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15.12.07

"Ceuta, Melilla y Al Andalus, obsesión de Al Qaeda..." (2)


500 AÑOS DESPUÉS



500 años después de la toma de Granada por los Reyes Católicos (1492) y a casi cuatro siglos de la eliminación por Felipe III de los últimos flecos del Islam en España con la deportación de los moriscos (1609) falsamente convertidos al cristianismo y peligro permanente para la seguridad nacional, asistimos, el alma encogida, al deprimente y estomagante espectáculo, ni siquiera imaginado hace apenas una década o poco más, del regreso de un Islam triunfante clavando otra vez el estandarte de la media luna en suelo español.

La marabunta musulmana que inunda nuestras calles y la actual eclosión de mezquitas (o proyectos de tales) son los elementos más visibles de ese retorno que, desde la óptica y la lógica islámicas, es una recuperación, una reconquista, que pretende ser definitiva, de su arrebatada al-Ándalus.
La invasión es incruenta (salvo puntuales "accidentes"), pero no menos avasalladora y funesta. El aluvión demográfico no viene precedido en esta ocasión de una conquista militar, por la sencilla razón de que esta es ahora innecesaria: en las playas los españoles de hoy no esperan a los nuevos invasores con la "espada desenvainada" sino con mantas térmicas y litros de café con leche, y ese detalle marca la verdadera medida de nuestra decadencia nacional.

El avance demográfico del Islam en España, así como su implantación y expansión cultural, al amparo de una tolerancia bobalicona de una parte, y de una cobardía inaudita por la otra, rebasan las peores pesadillas que pudiéramos tener al respecto.
El impacto de esa realidad en una sociedad reblandecida y desnortada, llena de complejos, cuando no de desprecio y odio hacia sí misma, y en avanzado estado de descomposición, hace que el desafío a nuestra propia existencia como nación cristiana y occidental, y como sociedad libre y civilizada en definitiva, carezca de respuesta apropiada y sea asumida pasivamente en medio de una borrachera de palabras huecas como tolerancia, diversidad, mestizaje, multiculturalidad, etc...
Patéticos lienzos de colores que no son suficientes para ocultar las vergüenzas de la impotencia intelectual y el descalabro espiritual de una sociedad desmoralizada y resignada, tan desorientada que parece dudar del valor de los propios fundamentos de la civilización superior a la que pertenece.

La amenaza es real, concreta e inminente. La voluntad de enfrentarla decididamente es prácticamente nula. El conocimiento del problema que nos afecta no nos da necesariamente la obligada fuerza de carácter para acometer su solución. Y esta es la verdadera dimensión del problema que nos afecta: tenemos un cáncer y debatimos cual es el tratamiento oportuno para combatirlo: "Agua del Carmen" o "Aspirina Bayer".

Algunos parecen pensar que así cómo llegó el problema sin haberlo llamado, este se irá sin tener que solicitárselo.

Asistimos a una ofensiva general del Islam en todos los frentes.

La presencia invasora (no solicitada ni deseada, y menos bienvenida, sino impuesta) de millones de musulmanes en Europa significa la primera fase de la conquista en marcha de Occidente por un Islam que retorna por caminos ya andados, llegó a Poitiers en 732 y a las puertas de Viena en 1683 (*1).


Hoy ya ha alcanzado Escocia y Noruega, y la mitad de la península balcánica es tierra musulmana o a punto de serlo. La amenaza que se cierne sobre Europa no es únicamente un temor fundado y una aterradora posibilidad, sino también un objetivo declarado por aquellos que no hacen de sus metas un misterio.
En los últimos años destacados líderes musulmanes y otros personajes del mismo género, desde la propia Europa y desde fuera de ella, han expresado públicamente, con una sinceridad apenas superada por su cinismo, sus esperanzas de una Europa convertida al Islam, conquistada y sometida a la verdadera fe del Profeta.

El islam ya no es solamente nuestro inmediato vecino (Norte de África, Balcanes, Caúcaso, Oriente Próximo) sino que ya ha puesto un pie en nuestra casa.
Esa legión de "inmigrantes", "refugiados" y demás ocupantes que pululan por nuestra geografía, son la cabeza de puente, la avanzadilla de un ejército innumerable que espera la orden del asalto definitivo. (Y mientras llega ese momento van procreando a ritmo sostenido en nuestro suelo más soldados para el ejército de Alá.).

En esa criminal empresa el enemigo cuenta con el apoyo y la solidaridad de una legión de conversos declarados o latentes, una caterva de filoislámicos, un nutrido pelotón de descastados a la espera de la ocasión oportuna para consumar su traición y arrasar Ad Majorem Mahoma Gloriam, con los que nos queda.

El futuro inmediato se presenta sombrío y lleno de peligros. Y a mediano plazo podemos instalarnos en el desorden absoluto de una libanización que ya asoma en el horizonte, en un proceso de balcanización en clave española, el desaliento es que para enfrentarlo parece faltarnos lamentablemente el carácter, la energía y el coraje del admirable pueblo serbio, cobardemente traicionado en la década pasada, en su lucha épica y solitaria contra la media luna y el alfanje, por una Europa que ha perdido la conciencia de sí misma y babea estúpidamente haciéndole carantoñas a la víbora que alimenta en su seno, y ruinmente vilipendiado por el miserable odio de los mismos bastardos que escupen sobre la sagrada memoria de un continente, hoy a la deriva, a la espera de clavarle un artero y definitivo puñal en el corazón.

(*1) Viena fue asediada una primera vez por los otomanos en 1529 .

Ceuta, Melilla y Al Andalus, obsesión de Al Qaeda..." (1)


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1 comentario :

  1. Anónimo16/12/07

    Sensatas declaraciones del Major- General portugués Raúl Cunha que ha manifestado que Kósovo es inviable como estado independiente.

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