Desgraciadamente, no hay ningún artículo del Código Penal que castigue explícitamente el matrimonio forzado y, a la hora de denunciarlo, hay que ir por vías como las amenazas, las coacciones o incluso la agresión sexual.
Luchar contra los matrimonios forzados no es fácil. Como explica la jefa de la unidad de los Mossos d’Esquadra, “se trata de una realidad silenciada y escondida, muy difícil de hacer aflorar”. Por eso, cuesta que los casos lleguen a conocimiento de la policía. “Es una situación de la que no nos llegan denuncias, pero se sabe que existe”, precisa Rosa Negre.
La jefa de la unidad indica que, a la hora de evitar estos enlaces forzados, hay varios factores que juegan en contra. De entrada, el hecho de que muchas familias han coaccionado las novias para que acepten el marido que les han elegido, lo que evita que acaben denunciando la situación.
Además, muchos padres deciden casar a las hijas cuando aún son menores de edad (incluso niñas). “Estamos hablando de una situación que tiene lugar en el núcleo familiar de referencia, por lo que la niña se dejará llevar por lo que decidan sus padres, que quizá tengan engolosinado con la perspectiva de una fiesta”, explica la jefa de la unidad de Atención al Ciudadano de los Mossos d’Esquadra.
Rosa Negre también explica que, a diferencia de otras violencias machistas como la ablación, los enlaces forzados no son específicos de una determinada etnia o colectivo. “Se trata de una práctica que está extendida en muchos países del mundo, por lo que la situación es muy compleja, porque no se reduce a una comunidad determinada”, precisa la jefa de la unidad.
En las comarcas gerundenses, entre los colectivos inmigrantes se han detectado casos de enlaces forzados, están los magrebíes, los subsaharianos, los indios o los paquistaníes. La jefa de los mossos también indica que, aunque estos enlaces se hacen según el rito de cada comunidad, “y que muchos no tienen validez legal aquí, eso no quita que las víctimas sigan siendo vulnerables, sobre todo si son menores”.
De todos modos, sin embargo, los matrimonios concertados no son exclusivos del hecho migratorio. “En Cataluña, por ejemplo, sabemos que la comunidad gitana hace tiempo que incorporó esta práctica y, en algunos casos, aunque la continua aplicando”, indica Rosa Negre.
Hacer aflorar la cifra negra
“Con los matrimonios forzados, nuestros esfuerzos se centran en hacer aflorar la cifra negra de casos”, explica la jefa de la unidad de los Mossos d’Esquadra. Por ello, los agentes se ponen en contacto con los institutos o escuelas donde detectan que podría haber situaciones de riesgo, y distribuyen cómics de prevención entre las aulas.
“Se trata de cómics donde las diferentes historietas exponen situaciones de violencia machista”, explica Rosa Negre. Y añade: “Por ejemplo, sabemos que una adolescente de 13 años nunca hablará de matrimonio forzado, pero cuando vea reflejada en el cómic aquella situación que vive, quizás pedirá ayuda”.
En lo que llevamos de año, los Mossos d’Esquadra de Girona han intervenido en cuatro casos de matrimonios forzados. En total, hacen referencia a tres familias, porque una de ellas quiso concertar el matrimonio de dos hijas. Estas hermanas, una de las cuales es una niña, se llegaron a escapar de casa para evitar que se celebrara la fiesta del enlace.
“Cuando investigamos el caso, nos dimos cuenta de que el motivo era que las querían hacer casar”, explica Rosa Negre. Otro caso también hace referencia a una niña, que corría el riesgo de que sus padres le destinaran marido. “Por eso, actuamos”, precisa la jefa de la unidad de los mossos.
Finalmente, el último caso hace referencia a una joven, ya mayor de edad, a quien los padres habían elegido un marido que no deseaba. “Aunque la víctima no quiso denunciar la situación, porque consideró que podía resolver, nosotros nos pusimos en contacto y le ofrecimos todo lo que necesitara”, explica Rosa Negre.
“El Código Penal no recoge ningún delito específico bajo el nombre de matrimonio forzado, y si fuera todos podríamos tener más claro qué es, pero eso no impide que actuemos, porque este tipo de enlaces conllevan otros delitos asociados”, explica jefe de la unidad de Atención al Ciudadano de los Mossos d’Esquadra. Por ello, a la hora de atacar los enlaces forzados, estas prácticas se denuncian bajo las fórmulas de amenazas, coacciones, detenciones ilegales o, en el matrimonio ya se ha consumado-agresiones y abusos sexuales.
“En caso de que la novia sea menor, se comunicará inmediatamente el caso a los juzgados, aunque la niña haya dado su consentimiento al matrimonio”, concreta Rosa Negre. Y añade: “En caso de que la joven sea mayor de edad o tenga más de 18 años, si no quiere denunciar y termina resignándose a hacer lo que dictan sus padres, no podemos hacer nada”, añade Rosa Negre.
El año pasado, en las comarcas gerundenses los Mossos d’Esquadra detectaron tres casos de matrimonios forzados (dos de ellos afectaban menores). En toda Cataluña, en 2010 se contabilizaron quince (ocho de los cuales afectaban niñas y, el resto, jóvenes mayores de edad).
Fuente: AD Alerta digital
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Pero en qué quedamos, ¿no nos cuentan que los musulmanes que viven en Europa están integrados? ¿Acaso estas prácticas las han aprendido en occidente?
ResponderEliminarYa está bien de tanto cuento chino y tantas mentiras que no se sostienen, no se integran por qué no les da la gana, que quede claro que aquí los únicos racistas son ellos, los que no aceptan nuestra leyes…, los que desprecian nuestra libertad…, y los que se aíslan para no contaminarse por los “infieles”
Después vienen llorando “sin despeinarse” haciéndose los mártires perseguidos, pero vamos, como se puede tener una jeta tan dura.