Se prohíbe una manifestación en Salt contra la mezquita salafista

La transformación demográfica de Salt, con un 40% de inmigrantes, ha roto el difícil equilibrio social. Antaño era una localidad tranquila y segura, pero hoy está castigada por la degradación, la conflictividad étnica, el choque cultural y la delincuencia importada. En los últimos tiempos se están viviendo fuertes enfrentamientos entre autóctonos y extranjeros. Inmigrantes jaleados y apoyados por personas afines a la izquierda progre y endófoba.



Es en este escenario donde los musulmanes pretenden construir una mezquita de inspiración salafista, la rama más agresiva, proselitista y refractaria del Islam, motivo por el que se convocó una manifestación contra la mezquita.

El ministerio del interior y el tribunal superior de justicia de Cataluña han prohibido la manifestación convocada por PxC alegando que "existen razones fundamentadas para creer que la concentración podría derivar en graves alteraciones del orden público". Naturalmente, ni los jueces ni la prensa y mucho menos los políticos, han precisado el origen de esos altercados y han olvidado especificar quién va a producirlos, actitud bastante sospechosa si tenemos en cuenta que solo dos semanas atrás el ministerio del interior permitió que los colectivos "antipapa" y demás ralea de extrema izquierda alteraran gravemente el orden público al manifestarse en Madrid contra los peregrinos, a los que vejaron, insultaron y agredieron. Incluso se dieron instrucciones precisas, en un documento por escrito, para que la policía tuviera manga ancha con los radicales indignados y ni siquiera los identificara:

Es decir, si los radicales se quieren manifestar contra los peregrinos alterando el orden público de forma violenta, no pasa nada. Pero si un grupo de ciudadanos decide manifestarse pacíficamente contra una mezquita salafista entonces sí que se aplica lo del orden público, pero no contra los radicales musulmanes y los violentos izquierdistas que son los que lo están alterando mediante la coacción, sino contra quienes convocan la manifestación, ¿qué broma es esta?. Están permitiendo que los izquierdistas y los radicales musulmanes se salgan con la suya imponiendo la ley del embudo. Y el TSJC, en lugar de controlarlos y velar por la seguridad de quienes pudieran ejercer el derecho de manifestación, se pone de parte de los contramanifestantes restringiendo el libre ejercicio de ese derecho

La primera consecuencia de esta situación es que lo que se dirime en Salt es mucho más que la oposición a la construcción de una mezquita salafista y a la islamización de nuestro país, algo para lo que no hemos sido democráticamente consultados. En realidad es una doble batalla contra los que vienen a despojarnos de lo que es nuestro y contra la policía política de la izquierda, que desde hace al menos dos décadas tiene secuestrada la libertad de opinión en España y en el mundo occidental.

La segunda consecuencia es el grave deterioro de la convivencia, ya que la sentencia judicial que prohíbe la manifestación garantiza réditos a todo tipo de violencia: si quiero coartar el derecho de manifestación de alguien solo tengo que amenazar con agresiones, insultos, etc, dado que los previsibles altercados que se producirán conllevan la supresión automática del derecho de manifestación en unos tribunales ideológicamente condicionados y al servicio del proyecto social e ideológico de la izquierda.

¿Qué interés común tienen izquierdistas e islamistas? su política, más o menos disimulada, de inmigración sin restricciones demuestra que no defienden de manera genuina los intereses del pueblo oriundo y que, camuflados tras un lenguaje de tipo filantrópico que imponen a golpe de código penal y policía, actualizan los intereses mundialistas, que tienen desde hace tiempo en su punto de mira al Estado de Bienestar y los derechos sociales conquistados por nuestro pueblo.

Naturalmente, los islamistas darían buena cuenta de toda esta "trouppe" de "progresistas", anarquistas, "antirracistas" y lobbys variopintos. Pero resulta que en el odio visceral que profesan por la sociedad de la que viven y gracias a la cual medran, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. El resultado es que islamistas sinceros convergen oportunamente con comunistas, "antirracistas", ultraliberales y colectivos de gays. Del ataque de todos estos grupos a las estructuras sociales de siempre solo puede salir beneficiado el capitalismo global para el cual trabajan todas estas gentes, en apariencia altruistas, idealistas y desinteresadas, pero en el fondo profundamente ignorantes.

Éste, y no otro, es el fin que persigue la imposición de la sociedad multicultural, esa termitera de esclavos con la que siempre soñaron los impulsores del régimen orwelliano en ciernes

Fracasa la manifestacion pro-inmigracion en salt.

Unas 200 personas se concentraron en contra del racismo, teniendo en cuenta la propaganda que habian recibido de todas las televisiones y que los manifestantes habian llegado de toda catalunya,la impresion es que fue un fracaso absoluto, como algun miembro de una plataforma antifascista ha reconocido con resignacion que esperaban mucha mas gente.



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