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13.10.11

La lenta agonia de los Coptos en Egipto

La minoría cristiana denuncia que, tras la revuelta egipcia, su situación es mucho peor y que ya nada aplaca al integrismo, ni la política de apaciguamiento de su patriarca 

MIQUEL SILVESTRE - Recorro el mundo en moto para encontrar historias. Historias reales. Historias sin adulterar. Por eso he visitado las comunidades cristianas de Asia Central, Persia, Mesopotamia, Oriente Medio y el Magreb. He entrado en sus iglesias, he compartido su comida y he escuchado sus palabras. Y como cantaba un grupo de rock, esa historia es verdad, y como todas las que son verdad, es una historia triste. Una historia que muchas veces olvidamos por ignorancia o comodidad.

Hasta el siglo VI, el cristianismo se extendió desde el Mediterráneo hasta la India. Pero en el VII los árabes derrocaron a los bizantinos y persas. Penetraron en África, Europa y Asia. Vencieron militarmente, pero no consiguieron extirpar el cristianismo. Hay asirios, caldeos, maronitas, católicos y ortodoxos en casi todos esos países que consideramos de fe islámica. No quieren irse, aunque en algunos lugares, como en Irak, lo está consiguiendo el terrorismo. En el Kurdistán iraquí conocí las tristes casas prefabricadas donde se almacenan las vidas sin futuro de miles que huyen de Bagdad o Mosul.

Los coptos temen ese futuro. El Gobierno egipcio estima su número en un 10%. Cifra que tachan de incierta. Para ellos, que se consideran descendientes de los faraones, estaría alrededor del 25%. Los sucesos de Edfu, donde una turbamulta destruyó una iglesia ante la pasividad del gobernador, y El Cairo, donde los blindados embestían a una multitud desarmada, no son hechos aislados. La situación se está agravando. El 1 de enero explotó una bomba en Alejandría durante la misa de Año Nuevo. Poco después Occidente se alborozaba con las revoluciones en el mundo árabe. Contemplé los movimientos con escepticismo. Como me dijeron mis acompañantes iraníes un día Tabriz, al ver unas niñas mendigando, revolución es sólo una palabra. Una palabra, añado yo, que puede significar cualquier cosa.

¿Qué significa hoy para los coptos? Más inseguridad. «Antes estábamos mal», comenta un copto al salir de misa, «pero ahora estamos peor». Es cierto, no hay mejora. La misma burocracia interminable, la misma suciedad en las calles, la misma corrupción generalizada. El sistema persiste como una hidra. Mubarak era sólo un síntoma. La enfermedad, en realidad, se llama Egipto. Y para los coptos, la gangrena generada parecer querer comérselos en una nación de creciente integrismo.

La omnipresencia islámica es total. En este país es frecuente un signo de religiosidad que no he visto en otro lado: el callo del creyente. Una rugosidad que brota en la frente de los fieles que frotan obstinadamente sus testas contra el suelo cada vez que se arrodillan a rezar. Funciona como un visible signo de distinción. Aunque también los coptos se distinguen visiblemente. Llevan una cruz tatuada en la muñeca. Es fácil reconocer sus negocios por las imágenes de santos ortodoxos que los adornan.

Nadie se esconde.  «¿Por qué habríamos de hacerlo?», contesta el dueño de un hotel. «Es nuestro país. Sólo queremos nuestros derechos. Llevamos siglos callados, aguantando humillaciones, pero las cosas están llegando a un punto intolerable. Quieren que nos vayamos. ¿Adónde? Es mi casa y mi negocio».
Curiosamente, el país parece necesitarlos más a ellos que ellos al país. Como cuenta un pequeño comerciante de Luxor, la función pública cada vez se cierra más a los cristianos. «El Gobierno de Mubarak sólo contrataba musulmanes». En el largo deambular por dependencias públicas para importar mi motocicleta sólo encontré un cristiano: el ingeniero responsable de la inspección técnica de vehículos en Alejandría. Los coptos suelen autoemplearse en pequeñas empresas. Son emprendedores que hacen que el país funcione, que aún se paguen impuestos en un Estado con déficit crónico y una alarmante bajada de los ingresos por turismo.

¿Qué va a suceder a partir de ahora? El patriarca Shenouda III ha mantenido una política de apaciguamiento hasta el punto de haber condenado al Estado de Israel por su actitud en Palestina y vetado a sus fieles la visita a los Santos Lugares. Sin embargo, nada ha sido suficiente para aplacar al integrismo. Las cosas han llegado demasiado lejos. Aunque nadie se plantea una respuesta armada. «Somos gente pacífica. Nosotros no matamos», asegura una mujer en el patio de la catedral de Luxor. Pero la paciencia se ha terminado.

También su esperanza en Occidente. «No han hecho nada por nosotros», dice uno de los barbados sacerdotes de la gran catedral cuyos cimientos se hunden en la Vía de las Esfinges. ¿Y qué van a hacer?, le pregunto. El padre me mira con unos profundos ojos negros. «No confiamos en nadie», dice, «Ya no. Nuestro patriarca y su sagrado consejo han decretado que guardaremos silencio. Durante tres días ayunaremos y rezaremos. Será Dios quien hará algo para ayudar a su gente».

Salgo de la sacristía. Veo a los fieles, huelo el incienso, escucho la profunda letanía de antiguos ritos. Un viejo sacerdote bendice a una multitud asustada que busca en sus hombres de fe una respuesta. El sol ciega. Los policías de la puerta me saludan afablemente Kalashnikov en ristre. Creo que esta vez se han agotado los milagros. El mar Rojo hace mucho tiempo que se cerró. Por el bien de todos sus hijos y del futuro de Egipto, espero que aún quede abierta alguna salida al laberinto de los coptos.

Fuente:Ine.es internaciona


Si estas noticias nos parecen alarmantes no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo y admitiendo como el integrismo se expande por toda Europa, solo tenemos una opción, o bien paramos esta ocupación debido en parte a la colaboración de los políticos europeos, o de lo contrario el Islam alcanzará dimensiones sólidas y casi definitivas que cambiaran totalmente la identidad Europa. Europa no se puede islamizar solo y exclusivamente porqué las elites políticas lo permitan, Europa es y pertenece a los ciudadanos que la componemos, en nuestras manos esta paralizar la expansión de esta secta criminal y destructiva.



El Ejército egipcio lanzó cadáveres de cristianos coptos al río Nilo

Los enfrentamientos entre cristianos coptos y musulmanes han causado ya más de 200 muertos en Egipto

El Cairo (Europa Press).- El Ejército de Egipto habría lanzado al río Nilo varios cadáveres de manifestantes coptos fallecidos durante los enfrentamientos con soldados egipcios, según han afirmado testigos presenciales citados por el periódico egipcio 'Al Masry al Youm'.

Un hombre, que se ha identificado como William, ha afirmado en una iglesia que estaba enfrente del edificio de la televisión nacional en Maspero, cerca del río, cuando vio a varios soldados dispersar a la gente que se había congregado alrededor de los cadáveres de varios manifestantes.

"Al principio, pensé que simplemente estaban dispersando a la gente, pero después me puse a gritarles al ver coger los cadáveres y tirarlos al Nilo", ha manifestado. William ha hablado con periodistas y civiles que se acercaron a las protestas.

Varias personas de la audiencia han asegurado haber oído la misma historia de boca de otras personas presentes en la manifestación.

Los informes aún no han sido verificados, pero debido a los bailes de cifras sobre el número de fallecidos estos rumores comienzan a coger fuerza.

A última hora del lunes, muchas personas reunidas en la catedral han comenzado a preguntar si se podrían recolectar pruebas para respaldar estos rumores.

Los enfrentamientos entre cristianos coptos y las fuerzas de seguridad egipcias registrados el domingo en El Cairo, originados por las protestas de esta comunidad por la demolición parcial de una iglesia en Asuán, en el sur del país, acabaron con la vida de al menos 24 personas y dejaron a más de 300 heridas de diversa consideración.

2 comentarios :

  1. Anónimo13/10/11

    Los Coptos son utilizados en Egipto como antes fueron los Judíos en Europa, para aglutinar imbéciles, ademas los militares quieren demostrar que la democracia no es posible, porque dicen "vean, sin nosotros se destrozarían entre ellos". La Trini dice que eso no tiene nada que ver con la revolución primaveral esta. Primaveras nosotros que estamos como borreguitos consintiendo que destrocen nuestra identidad nacional y continental, la resistencia y la lucha por elegir nuestros destinos es la única opción.
    Saluditos.

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  2. Yo pienso que si esto sigue asi,van a levantarse en armas...lo cual es comprensible,todo tiene un limite

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