Francia lanza un debate de alto voltaje sobre la identidad nacional
La iniciativa, criticada por la izquierda por electoralista, causa también reparos en la derecha | Sarkozy busca movilizar al electorado de la derecha cara a las regionales del 2010
La pregunta clave es ésta: ¿Para usted, en qué consiste ser francés? Basándose en esta peliaguda cuestión, el Gobierno de Nicolas Sarkozy ha lanzado un gran debate en Francia a fin de descubrir, aprender y estimular lo intrínsecamente galo en un país con más de ocho millones de inmigrantes, alrededor del 13% de la población total. En 2007, el por entonces candidato a la presidencia de la República Francesa aseguró: "No tengo ninguna intención de dejar a la extrema derecha el monopolio de la identidad nacional. Si no se reflexiona sobre lo que significan los valores franceses ¿Cómo quieren que los inmigrantes se integren?". Se trata, por tanto, de una vieja promesa electoral de Sarkozy que pone en marcha el antiguo dirigente socialista y hoy ministro de Inmigración e Identidad Nacional, Éric Besson.¿Qué significa ser francés en el siglo XXI? ¿Cuáles son las señas de identidad comunes de una sociedad tan diversa como la francesa? ¿Cuál es el papel de la inmigración en la configuración de esa identidad común? ¿Qué tratamiento deben recibir los símbolos nacionales? A estas espinosas preguntas aspira a dar respuesta el gran debate lanzado ayer por el Gobierno francés sobre la identidad nacional, que de aquí al próximo mes de febrero pretende movilizar a las fuerzas vivas del país –representantes políticos, movimientos asociativos, enseñantes, asociaciones de padres y alumnos, sindicatos, empresarios, representantes de cultos religiosos, asociaciones patrióticas...– y a los ciudadanos individuales a través de internet.
La iniciativa, cara a Nicolas Sarkozy –que hizo bandera de la identidad nacional en la campaña de las presidenciales del 2007–, ha sido recibida con enorme suspicacia en la izquierda, pero también en algunos sectores de la derecha, que ven un riesgo de radicalización social. La oposición acusa además al Gobierno de utilizar la cuestión de forma electoralista, con el objetivo de movilizar al votante de derechas cara a las elecciones regionales de marzo del 2010 y combatir el ascenso del ultraderechista Frente Nacional (FN), embarcado en una feroz ofensiva contra Sarkozy y al que los sondeos otorgan una intención de voto del 9%.
"Es una estafa electoralista", denunció ayer la vicepresidenta del FN, Marine Le Pen. Es una "maniobra de diversión", clamaron los socialistas. Los propios franceses, pese a considerar importante el debate –así piensa algo más de la mitad de los ciudadanos–, perciben claramente la maniobra política: el 64% cree que el objetivo de Sarkozy no es otro que movilizar a los electores cara a los comicios regionales.
Elecciones rima, en el sarkozismo, con identidad nacional. En vísperas de la municipales del 2008, el Ministerio de Educación anunció la introducción en los programas escolares del conocimiento del himno y la bandera. El asunto reapareció poco antes de las europeas del 2009, cuando Sarkozy envió al ministro de Inmigración e Identidad Nacional, el ex socialista Eric Besson, su hoja de ruta, en la que figuraba de forma destacada el relanzamiento del debate sobre la identidad nacional. El encargo se traduce en hechos justamente ahora, a cuatro meses de las regionales...
El Partido Socialista, principal fuerza de la oposición, no ha decidido todavía si participará o no como tal en el debate, y de momento sólo Ségolène Royal ha llamado a los socialistas a no rechazar la discusión y a "reapropiarse" los símbolos nacionales. En la derecha hay también algunas voces discrepantes. Así, el ex primer ministro Alain Juppé, quien considera que el debate no tiene razón de ser, o la presidenta del Partido Cristiano Demócrata, la ex ministra Christine Boutin –representante del ala católica de la mayoría–, que lo ve "muy arriesgado". El sociólogo Michel Wieviorka alerta asimismo del riesgo de que, al centrarse en la inmigración, el debate se radicalice y acabe enfrentando a "dos Francias". "Este debate popular, planteado en términos mal definidos, abre la puerta a todas las escaladas", ha dicho en el diario La Croix.
Un internauta apodado Astérix –toda una declaración– parecía dar la razón a Wieviorka al recordar ayer, en el sitio web abierto por el Gobierno, lo que "no es" francés: "Las mezquitas y los tam-tams, el Ramadán y los gris-gris (amuletos), los minaretes y los boubous (túnicas), la charia y la brujería africana, la lengua árabe o el volofo (...) no forman parte de la civilización francesa".
Los sondeos, de momento, constatan una gran coincidencia respecto a las señas de identidad comunes. A tenor de una encuesta de CSA para Le Parisien, los franceses parecen bastante de acuerdo sobre la importancia de la lengua –importante o muy importante para el 98%–, la República –92%–, la laicidad –85%– o La marsellesa –77%–. Habrá que ver las opiniones que serán vertidas en los próximos tres meses.
Por ahora, el debate arranca con pocas ideas novedosas por la parte del Gobierno. Entre las primeras propuestas planteadas por el ministro Besson están la obligación de los escolares de aprender y cantar al menos una vez al año el himno nacional, la organización de cursos de instrucción cívica para adultos, el reforzamiento del Contrato de Acogida e Integración de los inmigrantes, la creación del padrinazgo republicano para inmigrantes y la instauración de una ceremonia más solemne de adquisición de la nacionalidad francesa.
LLUÍS URÍA París.
Corresponsal La Vanguardia | 03/11/2009
.
En lo que se debe de estar volviendo Francia para que sufran semejante crisis de identidad...
ResponderEliminarPero por otra parte me agrada saber que por lo menos se atreven a discutir en público sobre ello... No como en otros sitios donde se intenta hacer la vista gorda y como que aquí no ha cambiado nada.
El problema de la perdida de la identidad europea, y del terreno ganado por las nuevas generaciones de musulmanes (muy alejados de integrarse, sino todo lo contrario, conllevan un Islam agresivo, opuesto a los valores europeos, improductivo y estancado en el paro, las ayudas sociales y el crimen, etc) es lo que está haciendo que numerosos políticos, levanten la voz de alarma.
ResponderEliminarAsí está sucediendo en Francia desde la clase intelectual (Pascal Bruckner, Alain Finkielkraut, etc) hasta la política; lo mismo que en Holanda o Alemania (como ejemplo, los políticos Wilders o Sarrazin).
Esto solo es el comienzo, pero en las próximas décadas se van a producir, y sin duda alguna, movimientos políticos mucho mas duros y contundentes de lo que vemos en Sarkozy o Sarrazin, para parar el asedio y desastre del Islám en Europa.
Personalmente no soy ningún fan del populismo de Sarkozy, pero lo cierto es que cuando se usan causas populares como reclamo de votos, siempre se llevarán mas a cabo formulas relacionadas con esas causas, que cuando ni tan siquiera se habla de esas causas. Sarkozy ha endurecido el código penal, pretende prohibir la burka, se opone a la entrada de Turquía, promueve el sentimiento del siginficado de identidad nacional, etc, algo que como digo (aunque solo sea reclamo popular) siempre es mucho mejor que promover el Islam en Europa, o vender nuestros valores (como han hecho casi todos los politicos anteriormente aquí).
Saludos
D. Friedmann
Triste noticia:
ResponderEliminar-Encima q forman a la policia afgana,se los cargan,¿sería un taliban o uno de Al-Qaida infiltrado en la policia?
http://www.20minutos.es/noticia/557716/0/mueren/soldados/afganistan/
Saludos.