Seguidores

7.12.09

La Hipócrita Turquía


El gobierno de Erdogan critica a Suiza cuando en Turquía es casi imposible construir un templo que no sea mezquita.
El Ministro de Asuntos Europeos pedía que el dinero se fuera con los minaretes, Erdogan hablaba de "creciente ola de racismo y extrema derecha en Europa" y el Presidente Gul de que "es una vergüenza para los suizos", pero ellos obviaban lo que pasa en su propio país: las minorías religiosas de Turquía siguen sin poder abrir templos. (1)

En 2003, el actual gobierno levantó las restricciones legales a la libertad religiosa para satisfacer a la UE, pero alevíes, católicos, judíos, protestantes y ortodoxos griegos y armenios encuentran múltiples barreras burocráticas que impiden en la práctica dicha libertad.

Desde entonces las leyes han ido mejorando: se ha sustituído el término 'mezquita' por 'lugar de culto' y es más fácil formar asociaciones, pero abrir nuevos templos o ser reconocido como 'Iglesia' es casi imposible; por este motivo la Iglesia Católica sigue sin estar reconocida como persona legal en Turquía.

"Existe una circular que exige que los templos cubran un mínimo de 2.500 metros cuadrados. Obviamente, esto crea enormes dificultades", explica el periodista Serkan Ocak en un reciente artículo del periódico Radikal, "lo mismo ocurre con los trabajos de restauración o los cambios arquitectónicos. De acuerdo con la ley, sólo se permite a las fundaciones realizar dicho trabajo. Así, recurriendo a estos tecnicismos, las reclamaciones nunca se resuelven", dice.

La República de Turquía fue fundada teniendo al nacionalismo turco y a la laicidad como fuente de legitimidad, pero en la práctica, se llevó a cabo una uniformización del resto de religiones con la corriente musulmana Sunni y del resto de étnias con la turca, reforzando así la integridad territorial y la identidad nacional, explica Cemal Karakas en su artículo Turkey: Islam and Laicism Between the Interests of State, Politics, and Society.

"Turquía decidió financiar y administrar su fe de forma exclusiva, lo que supuso la nacionalización de la corriente Sunni del Islam. Con esta postura el Estado no sólo abandonó su obligación de neutralidad religiosa sino que se hizo con el monopolio de interpretación y control de la fe, politizando el Islam desde arriba y homogeneizando las diferentes minorías, con un especial esfuerzo en unificar a los alevís", escribe Karakas.

En el reciente informe anual sobre Libertad Religiosa en el Mundo, del Departamento de Estado de EE.UU., reconoce que en Turquía "se bloquean los ascensos en las instituciones públicas por razón de la fe", y se dificulta la "celebración de ceremonias, el registro de asociaciones y la formación religiosa".

Los ejemplos se suceden, recientemente en Ankara el gobernador municipal denegó el permiso para una iglesia protestante argumentando de que "no había suficiente espacio en el barrio". Desde 2003, la Iglesia de la Salvación protestante ha solicitado permisos para la construcción de diez nuevos templos; Todavía no le han aprobado ninguno. La Iglesia Católica, por su parte, lleva años pidiendo la devolución de la iglesia de San Pablo en Tarso y la reapertura del seminario de Halki.

A pesar de que la Constitución turca es secular y garantiza teóricamente la libertad de culto, la corriente mayoritaria sunní sigue siendo favorecida y son muchos los que prefieren esconder su identidad religiosa por miedo a la discriminación, escribe Serkan Ocak. Desde 2002, el gobierno turco ha prometido al Vaticano y al Patriarcado Ortodoxo mayor libertad religiosa, pero de momento se quedan en promesas.

Fran Martínez desde Estambul
6 de diciembre de 2009.-

De cómo (no) construir una iglesia cristiana en Turquía

(1) «En Turquía, un país con un 99 por ciento de musulmanes, las minorías como los armenios, judíos y griegos han podido practicar su culto libremente durante siglos», se quejaba hace unos días Egemen Bagis, negociador jefe para el acceso de este país a la Unión Europea, ante la prohibición de los alminares en Suiza. Cierto, pero Bagis olvida algo: en Turquía, los fieles han de ceñirse a los lugares de culto ya existentes. Es casi imposible levantar cualquier templo que no sea una mezquita.

En 2003, al hilo de la negociación para el acceso de Turquía a la Unión Europea, el partido en el gobierno, el islamista moderado AKP, levantó las restricciones legales a la libertad religiosa que habían existido durante los primero ochenta años de la República. En teoría. Hace siete años, por ejemplo, la Iglesia de la Salvación, protestante, solicitó autorización para la construcción de diez nuevos templos. Todavía está esperando para el primero.

«Hasta 2003, las leyes urbanísticas sólo permitían la apertura de mezquitas», explica el abogado Orhan Kemal Cengiz. «Desde entonces, estas leyes se han ido modificando, sustityendo el término «mezquita» por el de «lugar de culto», pero eso no ha resuelto el problema. Los gobernadores y los ayuntamientos no expiden los permisos necesarios». dice Cengiz, quien conoce de primera mano estas dificultades: en 2003 logró, tras un largo y penoso proceso legal, las autorizaciones para la apertura de dos nuevas iglesias.

«Existe una circular que exige que los templos cubran un mínimo de 2.500 metros cuadrados. Obviamente, esto crea enormes dificultades», explica el periodista Serkan Ocak, quien cita un caso ocurrido recientemente en Ankara: el prefecto municipal denegó el permiso para una iglesia protestante en el barrio de Cankaya con el argumento de que «no había suficiente espacio». «Lo mismo ocurre con los trabajos de restauración o los cambios arquitectónicos. De acuerdo con la ley, sólo se permite a las fundaciones llevar a cabo dicho trabajo. Así, recurriendo a estos tecnicismos, las reclamaciones nunca se resuelven. Por este motivo la Iglesia Católica todavía no está reconocida como persona legal», comenta Ocak.

La iglesia de San Pablo

Líderes católicos llevan años reclamando la devolución de la iglesia de San Pablo en Tarso, confiscada en 1943 y utilizada desde entonces como museo. También existe una campaña para la reapertura del seminario de Halki, la principal escuela de teología de la iglesia oriental, clausurada a la fuerza desde los años 70.
Por su parte, la minoría aleví, una secta musulmana heterodoza a la que pertenece casi un cuarto de la población del país, pide desde hace años que sus lugares de culto sean reconocidos como tales. A todos ellos el gobierno de Erdogan les ha respondido con promesas positivas. Pero, de momento, con nada más.

Daniel Iriarte- Estambul
ABC.es

.

3 comentarios :

  1. Tauro7/12/09

    Ahora van a estar con lo de Suiza este año y parte del que viene.Huy, en Suiza que "racistas" y "xenófobos" son y mira lo que se cuece en Turquía.Pues si , muy hipócrita, si señor.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Celta7/12/09

    Es que yo tengo claro que la "hipocresía" con el infiel (ed, con todo el que no sea musulman) es la baza más potente que tiene el islam para colarse y campar a sus anchas por Europa.

    ResponderEliminar
  3. Celta7/12/09

    Y de como se acaba lavando el cerebro a generaciones enteras:

    La educación, campo de batalla en Irán
    Teherán lanza una ofensiva para reislamizar las escuelas y universidades - La oposición denuncia purgas entre el profesorado e imposición de libros

    http://www.elpais.com/articulo/internacional/educacion/campo/batalla/Iran/elpepuint/20091207elpepiint_6/Tes

    No sé si habreis leido también lo de:
    Nueve detenidos en Tarragona por aplicar la 'sharía' a una mujer por adulterio
    La víctima, que escapó, había sido sentenciada a muerte por un tribunal islámico

    (No en Irán, en Tarragona)

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/detenidos/Tarragona/aplicar/sharia/mujer/adulterio/elpepusoc/20091206elpepisoc_4/Tes

    ResponderEliminar

Los propietarios del Blog eluden toda la responsabilidad sobre los comentarios aquí expuestos, incurriendo exclusivamente al autor de los mismos.
Sugerimos no utilizar palabras ni insultos ofensivos, los mensajes que no se ciñan a estas reglas no serán publicados.
Gracias por visitarnos y por vuestra participación.