Los representantes vacilantes de una cristiandad enferma nos exhortan a abrir las puertas de par en par al monstruo. Lo que dicta sin embargo el sentido común y el instinto de supervivencia es que la cerremos aprisa.
No hay doctrina social de la Iglesia que pueda sobreponerse en importancia a la necesidad de mantener vivas nuestras raices culturales y humanísticas. Mientras la Iglesia acalla las llamadas de su compasivo corazón, miles de familias cristianas españolas han huido ya desplazadas de barrios ocupados ilegalmente por inmigrantes mahometanos. Se está dando una interpretación equivocada de la caridad cristiana, víctimas del buenismo suicida, que no será merecedora de tal nombre si no empieza por los cristianos mismos.
No hablamos de personas necesitadas. Nos referimos a los ilegales que, en consorcio con empresarios sin escrúpulos, nos arrebatan nuestros empleos. Hablamos de esas operaciones de desmoralización nacional que pretenden que nos sintamos responsables hasta de haber nacido en el seno de sociedades civilizadas. Estas campañas, concebidas y escenificadas en nombre de las falsas teorías caritativas, pretende que los ilegales hallen acomodo económico y laboral en nuestras sociedades, sin reparar en las consecuencias a medio y largo plazo.
En Melilla y durante años, miles de marroquíes sin recursos procedentes de todo el reino alauita fueron atendidos por entidades asistenciales vinculadas a la Iglesia católica. El resultado hoy es tan pavoroso que acaso resulte oportuno exigir responsabilidades a los responsables diocesanos. De las 14 iglesias que existían en la ciudad a inicios de los años 80, hoy tan sólo dos permanecen abiertas regularmente a los fieles. Mientras tendríamos que retroceder a 1.954 para fechar la última iglesia construida en Melilla, en los últimos cinco años se han edificado una veintena de mezquitas en la ciudad.
La política asistencial de la Iglesia española es ya parte del problema social y económico que genera la inmigración. Sin esas ayudas gratuitas que reciben a cambio de nada, miles de inmigrantes habrían retornado a sus países de origen. Se ha sabido que el mendigo búlgaro que decapitó a una mujer de 60 años en Canarias recibía ayuda alimenticia de Caritas. Lo mismo ocurre con muchos de los delincuentes extranjeros que han sembrado el terror en nuestras calles. Eso sin contar ya la amenaza islámica. Los acogidos de hoy son los integristas de mañana, quienes no pararán hasta ver los cimientos de la Iglesia en España reducidos a ceniza.
O cambia la Iglesia su concepción suicida del buenismo o los católicos con instinto de supervivencia tendrán la necesidad imperativa de buscar otro refugio espiritual, que esté más en consonancia con la tradición cristiana de España.
Manifiesto
La Plataforma d’entitats cristianes amb els immigrants, formada por 23 organizaciones de base cristiana de Barcelona, han presentado el Manifiesto Políticas municipales, inmigración y cohesión social: consideraciones ante las elecciones municipales del próximo 22 de mayo de 2011. En el documento alertan del “uso peligroso” que hacen algunos partidos sobre el hecho migratorio, “con la intención de sacar beneficio electoral mediante la explotación de prejuicios y ofreciendo soluciones populistas”, y ofrecen en cambio nueve propuestas para una gestión responsable de la diversidad.
- Consideran que la pluralidad de nacionalidades y orígenes “es una realidad evidente en nuestra sociedad” y recuerdan, además, que tras la crisis el porcentaje medio de la inmigración en Catalunya ha bajado al 16%, aunque en algunos municipios ascienda al 20 o 30%. También remarcan que en estos comicios se da una circunstancia insólita, porque “un buen número de extranjeros extracomunitarios podrán ejercer por primera vez el derecho de sufragio”.
Culpan a la crisis de generar “tensiones en la convivencia”, hacer crecer “una visión negativa respeto a los inmigrantes” y “cortar procesos de integración”. “Si hasta ahora lo más importante era la acogida, y aún lo es, el reto fundamental en estos momentos es garantizar la integración de los recién llegados y de las diferentes minorías culturales, la cohesión social y la convivencia, así como evitar los fenómenos de exclusión”, completan.
Qué piden
En primer lugar, la Plataforma pide a candidatos y futuros gobiernos locales que no contemplen la inmigración “de forma populista o demagógica” en sus programas y discursos, sino que se trate como un “hecho generador de diversidad cultural y progreso social”. También quieren que esta sensibilidad impregne todos los apartados del programa electoral, de forma transversal, y no como un tema segregado.
En una vertiente más administrativa, reclaman que “se simplifiquen los trámites burocráticos y se unifiquen los criterios y requerimientos” que se piden a los extranjeros, para que se les puede atender de forma integra en las Oficinas de Atención al Ciudadano (OAC). Por el contrario, piden que “no se dificulte su acceso al empadronamiento, necesario para ejercer derechos básicos como la sanidad y la educación”.
En quinto lugar les gustaría que los municipios impulsaran campañas de sensibilización basadas en la memoria histórica y que se dedicaran “mayores esfuerzos para favorecer una adecuada integración”, a través de la participación en actividades culturales y festivas y de los medios de comunicación locales.
También consideran necesario que el conjunto de administraciones promueva el acceso a la vivienda digna para todos, con especial atención para la rehabilitación de edificios y mejora de los equipamientos en los barrios desfavorecidos y conflictivos. Las políticas activas en relación al uso del espacio público, que interrelacione a los vecinos sin concentraciones excesivas, también consta en su listado. Finalmente solicitan que se respete plenamente la libertad religiosa a través de la creación o facilitación de lugares dignos para el culto y la plegaria.
Algunas de las entidades más conocidas de la Plataforma, además de Càritas Diocesana de Barcelona, son Fundació Escola Cristiana, Justícia i Pau, Interculturalitat i Convivència, Unió de Religiosos de Catalunya, la Comunitat de Sant Egidi y Comunitats de Vida Cristiana.
Alerta Digital.com
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7.11.11
Entidades cristianas, piden a los partidos políticos que ayuden a la inmigración
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2 comentarios :
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Para populista y demagogica esta postura que tienen ellos. Que se los lleven a todos al Vaticano. Pero eso si que no nos pidan ni un euro. Que lo saquen ellos de sus trabajos. Mira, seamos honestos, unos tíos que no se casan ni tienen hijos legalmente están totalmente fuera de juego. Ellos tienen la vida asegurada y las pensiones lo mismo. Pero que yo sepa ninguno saca su sustento del mercado de trabajo. Que lo hagan y luego cuando estén sin curro y viviendo en unos barrios podridos por gente que ni quiere ni puede vivir a nuestra manera entonces hablaremos. Mientras me quedo con lo bueno que hacen muchos católicos sin decir ni esta boca es mía, ni meterse en camisa de once varas.
ResponderEliminarSaluditos.
Camino a la santidad. Entre otros, éste es el objetivo de la mayoría de católicos convencidos.
ResponderEliminarSi para alguien algo es cierto, esto modifica cualquier razonamiento lógico que pueda desprenderse de cualquier realidad probada.
Estoy completamente convencido que las creencias imaginarias tendríamos que dejarlas para nuestra intimidad.
Para poder captar la realidad hay que ceñirse a ella.
De lo contrario el comportamiento de individuos y asociaciones muy preparadas arrojan unos resultados en sus conclusiones que no coinciden con lo que aparentan.
Creen que un bombardeo artificial de una nueva cultura, borrara o desplazara a una adquirida de forma natural llena de matices familiares no negociables.
La integración ocurre cuando no traes nada especial o lo que traes no involucra a los demás.
Pero cuando traes algo especial que ademas involucra a los demás y en todas direcciones, no hay sonrisa amigable que valga.
Unos por interés político y otros por su cielo...la casa por barrer.
Con esa sonrisa les dejan un mensaje muy claro...entrad y haced lo que creáis conveniente, estamos en vuestras manos.