Es hora de revisar la Declaración de El Cairo de los derechos humanos

Para sorpresa de muchos, la Organización de Cooperación Islámica (OCI) ha mostrado un nuevo compromiso con la promoción de los derechos humanos mediante el establecimiento de una Comisión Independiente Permanente de Derechos Humanos dentro de la organización.

En la primera reunión de la Comisión en Yakarta, el Secretario General Ekmeleddin Ihsanoglu pidió en su discurso de apertura, a los 18 miembros de la Comisión, de "revisar y actualizar los instrumentos de la OCI, incluida la Declaración de El Cairo [de los Derechos Humanos en el Islam] ..." Si la Comisión tiene la intención de avanzar en verdad los derechos humanos, la Declaración de El Cairo es el primero de estos instrumentos en la necesidad de una revisión seria.

En 1990, la OCI aprobó un documento que ahora se conoce como la "Declaración de El Cairo" en un intento por reconciliar el concepto de los derechos humanos y el Islam. La Declaración protege muchos de los derechos humanos universales: se prohíbe la discriminación, apoya la preservación de la vida humana, apoya la protección de la honra, la familia y la propiedad, y afirma el derecho humano a la educación, atención médica y social, y un medio ambiente limpio .

Desde una perspectiva internacional de los derechos humanos, el carácter controvertido de la Declaración de El Cairo se encuentra en su demanda de adhesión a la Sharia. En su preámbulo se afirma que "los derechos fundamentales y las libertades universales son una parte integral de El Islam", y estos derechos y libertades son "vinculantes mandamientos divinos", que reveló al profeta Mahoma en el Corán. El papel central de la Sharia puede verse claramente en los artículos de la Declaración. 

-El artículo 22 establece que "Toda persona tiene derecho a expresar su opinión libremente de forma que no sería contraria a los principios de la Sharia".

-El artículo 12, afirma que "todo hombre tiene derecho, en el marco de la Sharia, a la libre circulación "(nada se dice acerca de todas las mujeres).

-Los artículos 24 y otros 25 hacen suprema la Sharia  afirmando que la Declaración de la Sharia es la "única fuente de referencia."

Esta forma abreviada y el uso superficial de la Sharia da lugar a cuatro carencias importantes. La primera es que hace que el documento sea demasiado restrictivo. La Sharia representa un extenso código moral y jurídico, y limitación de derechos como la libertad de expresión en un marco compatible con los valores esenciales de la Sharia daría lugar a una libertad de expresión sin sentido. Además, el documento se vuelve ambiguo, ya que no especifica lo que constituye la Sharia. Dada la diversidad de opiniones sobre el tema a través del tiempo y entre, y dentro de madhabs (escuelas de la ley islámica), es imposible saber qué derechos están protegidos.

Curiosamente, la declaración faculta a los Estados, no a los individuos. En el mundo moderno, la Sharia está cada vez más integrada en los sistemas jurídicos nacionales de los estados. En ausencia de toda autoridad internacional para decidir sobre la Sharia, la Declaración de El Cairo disminuye la universalidad de los derechos humanos al relegarlos a la discreción de los gobiernos.

Por último, la declaración entra en conflicto con los derechos humanos internacionales. El documento proporciona sólo una condición subordinada a las minorías religiosas y también prohíbe la conversión del Islam. También se presenta la evidencia flagrante de discriminación contra la mujer, ya que proporciona el derecho a la libertad de movimiento o el matrimonio sólo a los hombres.

Estas deficiencias hacen la Declaración inútil y lo peor, perjudicial para los derechos humanos. No es sorprendente que las únicas personas que toman el documento en serio son los críticos del Islam que lo invocan para argumentar la incompatibilidad de la religión con los derechos humanos. Grupos de presión musulmanes, académicos sobre el Islam y los derechos humanos, e incluso el secretario general de la OCI, Ihsanoglu, han ignorado la declaración o han evitado defenderla públicamente.

 Como parte de la nueva agenda de reforma de la OCI, la Comisión de Derechos Humanos ofrece una oportunidad única para la verdadera revisión de la Declaración de El Cairo. Dicha revisión no sólo marcará el compromiso de la OCI de los derechos humanos, pero también podría aumentar la legitimidad  y prestigio entre los musulmanes y en la comunidad internacional, añadiendo tan necesaria credibilidad a la nueva Comisión. Para el proceso de revisión es un buen comienzo, ya que ha movilizado a las comunidades de ONG relativamente fuertes en el mundo musulmán. Bajo el liderazgo de MAZLUMDER, una organización no gubernamental turco-islámica de los derechos humanos, más de 230 organizaciones de 24 miembros de la OCI, hizo un llamamiento a la OCI para "asegurar el espacio para la participación de la sociedad civil en la Comisión y seguir un proceso que sea consultivo e incluyente de la sociedad civil en todos los niveles."

Los esfuerzos de la revisión deben tratar de marcar el comienzo de un período de diálogo genuino acerca de cómo el Islam puede mejorar los derechos humanos modernos internacionales y no necesariamente estar en conflicto con ella. La herencia islámica legal e intelectual proporciona una base muy sólida desde la cual comprometerse con los preceptos liberales seculares de los derechos humanos modernos internacionales. Basándose en esa tradición y desechando la Declaración de El Cairo podría entregar una Declaración Islámica de Derechos Humanos que los musulmanes merecen, donde su carácter "islámico" puede ser invocado para proteger más derechos que los proporcionados por similares instrumentos de derechos humanos, no menos.

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