Cartel de la campaña por la expulsión de los extranjeros delincuentes en Suiza.
Reuters
Desde la proclamación de la Constitución en 1848, los suizos han sido convocados a las urnas de manera excepcional en 172 ocasiones. El último fue en 2009 el que llevó a la prohibición de construir mezquitas en territorio suizo.
Dicha iniciativa establece una serie de delitos que pueden ser motivo de expulsión: asesinato, robo a mano armada, tráfico de drogas, violación o tráfico de personas. El texto solicita así mismo la expulsión del país de los extranjeros que hayan obtenido fraudulentamente prestaciones de la seguridad social. La prohibición de residir en Suiza para los expulsados podría ser por un periodo de cinco a quince años, y de veinte años para los reincidentes.
La derecha conservadora, apoyada por la extrema derecha justifica estas medidas radicales como una necesidad, en la medida que “el 60 al 80 % de los delitos son cometidos por extranjeros”. 70 % de la población carcelar en Suiza es de origen extranjero. Tanto el gobierno suizo como la mayoría parlamentaria se oponen a esta iniciativa calificada de “populista” y “discriminatoria”.
La aplicación de dicha iniciativa implicaría que un mismo delito podría ser sancionado con penas diferentes, según el origen o la nacionalidad del culpable. Aunque reconociendo que esta iniciativa expresa un malestar en la población, ya que ha recibido el apoyo de 210.000 personas que firmaron la demanda popular, el gobierno se opone a ese texto que considera contrario al derecho internacional y a la Constitución.
Es la razón por la cual los suizos deberán pronunciarse sobre dos propuestas: “la iniciativa sobre el reenvío” y el contraproyecto del Parlamento titulado “Expulsión y deportación de delincuentes extranjeros en el respeto de la Constitución”.
El “contraproyecto” difiere de la “iniciativa” por recordar que “los cantones y ayuntamientos deben hacer todos los esfuerzos para promover la integración de los extranjeros” y precisa que “las deportaciones deben hacerse en conformidad con el respeto de los derechos fundamentales, de los principios de la Constitución y del derecho internacional”.
En el parlamento suizo el contraproyecto fue aprobado por los partidos de centroderecha con el apoyo de los socialistas, pero con la oposición declarada de la UDC, que lo considera como una iniciativa descafeinada e ineficaz.
La izquierda en cambio critica el contraproyecto como una manera más educada de aceptar lo inaceptable: la amalgama entre delincuencia e inmigración. Según dicho texto todo extranjero que no esté bien integrado en el modo de vida del país está considerado como un delincuente en potencia.
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Que envidia me dan los suizos. Eso si que es una democracia y no lo que tenemos aquí. Ojalá voten SI a la deportación de los extranjeros delincuentes.
ResponderEliminar“los cantones y ayuntamientos deben hacer todos los esfuerzos para promover la integración de los extranjeros”
ResponderEliminarCreo yo que serán ellos los que tienen que hacer el esfuerzo de integrarse en el país de acogida.
Qué envidia, allí los ciudadanos tienen VOZ y VOTO!
Excelente idea que se debiera copiar en otros paises, por que debemos mantener a delincuentes extranjeros con fondos publicos, cualquier extranjero que no sea un aporte al pais donde quiere vivir debe expulsarse (sale mas economico pagarle un boleto aereo que mantenerlo o dentro de un cointainer en un barco ¿se merecen algo mejor...? ), porque muchas veces estan ocupando el lugar de buenas personas que podrían si ser un aporte. Ni siquiera deberian tomarse la molestia de que lleguen a su pais de origen a una carcel, sino tirarlos en su tierra y que se hagan cargo de su basura.
ResponderEliminarAqui en Chile esta llegando mucha gente que se nota que no son ningun aporte a nada.
Han ganado la votación los que quieren que se expulse a los inmigrantes delincuentes. FELICIDADES, SUIZA !!!
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