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13.8.05

A la "Yihad" por el matrimonio

Veteranos de Afganistán se convirtieron en intermediarios para casar a marroquíes con salafistas combatientes.

El mediador es la clave. A falta de una organización bien estructurada y con lazos reales con Al Qaeda, el mediador es quien conoce a los grupos que buscan combatientes para su guerra en todo el mundo en nombre del islam, y es quien puede encontrar a las personas que estén dispuestas a luchar o, directamente, a morir como kamikazes.

Veteranos de Afganistán como Ahmed Rafiqi, Abu Hudeifa,y su hijo Abdeluahab, Abu Hafs,eran conocidos mediadores en Marruecos, lo que le ha valido a este último una condena a 30 años de cárcel.
Ambos eran veteranos de la guerra contra los soviéticos en Afganistán, adonde el hijo llegó con sólo 16 años. El padre fue en calidad de enfermero.

La mediación se hace en dos sentidos y las mujeres se han convertido en el engranaje de ambos. Por una parte, hay un hecho objetivo: muchos yihadistas de nacionalidades diversas están casados con marroquíes. Por otra, hacer venir a combatientes extranjeros a casarse a Marruecos es una forma de facilitar que las células yihadistas se integren en el país.

Así lo analiza el investigador de Ciencia Política de la Universidad Hassan II de Casablanca, Abdallah Rami. ¿Por qué buscar esposas marroquíes? "Son bellas, serviciales, piden poca dote en comparación con las mujeres de otros países, aceptan cubrirse de pies a cabeza y se adaptan a las duras condiciones de vida en los campos de entrenamiento", explica Rami.

Abdallah Tabarek, que fue guardaespaldas de Bin Laden en sus primeros tiempos en Afganistán, es otro de los que han actuado de intermediarios.

Este reclutamiento, de esposas y de combatientes, sólo puede hacerse si hay un campo abonado.
El discurso islamista empezó a circular con fuerza en los años setenta, cuando Hassan II eliminó las facultades de Filosofía, de donde salían la mayoría de los intelectuales opositores al régimen, y se desarrollaron las de estudios islámicos.
Esa corriente ideológica evolucionó a la par que los conflictos internacionales (Afganistán, Bosnia, Chechenia e Iraq) y una parte de sus adeptos acabó en el terrorismo internacional.

El discurso se ha transmitido durante años a través de prédicas y la difusión y venta de libros, casetes y cintas de vídeo que podían adquirirse, entre otros lugares, en el mercado por antonomasia de estos productos y aparatos de nuevas tecnologías de Casablanca: el famoso Derb Ghalef.

La guinda era la cadena de televisión por satélite Al Jezira, que emite una y otra vez las afrentas del mundo contra los árabes y los musulmanes, que organiza continuamente debates sobre la ocupación de Palestina y que tiene al islamista Yusuf Al Qardaui para resolver las dudas de los telespectadores sobre cuestiones religiosas.

"Desde el 11-S, Al Jezira está creando un ambiente de incitación a la lucha que preconizan los yihadistas", afirma Rami. La inmediatez y la universalidad de los medios de comunicación han traído consigo un cambio en la mentalidad. Esa carga ideológica no sólo ha cuajado en Marruecos, sino entre los emigrantes en Europa.

Un joven de Larache cuenta la transformación sufrida por unos amigos suyos "normales" y que, después de un año de vivir en España, se dejaron crecer la barba y volvieron vestidos con el qamis de estilo islamista.

El profesor de la Universidad Cadi Yyyad de Marraquech Mohsin El Alhmadi se pregunta hasta qué punto los combatientes se enrolan exclusivamente por su gran religiosidad o por el afán de aventura y de afirmación de sí mismos.
"Si no hay política de desarrollo personal, pueden mostrar su valor con las acciones terroristas", resumía El Ahmadi en una reciente visita a Barcelona invitado por el Institut Europeu de la Mediterrània (IEMed) para hablar del proyecto puesto en marcha en Marruecos para mejorar la preparción de los imanes.

Es esa misma inquietud propia de la edad, apunta El Ahmadi, la que hace que los jóvenes critiquen a los imanes oficiales, a los que se les exige desempeñar un papel político, y que escuchen más a los itinerantes, los que van circulando por mezquitas y ciudades marroquíes y europeas.

Es muy fácil querer enrolarse después de pasar por la fase de adoctrinamiento, pero no lo es tanto recibir el adiestramiento necesario. La preparación de los combatientes empieza en Marruecos a pequeña escala - salvo la de los terroristas del 16 de mayo del 2003 en Casablanca-, pero deben completarla en el extranjero.
Es cuando vuelven a aparecer en escena los intermediarios para conseguir la documentación y todo lo necesario para un viaje a menudo sin retorno.

La Vanguardia 13/03/2006
Isabel Ramos Rioja

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