esperar silencio:
    El silencio de Europa
    http://alianzacivilizaciones.blogspot.com/2006/02/el-silencio-de-europa.html

    Saludos y gracias por participar con vuestros comentarios

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  4. Anónimo19/8/09

    Se supone que ahora tenemos a la derecha gobernando en la UE... o en teoría.

    Merkel, Sarkozy, Berlusconi y otros cuantos presidentes se fanifiestan claramente y desde hace tiempo a favor de una Europa con sus principios, haciendo frente al terrorismo, y a los conflictos de las sociedades paralelas, etc.

    Y los conflictos de las sociedades paralelas son el resultado del fracaso de la integración, gracias al sistema de educación ideado por la izquierda europea de los años setenta y ochenta...

    Entonces, si todo está tan claro...porque permite ahora la UE derechista, una escalada aún mayor de la educación y leyes en beneficio del Islam anti-europeo????

    Tan masoquistas son??? O será el petroleo?? Si no, que me lo expliquen.

    Esto me recuerda a esos jóvenes europeos de las ONG que iban a Perú y Colombia cargados de ideales y "obligaciones"...luego terminaban linchados y sin un duro tras ser atracados en el primer callejón por sus propios admiradores...
    Pero siempre volvían y repetían la absurda tarea... "Cuanto masoquista hay por Europa!!" decían riendo los peruanos, y con razón.

    D. Friedmann

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