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7.6.06

Violaciones en cadena en Occidente

En Australia, Noruega, Suecia y otros países occidentales, hay un crimen basado en la raza que está siendo ignorado por la policía de la diversidad: hombres islámicos que violan a mujeres occidentales por razones étnicas. Sabemos de esto porque los violadores han abiertamente declarado sus motivos sectarios.

Cuando grupos de adolescentes australianas fueron objeto de degradación sexual por unas bandas en Sydney entre 1998 and 2002, los perpetradores de estos asaltos dijeron que lo hacían por razones étnicas. Las jóvenes víctimas fueron informadas de que eran "putas" y "cerdas australianas" mientras eran perseguidas y abusadas.

En el Tribunal Supremo de Australia un violador paquistaní testificó que sus víctimas no tenían derecho a decir que no, porque no llevaban hijab (no iban con velo).
Y este mismo año los australianos se sintieron ultrajados cuando el Libanés Sheik Faiz Mohammed dio una conferencia en Sydney donde informó a su audiencia de que las víctimas no podían echar la culpa a nadie de la violación si no a ellas. Las mujeres, dijo, que llevasen poca ropa, invitaban a los hombres a violarlas.

Unos meses antes, en Copenague el mufti y estudioso islámico Shahid Mehdi dio lugar a una protesta generalizada cuando -lo mismo que su colega australiano- dijo que las mujeres que no llevaban un velo estaban pidiendo ser violadas.

En el 2001, el London Telegraph informaba que el estudioso egipcio de visita en Gran Bretaña Sheik Yusaf al-Qaradawi dijo que las mujeres que fueran violadas debían ser castigadas si iban vestidas con poca modestia ene l momento de la violación. Añadió; "para que ella sea absuelta de su culpa, la mujer violada debe demostrar buena conducta".

En Noruega y Suecia, el periodista Fjordman alerta de la epidemia de violaciones. El inspector de policía Gunnar Larsen dijo que el incremento importante que los casos de violación y su relación con motivos étnicos son claros yambos una tendencia inconfundible. Dos de cada 3 de los perseguidos por violación en Oslo son inmigrantes con un pasado no Occidental y 80% de las víctimas son mujeres noruegas.

En Suecia, según el traductor de Jihad Watch, Ali Dashti, “las violaciones por bandas, en las que normalmente están implicados hombres musulmanes y chicas nativas suecas, se han convertido en un algo común.” Hace algunas semanas dijo, “Cinco kurdos violan brutalmente a una niña sueca de 13 años.”

En Francia, Samira Bellil rompió su silencio – después de aguantar años de repetidas violaciones en grupo en uno de los proyectos de vividendas oficiales mayoritariamente poblado por musulmanes – y escribió un libro, En el infierno de los tournantes, que conmovió Francia. Al describir cómo las violaciones por bandas crecen de forma escalofriante en las banlieues, explicaba a The Times que , “cualquier chica de la vecindad, que fume, use maquillaje o lleve ropa atractiva es una puta.”

Desafortunadamente, las mujeres occidentales no son las úncias víctimas de esta epidemia. En Indonesia, en 1998, grupos de derechos humanos, documentaron el testimonio de más de 100 mujeres chinas que habían sido violadas por bandas durante los disturbios que precedieron a la caída del Presidente Suharto. A muchas de ellas les dijeron: “Debes ser violada, porque eres china y no musulmana.”

La Solidaridad Mundial Cristiana informó de que, en abril de 2005, un niña de 9 años había sido violada, golpeada con un bate de cricket, colgada boca abajo del techo, le metieron en la boca cucharas llenas de guindillas y repetidamente golpeada cuando estaba maniatada.
Sus vecinos musulmanes la dijeron que estaban tomando venganza por los bombardeos americanos de niños iraquíes y la informaron de que lo estaban haciendo porque "era una infiel y una cristiana.”

En Sudán- donde las musulmanes árabes están asesinando a negros musulmanes y cristianos en un genocidio que continúa- el antiguo esclavo sudanés y ahora activista de derechos humanos Simon Deng dice que él es testigo de las violaciones de chicas y mujeres y de que el régimen árabe de Khartoum manda a sus soldados a los campos a violar y matar.
En otros informes, se dice que a las mujeres se les pregunta: "¿Eres cristiana o musulmana? y si responden que cristiana son inmediatamente violadas en grupo antes de cortarles los pechos.

Este fenómeno de la violencia sexual islámica contra las mujeres debe ser tratado como la epidemia urgente, violenta y represiva que es.
En vez de esto, los periodistas, académicos y los políticos, lo ignoran, lo racionalizan o simplemente condenan al ostracismo a los que osan hablar del tema.

En Australia, cuando el periodista Paul Sheehan informó honestamente sobre las violaciones de bandas en Sydney gang rapes, se le tachó de racista y se le acusó de atizar el odio anti-islámico. Y cuando informó en columna del Sydney Morning Herald de que habia una incidencia criminal muy alta entre la comunidad libanesa de Sydney, un colega periodista suyo David Marr le mandó un e-mail diciendo, “Esta es una columna desgraciada que refleja mal lo que somos en el Herald.”

Keysar Trad, vicepresidente de la Asociación de los musulmanes libaneses australianos dijo que las violaciones en grupo eran un crimen odioso pero se quejó de que era "muy injusto" que se hubiera informado de la etnia de los violadores.

La periodista Miranda Devine informó durante los mismos juicios por delitos sexuales que toda referencia étnica había sido borrada del testimonio impactante de la víctima porque los acusadores querían negociar una menor pena.
De modo que cuando el Juez Megan Latham declaró, “No hay ninguna prueba que se haya presentado que indique que hay un elemento racial en la comsiión de estos crímenes,” todo el mundo la creyó. Y el tribunal, los políticos y la mayoría de la prensa podría tener chicas violadas otra vez.

El policía australiano retirado Tim Priest alertó en el 2004 de que las bandas de libaneses, que emergieron en Sydney en los 90 -cuando la policía estaba dormida- han crecido sin control. "Los grupos de libaneses", dijo "eran muy rudos, extremadamente violentos e intimidaban no sólo a testigos inocentes, sino incluso a la policía que intentaba arrestarles.”

Priest describe como en el 2001, en un área dominada por musulmanes en Sydney dos policías pararon aun coche en el que iban 3 conocidos hombres de Oriente Medio para buscar propiedad robada. Mientras la policía llevaba a cabo la búsqueda fueron físicamente amenazados y los 3 hombres dijeron que iban a seguirlos, matarlos y violar a sus novias.
Pero según Priest, no terminó ahí. Mientras la policía de Sydney pedía refuerzos los 3 hombres usaron sus móviles para llamar a sus asociados, y en unos minutos, 20 hombres de Oriente Medio aparecieron en escena. Pegaron a la policía y dañaron vehículos estatales. La policía se retiró y la banda les siguió a la comisaría de policía donde intimidaron al personal, causaron daños a la propiedad y cogieron a todos como rehenes.

En un momento, la banda se retiró, la policía se curó sus heridas y ninguno de ellos inició acción contra los atacantes. Priest dice, “En la mente de la población normal los policías son unos cobardes y el mensaje fue 'Las bandas de musulmanes libaneses imponen su ley en estas calles.'”

En Francia, en las banlieues, donde las violaciones por bandas se conocen simplemente como "tournantes" o ‘pass-around,’ las víctimas saben que la polciái no la sprotegerá. Si se quejan, dice Samir Bellil, saben que ellas y sus familias serán amenazadas.

Ahora bien, las mujeres musulmanes en Francia han iniciado un movimiento llamado "Ni putas ni sumisas", en los ghettos franceses, para luchar contra las violaciones en grupo y la inactividad policial. Están luchando contra la intrínseca violencia que existe en sus vecindarios y en la cultura que lo condona.

En la mayoría de las acusaciones francesas, los violadores musulmanes declaran que ellos no creen que hayan cometido un crimen. Y en un paralelismo alarmante con los violadores australianos, dicen que la víctima es la que debe ser acusada porque ella es la "puta".

Según The Guardian, durante los disturbios recientes franceses, un príncipe saudí con acciones en la Corporación News se jactaba en una conferencia en Dubai de que había llamado a Rupert Murdoch y se había quejado de que la página de Fox News los describía como "disturbios musulmanes". En menos de media hora, se cambió a "disturbios civiles".

El traductor sueco, Ali Dashti, dijo que en Suecia cuando 3 hombres violaron recientemente a una chica de 22 años, solo le habían dicho una palabra: "Puta".
Estas historias, según Dashti, están en los periódicos suecos todos los días, pero con el políticamente correcto "presta atención a no mencionar la etnia de los perpetradores.”

El periódico sueco en inglés The Local informó en julio que el comandante de policía de Malmo había sido acusado de incitar al odio racial. Mandó e-mails desde el ordenador de su casa a dos oficiales de la ciudad. En el meollo del asunto, dijo" Ustedes tratan a los suecos viejos que han trabajado duro para construir este país como parásitos y les darían antes mi dinero a unos crimianles llamados Mohammed de Rosengärd.”

En Malmo, la tercera ciudad en tamaño de Suecia, la policía ha admitido, según Dashti, que no controlan ya la ciudad. “Está efectivamente gobernada por una serie de bandas violentas de inmigrantes musulmanes.” El personal de las ambulancias es regularmente atacado y escupido y ahora no ayudan a no ser que una escolta de la policía llegue. La policía está demasiado asustada para entrar en determinadas partes de la ciudad sin refuerzos.

Al principio de 2005, los periódicos noruegos informaron de que Oslo tenía el número más elevado de casos de violación de los anteriores 12 meses. Ahora bien, Fjordman explicó que las estadísticas oficiales no señalaban que los "inmigrantes estaban hiper-representados en los casos de violación", y los medios permanecieron callados.

La Pro fesora de Antroplogía de Oslo, Unni Wikan (en las fotos), dijo que las mujeres noruegas debían considerar su propia responsabilidad porque los hombres musulmanes encontraban difícil contenerse por su manera provocativa de vestir. Y como estos hombres consideraban que ellas eran las responsables de las violaciones, dijo que las mujeres debían adaptarse a la sociedad multicultural en la que vivían, ejem, ejem, paréntesis irónico: "qué guapa y qué elegante, ¿eh?" cierra paréntesis irónico)

La BBC no emitió un documental que estaba programada en el 2004, después de que la policia británica advirtió que podía incrementar la tensión racial. “En estas especiales circunstancias, el Canal 4 como un emisor responsable ha accedido a la petición de la policía...” El documental iba a mostrar como paquistaníes y otros jóvenes musulmanes abusaban de niñas blancas inglesas de incluso 11 años.

El número de violaciones cometidas por los hombres musulmanes contra mujeres en la pasada década son tan increíblemente altas que no puede verse más que como una conducta cultural implícita, que es reforzada y sancionada por los líderes religiosos islámicos que echan la culpa a las víctimas y excusan a los violadores.

En las 3 décadas de inmigración hacia los países occidentales, el Islam ha causado un trastorno social y un estragos en todos los países de acogida. Ninguna otra inmigración ha producido los problemas de no-asimilación y la ambigüedad religiosa.
Allí donde van los musulmanes en el mundo, están en conflicto con sus vecinos. Como Mark Stein dijo recientemente, todo conflicto parece que se origina por alguien con el nombre de Mahoma.

En julio de 2005, El jeque de Melbourne Mohammad Omran dijo a Sixty Minutes que “...nosotros creemos que tenemos más derechos que tú porque nosotros hemos elegido a Australia para que sea nuestra casa y tu no. “

En la misma entrevista el visitante Jeque Khalid Yasin alertó de que “No puede tener un musulmán un amigo no musulmán, puede ser su asociado pero no su amigo. No pueden ser tu amigo porque no entienden ni tus principios religiosos y no pueden entender tu fe.”

A pesar de haber sido dicho una y otra vez por los estudiosos musulmanes y a pesar de la influencia masiva del crimen islámico, los países occidentales continúan creyendo en la realidad de la asimilación del relativismo moral.

En Australia, los cristianos libaneses se han asimilado y se han convertido en una parte respetada de la comunidad. El Premier de Victoria es un cristiana libanés como también lo es el Gobernador de la provincia de New South Wales. Ahora biem los musulmanes libaneses han encontrado serios problemas por su negativa a aceptar nuestro derecho a vivir nuestra vida. Nada más claro demuestra que no es una cuestión de raza si no de cultura.

Fuente: Grupo de Estudios Estratégicos
Cadena de violaciones en Australia

Jovenes Suecas violadas por musulmanes