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11.6.10

Pese a la lengua común, los pueblos árabes nunca se unirán

Fatima Naoot, arquitecta, poeta, traductora y crítica literaria, charla sobre la situación de la poesía árabe y los crecientes tabúes religiosos en Egipto.

Es una de las caras más conocidas de la poesía egipcia actual. Poeta, traductora, crítica literaria, columnista... y ante todo, arquitecta, Fatima Naoot (El Cairo, 1964) ha publicado siete poemarios, ha recibido varios premios y sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas, entre ellas el alemán y el chino. Entre sus libros más conocidos destacan: A un centímetro del suelo (2003) Sobre la palma de una mujer (2004) Un bote de pegamento (2007 premiado en Hong Kong) y Mi nombre no es difícil (2009).

Fatima Naoot
La poeta formó parte del elenco de invitados en el festival Cosmopoética de Córdoba en abril. Durante esta visita mantuvo una entrevista telefónica con MediterráneoSur. Días más tarde seleccionó cuatro poemas para su publicación en la revista digital, entre ellos uno inspirado, precisamente, por la ciudad de Córdoba, a la que aplica una mirada que va mucho más allá de la nostalgia por Al Andalus: propone reconvertir la catedral en mezquita pero, a renglón seguido, exige reconvertir esa mezquita en iglesia romana. Cierra con la imagen del místico andalusí Averroes (Ibn Rushd) paseando por el templo y reiterar su adagio: la verdad nunca puede contradecir la verdad. Algo que hoy, con tantas verdades enfrentadas, parece haberse olvidado, según Naoot.

Fatima Naoot mima al máximo el idioma: escribe en árabe clásico, el idioma oficial de todos los países llamados árabes, pero tiene el cuidado de añadir también los signos vocálicos, que normalmente sólo se encuentran en el Corán o en libros escolares. "Lo hago incluso cuando escribo mis columnas de crítica literaria", asevera. "Soy la única que utiliza estos signos al escribir artículos en la prensa". Tiene cuatro columnas semanales: los lunes firma en Al Masri Al Yaoum, el diario más importante de Egipto hoy día. Los sábados, su nombre aparece en Nahdat, una revista egipcia, y los miércoles toca Al Ru’ia, un periódico de Omán.

¿Se puede escribir poesía en árabe clásico, el idioma de los medios de comunicación y los libros, que nadie habla en la calle? Fatima Naoot opina que sí, perfectamente. Eligió este idioma "porque me da todo lo que quiero". No oculta que muchos poetas egipcios modernos prefieren escribir en árabe egipcio, considerablemente distinto del clásico, pero no ve motivos para seguir su ejemplo. Ademas, el árabe formal "lo puede entender cualquiera, incluso en otros países", añade.

Naoot ha dirigido la revista literaria Qaus Quzah, hoy desaparecida, que reunía diferentes voces de la poesía y narrativa árabe. Como crítica y editora sugiere al lector español dos clásicos de la literatura egipcia que hay que conocer: Ibrahim Aslan (Tanta, 1937), al que aprecia como autor de relatos cortos, y el novelista Bahaa Taher (El Cairo, 1935)

¿Usted toca temas como la crítica social o la política en su poesía?
Lo más difícil para un poeta es hablar de su poesía. Es una pregunta para la crítica. Así que prefiero repetir lo que dice la crítica de mí: me colocan en una posición especial en el panorama de la poesía árabe. Porque vengo de un mundo científico, soy arquitecta; me gradué en a Facultad de Ingeniería. De manera que mi mente está compuesta por Ciencias y Letras al mismo tiempo. Eso me da una ventaja a la hora de escribir. O eso dicen los críticos. Mi poesía toma un hilo de la filosofía, otro de las ciencias sociales, de la historia, de política... para componer una imagen panorámica de la vida. En mi poesía puedes ver todo junto, cuando escribo sobre amor o sobre la Historia o la política.

¿Diría que la literatura en Egipto goza de buena salud, con publicaciones regulares y un buen público lector o hay una crisis?
Desde luego, en los países en vías de desarrollo hay un desastre cultural en general, no sólo en lo referido a la poesía y a la publicación de libros. No podría decir que hay un buen lectorado en nuestro país, pero sí hay, de todas formas, un movimiento cultural mejor que en los países vecinos. Pienso que tal vez sea por la enorme población que tiene Egipto y esa civilización tan antigua... y las políticas liberales, quizás. Diría que es razonable. No está bien, pero sí razonablemente bien.

En conjunto, el número de libros publicados cada año en árabe es mucho menor que el que producen otros idiomas menos difundidos. ¿A qué se debe? 
Si se juntan pobreza e ignorancia lo que resulta es un desastre.
Pese al desastre de la pobreza, la literatura europea tiene difusión en Egipto. Más, en todo caso, que la árabe en Europa. "En este ámbito hay un movimiento considerable", considera la poeta. En parte gracias a ella misma: Naoot trabaja como traductora y ha trasladado siete libros del inglés, alguno de Virginia Woolf, otros de John Ashcroft, así como cuentos cortos y antologías de poesía británica y norteamericana.
Curiosamente falla más la comunicación con los países con los que Egipto comparte el idioma árabe, este árabe formal que Naoot utiliza y cuya utilidad reivindica, ya que permite a cualquiera leer lo mismo a un poeta iraquí que a uno yemení o argelino. La cuestión es que se puede pero que apenas se hace, como admite la autora, cuya firma semanal en un periódico omaní tal vez sea la excepción que confirma la regla. No hay una integracion cultural entre los diversos países que utilizan el árabe formal como idioma oficial y de literatura, opina.

¿No se hace uso de este idioma compartido, pues?
Cada país vive en su mundo, no se juntan para nada. En una entrevista me preguntaron por qué los pueblos árabes fracasaron a la hora de unirse. Dije que pese a la lengua común no podrán jamás formar una unión, como la que quiso Gamal Abdel Nasser. Es porque no se alinean en la misma manera de pensar. Vemos la cultura europea: de un país a otro tienen diferentes culturas, diferentes lenguas, diferentes monedas, diferentes estilos de vivir. Pero el hilo o el lazo que los une a todos es la libertad, la libertad de pensar. Por eso consiguieron construir la Unión Europea, donde nosotros fracasamos a la hora de formar la unión árabe.

¿Ni siquiera los escritores del mundo árabe piensan en formar un movimiento o una red de union?
Hasta ahora no hay nada de este estilo.

¿Qué país árabe, aparte de Egipto, tiene un movimiento poético que le atrae?

Líbano. También Siria, pero allí es más limitado por las restricciones políticas. Cuando hay restricciones es difícil hasta pensar.

En Egipto también hay presiones por parte del gobierno ¿no?
No como en Siria. La presión en Egipto viene de los radicales religiosos.

¿Escribir poesía hoy en día en Egipto significa romper tabúes?
Sí. Creo que muchos escritores consiguen romper tabúes, como religión, sexo, política... El tabú de la religión es el más difícil de romper o de afrontar.

¿Más difícil que antes?
Sí, por supuesto. Hoy día es peor que antes. En los años veinte o en el siglo pasado, o entre 1930 y 1940 había una sociedad liberal. Había más liberalidad en Egipto que hoy día. Ahora tenemos al movimiento wahabí, que ha conquistado nuestro país y hace nadar la mayoría de las mentes en la oscuridad.

Imagino que a estos movimientos no le gustará su poesía..
¡Obviamente no!


¿Escribir es una manera de luchar, pues?
Por supuesto! Cuando se tiene en cuenta que soy una mujer, se reconoce que estoy luchando en muchos campos con la palabra, no sólo en uno. Simplemente por ser mujer. Y mujer escritora. Una mujer que piensa, que habla, que se expresa, que tiene su independencia y su voluntad propia. Todo esto está prohibido, todo son tabúes...

¿Cree que el movimiento de los blogs aporta un aire fresco y permite afrontar mejor esos tabúes?
Personalmente nunca hago nada de esto. Tengo una mentalidad clásica a la hora de escribir y no considero escribir en blogs. Publico en la prensa impresa, no en internet. Tal vez sea un medio para luchar, pero no lo he elegido.

¿La prensa impresa aún tiene espacio para expresarse?
Sí. Cuando escribo mis columnas, muchos redactores jefes de los periódicos me piden que escriba de manera floja. Pero yo siempre elijo periódicos con un alto umbral de libertad. Lucho. Escribo, no hago otra cosa. Y que ocurra lo que tenga que ocurrir.

Fuente: Mediterráneo Sur

Comentario:
Moraleja, si no se entienden entre ellos y no existe una convivencia pacifica, ¿Como podemos esperar que se integren en Europa y lleguemos a formar una sociedad multicultural, donde todos nos respetemos?



Una de sus poesías se titula:  Córdoba



Cuando confiemos la tierra a Dios
deberemos devolver al Universo su primera manera de ser:
plantar los bosques que hemos quemado
llenar con nuestras almas
los templos
cuyo espíritu habíamos enterrado.
Volver a dar confianza al pájaro
y su canto, que aprendió a callar
cada vez que nos acercamos a un árbol.
Hacer que el desierto vuelva a ser
desierto
y los campos, el Paraíso.
Acostumbrarnos
a caminar sobre la arena
sin que los pesados pies pisoteen alegres enjambres de hormigas.
Deberemos
dividir el río de Córdoba
y ponerle de nombre a un brazo: Yawada *
y al otro: Guadalquivir
luego convertimos la catedral en mezquita
y la mezquita
en iglesia romana.
Averroes se parará entre el templo
y el mihrab para decir:
¡La verdad no contradice la verdad!
Después nos plantaremos ante Dios en una larga fila
para dar fe de
cómo nosotros
hicimos que la verdad
contradiga la verdad.

Córdoba · Abril 2010
* Yawada es otro nombre que recibía el río Guadalquivir.

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