El proceso aleja el peligro del radicalismo musulmán pero también dificulta la integración en los valores de la república
La periferia urbana de París “Suburbio de la República” se está islamizando, en detrimento de los islamistas radicales y del Estado francés. Los nuevos musulmanes franceses instalados en la periferia de la capital se refugian en la religión y sus prácticas culturales tradicionales, alejándose al mismo tiempo del islam revolucionario y los principios republicanos enseñados en la escuela pública
El aislamiento y la adversidad social alimentan la religión, denuncia un estudio | La "explosión del mercado 'halal'" y la deserción de las cantinas escolares son síntomas de la deriva
Esas son algunas de las principales conclusiones de un estudio realizado por varios especialistas, dirigidos por Gilles Kepel, por cuenta del Institut Montaigne, un think-thank liberal.
Kepel publicó en 1985 un estudio de referencia, «Les Banlieus de l'Islam», y ha escrito el balance final de cinco años de estudio de campo en la periferia parisina, llegando a conclusiones de este tipo: «La creencia religiosa es más estructurante que la creencia republicana en la periferia urbana de París».
El espacio vacío dejado por la República lo está ocupando el islam. En los barrios difíciles de los suburbios franceses, la religión está erigiéndose en la práctica en el elemento principal de cohesión social, en detrimento de los valores laicos. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio sociológico realizado en las dos ciudades, Clichy-sous-Bois y Montfermeil, que fueron el foco de la revuelta de las banlieues en otoño del 2005.
Elaborado por encargo del Instituto Montaigne, el trabajo ha sido realizado durante más de un año por cinco investigadores dirigidos por el sociólogo y politólogo Gilles Kepel, autor en 1985 de un célebre trabajo sobre el nacimiento del islam en Francia.
Los encuestados –dos tercios son de confesión musulmana– expresan en general una piedad religiosa "exacerbada por el aislamiento geográfico y la adversidad social". Uno de los síntomas más llamativos es la "explosión del mercado halal" y la paralela deserción de las cantinas escolares –un espacio de integración social, subrayan– por este motivo. Si los primeros inmigrantes llegados a Francia sólo pedían que no dieran de comer cerdo a sus hijos, estos –llegados a la edad adulta– han aumentado sus exigencias. Otro síntoma: la mayoría expresa su oposición a un matrimonio con un no musulmán.
El propio relato que los habitantes de Clichy y Montfermeil hacen de los sucesos del 2005 ha sido teñido con elementos de tipo religioso que en aquel momento no eran en absoluto evidentes. Así, es dado como desencadenante de las protestas el lanzamiento de una granada lacrimógena en la mezquita de Clichy, en plena plegaria, por los antidisturbios. La historia, reescrita.
Un factor que apunta el estudio para explicar esta deriva es el activo trabajo de proselitismo del movimiento tabligh, que empezó a instalarse en los barrios en los años ochenta y que se ganó una legitimidad al conseguir la erradicación de las drogas duras y promover la regeneración moral de los jóvenes a través de una práctica rigorista del islam. Los predicadores lograron lo que la policía –de la que existe más demanda, pero con la que se constata un "divorcio"– no consiguió.
Son justamente la debilidad, las deficiencias, de la República las que favorecen este crecimiento de la religión en la vida pública y social. Y no sólo en materia de seguridad. El primer problema se produce en la escuela. Con un elevado nivel de fracaso escolar –en Francia, cada año abandonan el sistema 150.000 jóvenes sin diploma, la mayoría en las banlieues–, los habitantes de los barrios viven ahí su primera frustración y alimentan sus primeros resentimientos. Percibida como la llave de la ascensión social, el hecho de que la mayoría de los alumnos sean orientados hacia líneas de formación profesional menos valoradas es recibido como una discriminación. "La figura del consejero de orientación es más odiada que la del policía", constata el estudio.
Mal formados, estigmatizados por su origen, su confesión y su vecindario, alejados geográficamente de los focos más dinámicos del mercado de trabajo, el elevadísimo paro de los jóvenes del extrarradio (43%) bloquea toda posibilidad de integración. El resentimiento, sin embargo, es aún mayor entre aquellos titulados que no encuentran trabajo y que "devuelven el estigma que sufren en un rechazo radical de Francia y sus valores", acompañado a menudo por una "afirmación de los valores islámicos"
LLUÍS URÍA | PARÍS.
La Vanguardia.com
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ResponderEliminarPor si sirve de algo...en plan informativo
Espabila o comprale un corán a tus nietos :(
Hola, dos cosas. En mi barrio no tenemos imanes luchando contra la droga dura. 20 años acabaron con los Yonquis, pero fue la droga, la cárcel y el sida quien hizo el trabajo, me parece un cuento que despues de 20 años OOhhhhh, por alaha se termino con la droga gracias a los imanes y la religión, menuda bola. Dos, el islamista moderado de hoy es el extremista de mañana si no se empapa de valores democráticos y occidentales, que dicen claramente que no se puede aglutinar una sociedad en base a una religión, si no a democracia y derechos humanos e integración.
ResponderEliminarSaluditos.
Zorrete, estoy totalmente de acuerdo contigo, por mucho que lo intento no acabo de entender nunca a Gilles Kepel, con el primer libro que leí, AL OESTE DE ALÁ, [La penetración del Islam en Occidente], ya pude comprobar la controversia con la que se mueve, una veces razonaba con gran brillantez, y sin embargo otras habla como un ignoto del islam, cambiando de un extremo a otro, supongo que la coherencia no debe ser su fuerte, o bien, y es más que probable que existan otros intereses que desconocemos.
ResponderEliminarPor lo visto, a dia de hoy está convencido que los musulmanes pueden llegar a integrarse, nada más ingenuo a estas alturas. Comprobando la islamización de Francia y los barrios donde impera la sharia, no es de extrañar que su deseo sea lo “menos malo” la integración, ¿Tú le ves otra salida que no sea la expulsión, con armas? Seis millones de musulmanes como mínimo, ¿Cuántos millones con pasaporte Francés con un promedio de cuatro hijos por matrimonio, sin contar los que practican la poligamia? ¿Qué salida tiene Francia con sus súbditos musulmanes?
Saludos
Hola:
ResponderEliminarMonmar, solo un apunte, ser coherente en esta vida no es tan sencillo,asi que tampoco hay porque darle mas vueltas al asunto...
Por cierto, se que esta caro lo del cine,pero si puedes te quería recomendar la ultima de Coronado, la de "No habrá paz para los malvados" yo creo que te va a gustar.Por cierto, esta ulitma de B Pitt "El arbol de la vida" tiene partes de lo mas surrealistas...la primera media hora,como te descuides,hasta te duermes,pero, en general,me ha gustado, es muy reflexiva,la tengo que ver otra vez para entenderla mejor
Saludos