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18.2.07

Europa provincia del Islam


El Viejo Continente comienza a rezar a La Meca

El riesgo de que Europa termine convirtiéndose en una provincia del islam es cada vez más elevado, debido a la baja natalidad de los europeos y la elevada de los musulmanes. El problema no sólo es que cada vez haya más islámicos, sino que, simultáneamente, surjan brotes de racismo y violencia.

Dada la fertilidad de los inmigrantes islámicos y la baja natalidad de los europeos, esa cifra puede duplicarse antes de 15 años. Según diversas estimaciones, para el año 2020 puede haber cerca de 30 millones de musulmanes en el Viejo Continente.

Los datos de fertilidad hablan por sí solos. La pareja media europea tiene hoy menos de 1,4 hijos, frente a los 3,6 hijos de una pareja inmigrante musulmana.

Francia es el país europeo con mayor presencia islámica (12% de la población). Si las tendencias continúan, hacia 2030 un cuarto de la población será mahometana. La vieja metrópoli que controlaba un rosario de colonias en el norte de África habrá sido semiengullida por sus antiguos colonizados, el país que frenó las invasiones sarracenas en la batalla de Poitiers (año 732).

Al caso francés le siguen Alemania y Gran Bretaña, con 4,1 y 1,5 millones de musulmanes respectivamente. Y las perspectivas de crecimiento demográfico europeo son nulas. Un caso paradigmático es el de la tasa de natalidad alemana, que descendió en 2005 por debajo del nivel de finales de la II Guerra Mundial, más del 50% por debajo de la de Francia y Gran Bretaña.

A diferencia de España, donde los inmigrantes islámicos son de primera generación (acaban de llegar, como quien dice), los de Francia, Alemania, Gran Bretaña, y también Bélgica y Países Bajos, son de segunda y tercera generación.

Eso significa que su presencia es mayor y su influencia comienza a dejarse notar. Las zonas que controlan se han convertido en punta de lanza de la islamización de esos países.

Esa islamización es doble. En primer lugar, jurídica o si lo prefieren, jurídico-religiosa. Los imanes ejercen presión sobre las autoridades para que designen oficialmente zonas para extender la ley musulmana. Lo han tratado de hacer en Copenhague, en puntos de Bélgica (como el barrio Sint-Jans-Molenbeek, de Bruselas, donde, por cierto, el nombre de varón más popular es Mohamed.

El riesgo de que Europa termine convirtiéndose en una provincia del islam es cada vez más elevado. La evolución demográfica es inapelable.
Entre el 16 y el 20% de los nuevos europeos nacen en hogares mahometanos. Y el número total de musulmanes supera ya los 12 millones, es decir, más del 3% de la población continental.
Europa no sólo estará plagada de mezquitas, sino que sus decisiones políticas y sociales serán adoptadas por musulmanes. El nivel de votantes islámicos será decisivo para determinar quién controla el poder legislativo y el ejecutivo.
También tratan de extender la sharia, o ley musulmana, en áreas del Reino Unido, que los mahometanos han convertido en auténticos bastiones donde los blancos no son bienvenidos.

El London Sunday Telegraph

Esto sucede ahora, pero, ¿qué pasará cuando la población islámica aumente más en el Reino Unido? ¿Seguirán las autoridades aguantando la presión?

La segunda vía de islamización es la económica. La riqueza de los europeos está empezando a ser esquilmada y transferida a los nuevos inmigrantes y a sus hijos.
En otros puntos de Europa, los mulás más fundamentalistas llegan al extremo de incitar directamente al hurto. Sostienen que la
Este clima genera el rechazo por parte de la población europea de estos barrios, que están copados por los islámicos. En muchos casos, internarse en las calles que controlan supone pasar a un mundo completamente distinto donde, en la práctica, rigen otras leyes y donde crece una manifiesta hostilidad a los europeos blancos.
difundió recientemente en una encuesta que el 40% de los musulmanes residentes en Gran Bretaña quieren que la sharia sea introducida en el país por regiones. Lo cual mereció una contundente réplica de Trevor Phillips, presidente de la Comisión para la Igualdad Racial: animó a ese 40% a mudarse a otra parte. "Tenemos un único conjunto de leyes", subrayó. Mahoma, pero esta minoría exige y recibe el 40% de los pagos sociales totales del Gobierno danés.sharia islámica justifica el robo en tiendas como un procedimiento para cobrarse la jizya, el impuesto discriminatorio que procede de ciudadanos no musulmanes en países musulmanes.
Reina la sharia
Los especialistas creen que pasarán bastantes años antes de que la islamización de Europa sea un hecho. Sin embargo, hay un peligro mucho más cercano: la reacción xenófoba y racista ante ese proceso.
No se trata de una amenaza lejana. Puede visualizarse dentro de sólo unos días: exactamente el 4 de mayo. Ese día se celebrarán elecciones municipales en el Reino Unido, y los últimos sondeos dan a la extrema derecha hasta un 30% de los votos en barrios obreros de ciudades como Londres, Birmingham o Leeds, donde la población blanca está en franco retroceso frente a la inmigrante.
Gran Bretaña se suma así a la oleada xenófoba de Francia y Alemania que crece de forma directamente proporcional al auge demográfico de las etnias asiáticas y africanas.
La percepción de que los inmigrantes quitan el empleo a los europeos, aunque sea falsa o esté distorsionada o exagerada, se ha convertido en banderín de enganche para grupúsculos racistas o partidos de extrema derecha, que comienzan a proliferar en todo el Viejo Continente.
Este sentimiento xenófobo se agudiza frente a los inmigrantes musulmanes, a los que se considera una amenaza potencial, no sólo para la estabilidad laboral, sino incluso para la integridad física.
Aunque el Partido Nacional Británico (PNB) no ha llegado nunca a superar el 1% de los votos en las elecciones generales, se teme un importante aumento en los próximos comicios, después de los atentados del Metro londinense, el verano pasado. De hecho, la tendencia es al crecimiento de apoyos electorales: el PNB ha pasado de 7.631 votos en las generales de 1992 a 192.746 en 2005.
Otros grupos de extrema derecha, como el Partido Nacional Demócrata y el Frente Nacional, han experimentado significativos crecimientos durante los últimos años en el Reino Unido.
Pero lo más inquietante son las conexiones del PNB con organizaciones extremistas o xenófobas. El partido inglés mantiene estrechas alianzas con el Frente Nacional francés, con organizaciones autónomas como el Club Trafalgar o con el movimiento de cabezas rapadas Sangre y Honor.
Leopoldo Varela

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