Hace unos dias comentábamos sobre la decisión de la administración de Obama por eliminar la prohibición de entrar en EEUU a Tariq Ramadan. Nos hemos quedado cortos evaluando solo este hecho concreto, ya que el problema es mucho mas complejo y atañe a otras muchas decisiones tanto o mas inexplicables y mas peligrosas para occidente.
Transcribo este fantástico articulo de José Brechner, en el que nos informa de una serie de decisiones muy preocupantes y que nos afectan directamente como ciudadanos, si nos detenemos a valorar hasta que punto nos sentimos seguros de los terroristas y a que medidas optan los respectivos gobiernos para proteger nuestra integridad, la conclusión es de desamparo de indefensión y de pánico.
No cabe duda que los enemigos tanto o mas peligrosos que los terroristas los tenemos en nuestra propia casa, y para más INRI nosotros los votamos y les permitimos que organicen infructuosas Alianzas.
El dolor de ser musulmán
“Esto también pasará”
-Rey Salomón
Cada vez que un musulmán se encuentra en la mira de la opinión pública por haber cometido o intentado cometer un atentado terrorista, Barack Obama sufre.
El presidente puede hacer, decir y tratar de disimular lo que quiera, pero lo evidente se revela por sí solo. El hombre pasó su infancia en una sociedad islámica. Su único refugio emocional frente a una madre desnaturalizada que no lo quería y lo abandonó a los 10 años, fue la mezquita. Proclamarse cristiano, es de todas sus mentiras, la más descarada.
Le demoró tres días declarar que el terrorista nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, negro y musulmán entre todos los males, trató de derribar un avión con 300 personas siguiendo órdenes de Al Qaeda.
No obstante, la Casa Blanca en su generosa política pro-islámica, hizo que el imputado pase a ser considerado “delincuente” y no terrorista para que sea juzgado por una corte civil en vez de militar, siguiendo el mismo lineamiento que está aplicando con los presos de Guantánamo.
Hasta que le designaron un abogado defensor, al frustrado asesino le faltó una guitarra para seguir cantando sobre sus camaradas en Yemen y los planes de Al Qaeda. Cuando le instruyeron de sus derechos como acusado civil, el nuevo ídolo de la canción dejó el micrófono y se declaró inocente. Ya no tiene que revelar nada y después de un largo y costoso proceso podría llegar a ser liberado. Esa es la nueva estrategia antiterrorista norteamericana.
Este año veremos el comienzo de un show sin parangón. Los abogados de los terroristas podrán usar toda clase de argumentos filosóficos y tecnicismos legales para alegar que sus clientes son víctimas de una sociedad injusta, que obraron en defensa de elevados pensamientos, y que el verdadero culpable del terrorismo es Estados Unidos.
La progresía debe estar en éxtasis. Le brindaron una arena para despotricar contra “el imperio”.
Las consecuencias no quedarán en el vacío. Además de estar sentando el peor precedente jurídico en la guerra contra la Yihad, Obama está dándoles alas a los musulmanes radicales para que continúen sus ataques sin temores. Si los atrapan y condenan, vivirán mejor en cualquier cárcel norteamericana que en sus casuchas del desierto.
Pero algo bueno tiene que resultar de todo esto, a menos que el mundo esté en involución sin fin.
Lo positivo de tanta estupidez progresista en la que el juicio civil a los terroristas está entre las gotas que hicieron rebalsar el vaso, es que las izquierdas están a un paso de su desplome. Los demócratas en Estados Unidos serán barridos en las próximas elecciones presidenciales tal como sucedió después del gobierno de Jimmy Carter.
La victoria de Scott Brown en Massachusetts en la contienda por el escaño en el Senado dejado por Ted Kennedy es el comienzo. Después de medio siglo los republicanos vencieron en el más demócrata de los estados de la unión.
Cuando la derecha vuelva; y ya está a mitad de camino, los musulmanes y sus aliados izquierdistas serán enfrentados con determinación hasta acabar con sus ambiciones de dominio mundial. Norteamérica volverá a sus valores tradicionales y los terroristas serán tratados por lo que son: criminales de guerra. Ellos mismos se califican como “soldados de la Yihad”, están organizados y entrenados igual que los ejércitos, no son delincuentes comunes y no merecen abogados… por más que a Obama le duela.
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Obama aún no ha bajado de la nube del "buenismo", y lo hará arrastrado por la fuerza de los hechos.
ResponderEliminarLa prueba la tenemos en Irán,donde a pesar de los intentos de apaciguamiento de Obama siguen con su programa nuclear,siguen financiando terrorismo y además han aplicado la violencia para acabar con las manifestaciones de los disidentes de la manera más brutal.
El colofón ha sido el ahorcamiento de los dos líderes de las protestas contra el fraude electoral de Ahmmanidejah.
Hombre, yo la verdad es lo de Obama no lo veo así. Yo a Obama lo veo cristiano o ateo, como cualquiera de nosotros. Su simpatía por los musulmanes no creo que sea mayor que la de nuestro ZParo, la de Gordon Brow, o la de la Merkel... todos tomando decisiones equivocadas basadas en el miedo.
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