Melilla, ¿qué está buscando Marruecos?
La estrategia marroquí en la frontera sur de Europa
JOSÉ LUIS NAVAZO GIJONÉS, EXPERTO EN ISLAMISMO, RESIDE EN TETUÁN - Se veía venir desde primeros de año. Los problemas en Melilla, frontera sur de Europa, con el reino de Marruecos son un capítulo más en la peculiar OPA que nuestros vecinos del Sur están lanzando contra España, utilizando en este caso y como maestros en el género los mecanismos de la «diplomacia paralela», es decir, una peculiar sociedad civil que se mueve de avanzadilla con el ritmo marcado desde Rabat. ¿Ensayando, quizás, el modelo de la exitosa Marcha Verde en el Sahara en 1975?
Es decir, y ésta sería la primera lectura: el peculiar conflicto que estamos viviendo está perfectamente orquestado y estudiado, habiéndose lanzado incluso un sondeo el pasado miércoles 21 de julio con tres frentes: la concentración ante el Consulado General de España en Nador dirigida por Abdelmonaim Chaouki (sobrino nieto del mítico caíd Abdelkader, salvador de Melilla en 1921), el desvergonzado «mitin» de Talilit (Annual, 89.º aniversario de la derrota del Ejército del general Fernández Silvestre) organizado por el Ministerio del Interior, con la estelar actuación de Mustafá Laktiti, alto comisario de los Antiguos Resistentes y Antiguos Miembros del Ejército de Liberación, y el pospuesto intento de concentración frente al Peñón de Vélez en la que se pondría al frente el controvertido político marroquí Yahya Yahya. Mientras, en Tetuán y en la frontera de El Tarajal el abogado Hajji calentaba motores pegando carteles en francés y árabe alusivos a «Ceuta ocupada» el domingo 18 de julio. De todo ello y como es habitual, este escribano del «limes» levantó acta, como testigo directo, en su momento.
No hay resquicio para la duda: desde esta primavera, Marruecos ha decidido lanzar su peculiar OPA sobre una pacífica y desprevenida España con la clara intención de romper el equilibrio de las complejas y apasionadas relaciones bilaterales entre ambos países en provecho propio. ¿Por qué ahora? Esta estrategia obedece, sobre todo, a la inestable situación interna española, si bien tampoco debe desdeñarse la situación en las autoanexionadas provincias del Sur (antiguo Sahara Occidental), auténtico talón de Aquiles de Rabat.
Respecto a España, Marruecos estaría evaluando nuestra supuesta debilidad haciendo una triple lectura: la desastrosa crisis económica, la debilidad ideológica y política del presidente Rodríguez Zapatero y la enfermedad de don Juan Carlos, factores todos que podrían generar una sinergia paralizante favorable a los tradicionales intereses expansionistas (tradicional parámetro de su política exterior) de Rabat.
De forma paralela, Marruecos no ha parado de intervenir descaradamente en la política interna española: bien manejando sin pudor a la emigración marroquí (que con papeles o sin ellos y tras las última e imprudente regularización alcanzaría la respetable cifra de casi un millón doscientas mil personas, todo un «ejército de reserva»), alentando la formación de un partido político (el PRUNE) controlado por sus servicios de inteligencia, financiando una revista presuntamente «puente» entre los dos países («Marruecos Siglo XXI»), tutorando algún medio periodístico digital de carácter hispanófilo, presionando a los ciudadanos hispano-musulmanes de Ceuta y Melilla o cobrando peculiares favores que por el momento no vienen al caso a toda una caterva de interesados artistas, chamizos políticos e incluso algún que otro catedrático emérito, sin olvidarnos de su notoria influencia en ciertos sectores de los españoles convertidos al Islam (sobre cuarenta mil), los nuevos muladíes, buena parte de ellos «musulmanes de la raja», uno de los componentes de la nutrida y emboscada «quinta columna» afín a los intereses de Rabat.
En cuanto a la política interna marroquí debe destacarse que en las provincias del Sur (antiguo Sahara Occidental) las cosas no acaban de centrarse y Marruecos podría estar buscando un definitivo espaldarazo de España, al fin y al cabo la última potencia ocupante del territorio y que, legislación internacional en mano, aún tendría un protagonismo pendiente por cubrir. Sin olvidarnos del intento por abrir algún tipo de negociación (ahí entraría la famosa carta de Zapatero a Mohamed VI para desbloquear la situación tras la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla en noviembre de 2007), aunque fuera de momento bajo el epígrafe de una «célula de reflexión», sobre ambas ciudades de rancia estirpe española. ¿El objetivo? A corto plazo algún modelo de cosoberanía y, para conseguirlo, qué mejor momento que éste, antes en todo caso de que el «amigo» (sic) Zapatero pudiera dejar la Moncloa.
Por lo demás, parece que Marruecos parece seguir empeñado por presentarse, ante su incauta vecina España, como un factor de riesgo. Seré más claro: Marruecos continúa siendo, bajo ciertos supuestos, un factor de guerra; Marruecos no para de atizar, periódicamente, sucias tácticas propias de un conflicto de baja intensidad. Una pena, pero eso es lo que hay. Visto.
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Gracias por la info, José Luis. Un cordialísimo saludo desde Murcia de tu compañero de aprecios y viaje a Israel.
ResponderEliminarSergio T.
Es la primera intentona de recuperar al Andaluz, es la prueba de algodón. España con su actual gobierno, no puede ser más débil. Medio país le da espaldas a Ceuta y Melilla, no les importa. Pero mañana te tocará a ti.
ResponderEliminarReflexionar, muchos españoles están completamente convencidos que el coste que representa hoy día Ceuta y Melilla al gobierno Español desde que son colonias, [ya que son ridículos los impuesto que se pagan 4% I.P.S.I, frente al 17% de I.V.A que se paga en el resto de España, además de múltiples ventajas fiscales] matemáticamente no compensa, por esto muchos ciudadanos están deseando regalárselas a marruecos.
ResponderEliminarMantener Ceuta y Melilla no sólo tiene un coste altísimo para el gobierno, tampoco contribuyen con el resto de España, es más no podrían subsistir ellos mismos sin las subvenciones recibidas por el Gobierno central y la U.E, esto se debe principalmente al elevadísimo números de funcionarios que tiene y que además cobrando todos el complemento de territoriedad más alto de España.
Mientras en España continuemos con unos políticos ineptos, unos gobiernos sin lideres, y unos gobernantes sin metas, tarde o temprano estamos predestinados al fracaso nacional e internacionalmente.