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14.12.09

España. "vivero de reclutas" y "fuente de financiación " de Al Qaeda en el Magreb Islámico

El grupo que secuestró a los tres cooperantes se financia con dinero que obtiene en territorio español.

"España es el anillo final del salafismo en Europa". La frase aparece escrita en un informe confidencial de la fiscalía italiana, fechado en 2001, y resume la formidable implantación que tiene en este país el grupo islamista que ha secuestrado a los tres cooperantes españoles en Mauritania.

[La organización terrorista Al Qaeda por el Magreb Islámico ha reivindicado el rapto de los tres cooperantes españoles secuestrados la pasada semana en Mauritania. Al Qaeda asegura que los voluntarios españoles se encuentran bien de salud. El gobierno español está a la espera de las peticiones de los terroristas pero se preparan ya para un secuestro largo. El último con las mismas características duro tres meses. Desde el PP la número dos habla de que la política del Gobierno lleva a España a ser una presa fácil. La inteligencia española y la Guardia Civil están trabajando ya sobre el terreno.]




Un grupo financiado y nutrido de reclutas por las numerosas células y simpatizantes con los que cuenta en España, junto a Francia su base europea más cómoda y productiva.

El emir Abu Musab ha prometido fidelidad y pleitesía a Bin Laden

Los últimos informes remitidos al Gobierno por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Comisaría General de Información de la Policía y la Guardia Civil definen a España como "retaguardia", "vivero de reclutas" y "fuente de financiación constante" de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Unas 30 investigaciones abiertas ahora en España sobre terrorismo islamista tienen su punto de mira en este grupo.

El redactor del informe italiano sobre el salafismo explicó cómo desde finales de los años noventa los dirigentes en Europa de las células de Hassan Hattab, entonces líder del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), acababan refugiándose en España atraídos como un imán.

Los miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) que retienen a Alicia Gómez, Roque Pascual y Albert Vilalta desde el 29 de noviembre, cuentan con numerosos "hermanos" presos en las cárceles españolas. Varias decenas de los 71 reclusos que en la actualidad están preventivos o cumplen sus condenas pertenecen a esta organización, según señalan fuentes penitenciarias. La mayoría son argelinos, pero también hay marroquíes y tunecinos.

Los últimos seis reclusos de esta organización en ser juzgados se sentaron el pasado mes de noviembre en el banquillo de los acusados ante un tribunal de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional en Madrid. Eran tipos corrientes, sin largas barbas, vestidos con pantalones vaqueros, jerséis de lana y zapatos baratos.

En los rostros de Fares, 33 años; Fathi, 39; Salah, 39; Abdelkader, 50; Abdelfatah, 45 y Lahouari, 43, se apreciaba el miedo a ser condenados a las penas de más de 100 años de cárcel que pide la fiscalía por financiar con sus robos en chalés de la Costa del Sol el asesinato de decenas de personas en Argelia y Mauritania.

"He estado de misión y hemos eliminado a 25 infieles", confesó por teléfono Abdelhakim Fekkar, alias Hakim, de 45 años, el imán que supuestamente organizó el grupo en sus charlas en la cárcel de Topas (Salamanca). El atentado no era una fantasía del "hermano" Hakim. En Tebessa (Argelia) 15 militares murieron en esas fechas y 13 resultaron heridos en la emboscada de una de las células de AQMI. Días más tarde Hakim les comunicó un nuevo ataque en el que había participado. Y su misión en Mauritania coincidió con otro atentado en la base militar de Lemgheity, junto a la frontera argelina y maliense. El resultado, del que también se vanaglorió, fueron 15 víctimas.

La munición para estos ataques, la compra de explosivos o la infraestructura para levantar campamentos en el desierto del Sahel, fuera del alcance del ejército argelino, se logra gracias al dinero y las joyas robadas en España por un ejército de acólitos y simpatizantes con los que cuenta este grupo salafista. Coches robados en ciudades españolas y trapicheo de droga financian la actividad criminal de la nueva base de Al Qaeda en África, una base volante que instala y levanta sus campamentos a velocidad de vértigo en un territorio de nadie donde los viejos todoterrenos de los débiles ejércitos de Mauritania y Malí no llegan y los satélites norteamericanos son burlados por los terroristas que se disfrazan de pastores, comerciantes o ganaderos.

"Es muy difícil saber cuánto dinero han recaudado aquí, pero en los últimos años han recibido desde España al menos un millón de euros", asegura un agente de la Comisaría General de Información. Además del robo se canalizan donativos para la yihad en África a través de una red de carnicerías y del zakat (limosna) recogido en algunas mezquitas radicales. Un equipo conjunto de expertos españoles y franceses en el que participan jueces y fiscales de la Audiencia Nacional estudia desde hace años los canales de financiación de AQMI. "El chorreo de dinero es continuo. Somos una fuente inagotable, pero esto es difícil de combatir porque casi todo se mueve a través de hawala (pagos fuera del sistema financiero tradicional)", asegura un miembro del equipo.
VER: La ruta española del 'hawala'

Los salafistas que financian y captan reclutas para el Sahel están por toda España. Desde el 11-S en 2001, punto de inflexión en el que la policía despertó de su letargo y comenzó a llevar a cabo redadas "preventivas", se ha detenido a militantes de este grupo en Andalucía, Ceuta y Melilla, País Vasco, Navarra, Aragón, Madrid y Cataluña. Jueces de la Audiencia Nacional como Baltasar Garzón han interrogado en sus despachos a centenares de sus militantes y se han familiarizado con sus prácticas y objetivos.

"El GSPC (ahora AQMI) es un grupo terrorista de inspiración islamista radical de ideología integrista suní. Sus seguidores se inspiran en la corriente salafí (...) Su principal objetivo es la instauración en Argelia de una república islámica en la que el Corán sea la única ley, pregonando la yihad para destruir el Estado argelino (...) utilizando la lucha terrorista como único medio para conseguir sus fines", decía en enero 2006 un auto del juez Félix Degayón en el que ordenaba la búsqueda y captura de cinco salafistas huidos de la Operación Green, la que acaba de sentar en el banquillo a los atracadores de chalés en la Costa del Sol.

Hoy, el auto del juez Degayón no tendría validez porque este grupo salafista ha ampliado sus objetivos y ahora persigue un nuevo califato y una república islámica mucho más amplia que las fronteras de Argelia. El 13 de septiembre de 2006 Abu Musab Abde I Wadud, el emir argelino del GSPC anunció al mundo su servidumbre y pleitesía a Osama Bin Laden.

"Hemos decidido (...) prometer fidelidad a Abu Abd Allah Osama Bin Laden. Cerramos el trato con un apretón de manos y le ofrecemos el fruto de nuestros corazones (...) No encontrará en nosotros más que oído y obediencia". Y Wadud clamó por la unión porque "la Umma (comunidad) islámica no puede vencer a sus enemigos si no es capaz de renunciar a sus diferencias (..) ¿Es razonable que los muyahidin permanezcan dispersos?", se preguntó.

La adhesión de los salafistas a Bin Laden y esta llamada a la unión de los muyahidin han logrado lo que parecía imposible: todos los grupos yihadistas del norte de África bajo un mismo paraguas, una bomba de relojería de consecuencias imprevisibles. Así, los salafistas del GSPC aglutinan ahora al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), al Grupo Islámico Combatiente Libio, a los movimientos tunecinos y a otros satélites, según el diagnóstico de los analistas del CNI. En 2007 El león del islam (Osama Bin Laden) permitió a los terroristas argelinos del GSPC que se rebautizaran como Al Qaeda en el Magreb Islámico, el grupo que ha secuestrado a los tres españoles. "Esta bendición les ha convertido en un referente en el norte de África al que muchos quieren unirse. Decenas de ellos lo han hecho desde España", señala un jefe de la UC2, la unidad de la Guardia Civil que investiga el terrorismo islamista. Una pesadilla para los servicios de inteligencia europeos, en especial para España y Francia, porque temen que los salafistas formen a sus hombres en el desierto y los manden a atacar objetivos en Europa.

El asesinato el pasado mayo de Edwin Dyer, botánico de 61 años, después de que el Reino Unido se negara a liberar al barbudo imán Abu Qutada, el icono de los salafistas y amigo de varios jefes de Al Qaeda presos en las cárceles españolas, es la mayor preocupación del Gobierno. El comunicado de los secuestradores sugiere que intentarán liberar a "nuestros detenidos y torturados en vuestras cárceles". Una petición que jamás se ha atendido en Europa.

Fuente: ELPAIS

Yihadistas en Alicante


Cinco detenidos hace cuatro años van a ser juzgados por la Audiencia Nacional

La fiscal que lleva el caso de la célula salafista de Alicante que planeaba un atentado en el Corte Inglés de Madrid solicitará un total de 53 años de prisión para cinco de los doce detenidos por la Guardia Civil hace poco más de cuatro años en el centro de la capital. Siete fueron dejados en libertad sin cargos.
El ministerio fiscal considera que la provincia alicantina es una de la principales bases logísticas de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), nombre con que actúa, en estos momentos, el antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). Un dato más aporta la fiscal: los yihadistas (guerreros santos) aprovechan, según el documento que ha hecho público 'La Verdad' en exclusiva, «los negocios orientados a dar servicios» a los inmigrantes argelinos para reclutar a futuros yihadistas.

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no bajaron la guardia y sus investigaciones han aportado datos fidedignos que han llevado a la fiscal del caso a concluir que la guerra santa se ha intensificado en los últimos años por los salafista integrados en Al Qaida, que se ha atribuido el reciente secuestro de tres cooperantes españoles, los catalanes Albert Vialta, Alicia Gámez y Roque Pascual, en Mauritania.
El jefe de la célula alicantina, Saud Bouchema, alias 'Salim', está acusado de programar, desde Alicante y con ayuda de un correligionario de Granada, el atentado en Madrid. También se le juzgará por presunta financiación de terroristas en Argelia, a los que «enviaba dinero, pasaportes y documentos falsificados». La acusación fiscal concluye que, valiéndose de su «autoridad religiosa», reclutaba adeptos entre la población argelina en Alicante.

No es tranquilizante otra conclusión del informe de la fiscal: Alicante, con su amplia colonia de argelinos y los ferrys que unen la capital con Orán, facilita que España sea «uno de los lugares preferentes de los islamistas que escapan de Argelia». El fundamentalismo islámico se alimenta en España vía Alicante. Es de suponer que las Fuerzas de Seguridad mantienen los dispositivos necesarios para evitar que la provincia y el resto del territorio español puedan ser objeto de atentados o acoger a células que ayuden a que se cometan en otros países.

Es verdad que no hay que confundir el fundamentalismo islámico con todo el Islam, Pero de la amenaza del Islam, del futuro de Occidente y de la Alianza de Civilizaciones hablaremos otro día.

Ramón Gómez Carrión
18.12.2009 -La Verdad.es

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3 comentarios :

  1. O sea, que no tenemos que al centro del Sáhara para encontrar lo que ya tenemos aquí...

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  2. Eso parece Persio y mira que las autoridades hace años que están al corriente de estas actividades, pero nada, en Europa el respeto a todos los terroristas y malhechores prevalece por encima de la seguridad de los ciudadanos.
    ¡Cualquier dia tendremos otro disgusto, al fin y al cabo ellos saben que estamos desprotegidos!
    Cuanto tiempo sin verte por aquí. Saludos

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  3. Increíble, que vergüenza!, y los gobiernos sabiendo esto aún permiten que los moros con sus proles sigan entrando y moviéndose en Europa como Pedro por su casa y que proliferen las mezquitas. Y los Estados Unidos concediéndoles esos mismos privilegios, igualito que aquí. Pocos sitios parece haber ya donde escapar de esa amenaza.
    Secuestrar a españoles cooperantes de buena voluntad es una buena forma de conseguir dinero que el gobierno español mas tarde o mas temprano pagará, (no públicamente por su puesto) para conseguir que los secuestrados vuelvan sanos y salvos y sus familias no hagan demasiado ruido. Además como no hay que preocuparse porque están siendo tratados según la ley islámica ya casi ni hablan de ellos en las noticias.
    Y el Moratinos en Washington con la Clinton ¿para solucionar que? NADA, NADA de NADA! Bien les vendría una huelga de hambre a cualquiera de ellos para purgarse de sus fechorías.

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