El islam radical arraiga en Europa

Hoy la prensa nos sorprende con una tremenda noticia que todos conocemos hace tiempo, y aunque generalmente se exime de publicar noticias adversas al islam, tarde o temprano se ve obligada a revelar, el radicalismo convive entre nosotros.

Aunque nadie nos lo exponga claramente es obvio que nuestras vidas están expuestas a sufrir un atentado en cualquier lugar y momento, nuestros políticos igual que sucedió sin resultado con ETA, hablan de dialogo de civilizaciones y buen entendimiento.
Pero así como sabemos quien es la ETA y sus intenciones, ignoramos quienes son los “musulmanes radicales”, cuando nos hablan del radicalismo islámico no sabemos si nos hablan del estudiante de la universidad, del vecino de al lado, o de un musulmán camuflado vistiendo y viviendo como cualquier europeo y comportándose como cualquier hijo de vecino, y aquí radica el problema y el peligro inminente para los ciudadanos.

Mientras todo esto transcurre en nuestro entorno cotidiano, nuestros políticos cargados de buenas intenciones aumentan las concesiones a este colectivo para que se integren en nuestra sociedad, todo hay que decirlo, a la cual desprecian.
Más mezquitas financiadas por países fundamentalistas y que nadie sabe lo que se predica en ellas, más velos y burkas vestimenta de sumisión en la mujer, más Corán en las escuelas para no perder su identidad, y lo mas llamativo mientras los gobiernos europeos predican la igualdad y paridad entre hombres y mujeres, aceptan y permiten sin objeciones que las mujeres musulmanas sean victimas del machismo musulmán.
Esta es la estructura que se esta creando en la nueva Europa del multiculturalismo, mientras los europeos tenemos que tolerar y adaptarnos a todas las culturas y diferentes identidades, los que llegan continúan viviendo con su vida al margen del país que los acoge, injusticias de la vida difíciles de asimilar.

Veamos las noticias:

El reto islamista En el Viejo Continente

- El radicalismo islamista está bien asentado en las sociedades europeas y no hay indicios de que vaya a diluirse. Miles de musulmanes, una parte ínfima de los casi 20 millones que viven en Europa occidental, mantienen lazos con Al Qaeda y sus grupos afines, y si no llevan a cabo sus planes terroristas es porque la policía hace muy bien su trabajo. Aun así, según sostiene Lorenzo Vidino, experto de la Universidad de Harvard en islam y violencia, es imposible ganarles la partida por la fuerza.

"La radicalización de una parte de la población islámica es un problema en Europa - explicó el pasado viernes durante una conversación en el consulado estadounidense de Barcelona-,y no se puede solventar por la vía de la represión". La proporción de los violentos afecta a toda la comunidad musulmana.

Resolver las guerras en Iraq y Afganistán y encontrar una solución política para el conflicto entre Israel y Palestina no acabaría con el terrorismo islámico. "El radicalismo permanecería - opina Vidino-porque es anterior a estos conflictos.
Suecia, por ejemplo, con una política muy propalestina, tiene una comunidad islámica violenta y radicalizada". Las causas de esta actitud no están claras y la marginación social y la precariedad económica sólo la explican en parte. Ni siquiera está claro que la integración frene o impulse la violencia.

La única vía, a juicio de Vidino, para superar esta tendencia es "aplicar programas de prevención y desradicalización, crear una narrativa contraria a la que defienden los violentos". El problema es que sólo el Reino Unido, los Países Bajos y, en menor medida, Dinamarca disponen de programas de desradicalización.

Francia, Alemania y Suecia lo intentan. España e Italia fomentan el diálogo interreligioso. El diálogo, sostiene Vidino, está bien, pero sólo es el primer paso. Todo el mundo parece coincidir en que la solución pasa por mejorar la educación de los jóvenes musulmanes e imponer un discurso opuesto a la ideología violenta. Nadie, sin embargo, sabe cómo hacerlo.

Scotland Yard vigila de cerca a 5.000 ciudadanos británicos sospechosos de poder cometer un atentado y trabaja en una treintena de casos terroristas. Desmontarlos sería difícil sin mantener abiertos los canales de comunicación con grupos legales que, sin embargo, no respetan los valores básicos de la sociedad británica.

Hay organizaciones, como los Hermanos Musulmanes, que defienden un islam integrador, pero que, al mismo tiempo, tienen puntos de vista controvertidos sobre las mujeres y los homosexuales. Hablar o no con ellos es el dilema al que se enfrentan las capitales europeas, y cuanto mayor es la amenaza terrorista, menos reparos se pone a este diálogo.

Hay expertos que creen que el terrorismo es la punta del iceberg de un movimiento islámico que, en su mayor parte, parece legítimo, pero que es un lobo con piel de cordero. ¿Qué hacer? ¿Priorizar la seguridad o la cohesión social? ¿Cómo hablar con los grupos islamistas sin que se aprovechen del diálogo? "Las respuestas no son claras. Lo que funciona en un país puede no hacerlo en otro", afirma Vidino.

Mientras la estrategia británica pone énfasis en la religión para demostrar que los yihadistas defienden un islam desviado, los holandeses se centran en el individuo, al que le ofrecen valores y recursos (educación y trabajo). Los países, como España, sin programas de desradicalización lo tienen difícil, según Vidino, para integrar a las segundas generaciones de musulmanes.

Xavier Mas de Xaxás - Barcelona
La Vanguardia

«Los islamistas usan a su favor nuestro temor a que nos acusen de racistas»

Lorenzo Vidino. Investigador de Seguridad Internacional en Harvard

El testigo _ Este milanés investiga en el Programa Internacional de Seguridad, de Harvard, el papel de la religión en los conflictos. Autor de «Al Qaida en Europa» y «La Hermandad Musulmana en Occidente» colabora con el Congreso americano y la inteligencia europea.

Sus investigaciones sobre el plan de la Hermandad Musulmana, movimiento ideológico creado en 1928, para islamizar el mundo revelan el peligro que acecha a Europa, en donde sus tentáculos llegan a lo más alto de los estados

-Su advertencia de la infiltración y plan de la Hermandad Musulmana da miedo.

Nacido en Egipto, su visión básica es crear una sociedad y un estado islámico muy conservador. A Europa llegan hacia los 60, procedentes de Oriente Medio, y lo hacen como refugiados o estudiantes, creando organizaciones muy importantes.
Su proyecto, tal y como se ha descrito en los documentos intervenidos, busca la islamización de los musulmanes europeos, apoyar a los movimientos islámicos en Oriente Medio y convertirse en representantes principales de los musulmanes europeos tanto de cara a su comunidad, como en sus tratos con gobiernos y resto de la sociedad.

Hablo de gente muy inteligente, muy buenos políticos y también muy buenos en ocultar su plan real, mostrando una moderación contraria a lo que predican hacia adentro. Y mientras que para Oriente Medio su plan es crear un estado islámico estricto pese a sus llamamientos oficiales a la democracia, en Europa saben que no pueden tenerlo mañana, pero trabajan en ello. No predican directamente la violencia en Europa, pero su mensaje es la base.

-Youssef al-Qaradhawi, que alentó la virulenta respuesta a las caricaturas de Mahoma, dice que «el Islam volverá a Europa como conquistador y vencedor».
-Y lo que dice también es que no será por la violencia sino con la prédica.

-¿El temor a que nos acusen de islamófobos o racistas juega a su favor?

-Absolutamente. Es uno de sus objetivos. Los Hermanos Musulmanes nos conocen mucho mejor que nosotros a ellos, saben de nuestras debilidades y cómo explotar el debate político y cómo actuar dentro de los límites legales.

-¿Cree en la alianza de civilizaciones?

-Suena muy bien como concepto, y como idea muy general hay que ver cómo se pone en práctica, quiénes son los socios y cuáles sus principios..

-¿La ingenuidad de nuestros gobernantes nos costará cara?

-No lo dude. Ahora hay una población musulmana creciente y empezamos a tener segundas y terceras generaciones que no tienen líderes y que son muy susceptibles a los distintos mensajes, y si no tenemos cuidado de quiénes pueden llegar a ser sus líderes y como europeos decidimos quiénes serán y los legitimemos, a largo plazo habrá implicaciones sobre la cohesión social. La violencia y el terrorismo son sólo la punta del iceberg del problema. Lo grave es que buscan crear una sociedad en paralelo con sus propios valores y su propia estructura.

-¿Podremos ganar la batalla?

-Con conocimiento, un debate abierto, sin intimidarnos por sus acusaciones de xenofobia o racismo, sin dejarnos influir por presiones exteriores y sin renunciar a ninguno de nuestros valores básicos como los derechos del individuo, especialmente de la mujer.

-¿Los servicios de inteligencia europeos están sobre ello?

-Hay buena comprensión del asunto, pero no creo que su información llegue a los políticos o, si llega, hay más factores en el proceso ya que luego el gobernante tiene otras prioridades.

-Af-Pak, ¿el nuevo eje del mal?

-Es la prueba más importante para la OTAN y no puede sacrificarse con la retirada o reducción de tropas porque tendríamos una situación mucho más peligrosa que antes del 11-S: una fuerte insurgencia se haría en meses con Afganistán planteando una amenaza muy seria sobre el Pakistán nuclear.

-¿La yihad es el último fascismo?

-Es una ideología totalitaria que recoge en su forma moderna conceptos de los totalitarismos europeos de los años 20 y 30, explotando además la religión.

Por Virginia Ródenas
ABC.es

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