Sanaa
Ahora nos contarán que este es un caso aislado, que estos hechos no son habituales y toda una letanía de alegatos para justificar lo que sucede habitualmente con las jóvenes musulmanas que intentan emanciparse y eligen vivir libremente dentro de esta Europa tolerante y entupida que permite impunemente que estos actos se repitan en nombre del honor familiar.
¿Hasta cuando nos van a repetir los multiculturalistas la patraña que los musulmanes se integran? Seamos realistas y llamemos sin temores a las cosas por su nombre, los musulmanes ni se integran ni lo intentan ni lo desean, y el que sale del guión establecido solo encuentra la muerte, todo muy tolerante y democrático tenemos el deber de ser indulgentes.
Crímen de honor
La madre justifica el asesinato por los "errores" cometidos por la joven
El padre dice que llevaba una semana intentándo asesinarla
Tenía 18 años, vestía con desenfado, exigía ser tratada como cualquier muchacha italiana y, por si fuera poco, acababa de irse a vivir con su novio, un católico 13 años mayor que ella. A ojos de El Ketawi Dafani, un inmigrante musulmán de 45 años procedente de Marruecos y que desde hace ocho vive en Italia, su hija Sanaa se había occidentalizado demasiado y estaba 'deshonrándole'. Por ello, y tras una semana de intentos en vano, el pasado martes la degolló en un bosque de Pordenone, al noreste de Italia.
Italia asiste espeluznada a este asesinato de honor, agravado por las declaraciones de la madre de Sanaa justificando a su marido y asegurando que de alguna manera su hija se buscó ser asesinada. "Sanaa con nosotros estaba bien. Lo único que mi marido no quería era que saliera de noche con chicos. Sanaa cometió un error al marcharse de casa. También se ha equivocado mi marido. Pero es mi marido, el padre de mis hijos, estamos casados desde hace 22 años. ¿Qué sentido tendría que no le perdonara?", ha sentenciado Fatna Sharok, de 39 años.
Su hija había conocido a su novio hace seis meses en el restaurante en el que Saana trabajaba como camarera y del que Massimo es copropietario. Pero el padre de la joven, ayudante de cocinero en otro local de la zona, nunca había aprobado la relación: no sólo por los 13 años de diferencia entre ambos sino, sobre todo, por motivos culturales y religiosos: él es católico y ella musulmana.
La situación se hizo tan insostenible que degeneró el martes en tragedia. Massimo y Sanaa se dirigían como todos los días en coche al restaurante donde trabajaban cuando, de repente, El Ketawi les obligó a detener el vehículo. Se inició entonces una violentísima discusión a gritos, que se agravó cuando el padre de Sanaa sacó un cuchillo. Massimo trató de interponerse y recibió una cuchillada que lo dejó malherido, mientras Sanaa escapaba corriendo al bosque. Su padre la siguió hasta alcanzarla. "No me había visto nunca hasta ese día. Mató a su hija por motivos religiosos", ha declarado Massimo desde el hospital.
El Mundo.es
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20.9.09
Un marroquí degüella a su hija por irse a vivir con su novio
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3 comentarios :
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¿Donde están las feministas? ¿En alguna manifestación pro-palestina, con hiyab incluído, o respaldando la alianza de civilizaciones?
ResponderEliminarHe aquí una prueba más de la hipocresía musulmana (¿por qué dejamos que esta gente cruce la frontera?Ay, Dios.....)
http://www.islamenlinea.com/lamujer/hiyab.html
Una musulmana que viste como una occidental y que, encima, tiene como pareja un católico.Está todo dicho.Por desgracia, no, no es un caso aislado,hace unos meses ocurrió en Portugalete algo parecido.
ResponderEliminarEstos "crimenes de honor" son el pan de cada día en muchos sitios.
El amor es libre y no entiende de raza ni religión,pero parece ser que hay gente que sigue sin entenderlo, o mas bien, que no lo quiere entender.
Una verdadera lástima.
Saludos.
Que barbaridad... Lo peor son las noticias de este tipo que todavia nos quedan por ver en los próximos años... Con los gobiernos mirando para otro lado, sin la más mínima intención de poner freno a la inmigración islámica que sólo viene para aprovecharse de una sociedad del bienestar que le deja hacer lo que le da la gana...
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