Los causantes del conflico con Marruecos son musulmanes nacidos en Belgica

Parece que últimamente los problemas que ha habido con los musulmanes, están perpetrados por jóvenes nacidos en Europa, que viven en Europa y por lo tanto educados en Europa.
[En el conflicto acaecido hace un año en la Catedral de Córdoba, también eran musulmanes nacidos en Austria y oh casualidad también estaban de vacaciones]

¿Cómo se puede entender que estos jóvenes educados en Europa falten el respeto a un agente de policía por ser mujer?
Muy sencillo y no lo digo yo, lo dicen sus propios actos, para ellos no existe integración posible en una sociedad que la mujer trabaja, que es independiente y que tiene los mismos derechos que los hombres, pueden nacer en cualquier ciudad europea, pero si son “buenos musulmanes” nunca dejaran de ser unos machistas y tratar a la mujer tal y como especifica el Corán, como un ser inferior, abnegada y sumisa.

Una prueba más que demuestra que la integración es imposible, que el gasto en educación que representa para los gobiernos empeñados en la integración de los musulmanes es dinero tirado, que nuestra forma de vida ni les gusta, ni la aceptan, ni la respetan, y voy más lejos están siendo aparentemente pacíficos, esperando obtener en las urnas buenos resultados, para ello ya han creado su propio partido “PRUNE” el dia que consigan ser unos pocos más y llegar a dirigir alcaldías y quien sabe, como ellos mismos dicen, hasta un presidente de gobierno, ya podemos coger el primer avión a rumbo desconocido.

Un asturiano, ariete contra Melilla

El abogado Javier Guisasola defiende a los marroquíes cuya supuesta agresión inició la polémica en la frontera
La colonia regional en la ciudad autónoma, acostumbrada a la presión de los anexionistas

Oviedo, L. Á. VEGA - Una abogado asturiano, aunque afincado en La Coruña, Javier Guisasola Arnaiz, está en el ojo del huracán de la polémica de Melilla, al haberse hecho cargo de la defensa de los cinco jóvenes marroquíes, miembros de familias pudientes, cuya supuesta agresión a manos de la Policía ha desatado un nuevo conflicto entre España y su vecino del Sur.
Guisasola, que pertenece a la conocida familia que poseyó, hasta los años setenta, la fábrica de cerámica de Cayés -la primera instalación industrial de Llanera-, ha sido contratado por «una autoridad» marroquí de peso, aunque ha manifestado que desconoce de quién se trata. El letrado, que ha estado presente en algunos de los principales procesos seguidos en los últimos años en la Audiencia Nacional, también ha señalado que Marruecos ha convertido el incidente «en una cuestión nacional».

Fueron al parecer los servicios secretos marroquíes los que contactaron con el letrado asturiano para hacerse cargo del caso de los cinco jóvenes, supuestamente agredidos, cuando trataban de entrar en España, el pasado 16 de julio. Una semana después, Guisasola viajó en un cessna privado desde La Coruña hasta Melilla. Al otro lado de la frontera fue recibido por una veintena de policías que le condujeron a la vecina Nador. Allí le subieron a un Falcon que le llevó primero a Rabat y luego a Casablanca, donde mantuvo reuniones al más alto nivel. Antes de hacerse cargo del asunto, pidió una considerable cantidad de dinero. Contratar al asturiano no está alcance de cualquier bolsillo. En los últimos años, además, ha llevado algún caso similar, como el de los mossos que propinaron una paliza a un detenido.

Hay dos versiones contrapuestas del incidente de la frontera melillense. Según la denuncia presentada por el propio Guisasola, una agente del Cuerpo Nacional de Policía, de origen magrebí, arrebató a los jóvenes una bandera del país vecino y la arrojó al suelo, al tiempo que les llamaba «perros». A continuación fueron golpeados «brutalmente» por una decena de agentes.

El relato policial es diametralmente opuesta e indica que fueron los jóvenes, nacidos en Bélgica y de vacaciones en Marruecos, los que faltaron al respeto a la agente. Se negaron a obedecerla y casi provocan un atropello. La Policía únicamente les redujo. Este incidente fue el que desató la reacción de los grupos anexionistas, así como el boicot a Melilla, que ayer se suavizó, según indicó Edmundo Méndez, un militar retirado nacido La Calella (Lena) que preside el Centro Asturiano de la ciudad.

«Esta es una frontera insostenible, son miles de personas las que entran a diario», aseguró. Méndez afirma que la colonia asturiana, formada por unas 320 personas -casi todos funcionarios-, «está acostumbrada a las presiones de ciertos grupos que siempre están reivindicando Ceuta y Melilla». El militar, que vive cerca de la frontera, aseguró que «Melilla no quedará en manos marroquíes, quiere ser española. Aquí se vive con tranquilidad, fuera de estos pequeños follones». Buen conocedor de los marroquíes, Méndez añadió que «para un islámico es una vejación que le pare una policía al pasar la frontera». Ayer acudió a Melilla el ex presidente José María Aznar, y anteayer el también popular Esteban González Pons. Méndez no opina. Sólo dice que «Melilla está un poco dejada de la mano de Dios».

Agentes asturianas resaltan las dificultades del trabajo policial con varones magrebíes

Oviedo, L. Á. V.
«A los varones magrebíes les cuesta asumir que la mujer desempeñe un papel similar al del hombre, pero es una cuestión cultural que hay que limar», señala la inspectora Patricia Zárate, miembro de la ejecutiva de la Confederación Española de Policía (CEP) y destinada en la Comisaría de Gijón. Zárate se mostró, no obstante, convencida de que la polémica de Melilla no tiene que ver realmente con el trabajo policial de las mujeres, sino que se trata de «desviar la atención de cuestiones internas marroquíes». La inspectora indicó que «la Policía española está a la cabeza en Europa en cuanto al tratamiento de las cuestiones de inmigración y fronteras, y por lo que se refiere a la integración de la mujer, ésta cada vez toma más decisiones en el cuerpo, aunque la presencia femenina, que es del 12 por ciento, no es tan equilibrada».

Otra agente asturiana, destinada en el grupo de Familia de la Comisaría de Avilés, también indicó que «a los magrebíes, aunque siempre hay excepciones, no les hace ninguna gracia ser detenidos o atendidos por una mujer policía, les choca mucho». Respecto a la retirada de agentes femeninas del paso fronterizo de Melilla, que ahora desempeñan labores en segunda línea, lejos de la raya, la funcionaria avilesina opinó que, «si es motivo de seguridad, es comprensible. No lo sería tanto si se hiciese por aceptar las peticiones marroquíes». Y añadió: «A ninguna nos gustaría que nos quitasen del puesto por presiones».


Fuente: Ine.es



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