Se verá en el Festival de Cine LGTB de Barcelona, aunque ha sido prohibido en Kirguistán
Publicado por Ociogay el 8 de octubre de 2012 en Actualidad, Actualidad 4, Cine, Militancia, Pantallas
La homosexualidad y el islamismo constituyen un mundo difícilmente tratable, dado el tabú que supone el primero en los preceptos del segundo. Pero hay homosexuales en el mundo árabe. Voces calladas que reclaman igualdad desde las sombras y la normalización de su situación. “I am gay and muslin” (“Soy gay y mulsulmán”) es un documental que abarca este espinoso asunto, y refleja el día a día de varios hombres jóvenes homosexuales en Marruecos.
El camino no está siendo fácil para este largometraje de producción holandesa-marroquí: ya ha sido vetado en el festival de cine de la ciudad de Bishkek, en Kirguistán, y es posible que no sea el último. Estaba programada para el pasado 28 de septiembre, pero la cinta nunca llegó a emitirse por la censura impuesta desde la dirección del evento. Algunos expertos religiosos del certamen habían puesto el grito en el cielo por la emisión del film y su temática, llegando a tildarlo de “blasfemo”.
El documental apenas dura 59 minutos. Su director, Chris Belloni, ha defendido su trabajo asegurando que no es “extremista ni anti-Islam”. ”La película muestra la perspectiva de las personas homosexuales que se aceptan como gays y musulmanes. Creo que es por eso que la película ha sido tan popular allí donde se ha emitido”. “I am gay and muslim” tendrá una nueva oportunidad la semana próxima en Beirut donde, si nada cambia, se emitirá sin problemas. En nuestro país será proyectado en el Festival de Cine LGTB de Barcelona.
En el documental de Belloni, los homosexuales retratados relatan con resignación su experiencia inmersa en el secretismo y la ambigüedad del mundo árabe. Muchos de ellos no han sido capaces de salir del armario, aunque algunos sí se han atrevido a hacerlo a pesar de lo que pudiera ocurrir. Belloni no pudo más que lamentar que en Kirguistán tuviesen tantos prejuicios hacia la película. ”La gente estaba mal informada. Algunos venían sólo a protestar. Había muy pocas personas que estaban realmente interesadas, pero algunos chicos sólo vinieron a demostrar que no tenía ningún interés en ver la película en absoluto”.
Otro participante lamentó lo ocurrido y lo interpretó como un mal generalizado, debido a la mentalidad cerrada del país. “La mayoría de los ciudadanos no están dispuestos a aceptar a los gays y a las lesbianas”, aseguró. “Kirguistán no es tan abierto como mucha gente se cree”. Lo cierto es que el país gozaba de una buena imagen fuera de sus fronteras frente a los temas LGTB. Imagen que, después del festival de Bishkek, seguramente haya descendido a los infiernos de la intolerancia.
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