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30.9.09
La paz está más lejos que nunca.
Irán vs. Israel
El tiempo juega a favor de Irán, que se encuentra muy cerca de lograr sus objetivos militares. EEUU no considera el uso de la fuerza y la posibilidad de que Irán ceda o de que el Consejo de Seguridad apruebe sanciones realmente efectivas son remotas.
Irán representa la amenaza más grave para la existencia de Israel. Esta afirmación, que cualquier analista de seguridad y defensa israelí compartiría, no es el resultado de una valoración personal sino de un conjunto de hechos evidentes para todos.
* El reelecto presidente iraní ha afirmado y repetido que Israel debe "desaparecer del mapa" al tiempo que ha negado el hecho histórico de la Shoa, el exterminio sistemático de seis millones de judíos por parte del gobierno de una de las naciones más avanzadas y desarrolladas del planeta.
* Irán está desarrollando un importante programa de misiles de corto, medio y largo alcance. Los actuales misiles de medio alcance están capacitados para golpear sobre territorio israelí. Aunque Israel dispone de unas buenas defensas anti misiles, un ataque masivo podría lograr que uno o más misiles penetraran cayendo sobre zonas habitadas.
* Irán tiene en marcha un programa nuclear que ha tratado de ocultar a los organismos internacionales. Aunque el Gobierno ha insistido en que su objetivo es civil, el secreto con el que ha venido trabajando y su negativa a negociar su futuro con las grandes potencias hace sospechar que sus intenciones reales son militares.
* Irán defiende una interpretación radical del islam al tiempo que rivaliza con Arabia Saudí y Egipto por el liderazgo del mundo musulmán. En este contexto hay que entender su estrecha colaboración con Hizboláh en Líbano y Hamás en Palestina. Ni una ni otra reconocen el derecho a existir de Israel y ambas han provocado las dos últimas campañas militares de Israel. A través de la Guardia Revolucionaria, el régimen de los ayatolás forma y dota a estas organizaciones para que lideren el movimiento islamista contra los gobiernos moderados, utilizando la causa de Israel como elemento de cohesión de la sociedad musulmana en su propio beneficio.
* Los programas de misiles y nuclear de Irán tienen como finalidad, en primera instancia, dotarse de un mecanismo de disuasión que les permita seguir interviniendo en asuntos internos de otros países, apoyando a milicias terroristas como las citadas, y, en segunda instancia, ser un medio para atacar a aquellos Estados que consideran enemigos, como es el caso de Israel, objeto favorito de su propaganda política.
Los sucesivos gobiernos de Israel han reiterado la gravedad de la amenaza que Irán supone para su seguridad y para la de otros muchos Estados vecinos entre los que nos encontramos los propios europeos. Si Irán viola el régimen de no proliferación estaremos ante una grave crisis de este mecanismo esencial para el control de armamento; muy probablemente se producirán otras violaciones, que harán de este mundo un lugar mucho más inseguro de lo que ha sido hasta la fecha. Las grandes potencias y el Consejo de Seguridad se han hecho eco de estas declaraciones y han reconocido la gravedad de la crisis. Sin embargo, los intereses políticos y económicos de Rusia y China han llevado a estas dos grandes potencias a bloquear la aprobación de sanciones efectivas contra Irán, sanciones que forzaran al régimen de los ayatolás a reconsiderar sus prioridades.
Los europeos han mostrado su rechazo al uso de la fuerza, lo que en perspectiva iraní ha supuesto otra garantía de que, al final, el cerco internacional no sería ningún impedimento para el logro de sus objetivos.
Estados Unidos amenazó con el uso de la fuerza, pero sus problemas en Irak y Afganistán, su soledad diplomática y el hecho nada desdeñable de que era el Estado menos amenazado por los misiles iraníes llevó al entonces presidente Bush a posponer sine die una acción de fuerza.
El actual presidente Obama está tratando de establecer una nueva relación con el islam y considera muy contraproducente para este fin una acción militar contra las instalaciones nucleares iraníes. El hecho de que Irán podría reaccionar tratando de desestabilizar Irak y Afganistán o provocar un cierre del tráfico marítimo en el Golfo Pérsico son elementos que también se han tenido muy en cuenta.
Obama ha tratado infructuosamente de establecer un diálogo estratégico con los dirigentes de Teherán y ahora busca contrarreloj una vía diplomática desde la que negociar la renuncia iraní a dotarse de un programa nuclear para usos militares.
El tiempo juega a favor de Irán, que se encuentra muy cerca de lograr sus objetivos militares. Estados Unidos no considera en estos momentos el uso de la fuerza y la posibilidad de que Irán ceda o de que el Consejo de Seguridad apruebe sanciones realmente efectivas son remotas. Los ayatolás están ganando esta batalla, lo saben, lo celebran y no parece que les tiemble el pulso en este tramo final.
La situación de Israel es de dramática soledad. Las declaraciones de Netanyahu dando a entender la sintonía con la Administración Obama no responden a la realidad. El Gobierno norteamericano subordina en el corto plazo su relación preferencial con Israel a la apertura al Mundo Árabe. Creen que sólo así se garantizará en el futuro la seguridad de Israel, pero esta afirmación responde más a elucubraciones teóricas que a realidades estratégicas. Por otro lado, la administración Obama no está dispuesta a abrir un nuevo frente militar ni a entorpecer sus relaciones con Europa, Rusia y China por una acción de fuerza contra Irán.
De nuevo elucubraciones teóricas les llevan a pensar que sólo desde un nuevo entendimiento con europeos, Rusia y China será posible revertir el programa nuclear iraní. En el corto plazo Obama parece dispuesto a aceptar un Irán nuclear.
Israel puede lanzar un ataque sobre las instalaciones nucleares iraníes, pero su efectividad sería limitada por el escaso número de vuelos que podría realizar. Por otro lado, el coste diplomático sería muy alto. El Gobierno Netanyahu sería presentado como un obstáculo para la paz, como un elemento de desorden y tensión merecedor de sanciones económicas y diplomáticas. La clase dirigente israelí se está haciendo a la idea de que tendrá que vivir bajo una amenaza nuclear, para lo que tendrá que desarrollar sus capacidades militares en terrenos vitales como los escudos antimisiles.
Oriente Medio ha entrado en una nueva etapa, caracterizada por el auge del islamismo, la rivalidad chií-suní y la proliferación de armas de destrucción masiva. La paz está más lejos que nunca.
Florentino Portero
Libertad Digital
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29.9.09
Europa, tomada por el Islam
La visión neocón del Viejo Continente
El Grupo de Estudios Estratégicos, GEES, ha presentado esta semana un documento que alerta de la “decadencia de Europa”.
Una decadencia moral, de identidad, que lleva a la decadencia demográfica y, en última instancia, a la desaparición histórica del continente. Ya no será mitad clásico mitad judeocristiano, sino Europeistán, un nuevo continente tomado por el islamismo. Así ven los neoconservadores españoles al Viejo Continente.
El GEES sólo cuenta con la valía de sus miembros, no muy numerosos. Pero el calibre de los Rafael Bardají, Manuel Coma, Florentino Portero y otros ha hecho del GEES un think tank de referencia. Y no sólo en España. Este miércoles han presentado el documento “Ante la decadencia de Europa. Problemas actuales, tendencias previsibles y propuestas para su supervivencia”.
El tono, verdaderamente, es apocalíptico. Europa aparece como un ser vivo, pero desnaturalizado. Está aquejado por una enfermedad moral que lleva a la pérdida de su identidad. “El problema principal que afecta a Europa no es ni económico ni institucional, sino cultural, y dentro de cultural, intelectual; el deslizamiento progresivo de la cultura europea hacia el relativismo racional, moral e ideológico, y el rechazo a la posibilidad de encontrar verdades y comportamientos objetivos”.
Esa situación, en la que “Europa ha dejado de creer que tiene un patrimonio moral e institucional digno de ser cuidado, expandido y defendido” tiene consecuencias visibles: “La renuncia a tener hijos, los bajos presupuestos dedicados a defensa o la desidia ante la inmigración ilegal”. Esa debacle moral se cifra en un “pensamiento caníbal” que “dice hablar en nombre de la libertad mientras persigue a quienes la conciben como algo más que elección arbitraria”.
Al Islam por la demografía
Esa debilidad moral tiene consecuencias materiales profundas, que se manifiestan en la pérdida de la demografía. “Europa va camino de ser una gerontocracia. Hoy, la media de edad de los europeos es de 39 años, ya la superior del planeta; en el año 2050 será de 47 años. En el año 2004, había en Europa 18 millones de personas mayores de 80 años; en el 2050 serán más del doble, 50 millones. Cada vez habrá menos jóvenes y más mayores”. La consecuencia es que “hacia el año 2050 Europa habrá perdido más de 80 millones de habitantes”.
El hueco moral y el hueco demográfico serán, ambos, ocupados por el Islam. “En el año 2050, aproximadamente el 20 por ciento de la población europea será musulmana, según las predicciones más a la baja. Otras predicciones estiman que en el año 2025 uno de cada cuatro franceses será musulmán, y que a mediados de siglo los musulmanes podrían ser mayoría en toda la Europa occidental”.
A finales del XXI, la situación es inevitable: “Europa será musulmana”. Es la aplicación sistemática de una lógica implacable: “Los europeos no se casan o se casan tarde, y no tienen o tienen pocos hijos. En unos años serán pocos y viejos. Por el contrario, los inmigrantes musulmanes se casan pronto y tienen un número alto de hijos. Los europeos serán cada vez menos y más viejos; los musulmanes serán cada vez más y más jóvenes”.
Pero la historia, aunque responde a fuerzas poderosas, no es jamás automática. Y no está claro cómo un continente tan viejo como Europa podría dejarse llevar hacia el Islam. Pero es precisamente esa diferencia en la consideración de la propia cultura, débil en el caso europeo, poderosa y expansiva en la del Islam, lo que le da fuerza al análisis del GEES.
Solución: Estado y moral
Demudada de su conciencia moral, renegada su identidad, Europa anta como pollo sin cabeza en un mundo hobbesiano, de choque de civilizaciones, de enormes áreas geopolíticas, con Estados Unidos como valladar de la civilización occidental. Europa debe recuperar esos valores que le son propios, dice el documento, y unirse a los Estados Unidos en una alianza por un lado inevitable y por el otro necesaria.
Estado de Derecho, democracia, valores liberales… pero al fondo, como gran protagonista, en el documento del GEES aparece el Estado, más poderoso que nunca, y con una misión moral y salvadora que ya se le ha asignado en otras ocasiones en la historia. Nos dicen: “Frente a las crecientes y peligrosas amenazas —el terrorismo islámico, la proliferación de armas de destrucción masiva—, sería más necesario que nunca un estado fuerte, que gaste lo suficiente y de manera apropiada en su defensa y que actúe, incluso unilateral y anticipadamente si es necesario, para proteger a los suyos y a sus aliados”.
Y si la raíz del mal es moral, ideológico, de concepción y de identidad, su principal solución debe tener las mismas características. Y si lo que se teme es que pierda sus señas de identidad, la propuesta del GEES es ir, precisamente, a los orígenes: “Es necesario eliminar la enfermedad relativista de la educación europea. Hay que volver a las fuentes de su cultura: la filosofía griega, el pensamiento romano, la moral judeocristiana”.
José Carlos Rodríguez
El Imparcial
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28.9.09
El Islam es la antítesis de la democracia.
Algo se mueve en el islam
Parece que ha pasado desapercibida en nuestra ciudad la noticia publicada por este diario de que la policía marroquí detuvo a dos jóvenes mujeres que organizaron y encabezaron una manifestación de una decena de personas para pedir públicamente la abrogación del artículo 222 del Código Penal, que castiga la interrupción en público del ayuno del mes de Ramadán.
Según el citado artículo pueden ser castigadas a una pena de entre uno y seis meses de cárcel. Una de ellas, Zineb el Rhazaoui, es periodista y la otra, Ibitissame Lachgar, psicoterapeuta, ambas fundadoras del llamado Movimiento para la Defensa de las Libertades Individuales.
El citado Movimiento manifiesta que ese comportamiento represivo de las autoridades es un “atentado contra la libertad individual y de opinión”. No hay que decir que la actitud de esa decena de personas ha supuesto un aldabonazo en la conciencia del país norteafricano. Así, la prensa y el Consejo de Ulemas han puesto el grito en el cielo afirmando que “Marruecos no puede tolerar ese atentado público contra la religión” que “desafía las enseñanzas de Dios y del Profeta”.
Sin duda este comportamiento sienta un precedente para el futuro. En el Islam no se es libre, no hay circulación de ideas. No hay debate sobre lo que está escrito en el Libro, la tradición y los hadices del Profeta. El Islam es la antítesis de la democracia.
En el Islam es imposible hacer uso de la razón en todo momento y en todo lugar, tal y como manifestaban los ilustrados del dieciocho. No es casualidad que esos países árabo-islámicos formen el pelotón de los países más atrasados de este mundo. Se advierte que es propio del progreso el uso de la razón. Así, razón versus fe. La razón, la duda, enfrentada a la certeza, a la superstición, al mito, a los terrores del primitivismo. Lo dijo Voltaire, la ignorancia afirma o niega rotundamente; la ciencia duda.
La actitud de esa decena de personas lideradas por las dos mujeres marroquíes citadas recuerda los comienzos de la reivindicación de las mujeres sufragistas de mediados del XIX y principios del XX. Aquellas organizaciones feministas de primera hora reclamaban no sólo el derecho al voto sino el derecho a la propia estimación, al autocontrol y al esfuerzo personal.
Aquellas activas mujeres recibieron toda clase de improperios, burlas y descalificaciones por parte de otras mujeres, de los hombres y de los partidos más conservadores. Así, el esfuerzo de aquellas valerosas feministas fue premiado con la concesión del voto a las mujeres británicas en 1928 tras haber sufrido persecuciones, haber sido encarceladas y atacadas. No es dudoso, pues, que detrás de las conquistas sociales se encuentren siempre las mujeres.
No es descabellado afirmar asimismo que el Islam será lo que sus mujeres quieran. Los machos de la tribu y esos clérigos fanáticos y enfermos de religión y misóginos a más no poder impedirán, sin duda, que las mujeres deshagan el férreo lazo que las ata al machismo árabo-islámico. Muchas caerán por el camino a manos del fanatismo religioso y cavernícola, otras sufrirán persecución y daño de todo tipo, pero más pronto que tarde -con la ayuda de la ciudadanía no vendida y no entregada al fanatismo, a la intolerancia y al dogmatismo religioso islámico- harán que la moderación, la tolerancia, la mesura y la comprensión sean virtudes que adornen, en verdad, el Islam.
Escrito por L.G. Álvarez
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Musulmanes víctimas de la Sharia
27.9.09
El regreso del fascismo en Italia
El Desembarco por Jean Raspail
Quizás los europeos no encuentran otra salida más digna que el regreso al fascismo, ante su disconformidad e impotencia, por las medidas que los gobiernos progresistas de izquierdas, bajo el paraguas de la tolerancia, han permitido a la inmigración instalarse ilegalmente en Europa. Lo peor del caso es el espacio dejado a la extrema derecha, que gana consenso entre la ciudadanía.
Hablemos por ejemplo del pacto europeo de inmigración o “Pacto de la inmigración escogida”
En primer lugar, el acuerdo limita y regula la inmigración legal “en función de las necesidades del mercado de trabajo y de las capacidades de acogimiento de los Estados miembros”. Se privilegia el ingreso de mano de obra calificada, de profesionales e investigadores, conforme a la tesis de la “inmigración escogida”, defendida por el gobierno francés y su presidente Sarkozy.
- Como condición previa a su regularización, los inmigrantes tendrán que aprender la lengua del país de acogida. En cambio se descartó, por oposición de Madrid, el “contrato de inmigración” propuesto por París, que pretendía hacer firmar a los inmigrantes un contrato que hacía imperativo adquirir conocimientos básicos de las instituciones del país de acogida, así como el compromiso de respetar los “valores europeos” de civismo y ciudadanía, igualdad entre géneros y tolerancia.
Pues bien, esta oposición que manifiesta el gobierno de izquierdas del Sr. Zapatero no ayuda precisamente a que los ciudadanos acepten la inmigración sin recelo, poniendo como excusa la falta de integración y desde luego hay que admitir que solo con una predisposición para adaptarse a las normas del país elegido serán vistos sin temor por la ciudadanía.
De otro lado podemos afirmar que las medidas del Gobierno de España defendiendo y beneficiando a una inmigración ilegal, mientras sacrifican y exigen a los originarios que nos adaptemos a sus costumbres y respetemos su identidad, no es una medida precisamente acertada, esta es la vara de medir del progresismo y estas injusticias solo aportan el rechazo, la xenofobia y el racismo.
Ante las injusticias, la indefensión y la impotencia, los ciudadanos buscan salidas y estas como podemos comprobar no siempre son las mas recomendables. “De estos polvos recogemos estos lodos”.
El fascismo despierta en Italia
Más de 55.000 personas afiliadas; decenas de grupos ‘ultras’ en los estadios de fútbol; bandas de rock nazi o identitario; agresiones contra extranjeros, negros, homosexuales. Bajo el sonriente paraguas de Silvio Berlusconi, vuelven a Italia las consignas totalitarias y la violencia fascista.
La primera imagen del documental Nazirock, filmado por el periodista Claudio Lazzaro, es la manifestación celebrada en Roma, el 2 de diciembre de 2006, contra el Gobierno de Romano Prodi. Ante dos millones de personas, una avioneta enseña el cartel “Silvio, te echamos de menos”; se ven algunas esquelas del “Gobierno Mortadella”, se oyen gritos de “Prodi va fan culo”, “malditos jueces comunistas”, “Gobierno de ladrones y terroristas”, “espías del KGB”, y “viva il Duce”. Luego suena Volare, Berlusconi sube al escenario al son de Azurra libertà, el himno de su coalición, y el líder posfascista Gianfranco Fini se pone poético y define al grupo del que pronto formará parte como una “obra de arte de la libertad”.
Después, el líder, sonriente, pelo implantado, zapatos con alzas, 70 años, presenta a los nuevos fichajes de la coalición Casa de la Libertad. Son Alessandra Mussolini, parlamentaria europea, nieta del Duce, líder de Acción Social y promotora de un pool electoral en el que figuran varios personajes de postín: Roberto Fiore, secretario general de Fuerza Nueva, condenado a nueve años por pertenencia a banda armada; Luca Romagnoli, líder del grupo neofascista Fiamma Tricolore, fundado por el fascista Pino Rauti, acusado y nunca juzgado por dos atentados mortales en los años de plomo, y Adriano Tilgher, condenado en 1975 por tratar de fundar un partido fascista, absuelto por falta de pruebas en el proceso del atentado de Bolonia de 1980 (85 muertos).
Como sus amigos, Romagnoli es un hombre con empuje: niega el Holocausto y afirma que Hitler fue un gran estadista. La cámara de Lazzaro le graba subiendo al palco y acercándose a Berlusconi con una bandera de la Fiamma Tricolore. Berlusconi la acaricia y la ondea sin dejar de sonreír. Sabe que ese 2% de los votos que puede rascar con la nueva vieja derecha es oro puro. “Hacía unos meses, Il Cavaliere había perdido las elecciones por 20.000 votos, y para lanzarse al acoso y derribo contra Prodi decidió que no podía renunciar a priori a la extrema derecha”, explica Lazzaro. “De modo que los invita al acto y los legitima. Por un puñado de votos”.
Apenas trece meses después, en enero de 2008, el Gobierno de centro-izquierda pierde una votación de censura por culpa de un tránsfuga cooptado por Berlusconi. Hay nuevas elecciones. Prodi se retira, y la feroz campaña que agitan los medios y las televisiones de Il Cavaliere, sus protestas contra la inseguridad ciudadana y sus promesas de mano dura contra el inmigrante/delincuente cumplen su objetivo.
Aliado con la Liga Norte y con los posfascistas de Alianza Nacional, Berlusconi gana por amplia mayoría (44%) con su mensaje optimista, xenófobo y personalista en el que no faltan guiños a la Mafia (el último día sostuvo en televisión que Vittorio Mangano, mafioso y asesino convicto, fue un héroe porque nunca le denunció). El Partido Democrático de Walter Veltroni logra 12 millones de votos y un 33%, pero no evita una crisis que dura todavía; la Liga entra al Ejecutivo con su 8%, que se traduce en varios ministerios, entre ellos el de Interior. Forza Nuova obtiene 108.837 sufragios. Y la amiga filofascista de Berlusconi, Daniela Santanché, llega al 2,4% aliada con Fiamma Tricolore. El Caimán ha vuelto.
Mientras el rumbo demagógico que marcó el país entre 2000 y 2005 se pone otra vez en marcha, asoman signos de que algunos usos y costumbres de la Italia fascista (1922-1943) están despertando sin que nadie haga nada por evitarlo. En tres años, de 2005 a 2008, se registraron 262 casos de violencia fascista contra jóvenes de los centros sociales, inmigrantes, gays, gitanos. Y más de cien actos vandálicos contra sedes de partido, lápidas y monumentos partisanos. Cada año, 600.000 italianos dejan su tarjeta de visita en la tumba de Benito Mussolini. Cada domingo, decenas de grupos de extrema derecha toman con sus gritos y su parafernalia nazi-fascista los centros de las ciudades con la excusa de animar a su equipo. Como en España, sí. Pero distinto. El discurso anticomunista de Berlusconi y la retórica racista de la Liga Norte resuenan a todas horas desde los medios del magnate de la televisión y forman una ensordecedora espiral de ruido y furia.
El éxtasis de la nostalgia fascista es la histórica victoria electoral del ex picchiatore (combatiente en las peleas callejeras contra los rojos de los años ochenta) Gianni Alemanno en la segunda vuelta de las municipales de Roma. Por primera vez desde 1943, un fascista (posfascista) se sienta en el capitolio de la Ciudad Abierta. Para festejarlo, sus seguidores suben hasta el Campidoglio haciendo el saludo romano. Berlusconi, que celebra el éxito sentándose en las rodillas a la abeja reina de las velinas, Sabine Began, hace una de sus ocurrentes bromas: “Somos la nueva falange romana”.
Unas semanas más tarde, el 1 de mayo de 2008, Nicola Tommasoli, un diseñador gráfico de 29 años, es apaleado por un grupo de jóvenes neofascistas en el centro histórico de Verona. La razón: se había negado a darles un cigarrillo. Tommasoli muere en el hospital y la policía arresta a tres de sus agresores: Raffaele delle Donne, Guglielmo Corsi (ambos de 19 años) y Andrea Vesentini, de 20. Forman parte de un grupo de aficionados ultras del Verona, el Veneto Fronte Skinheads, y habían sido investigados antes por agresiones racistas. Un tribunal acaba de condenar a cuatro de ellos (Vesentini ha sido absuelto) a un total de 50 años de cárcel.
En la banda de Delle Donne, apodado Il Biondino, figuran 17 jóvenes ultras, skinheads y neofascistas; algunos, hijos de empresarios e industriales, otros, de obreros. Según el fiscal de Verona, Guido Papalia, “actuaban como la banda de La naranja mecánica, y esperaban encontrar, si no el aplauso, al menos la indulgencia de sus paisanos”.
Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, está regida con mano de hierro por un alcalde de la Liga Norte, Flavio Tosi, una de las estrellas emergentes de la formación padana. Tosi pide “penas ejemplares” para los culpables. En 2007, tras ser elegido con el 60% de los votos, había expulsado a los gitanos de la ciudad alegando que “perturbaban la belleza del centro histórico”.
La banda se limita a seguir el ideario y el estilo impuesto por los alcaldes-sheriff que dominan el opulento Noreste italiano. Territorio Padania. Camisas verdes (título de otra película de Claudio Lazzaro sobre el racismo lombardo nunca estrenada en Italia). Ciudades-Estado contra los barbarrojas del Sur. Gente como Giancarlo Gentilini, hoy vicealcalde de Treviso, un tipo cordial y gritón, grande como un armario, considerado el regidor más fascista de Italia y que justo en aquellos días inicia, a sus 78 años, su cuarto mandato como sheriff.
En ocho años de alcaldía y cinco de vicealcaldía, la política de “tolerancia doble cero” de Gentilini se ha convertido en el modelo de la Liga Norte y el PDL de Berlusconi para afrontar el complejo fenómeno de la inmigración. “Han salido muchos sheriffitos, pero el auténtico sheriff soy yo”, dice Gentilini a este diario en una entrevista realizada en mayo de 2008. Y añade: “Lo he hecho todo aplicando las enseñanzas del fascismo y el catolicismo”.
Es decir: “Apliqué el Evangelio según Gentilini, la tolerancia doble cero y el respeto a las leyes. En tres meses desaparecieron los lavacoches y los mendigos, y en un año echamos a los vendedores de falsos de pacotilla y baratijas. Yo no soy xenófobo, pero odio a los camellos, a las prostitutas, el comercio de armas, y no puedo tolerar a los gitanos. De hecho destruí dos campamentos nómadas porque eran refugio de gente que robaba noche y día. No puedo consentir que niños gitanos de seis o siete años roben a nuestros ancianos”.
No se trata de folclor. Más allá de la pintoresca pantalla de las velinas y las prostitutas convertidas en candidatas, la caza del gitano y el clandestino ha ocupado al Gobierno italiano durante el primer año de legislatura. Una ofensiva racial en toda regla, alentada por los medios de la derecha y tolerada por los del centro-izquierda, elaborada con medidas como el censo de la población romaní, menores incluidos, y con múltiples disposiciones represivas, todas ellas condenadas (sin mucho énfasis) por los organismos internacionales: continuo desmantelamiento de chabolas sin alternativa de realojamiento, malos tratos y vejaciones policiales, acusaciones falsas y detenciones ilegales, condenas judiciales sin pruebas, reglas contra la mendicidad que contemplan la exacción de los menores a sus familias, nula integración escolar…
Una persecución sistemática, disfrazada de labor humanitaria. No muy distinta, según la ONU, de la emprendida por Bulgaria o Eslovenia, y que, a pesar de las reiteradas condenas del Parlamento Europeo, ha logrado su objetivo principal: echar del país a los gitanos, rumanos sobre todo, hasta dejar una cifra testimonial. Según Roberto Malini, director de la ONG EveryOne, de los 165.000 gitanos que había residiendo en Italia en 2008, hoy quedan cerca de 35.000, italianos incluidos, y la presencia de rumanos se ha reducido al mínimo, “unos 3.000”. “Con la excusa de la emergencia, el Gobierno ha dado 24 millones de euros para construir nuevos campamentos-guetos. Y el Consejo de Estado dijo el 5 de agosto que era legal la toma de huellas digitales y la obligación de portar tarjetas identificativas en el pecho con la palabra rom”.
En vista del clima reinante, un aficionado ultra se permitió decir hace unos meses en una radio temática de aficionados violentos: “Personalmente, estoy en contra del odio a las personas de color del centro de África… Pero, sinceramente, un gitano destrozado a golpes de cadenas o torturado como un perro, me gustaría”. Y añadía: “Qué desgracia que Hitler se preocupara sólo de los judíos y no mucho de ellos”.
Si se observa de cerca, la política emprendida por el Gobierno Berlusconi frente a las minorías y los inmigrantes, con el Paquete de Seguridad impulsado por el ministro del Interior Roberto Maroni (Liga Norte), no ha tenido en estos meses gran cosa que envidiar al ideario de Forza Nuova. De hecho, eso afirma el propio portavoz romano de la agrupación (5.500 inscritos), Gianguido Saletnich, que ha respondido a un cuestionario por correo electrónico: “Este Gobierno ha hecho suyas muchas ideas de Forza Nuova, como el cierre de las fronteras a los clandestinos o el uso de militares para vigilar el territorio, cosas que habíamos propuesto nosotros primero en la campaña electoral”.
Pero donde el sheriff Gentilini ha creado escuela es en el trato dispensado a los homosexuales. Él fue el primero que acometió una “limpieza étnica de maricones”. Lo explicaba así en la entrevista: “Junto al hospital de Treviso hay un aparcamiento, y algunos vecinos vinieron a decirme que había allí hombres y mujeres que de madrugada pedían prestaciones. La gente estaba aterrorizada. Pedí a la comandante de la policía municipal que investigara, me dijo que, en efecto, había allí homosexuales, lesbianas y otras especies de esa categoría, dije que en tres días quería ese lugar liberado, los arrestamos, los identificamos e hicimos la limpieza. Dijeron que soy un homófobo, pero no es verdad. Cada cual es árbitro de su propio cuerpo. Soy incluso favorable a la prostitución libre, pero las efusiones amorosas no pueden realizarse en los espacios municipales. En clubes y casas, lo que quieran, pero sin penalizar a los ciudadanos. Me compararon con las leyes raciales de Hitler. Bah, un ardid para vender periódicos”.
Algunos italianos parecen compartir las creencias de Gentilini sobre los homosexuales. En un país donde en nombre de la religión (y de la escasa valentía del centro-izquierda) todavía no hay una ley de parejas de hecho, los gays ya ni sueñan con ver reconocidos sus derechos. El sentimiento lo ejemplifica Roberto Fiore, líder de Forza Nuova, que en una arenga a sus chicos en la película Nazirock afirma: “Levantaremos las barricadas contra el matrimonio homosexual, los valores cristianos son valores santos, son valores príncipe”.
En los últimos meses, la falta de reacción oficial ante los continuos ataques que ha sufrido la comunidad gay ha sembrado el pánico en ese sector de la población. Tras el encadenamiento de agresiones (más de 60 sólo este año) en Roma, Florencia, Milán y Nápoles a manos de encapuchados de extrema derecha, las asociaciones de homosexuales han denunciado que en el país “se ha instalado la licencia de agredir gracias a la deriva violenta de la falsa propaganda: un Decreto de Seguridad que no defiende a nadie, la instigación a la violencia escuadrista y la homofobia son las verdaderas alarmas sociales de este país”.
El pasado 26 de agosto, una pareja de turistas gays fue agredida por un grupo de jóvenes en pleno centro histórico de Nápoles, ante la indiferencia general. Poco después, un grupo de homosexuales pidió asilo político de forma simbólica en el consulado español de Milán.
La batalla contra el diferente, todo tipo de diferente, es una reivindicación histórica de la Liga Norte. “Su racismo de taberna puso primero en el punto de mira al terrone, el paleto meridional; luego a los albaneses, los negros, los gitanos, finalmente los árabes”, cuenta Claudio Lazzaro. La teoría de Gentilini sobre los musulmanes, que se inspira en viejos discursos de Umberto Bossi, líder de la agrupación, es ésta: “Hay que aplicar la religión de Estado eliminando los intentos de construir mezquitas, porque son lugares de encuentro y refugio de gente de la que no se sabe su identidad, ni de dónde vienen. Y es inútil que me digan que una mezquita es como una iglesia, porque ya sabemos que el islam persigue la eliminación del infiel, mientras el cristianismo se inspira en el perdón y la conversión”.
La otra petición histórica de la Liga son las patrullas ciudadanas, la llamada justicia fai da te, que el Gobierno ha legalizado finalmente este año creando una encendida polémica. Las patrullas denotan una desconfianza ancestral en las fuerzas del orden estatales. “La Liga siempre ha aspirado a tener su propia policía para controlar el territorio”, explica Lazzaro. “Las patrullas son el primer paso”.
Berlusconi, que tantas veces ha deslegitimado a los jueces, y que recientemente ha acusado a los fiscales anti-Mafia de usar el dinero público para investigar historias que “sólo intentan hacer daño al país”, ha recortado drásticamente los recursos destinados a las fuerzas de seguridad. Los sindicatos policiales han denunciado que nunca desde la II Guerra Mundial habían sufrido semejantes recortes.
A falta de policías, los sábados por la noche, con el buen tiempo, los jóvenes violentos de Verona patrullaban la ciudad en “rondas preventivas” contra los inmigrantes. Hacían la justicia por su cuenta. Pegaban a gente de color, a vendedores de khebab, a italianos del sur. “Les bastaba encontrar a uno que llevaba el pelo largo y la emprendían a golpes”, dijo el fiscal de Verona.
El ataque al diseñador gráfico Tommasoli no tuvo siquiera connotaciones políticas. Según la fiscalía, se trató de un acto de violencia gratuita contra alguien que, simplemente, era diferente: “Aunque los agresores tienen símbolos nazis en casa, su única ideología es el odio al diferente”, explicó el fiscal. “Al que no se viste como nosotros, no come lo mismo, no habla con nuestro acento, al que, según ellos, ofende el decoro de la ciudad”.
“No nos drogamos, no bebemos, somos gente de orden”, dijo Delle Donne tras entregarse a la policía. “Un buen chico sin vicios, hijo de la buena burguesía, estudiante, como tantos otros por estos lares que pensaban limpiar el mundo matando gente”, apostilló el fiscal.
El Veneto Fronte Skinheads es una organización de extrema derecha “muy arraigada en el territorio”. Por desgracia, no es la única. Un informe de los Servicios Secretos reveló hace unos meses que en Italia hay al menos 55.000 jóvenes y 65 grupos ultras de inspiración neonazi y neofascista actuando, sobre todo, en el norte, Trentino Alto Adige y Véneto, pero también en Emilia Romaña, Toscana, Lazio.
El director de la Policía de Prevención, Carlo de Stefano, aclara que el objetivo de esos grupos no tiene ya nada que ver con el fútbol: “Les mueve la violencia en sí misma, contra el distinto por el color de piel, el credo religioso o simplemente la manera de vestir”. “No tienen valores culturales ni políticos”, añade este jefe antiterrorista italiano, “salvo la discriminación, la xenofobia y el racismo”.
El fenómeno preocupa cada vez más a la opinión pública. El libro-reportaje Oltrenero [Más allá del negro], del fotógrafo Alessandro Cosmelli y el reportero Marco Mathieu, cuyas poderosas fotos ilustra este texto; los ensayos de Saverio Ferrari, miembro del Observatorio Democrático de las Nuevas Derechas, o las películas de Claudio Lazzaro ponen de manifiesto que, como ha dicho el escritor siciliano Andrea Camilleri, creador del comisario Montalbano, “Italia nunca ajustó las cuentas con el fascismo, y éste está resurgiendo en formas nuevas”.
Ferrari, autor de Le nuove camiccie brune [Las nuevas camisas pardas], que se editó en abril, habla de un salto de calidad y de cantidad en ese fenómeno: “Ha habido dos muertos y siete intentos de homicidio, ya no son sólo ataques contra las sedes de la izquierda. Ahora golpean a las personas: militantes jóvenes, homosexuales, inmigrantes, redskin. La característica fundamental es que cada vez más se ataca con cuchillos, método copiado de las curvas de los estadios, de las aficiones, que monopoliza la extrema derecha. El fenómeno se ha hecho cada vez más nazista y menos fascista, en línea con los otros países europeos. Los que quedaron fuera de la legitimación del posfascismo se han volcado hacia el nazismo, usan iconografías de las SS, copian modelos políticos de los viejos colaboracionistas, como la Guardia de Hierro rumana, y claman contra los judíos. Pese a todo, la derecha del Gobierno se sigue aliando con estos grupos, les sirve de contenedor, les ofrece espacio en el PDL y legitima el racismo y el fascismo. En Milán, hace unos días, Mario Borgezio, parlamentario europeo de la Liga, se ha aliado con un círculo neofascista llamado Cuore Nero”.
Al mismo tiempo, la violencia en las ciudades es cada vez menos política, explica Ferrari. “Los jueces han detectado la presencia de bandas criminales en las curvas [de los estadios], que son lugares de comercio y negocios. Por ejemplo, en la afición del Inter, la Juventus, el Milan, que históricamente era más de izquierda y hoy está dominada por Los Guerreros Ultras, una banda criminal sin ideología. No estamos ya ante un fenómeno político cultural o deportivo, sino ante bandas de delincuentes que hacen negocios vendiendo entradas, droga, souvenirs. Aunque muchos grupos neofascistas han hecho proselitismo en los estadios”.
Otro de los epicentros del fenómeno es Casa Pound, un movimiento y un centro social neofascista, llamado así en honor del poeta estadounidense Ezra Pound, situado en un edificio ocupado en 2003 en el barrio Esquilino de Roma. Su líder es Gianluca Iannone, periodista, ex miembro del Frente de Juventud (juventudes del Movimiento Social Italiano) y fundador de un sello discográfico independiente y de una banda de rock, los Zetazeroalfa. En sus conciertos, sus seguidores bailan mientras se pegan unos a otros con los cinturones. Iannone ha sido candidato a la cámara de diputados por Fiamma Tricolore y ha fundado Radio Bandera Negra.
El fútbol, el culto a Hitler, la música hardcore y el rock identitario, las ocupaciones de casas, la nostalgia del grupo Terza Posizione, que sembró el terror a finales de los setenta; el Blocco Studentesco, que reventó hace unos meses las protestas estudiantiles contra la reforma educativa del Gobierno; las agresiones continuas, las ideas de la Liga y de Forza Nuova elevadas a leyes de Estado, las frases revisionistas de Berlusconi sobre Mussolini (“no mató a nadie, mandaba a los opositores de veraneo”), y el férreo control de los medios de comunicación que ejerce el primer ministro conforman un panorama confuso, opaco, cada día más inquietante.
En Nazirock, una voz española, la de Manuel Andrino, jefe de Falange, hablando ante el congreso de Forza Nuova, aporta claridad: “¡Adelante, camaradas, hasta el exterminio total de los enemigos!”.
“Legitimado, si no alentado desde el poder, cabalgando a lomos de la industria del miedo agitada por los medios de Berlusconi, y azuzado por la ignorancia, el nuevo fascismo italiano ha salido de las alcantarillas”, afirma Claudio Lazzaro. “Pero sería erróneo afirmar que estamos en una dictadura y que Berlusconi es un neofascista. La historia no se repite nunca de la misma forma. Estamos frente a algo nuevo, ante una anomalía de los cánones de la democracia equivalente sin duda a lo que el fascismo representó en su día. Es un nuevo tipo de dictadura que trata de eliminar la separación de poderes y de esclavizar a la prensa. Es sin duda una deriva antidemocrática”.
“Quizá se pueda llamar empresarismo autoritario”, concluye Lazzaro, porque Berlusconi se comporta como un consejero delegado, y considera que la prensa y las televisiones son su órgano de información. En 15 años ha modificado el ADN de los italianos, ha sacado lo peor de nosotros y ya no nos reconocemos. Pero su técnica de marketing político es sencilla, estaba ya en Mi lucha, de Hitler: haz feliz al más ignorante, dirígete al más estúpido de la masa y así llegarás a los grandes números. Se trata de entenderlo, de darle un nombre y de combatirlo. Pero me temo que cuando lo hayamos entendido será demasiado tarde”.
MIGUEL MORA
El País.
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Quizás los europeos no encuentran otra salida más digna que el regreso al fascismo, ante su disconformidad e impotencia, por las medidas que los gobiernos progresistas de izquierdas, bajo el paraguas de la tolerancia, han permitido a la inmigración instalarse ilegalmente en Europa. Lo peor del caso es el espacio dejado a la extrema derecha, que gana consenso entre la ciudadanía.
Hablemos por ejemplo del pacto europeo de inmigración o “Pacto de la inmigración escogida”
En primer lugar, el acuerdo limita y regula la inmigración legal “en función de las necesidades del mercado de trabajo y de las capacidades de acogimiento de los Estados miembros”. Se privilegia el ingreso de mano de obra calificada, de profesionales e investigadores, conforme a la tesis de la “inmigración escogida”, defendida por el gobierno francés y su presidente Sarkozy.
- Como condición previa a su regularización, los inmigrantes tendrán que aprender la lengua del país de acogida. En cambio se descartó, por oposición de Madrid, el “contrato de inmigración” propuesto por París, que pretendía hacer firmar a los inmigrantes un contrato que hacía imperativo adquirir conocimientos básicos de las instituciones del país de acogida, así como el compromiso de respetar los “valores europeos” de civismo y ciudadanía, igualdad entre géneros y tolerancia.
Pues bien, esta oposición que manifiesta el gobierno de izquierdas del Sr. Zapatero no ayuda precisamente a que los ciudadanos acepten la inmigración sin recelo, poniendo como excusa la falta de integración y desde luego hay que admitir que solo con una predisposición para adaptarse a las normas del país elegido serán vistos sin temor por la ciudadanía.
De otro lado podemos afirmar que las medidas del Gobierno de España defendiendo y beneficiando a una inmigración ilegal, mientras sacrifican y exigen a los originarios que nos adaptemos a sus costumbres y respetemos su identidad, no es una medida precisamente acertada, esta es la vara de medir del progresismo y estas injusticias solo aportan el rechazo, la xenofobia y el racismo.
Ante las injusticias, la indefensión y la impotencia, los ciudadanos buscan salidas y estas como podemos comprobar no siempre son las mas recomendables. “De estos polvos recogemos estos lodos”.
El fascismo despierta en Italia
Más de 55.000 personas afiliadas; decenas de grupos ‘ultras’ en los estadios de fútbol; bandas de rock nazi o identitario; agresiones contra extranjeros, negros, homosexuales. Bajo el sonriente paraguas de Silvio Berlusconi, vuelven a Italia las consignas totalitarias y la violencia fascista.
La primera imagen del documental Nazirock, filmado por el periodista Claudio Lazzaro, es la manifestación celebrada en Roma, el 2 de diciembre de 2006, contra el Gobierno de Romano Prodi. Ante dos millones de personas, una avioneta enseña el cartel “Silvio, te echamos de menos”; se ven algunas esquelas del “Gobierno Mortadella”, se oyen gritos de “Prodi va fan culo”, “malditos jueces comunistas”, “Gobierno de ladrones y terroristas”, “espías del KGB”, y “viva il Duce”. Luego suena Volare, Berlusconi sube al escenario al son de Azurra libertà, el himno de su coalición, y el líder posfascista Gianfranco Fini se pone poético y define al grupo del que pronto formará parte como una “obra de arte de la libertad”.
Después, el líder, sonriente, pelo implantado, zapatos con alzas, 70 años, presenta a los nuevos fichajes de la coalición Casa de la Libertad. Son Alessandra Mussolini, parlamentaria europea, nieta del Duce, líder de Acción Social y promotora de un pool electoral en el que figuran varios personajes de postín: Roberto Fiore, secretario general de Fuerza Nueva, condenado a nueve años por pertenencia a banda armada; Luca Romagnoli, líder del grupo neofascista Fiamma Tricolore, fundado por el fascista Pino Rauti, acusado y nunca juzgado por dos atentados mortales en los años de plomo, y Adriano Tilgher, condenado en 1975 por tratar de fundar un partido fascista, absuelto por falta de pruebas en el proceso del atentado de Bolonia de 1980 (85 muertos).
Como sus amigos, Romagnoli es un hombre con empuje: niega el Holocausto y afirma que Hitler fue un gran estadista. La cámara de Lazzaro le graba subiendo al palco y acercándose a Berlusconi con una bandera de la Fiamma Tricolore. Berlusconi la acaricia y la ondea sin dejar de sonreír. Sabe que ese 2% de los votos que puede rascar con la nueva vieja derecha es oro puro. “Hacía unos meses, Il Cavaliere había perdido las elecciones por 20.000 votos, y para lanzarse al acoso y derribo contra Prodi decidió que no podía renunciar a priori a la extrema derecha”, explica Lazzaro. “De modo que los invita al acto y los legitima. Por un puñado de votos”.
Apenas trece meses después, en enero de 2008, el Gobierno de centro-izquierda pierde una votación de censura por culpa de un tránsfuga cooptado por Berlusconi. Hay nuevas elecciones. Prodi se retira, y la feroz campaña que agitan los medios y las televisiones de Il Cavaliere, sus protestas contra la inseguridad ciudadana y sus promesas de mano dura contra el inmigrante/delincuente cumplen su objetivo.
Aliado con la Liga Norte y con los posfascistas de Alianza Nacional, Berlusconi gana por amplia mayoría (44%) con su mensaje optimista, xenófobo y personalista en el que no faltan guiños a la Mafia (el último día sostuvo en televisión que Vittorio Mangano, mafioso y asesino convicto, fue un héroe porque nunca le denunció). El Partido Democrático de Walter Veltroni logra 12 millones de votos y un 33%, pero no evita una crisis que dura todavía; la Liga entra al Ejecutivo con su 8%, que se traduce en varios ministerios, entre ellos el de Interior. Forza Nuova obtiene 108.837 sufragios. Y la amiga filofascista de Berlusconi, Daniela Santanché, llega al 2,4% aliada con Fiamma Tricolore. El Caimán ha vuelto.
Mientras el rumbo demagógico que marcó el país entre 2000 y 2005 se pone otra vez en marcha, asoman signos de que algunos usos y costumbres de la Italia fascista (1922-1943) están despertando sin que nadie haga nada por evitarlo. En tres años, de 2005 a 2008, se registraron 262 casos de violencia fascista contra jóvenes de los centros sociales, inmigrantes, gays, gitanos. Y más de cien actos vandálicos contra sedes de partido, lápidas y monumentos partisanos. Cada año, 600.000 italianos dejan su tarjeta de visita en la tumba de Benito Mussolini. Cada domingo, decenas de grupos de extrema derecha toman con sus gritos y su parafernalia nazi-fascista los centros de las ciudades con la excusa de animar a su equipo. Como en España, sí. Pero distinto. El discurso anticomunista de Berlusconi y la retórica racista de la Liga Norte resuenan a todas horas desde los medios del magnate de la televisión y forman una ensordecedora espiral de ruido y furia.
El éxtasis de la nostalgia fascista es la histórica victoria electoral del ex picchiatore (combatiente en las peleas callejeras contra los rojos de los años ochenta) Gianni Alemanno en la segunda vuelta de las municipales de Roma. Por primera vez desde 1943, un fascista (posfascista) se sienta en el capitolio de la Ciudad Abierta. Para festejarlo, sus seguidores suben hasta el Campidoglio haciendo el saludo romano. Berlusconi, que celebra el éxito sentándose en las rodillas a la abeja reina de las velinas, Sabine Began, hace una de sus ocurrentes bromas: “Somos la nueva falange romana”.
Unas semanas más tarde, el 1 de mayo de 2008, Nicola Tommasoli, un diseñador gráfico de 29 años, es apaleado por un grupo de jóvenes neofascistas en el centro histórico de Verona. La razón: se había negado a darles un cigarrillo. Tommasoli muere en el hospital y la policía arresta a tres de sus agresores: Raffaele delle Donne, Guglielmo Corsi (ambos de 19 años) y Andrea Vesentini, de 20. Forman parte de un grupo de aficionados ultras del Verona, el Veneto Fronte Skinheads, y habían sido investigados antes por agresiones racistas. Un tribunal acaba de condenar a cuatro de ellos (Vesentini ha sido absuelto) a un total de 50 años de cárcel.
En la banda de Delle Donne, apodado Il Biondino, figuran 17 jóvenes ultras, skinheads y neofascistas; algunos, hijos de empresarios e industriales, otros, de obreros. Según el fiscal de Verona, Guido Papalia, “actuaban como la banda de La naranja mecánica, y esperaban encontrar, si no el aplauso, al menos la indulgencia de sus paisanos”.
Verona, la ciudad de Romeo y Julieta, está regida con mano de hierro por un alcalde de la Liga Norte, Flavio Tosi, una de las estrellas emergentes de la formación padana. Tosi pide “penas ejemplares” para los culpables. En 2007, tras ser elegido con el 60% de los votos, había expulsado a los gitanos de la ciudad alegando que “perturbaban la belleza del centro histórico”.
La banda se limita a seguir el ideario y el estilo impuesto por los alcaldes-sheriff que dominan el opulento Noreste italiano. Territorio Padania. Camisas verdes (título de otra película de Claudio Lazzaro sobre el racismo lombardo nunca estrenada en Italia). Ciudades-Estado contra los barbarrojas del Sur. Gente como Giancarlo Gentilini, hoy vicealcalde de Treviso, un tipo cordial y gritón, grande como un armario, considerado el regidor más fascista de Italia y que justo en aquellos días inicia, a sus 78 años, su cuarto mandato como sheriff.
En ocho años de alcaldía y cinco de vicealcaldía, la política de “tolerancia doble cero” de Gentilini se ha convertido en el modelo de la Liga Norte y el PDL de Berlusconi para afrontar el complejo fenómeno de la inmigración. “Han salido muchos sheriffitos, pero el auténtico sheriff soy yo”, dice Gentilini a este diario en una entrevista realizada en mayo de 2008. Y añade: “Lo he hecho todo aplicando las enseñanzas del fascismo y el catolicismo”.
Es decir: “Apliqué el Evangelio según Gentilini, la tolerancia doble cero y el respeto a las leyes. En tres meses desaparecieron los lavacoches y los mendigos, y en un año echamos a los vendedores de falsos de pacotilla y baratijas. Yo no soy xenófobo, pero odio a los camellos, a las prostitutas, el comercio de armas, y no puedo tolerar a los gitanos. De hecho destruí dos campamentos nómadas porque eran refugio de gente que robaba noche y día. No puedo consentir que niños gitanos de seis o siete años roben a nuestros ancianos”.
No se trata de folclor. Más allá de la pintoresca pantalla de las velinas y las prostitutas convertidas en candidatas, la caza del gitano y el clandestino ha ocupado al Gobierno italiano durante el primer año de legislatura. Una ofensiva racial en toda regla, alentada por los medios de la derecha y tolerada por los del centro-izquierda, elaborada con medidas como el censo de la población romaní, menores incluidos, y con múltiples disposiciones represivas, todas ellas condenadas (sin mucho énfasis) por los organismos internacionales: continuo desmantelamiento de chabolas sin alternativa de realojamiento, malos tratos y vejaciones policiales, acusaciones falsas y detenciones ilegales, condenas judiciales sin pruebas, reglas contra la mendicidad que contemplan la exacción de los menores a sus familias, nula integración escolar…
Una persecución sistemática, disfrazada de labor humanitaria. No muy distinta, según la ONU, de la emprendida por Bulgaria o Eslovenia, y que, a pesar de las reiteradas condenas del Parlamento Europeo, ha logrado su objetivo principal: echar del país a los gitanos, rumanos sobre todo, hasta dejar una cifra testimonial. Según Roberto Malini, director de la ONG EveryOne, de los 165.000 gitanos que había residiendo en Italia en 2008, hoy quedan cerca de 35.000, italianos incluidos, y la presencia de rumanos se ha reducido al mínimo, “unos 3.000”. “Con la excusa de la emergencia, el Gobierno ha dado 24 millones de euros para construir nuevos campamentos-guetos. Y el Consejo de Estado dijo el 5 de agosto que era legal la toma de huellas digitales y la obligación de portar tarjetas identificativas en el pecho con la palabra rom”.
En vista del clima reinante, un aficionado ultra se permitió decir hace unos meses en una radio temática de aficionados violentos: “Personalmente, estoy en contra del odio a las personas de color del centro de África… Pero, sinceramente, un gitano destrozado a golpes de cadenas o torturado como un perro, me gustaría”. Y añadía: “Qué desgracia que Hitler se preocupara sólo de los judíos y no mucho de ellos”.
Si se observa de cerca, la política emprendida por el Gobierno Berlusconi frente a las minorías y los inmigrantes, con el Paquete de Seguridad impulsado por el ministro del Interior Roberto Maroni (Liga Norte), no ha tenido en estos meses gran cosa que envidiar al ideario de Forza Nuova. De hecho, eso afirma el propio portavoz romano de la agrupación (5.500 inscritos), Gianguido Saletnich, que ha respondido a un cuestionario por correo electrónico: “Este Gobierno ha hecho suyas muchas ideas de Forza Nuova, como el cierre de las fronteras a los clandestinos o el uso de militares para vigilar el territorio, cosas que habíamos propuesto nosotros primero en la campaña electoral”.
Pero donde el sheriff Gentilini ha creado escuela es en el trato dispensado a los homosexuales. Él fue el primero que acometió una “limpieza étnica de maricones”. Lo explicaba así en la entrevista: “Junto al hospital de Treviso hay un aparcamiento, y algunos vecinos vinieron a decirme que había allí hombres y mujeres que de madrugada pedían prestaciones. La gente estaba aterrorizada. Pedí a la comandante de la policía municipal que investigara, me dijo que, en efecto, había allí homosexuales, lesbianas y otras especies de esa categoría, dije que en tres días quería ese lugar liberado, los arrestamos, los identificamos e hicimos la limpieza. Dijeron que soy un homófobo, pero no es verdad. Cada cual es árbitro de su propio cuerpo. Soy incluso favorable a la prostitución libre, pero las efusiones amorosas no pueden realizarse en los espacios municipales. En clubes y casas, lo que quieran, pero sin penalizar a los ciudadanos. Me compararon con las leyes raciales de Hitler. Bah, un ardid para vender periódicos”.
Algunos italianos parecen compartir las creencias de Gentilini sobre los homosexuales. En un país donde en nombre de la religión (y de la escasa valentía del centro-izquierda) todavía no hay una ley de parejas de hecho, los gays ya ni sueñan con ver reconocidos sus derechos. El sentimiento lo ejemplifica Roberto Fiore, líder de Forza Nuova, que en una arenga a sus chicos en la película Nazirock afirma: “Levantaremos las barricadas contra el matrimonio homosexual, los valores cristianos son valores santos, son valores príncipe”.
En los últimos meses, la falta de reacción oficial ante los continuos ataques que ha sufrido la comunidad gay ha sembrado el pánico en ese sector de la población. Tras el encadenamiento de agresiones (más de 60 sólo este año) en Roma, Florencia, Milán y Nápoles a manos de encapuchados de extrema derecha, las asociaciones de homosexuales han denunciado que en el país “se ha instalado la licencia de agredir gracias a la deriva violenta de la falsa propaganda: un Decreto de Seguridad que no defiende a nadie, la instigación a la violencia escuadrista y la homofobia son las verdaderas alarmas sociales de este país”.
El pasado 26 de agosto, una pareja de turistas gays fue agredida por un grupo de jóvenes en pleno centro histórico de Nápoles, ante la indiferencia general. Poco después, un grupo de homosexuales pidió asilo político de forma simbólica en el consulado español de Milán.
La batalla contra el diferente, todo tipo de diferente, es una reivindicación histórica de la Liga Norte. “Su racismo de taberna puso primero en el punto de mira al terrone, el paleto meridional; luego a los albaneses, los negros, los gitanos, finalmente los árabes”, cuenta Claudio Lazzaro. La teoría de Gentilini sobre los musulmanes, que se inspira en viejos discursos de Umberto Bossi, líder de la agrupación, es ésta: “Hay que aplicar la religión de Estado eliminando los intentos de construir mezquitas, porque son lugares de encuentro y refugio de gente de la que no se sabe su identidad, ni de dónde vienen. Y es inútil que me digan que una mezquita es como una iglesia, porque ya sabemos que el islam persigue la eliminación del infiel, mientras el cristianismo se inspira en el perdón y la conversión”.
La otra petición histórica de la Liga son las patrullas ciudadanas, la llamada justicia fai da te, que el Gobierno ha legalizado finalmente este año creando una encendida polémica. Las patrullas denotan una desconfianza ancestral en las fuerzas del orden estatales. “La Liga siempre ha aspirado a tener su propia policía para controlar el territorio”, explica Lazzaro. “Las patrullas son el primer paso”.
Berlusconi, que tantas veces ha deslegitimado a los jueces, y que recientemente ha acusado a los fiscales anti-Mafia de usar el dinero público para investigar historias que “sólo intentan hacer daño al país”, ha recortado drásticamente los recursos destinados a las fuerzas de seguridad. Los sindicatos policiales han denunciado que nunca desde la II Guerra Mundial habían sufrido semejantes recortes.
A falta de policías, los sábados por la noche, con el buen tiempo, los jóvenes violentos de Verona patrullaban la ciudad en “rondas preventivas” contra los inmigrantes. Hacían la justicia por su cuenta. Pegaban a gente de color, a vendedores de khebab, a italianos del sur. “Les bastaba encontrar a uno que llevaba el pelo largo y la emprendían a golpes”, dijo el fiscal de Verona.
El ataque al diseñador gráfico Tommasoli no tuvo siquiera connotaciones políticas. Según la fiscalía, se trató de un acto de violencia gratuita contra alguien que, simplemente, era diferente: “Aunque los agresores tienen símbolos nazis en casa, su única ideología es el odio al diferente”, explicó el fiscal. “Al que no se viste como nosotros, no come lo mismo, no habla con nuestro acento, al que, según ellos, ofende el decoro de la ciudad”.
“No nos drogamos, no bebemos, somos gente de orden”, dijo Delle Donne tras entregarse a la policía. “Un buen chico sin vicios, hijo de la buena burguesía, estudiante, como tantos otros por estos lares que pensaban limpiar el mundo matando gente”, apostilló el fiscal.
El Veneto Fronte Skinheads es una organización de extrema derecha “muy arraigada en el territorio”. Por desgracia, no es la única. Un informe de los Servicios Secretos reveló hace unos meses que en Italia hay al menos 55.000 jóvenes y 65 grupos ultras de inspiración neonazi y neofascista actuando, sobre todo, en el norte, Trentino Alto Adige y Véneto, pero también en Emilia Romaña, Toscana, Lazio.
El director de la Policía de Prevención, Carlo de Stefano, aclara que el objetivo de esos grupos no tiene ya nada que ver con el fútbol: “Les mueve la violencia en sí misma, contra el distinto por el color de piel, el credo religioso o simplemente la manera de vestir”. “No tienen valores culturales ni políticos”, añade este jefe antiterrorista italiano, “salvo la discriminación, la xenofobia y el racismo”.
El fenómeno preocupa cada vez más a la opinión pública. El libro-reportaje Oltrenero [Más allá del negro], del fotógrafo Alessandro Cosmelli y el reportero Marco Mathieu, cuyas poderosas fotos ilustra este texto; los ensayos de Saverio Ferrari, miembro del Observatorio Democrático de las Nuevas Derechas, o las películas de Claudio Lazzaro ponen de manifiesto que, como ha dicho el escritor siciliano Andrea Camilleri, creador del comisario Montalbano, “Italia nunca ajustó las cuentas con el fascismo, y éste está resurgiendo en formas nuevas”.
Ferrari, autor de Le nuove camiccie brune [Las nuevas camisas pardas], que se editó en abril, habla de un salto de calidad y de cantidad en ese fenómeno: “Ha habido dos muertos y siete intentos de homicidio, ya no son sólo ataques contra las sedes de la izquierda. Ahora golpean a las personas: militantes jóvenes, homosexuales, inmigrantes, redskin. La característica fundamental es que cada vez más se ataca con cuchillos, método copiado de las curvas de los estadios, de las aficiones, que monopoliza la extrema derecha. El fenómeno se ha hecho cada vez más nazista y menos fascista, en línea con los otros países europeos. Los que quedaron fuera de la legitimación del posfascismo se han volcado hacia el nazismo, usan iconografías de las SS, copian modelos políticos de los viejos colaboracionistas, como la Guardia de Hierro rumana, y claman contra los judíos. Pese a todo, la derecha del Gobierno se sigue aliando con estos grupos, les sirve de contenedor, les ofrece espacio en el PDL y legitima el racismo y el fascismo. En Milán, hace unos días, Mario Borgezio, parlamentario europeo de la Liga, se ha aliado con un círculo neofascista llamado Cuore Nero”.
Al mismo tiempo, la violencia en las ciudades es cada vez menos política, explica Ferrari. “Los jueces han detectado la presencia de bandas criminales en las curvas [de los estadios], que son lugares de comercio y negocios. Por ejemplo, en la afición del Inter, la Juventus, el Milan, que históricamente era más de izquierda y hoy está dominada por Los Guerreros Ultras, una banda criminal sin ideología. No estamos ya ante un fenómeno político cultural o deportivo, sino ante bandas de delincuentes que hacen negocios vendiendo entradas, droga, souvenirs. Aunque muchos grupos neofascistas han hecho proselitismo en los estadios”.
Otro de los epicentros del fenómeno es Casa Pound, un movimiento y un centro social neofascista, llamado así en honor del poeta estadounidense Ezra Pound, situado en un edificio ocupado en 2003 en el barrio Esquilino de Roma. Su líder es Gianluca Iannone, periodista, ex miembro del Frente de Juventud (juventudes del Movimiento Social Italiano) y fundador de un sello discográfico independiente y de una banda de rock, los Zetazeroalfa. En sus conciertos, sus seguidores bailan mientras se pegan unos a otros con los cinturones. Iannone ha sido candidato a la cámara de diputados por Fiamma Tricolore y ha fundado Radio Bandera Negra.
El fútbol, el culto a Hitler, la música hardcore y el rock identitario, las ocupaciones de casas, la nostalgia del grupo Terza Posizione, que sembró el terror a finales de los setenta; el Blocco Studentesco, que reventó hace unos meses las protestas estudiantiles contra la reforma educativa del Gobierno; las agresiones continuas, las ideas de la Liga y de Forza Nuova elevadas a leyes de Estado, las frases revisionistas de Berlusconi sobre Mussolini (“no mató a nadie, mandaba a los opositores de veraneo”), y el férreo control de los medios de comunicación que ejerce el primer ministro conforman un panorama confuso, opaco, cada día más inquietante.
En Nazirock, una voz española, la de Manuel Andrino, jefe de Falange, hablando ante el congreso de Forza Nuova, aporta claridad: “¡Adelante, camaradas, hasta el exterminio total de los enemigos!”.
“Legitimado, si no alentado desde el poder, cabalgando a lomos de la industria del miedo agitada por los medios de Berlusconi, y azuzado por la ignorancia, el nuevo fascismo italiano ha salido de las alcantarillas”, afirma Claudio Lazzaro. “Pero sería erróneo afirmar que estamos en una dictadura y que Berlusconi es un neofascista. La historia no se repite nunca de la misma forma. Estamos frente a algo nuevo, ante una anomalía de los cánones de la democracia equivalente sin duda a lo que el fascismo representó en su día. Es un nuevo tipo de dictadura que trata de eliminar la separación de poderes y de esclavizar a la prensa. Es sin duda una deriva antidemocrática”.
“Quizá se pueda llamar empresarismo autoritario”, concluye Lazzaro, porque Berlusconi se comporta como un consejero delegado, y considera que la prensa y las televisiones son su órgano de información. En 15 años ha modificado el ADN de los italianos, ha sacado lo peor de nosotros y ya no nos reconocemos. Pero su técnica de marketing político es sencilla, estaba ya en Mi lucha, de Hitler: haz feliz al más ignorante, dirígete al más estúpido de la masa y así llegarás a los grandes números. Se trata de entenderlo, de darle un nombre y de combatirlo. Pero me temo que cuando lo hayamos entendido será demasiado tarde”.
MIGUEL MORA
El País.
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26.9.09
La pasión "Burka" de Zapatero
Casi al mismo tiempo que nuestro huidizo presidente del Gobierno afirmaba en la CNN que el próximo día 13 defenderá ante Obama la necesidad de un acuerdo con los islamismos moderados como solución política al conflicto de Afganistán, una mujer, hermana de un suicida en Irak, declaraba como testigo en la Audiencia Nacional y lo hacía completamente tapada por un burka, lo que le supuso un apercibimiento del juez Gómez Bermúdez y la obligación de tener que volver de nuevo a declarar, esta vez con el rostro destapado. Traigo ambas cosas a colación porque la segunda me sirve de argumento contra la primera y contra esa obsesión buenista de la que hace gala nuestro presidente cuando se trata de defender la conciliación política con el Islam.
La obsesión zapateril por darle al Islam lo que le niega al cristianismo viene ya de lejos, desde que se le ocurriera aquella idea estúpida de la Alianza de Civilizaciones y con ello abriera un debate social sobre la permisividad con una religión cuya ortodoxia dista mucho de ser compatible con el relativismo moral que predica nuestro presidente y lleva a la práctica su Gobierno.
La izquierda siempre ha sentido una cierta inclinación a dejarse seducir por el islamismo, quizás como contrapunto al semitismo que proyectaba la supremacía norteamericana sobre las políticas de Estado europeas, de ahí que se pusiera de moda entre la progresía anudarse al cuello el pañuelo palestino como símbolo de rebelión antiyanqui. Esa complacencia con el mundo musulmán se contrarrestaba, y se contrarresta, con el acoso que desde esa misma izquierda se ha venido ejerciendo sobre la Iglesia Católica. Y no deja de ser sorprendente.
Verán, diga lo que diga Rodríguez, no existe un islamismo moderado. (Solo existe un Islam) (El Fundamentalismo Islamico No Existe) Existen estados musulmanes que no practican la violencia, es cierto, pero de ninguno de ellos puede decirse que sea democrático tal y como en las sociedades occidentales entendemos la democracia, y a la hora de la verdad siempre van a estar del lado de sus hermanos de fe, por muy fanáticos que estos sean, frente a los infieles que somos nosotros. En todos los estados musulmanes, sean radicales o sean, como dice Rodríguez, moderados, el Islam es la religión oficial y única y sus leyes se contemplan con mayor o menor intensidad, pero nunca se transgreden. Es verdad que en Túnez o en Marruecos no se cuelga a los homosexuales de una grúa como si se hace en Irán, pero en todos esos países la homosexualidad es delito y en Marruecos puede ser penada hasta con tres años de cárcel… ¿eso es lo que entiende Rodríguez por moderación?
Los ejemplos se cuentan a cientos y no es este lugar para hacer un balance exhaustivo de esas diferencias. El cristianismo es una religión comprensiva que se fundamenta en el amor al prójimo sea cual sea su color, religión, sexo e ideología. El Islam no, el Islam es una religión impositiva que se fundamenta en la exclusión del prójimo si este no se convierte. ¿Cómo es posible, entonces, que quien se dice precursor del talante y la concordia tienda una mano hacia quien la rechaza, y la niegue a quien se la ofrece? Solo se explica desde el sectarismo con el que Rodríguez actúa en toda la amplitud de su quehacer político. El problema es que, hasta ahora, su política complaciente y sumisa había naufragado en el turbulento mar de las relaciones internacionales en el que no cabía la idea del diálogo con quienes ponen bombas y envían suicidas y quienes les financian y dan cobijo. Pero Obama, en esto, es una incógnita. Un día parece que se mantiene firme en la defensa de los valores occidentales frente al fanatismo islamista, y al otro da la sensación de que se deja convencer por los apóstoles de la comprensión como Rodríguez.
Dicho lo cual, la posición de Rodríguez no deja de ser de lo más sorprendente. Mientras estaba Bush en la Casa Blanca, tenía cabida ese discurso buenista que nos distanció significativamente de Washington pero, ¿Ahora? ¿A qué viene? No se corresponde con la decisión del Gobierno español de aumentar nuestras tropas en una guerra contra el fundamentalismo islámico, porque eso es lo que de verdad están haciendo allí nuestros soldados. ¿Se trata, por tanto, de una bienintencionada manera de sentirse cómodo con su conciencia pacifista? Rodríguez se ha convertido en una especie de perrito faldero de Obama, y ha caído inexorablemente en la misma actitud genuflexa que tanto criticó a Aznar, sólo que aquel fue valiente a la hora de defender lo que estaba haciendo, y este es un cobarde que esconde la verdad a los ciudadanos.
El peligro de gobernantes como Rodríguez es que no son capaces de comprender la trascendencia del momento que están viviendo, y por una combinación de oportunismo electoralista y apaciguamiento de su conciencia izquierdista son capaces de darle al Islam aquí lo que están combatiendo allí: ayer, Fátima Hssisni no pudo declarar con el burka, pero dentro de no pocos años serán las mujeres españolas las que tengan que taparse el rostro delante de un juez. Al tiempo.
Federico Quevedo - 24/09/2009
El Confidencial
¿La España profunda del franquismo, o el progresismo del siglo XXI?
El amor de Zapatero al Burka es tan inmenso que hasta la vestimenta de sus hijas es una replica, vamos que a las niñas solo le falta el velo para cubrirles la cara.
Hay que entenderse con los «islamistas moderados».
CNN - Despues de mucho tiempo esquivando la posibilidad de responder a preguntas de los medios de comunicación sobre la presencia española en Afganistán, el presidente del Gobierno ha escogido irse esta semana a una televisión norteamericana, la CNN, para hablar por extenso de la guerra en la que están involucradas las tropas que enviamos en misión de paz. Más vale lejos que nunca.
No puede ser cierto -como se sostiene sin duda con mala fe- que el afán del presidente por proyectar su imagen de estadista internacional le haya llevado a buscar la aparición a toda costa en la CNN. Y que como el único programa en el que tenía cabida era en la serie de entrevistas que sobre Afganistán está haciendo esta semana la estrella de esa cadena, Christianne Amanpour, Zapatero aceptó aparecer en un programa en el que tenía que hablar de lo que casi nunca habla en España. De lo que no cabe duda es de que la veterana reportera de la CNN, curtida en mil batallas, muchas de ellas entre talibanes y otros radicales de similar pelaje, no podía ocultar su incredulidad cuando Zapatero le explicaba que en Afganistán hace falta más política y menos Ejército.
Pero el momento que resultó más desconcertante en la entrevista fue cuando Zapatero explicó que hay que entenderse con los «islamistas moderados». Parece que ninguno de los muy cualificados asesores con que cuenta el presidente Rodríguez Zapatero en esta materia le ha explicado que un «islamista moderado» es un oxímoron, un imposible metafísico. En el Islam, como en cualquier religión, podrá haber creyentes radicales y moderados. Pero los islamistas son, por definición, radicales, extremistas, fundamentalistas que quieren imponer su visión a cualquier precio. Islamista es un término académicamente reconocido para agrupar a los radicales del Islam y, por lo tanto, en él no hay cabida para los moderados.
Pero aun si le supusiéramos al presidente Rodríguez Zapatero buena voluntad y el término que nos ocupa no fuese más que un lapsus linguae, cabría preguntar si alguien piensa que es creíble que el Gobierno español esté buscando entre la umma islámica a los moderados mientras nuestros aliados en la escena internacional son los Hugo Chávez, Evo Morales , Daniel Ortega... Y el próximo martes, llegado de la Venezuela bolivariana, estará en Sevilla Moamar el-Gadafi, que debe de ser lo que el presidente Zapatero entiende por un «islamista moderado».
Afirmar que los progresistas son antirreligiosos es una falacia. Los progres no tienen problema alguno con las religiones, a excepción de la católica. Las feministas, por ejemplo, adoran el islam, y prueba de ello es la buena prensa del régimen de los ayatolás desde que aprobó la anticoncepción y el aborto. Para una feminista, que una mujer deba llevar velo, no pueda heredar, que las casadas no tengan poder de firma, que las iraníes no puedan realizar según qué carreras y que civilmente deban estar subordinadas a los hombres tiene una importancia relativa. Mucho más importante, sin duda, es que las iraníes, aunque no tengan qué comer, dispongan de anticonceptivos, DIU y aborto gratuito. Eso ayuda mucho a sobrellevar el hambre, la incultura y la miseria..
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Por fin ZP y familia en La Casa Blanca (contiene video)
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25.9.09
Una mujer con burka se niega a mostrar su rostro en la Audiencia
Estaba citada para declarar como testigo.
El juez le dijo que en occidente la ley civil prevalece sobre las religiosas.
Finalmente accedió a declarar sin cámaras y de espaldas al público.
23.09.2009 Fatima Hssisni, que había sido citada hoy en la Audiencia Nacional para declarar como testigo en el juicio que se celebra contra nueve presuntos 'yihadistas' detenidos en Vilanova i la Geltrú en enero de 2006, se ha negado a mostrar hoy su rostro al tribunal y los abogados de las distintas partes personadas en este procedimiento.
La mujer es hermana de Hassan Hssisni, presuntamente relacionado con una presunta célula islamista que preparaba a individuos para la 'yihad' (guerra santa) y que fue desarticulada en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú en 2006. Hassan Hssisni se inmoló en Irak en 2005.
Fatima Hssisni le enseñó la cara a la policía que comprueba la documentacion a la entrada de la corte, pero a la hora de declarar alegó motivos religiosos que le impedían mostrar su rostro a un hombre, en este caso el presidente de la sala, Javier Gómez Bermúdez.
Ante el visible nerviosismo de Hssisni, el juez le pidió que se tranquilizara y le explicó que la legislación civil prevalece sobre la religión, pero dada la negativa insistente de ella, siguió con otros testigos y luego la llamó a su despacho, añadieron las fuentes.
El magistrado convenció finalmente a Hssisni, que comparecerá el lunes ante el tribunal mostrando la cara desde la cejas al mentón.
Sin burka ante el juez
Fatima Hssisni, que había sido citada en la Audiencia Nacional para declarar como testigo en el juicio que se celebra contra nueve presuntos yihadistas detenidos en Vilanova i la Geltrú en enero de 2006, se negó a mostrar su rostro al tribunal y los abogados de las distintas partes personadas en este procedimiento, lo que obligó al presidente de la Sala, Javier Gómez Bermúdez, a detener la declaración, al vulnerar el principio de publicidad de las vistas orales.
El incidente se produjo cuando la mujer, totalmente cubierta -con velo negro con los ojos tapados, una túnica verde oscuro, pantalones hasta el suelo y las manos cubiertas con guantes negros- se negó a descubrirse ante el tribunal al iniciarse el interrogatorio.
Gómez Bermúdez la conminó a descubrirse advirtiéndola de que era necesario, dado el principio de publicidad que rige en las vistas orales, a lo que la mujer, visiblemente nerviosa, se negó alegando que no podía mostrarse, y menos a un hombre, por "motivaciones religiosas".
El juez le pidió que se tranquilizara pero que, en occidente, "la ley civil prevalece sobre las leyes religiosas", y que de seguirse oponiendo a mostrar su rostro se vería obligado a actuar contra ella por un delito de desobediencia. Ante el creciente nerviosismo de la mujer, el magistrado optó por seguir con otros testigos y citarla en su despacho para el término de la vista.
Casada con un español
Fátima es hermana de Hassan Hissisni, presuntamente relacionado con la "célula" de i la Geltrú, quien se inmoló en Faluya ( Irak) el 22 de enero de 2005. También había sido citado como testigo su marido, Francisco, quien únicamente declaró que había conocido el fallecimiento de su cuñado en Irak por una llamada religiosa que le realizó su suegro, en el que se le informó que Hassan se había "casado", lo que en el argot del grupo significaba que se había suicidado.
Tras la declaración de otros tres testigos más, Gómez Bermúdez suspendió la vista hasta el próximo lunes y pidió a Fátima que subiera a su despacho. Allí, tanto él como la fiscal Delgado la explicaron que no se trataba de contravenir sus ideas religiosas, ya que la misma obligación de mostrar el rostro es la que se hubiera requerido, por ejemplo, a una monja de clausura, según explicaron fuentes presentes en la reunión.
Además, le señalaron que la publicidad de las vistas no consiste en que éstas puedan ser presenciadas por público o vistas por televisión, sino que este principio se refiere al conocimiento por parte de los miembros del tribunal y de las partes de su testimonio, en el que juegan un importante papel, por ejemplo, sus gestos en el momento de responder a las preguntas.
Finalmente, Fátima fue convencida y vendrá a declarar el próximo lunes, mostrando "desde las cejas al mentón", aunque no gozará de estatus de testigo protegido, según las mismas fuentes. A su salida del tribunal, la mujer señaló que el presidente de la Sala había sido "muy amable" con ella y que estaba "contenta" porque le habían prometido que declararía sin cámaras y de espaldas al público.
Integrados en el GICM
Los acusados, que fueron detenidos como resultado de la denominada Operación Chacal, están imputados de los delitos de integración en organización terrorista e inducción al suicidio. Según el escrito provisional de acusación, los nueve se integraban en dos células que operaban en Madrid y Cataluña y que tenían como finalidad "el envío de personas a Irak para incorporarse a las actividades terroristas violentas dirigidas por Al Qaeda contra objetivos civiles y militares".
Los dos grupos estarían encuadrados en el organigrama del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) e integrados en la disciplina del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) y habrían tenido como finalidad "captar y adoctrinar" en el pensamiento del salafismo yihadista a personas que se habrían integrado en Ansar Al Islam/Al Sunna, grupo liderado por Abu Musab Al Zarqawi, lugarteniente del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
Este grupo terrorista habría reivindicado numerosos atentados en Irak, entre los que se encuentran los que costaron la vida a ocho miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en noviembre de 2003, a otro miembro de este servicio en octubre de 2003 o a 28 personas en un ataque contra la base italiana de Nassiriya.
Discriminación de la mujer musulmana
UnA MUJER, ex periodista sudanesa, llamada Lubna Hussein, que trabajaba en la oficina de prensa de la misión de las Naciones Unidas en Jartún, decidió un día vestirse con unos pantalones debajo de una amplia túnica y el velo para acudir a una cafetería.
Por tan osada acción la policía irrumpió en el establecimiento arrestándola bajo la acusación de "llevar ropa indecente", ya que dicha prenda es considerada inmoral por la ley para las mujeres. Por esta vulneración de las normas que rigen sólo para las mujeres, a Lubna, además del pago de una multa, le puede caer un castigo de ser azotada con 40 latigazos.
Esta noticia, aunque haya saltado a las páginas de todos los periódicos y demás medios de comunicación hace algunos días, desgraciadamente no produce novedad ya que miles de mujeres son azotadas en Sudán y en otros países sin que la prensa se ocupe de ellas, porque ellas callan.
Por consiguiente, no se trata de un hecho aislado ya que las acusaciones judiciales por indecencia son frecuentes. Lo que ocurre es que Lubna, con gran coraje, ha hecho pública su situación consiguiendo así que los medios de comunicación le presten atención, denunciando que en su país, desde 1991 hasta hoy, al menos 20.000 mujeres han sido arrestadas y condenadas a recibir latigazos por su modo de vestir, pero que "ninguna de ellas habla y nadie lo sabe". Denunció también que la ley está siendo utilizada para abusar de las mujeres y que algunas mujeres que fueron arrestadas junto a ella fueron azotadas, sin más, aunque su caso fue enviado a juicio cuando ella requirió los servicios de un abogado.
Para demostrar su disconformidad con la medida policial de ponerla a disposición judicial por su descarada provocación, Lubna acudió al juicio con los mismos pantalones que causaron su detención. Incluso dimitió de su trabajo para poder rechazar la inmunidad que legalmente le correspondía por trabajar al servicio de la ONU, con el fin de demostrar no sólo que es inocente, sino también para denunciar los abusos que en Sudán se cometen contra las mujeres.
Tras el juicio, Lubna no recibirá el castigo físico, aunque fue condenada al pago de una multa de unos 200 dólares por el flagrante delito de vestir "ropa indecente", pero al negarse a abonar esta multa tiene que permanecer un mes en la cárcel, aunque sus abogados le aconsejaron que pagara la multa y apelara el fallo del tribunal penal que dictó su sentencia.
Lubna fue juzgada conforme al artículo 152 del Código Penal, basado en la ley islámica que estipula que "toda persona que se comporte con una conducta inmoral, o se presente en público con un vestuario contrario a la decencia, será castigada con 40 latigazos y el pago de una multa". En su defensa alegó que quería que le mostrasen el verso del Corán en el que el Profeta dice que llevar pantalones es inmoral.
Este suceso merece un comentario. La discriminación de la mujer en la cultura musulmana es indignante. Pongamos un ejemplo: ¿por qué a la mujer se la obliga a vestir con prendas, no ya femeninas, como visten las mujeres del mundo occidental, sino diferentes, mientras que los hombres musulmanes pueden vestirse como les dé la gana? El hiyad, niqab, shayla, chador y el humillante burka son prendas anacrónicas. Y no me vengan diciendo que son aceptadas voluntariamente por las mujeres porque no es cierto. ¿Cuántas de ellas desearían prescindir de estas ropas pero no pueden porque la familia o las leyes se lo impiden?
La discriminación de la mujer musulmana en algunos países se extiende también a otras facetas de la vida cotidiana: acceso al trabajo, a la administración, a la sanidad, a la enseñanza, a la libertad de movimientos, a tener que ser mutilada mediante la ablación de su clítoris, a ser lapidada si es sorprendida en adulterio, a tener que compartir su marido con hasta otras tres mujeres más y, en general, a estar sometida siempre al hombre.
Es cierto que en algunos países árabes sus constituciones garantizan la participación de la mujer en la vida política, aunque la falta de aplicación práctica en los partidos y otras actividades políticas es notable. Si no, ¿cuántas mujeres ocupan cargos o responsabilidades políticas, empresariales, docentes, etc.?
¡Islam significa la sumisión de la humanidad a la voluntad de Dios, no la sumisión de la mujer a la voluntad de los hombres!
José M. Clar Fernández
Comentario:
Dos noticias antagónicas que bien se merecen un comentario, mientras algunas mujeres en los países islámicos luchan por conseguir un mínimo de libertad, nos encontramos la otra cara de la moneda, sus propias hermanas se niegan a disfrutar de la libertad que les brindan los países europeos con sus leyes democráticas, libertad que no solo repudian y desprecian, la rechazan por sistema con jactancia
Ya no abogo por el cumplimiento de las leyes europeas que tanto rechazo y tanta dificultad de adaptación parece que le causan a este colectivo, es más simple que esto, es pedir un poco de solidaridad con la discriminación que sufren las mujeres en oriente, despreciando la libertad a su alcance el mensaje que envían a los fundamentalistas es un mensaje de apoyo y complicidad a la sumisión de la mujer, es un mensaje despreciando la libertad para, provocar y despreciar por sistema todo lo que huele a occidental, sin importarles el sufrimiento y los castigos físicos que reciben las mujeres en los países islámicos.
Yo les agradecería a todas las musulmanas que se niegan a integrarse en nuestra sociedad, las que adoran el burka, el velo, las que se sienten felices con su papel de sumisión y de inferioridad al hombre, que hagan sus maletas y regresen a oriente, aquí en Europa no hay sitio disponible para los que rechazan la democracia ni para los inadaptados, tampoco para los fundamentalistas, ni para los enemigos de la libertad, y menos para las musulmanas crueles y despiadas que en vez de reclamar justicia y libertad para las musulmanas que viven en oriente discriminadas y sin derechos, se comportan ajenas al dolor como autenticas enemigas de sus compatriotas, dando alas al fundamentalismo, culpable de la sumisión las torturas y los castigos que siguen expuestas las mujeres en oriente.
Como dice el sabio refranero: “Lo que unos desprecian, otros lo desean”
Monmar
.
El juez le dijo que en occidente la ley civil prevalece sobre las religiosas.
Finalmente accedió a declarar sin cámaras y de espaldas al público.
23.09.2009 Fatima Hssisni, que había sido citada hoy en la Audiencia Nacional para declarar como testigo en el juicio que se celebra contra nueve presuntos 'yihadistas' detenidos en Vilanova i la Geltrú en enero de 2006, se ha negado a mostrar hoy su rostro al tribunal y los abogados de las distintas partes personadas en este procedimiento.
La mujer es hermana de Hassan Hssisni, presuntamente relacionado con una presunta célula islamista que preparaba a individuos para la 'yihad' (guerra santa) y que fue desarticulada en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú en 2006. Hassan Hssisni se inmoló en Irak en 2005.
Fatima Hssisni le enseñó la cara a la policía que comprueba la documentacion a la entrada de la corte, pero a la hora de declarar alegó motivos religiosos que le impedían mostrar su rostro a un hombre, en este caso el presidente de la sala, Javier Gómez Bermúdez.
Ante el visible nerviosismo de Hssisni, el juez le pidió que se tranquilizara y le explicó que la legislación civil prevalece sobre la religión, pero dada la negativa insistente de ella, siguió con otros testigos y luego la llamó a su despacho, añadieron las fuentes.
El magistrado convenció finalmente a Hssisni, que comparecerá el lunes ante el tribunal mostrando la cara desde la cejas al mentón.
Sin burka ante el juez
Fatima Hssisni, que había sido citada en la Audiencia Nacional para declarar como testigo en el juicio que se celebra contra nueve presuntos yihadistas detenidos en Vilanova i la Geltrú en enero de 2006, se negó a mostrar su rostro al tribunal y los abogados de las distintas partes personadas en este procedimiento, lo que obligó al presidente de la Sala, Javier Gómez Bermúdez, a detener la declaración, al vulnerar el principio de publicidad de las vistas orales.
El incidente se produjo cuando la mujer, totalmente cubierta -con velo negro con los ojos tapados, una túnica verde oscuro, pantalones hasta el suelo y las manos cubiertas con guantes negros- se negó a descubrirse ante el tribunal al iniciarse el interrogatorio.
Gómez Bermúdez la conminó a descubrirse advirtiéndola de que era necesario, dado el principio de publicidad que rige en las vistas orales, a lo que la mujer, visiblemente nerviosa, se negó alegando que no podía mostrarse, y menos a un hombre, por "motivaciones religiosas".
El juez le pidió que se tranquilizara pero que, en occidente, "la ley civil prevalece sobre las leyes religiosas", y que de seguirse oponiendo a mostrar su rostro se vería obligado a actuar contra ella por un delito de desobediencia. Ante el creciente nerviosismo de la mujer, el magistrado optó por seguir con otros testigos y citarla en su despacho para el término de la vista.
Casada con un español
Fátima es hermana de Hassan Hissisni, presuntamente relacionado con la "célula" de i la Geltrú, quien se inmoló en Faluya ( Irak) el 22 de enero de 2005. También había sido citado como testigo su marido, Francisco, quien únicamente declaró que había conocido el fallecimiento de su cuñado en Irak por una llamada religiosa que le realizó su suegro, en el que se le informó que Hassan se había "casado", lo que en el argot del grupo significaba que se había suicidado.
Tras la declaración de otros tres testigos más, Gómez Bermúdez suspendió la vista hasta el próximo lunes y pidió a Fátima que subiera a su despacho. Allí, tanto él como la fiscal Delgado la explicaron que no se trataba de contravenir sus ideas religiosas, ya que la misma obligación de mostrar el rostro es la que se hubiera requerido, por ejemplo, a una monja de clausura, según explicaron fuentes presentes en la reunión.
Además, le señalaron que la publicidad de las vistas no consiste en que éstas puedan ser presenciadas por público o vistas por televisión, sino que este principio se refiere al conocimiento por parte de los miembros del tribunal y de las partes de su testimonio, en el que juegan un importante papel, por ejemplo, sus gestos en el momento de responder a las preguntas.
Finalmente, Fátima fue convencida y vendrá a declarar el próximo lunes, mostrando "desde las cejas al mentón", aunque no gozará de estatus de testigo protegido, según las mismas fuentes. A su salida del tribunal, la mujer señaló que el presidente de la Sala había sido "muy amable" con ella y que estaba "contenta" porque le habían prometido que declararía sin cámaras y de espaldas al público.
Integrados en el GICM
Los acusados, que fueron detenidos como resultado de la denominada Operación Chacal, están imputados de los delitos de integración en organización terrorista e inducción al suicidio. Según el escrito provisional de acusación, los nueve se integraban en dos células que operaban en Madrid y Cataluña y que tenían como finalidad "el envío de personas a Irak para incorporarse a las actividades terroristas violentas dirigidas por Al Qaeda contra objetivos civiles y militares".
Los dos grupos estarían encuadrados en el organigrama del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) e integrados en la disciplina del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) y habrían tenido como finalidad "captar y adoctrinar" en el pensamiento del salafismo yihadista a personas que se habrían integrado en Ansar Al Islam/Al Sunna, grupo liderado por Abu Musab Al Zarqawi, lugarteniente del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
Este grupo terrorista habría reivindicado numerosos atentados en Irak, entre los que se encuentran los que costaron la vida a ocho miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en noviembre de 2003, a otro miembro de este servicio en octubre de 2003 o a 28 personas en un ataque contra la base italiana de Nassiriya.
Discriminación de la mujer musulmana
UnA MUJER, ex periodista sudanesa, llamada Lubna Hussein, que trabajaba en la oficina de prensa de la misión de las Naciones Unidas en Jartún, decidió un día vestirse con unos pantalones debajo de una amplia túnica y el velo para acudir a una cafetería.
Por tan osada acción la policía irrumpió en el establecimiento arrestándola bajo la acusación de "llevar ropa indecente", ya que dicha prenda es considerada inmoral por la ley para las mujeres. Por esta vulneración de las normas que rigen sólo para las mujeres, a Lubna, además del pago de una multa, le puede caer un castigo de ser azotada con 40 latigazos.
Esta noticia, aunque haya saltado a las páginas de todos los periódicos y demás medios de comunicación hace algunos días, desgraciadamente no produce novedad ya que miles de mujeres son azotadas en Sudán y en otros países sin que la prensa se ocupe de ellas, porque ellas callan.
Por consiguiente, no se trata de un hecho aislado ya que las acusaciones judiciales por indecencia son frecuentes. Lo que ocurre es que Lubna, con gran coraje, ha hecho pública su situación consiguiendo así que los medios de comunicación le presten atención, denunciando que en su país, desde 1991 hasta hoy, al menos 20.000 mujeres han sido arrestadas y condenadas a recibir latigazos por su modo de vestir, pero que "ninguna de ellas habla y nadie lo sabe". Denunció también que la ley está siendo utilizada para abusar de las mujeres y que algunas mujeres que fueron arrestadas junto a ella fueron azotadas, sin más, aunque su caso fue enviado a juicio cuando ella requirió los servicios de un abogado.
Para demostrar su disconformidad con la medida policial de ponerla a disposición judicial por su descarada provocación, Lubna acudió al juicio con los mismos pantalones que causaron su detención. Incluso dimitió de su trabajo para poder rechazar la inmunidad que legalmente le correspondía por trabajar al servicio de la ONU, con el fin de demostrar no sólo que es inocente, sino también para denunciar los abusos que en Sudán se cometen contra las mujeres.
Tras el juicio, Lubna no recibirá el castigo físico, aunque fue condenada al pago de una multa de unos 200 dólares por el flagrante delito de vestir "ropa indecente", pero al negarse a abonar esta multa tiene que permanecer un mes en la cárcel, aunque sus abogados le aconsejaron que pagara la multa y apelara el fallo del tribunal penal que dictó su sentencia.
Lubna fue juzgada conforme al artículo 152 del Código Penal, basado en la ley islámica que estipula que "toda persona que se comporte con una conducta inmoral, o se presente en público con un vestuario contrario a la decencia, será castigada con 40 latigazos y el pago de una multa". En su defensa alegó que quería que le mostrasen el verso del Corán en el que el Profeta dice que llevar pantalones es inmoral.
Este suceso merece un comentario. La discriminación de la mujer en la cultura musulmana es indignante. Pongamos un ejemplo: ¿por qué a la mujer se la obliga a vestir con prendas, no ya femeninas, como visten las mujeres del mundo occidental, sino diferentes, mientras que los hombres musulmanes pueden vestirse como les dé la gana? El hiyad, niqab, shayla, chador y el humillante burka son prendas anacrónicas. Y no me vengan diciendo que son aceptadas voluntariamente por las mujeres porque no es cierto. ¿Cuántas de ellas desearían prescindir de estas ropas pero no pueden porque la familia o las leyes se lo impiden?
La discriminación de la mujer musulmana en algunos países se extiende también a otras facetas de la vida cotidiana: acceso al trabajo, a la administración, a la sanidad, a la enseñanza, a la libertad de movimientos, a tener que ser mutilada mediante la ablación de su clítoris, a ser lapidada si es sorprendida en adulterio, a tener que compartir su marido con hasta otras tres mujeres más y, en general, a estar sometida siempre al hombre.
Es cierto que en algunos países árabes sus constituciones garantizan la participación de la mujer en la vida política, aunque la falta de aplicación práctica en los partidos y otras actividades políticas es notable. Si no, ¿cuántas mujeres ocupan cargos o responsabilidades políticas, empresariales, docentes, etc.?
¡Islam significa la sumisión de la humanidad a la voluntad de Dios, no la sumisión de la mujer a la voluntad de los hombres!
José M. Clar Fernández
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Dos noticias antagónicas que bien se merecen un comentario, mientras algunas mujeres en los países islámicos luchan por conseguir un mínimo de libertad, nos encontramos la otra cara de la moneda, sus propias hermanas se niegan a disfrutar de la libertad que les brindan los países europeos con sus leyes democráticas, libertad que no solo repudian y desprecian, la rechazan por sistema con jactancia
Ya no abogo por el cumplimiento de las leyes europeas que tanto rechazo y tanta dificultad de adaptación parece que le causan a este colectivo, es más simple que esto, es pedir un poco de solidaridad con la discriminación que sufren las mujeres en oriente, despreciando la libertad a su alcance el mensaje que envían a los fundamentalistas es un mensaje de apoyo y complicidad a la sumisión de la mujer, es un mensaje despreciando la libertad para, provocar y despreciar por sistema todo lo que huele a occidental, sin importarles el sufrimiento y los castigos físicos que reciben las mujeres en los países islámicos.
Yo les agradecería a todas las musulmanas que se niegan a integrarse en nuestra sociedad, las que adoran el burka, el velo, las que se sienten felices con su papel de sumisión y de inferioridad al hombre, que hagan sus maletas y regresen a oriente, aquí en Europa no hay sitio disponible para los que rechazan la democracia ni para los inadaptados, tampoco para los fundamentalistas, ni para los enemigos de la libertad, y menos para las musulmanas crueles y despiadas que en vez de reclamar justicia y libertad para las musulmanas que viven en oriente discriminadas y sin derechos, se comportan ajenas al dolor como autenticas enemigas de sus compatriotas, dando alas al fundamentalismo, culpable de la sumisión las torturas y los castigos que siguen expuestas las mujeres en oriente.
Como dice el sabio refranero: “Lo que unos desprecian, otros lo desean”
Monmar
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24.9.09
Salman Rushdie en la Coruña
El escritor, amenazado por integristas, inaugura hoy en A Coruña el X Congreso Mundial de Semiótica con fuertes medidas de seguridad
Una vida marcada por un edicto que le consideró "enemigo del Islam". Los cambios de residencia, la seguridad y la ira hacia su persona por parte de los radicales han sido una constante en los últimos veinte años de la vida del escritor Salman Rushdie, de origen indio y nacionalidad británica.
RUBÉN BRUÑA. A CORUÑA La publicación del libro Los versos satánicos, en septiembre de 1988, significó para el escritor británico de origen indio Salman Rushdie lo que para cualquier persona puede significar el nacimiento de un hijo o la pérdida de un familiar: un acontecimiento que te marca la vida.
La novela provocó una controversia inmediata en el mundo musulmán debido a la supuesta irreverencia con que se trata a la figura del profeta Mahoma. Fue prohibida y quemada en distintos países y además sirvió de excusa para que grupos extremistas musulmanes organizaran violentas manifestaciones que costaron la vida a varias personas.
Si existe una fecha que seguro no olvida Rushdie, nacido del amor entre un hombre de negocios y una maestra en la Bombay inmediatamente posterior a la independencia colonial británica, seguro que es el 14 de febrero de 1989. Aquel día, el ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder religioso de Irán, promulgó un edicto que acusaba al autor de Los versos satánicos de "blasfemo contra el Islam". Jomeiní también acusó a Rushdie del pecado de "apostasía", el abandono de la fe islámica que según los ahadiz debe castigarse con la muerte.
El ayatolá hizo un llamamiento a la ejecución del escritor y también a la ejecución de aquellos editores que publicaran el libro conociendo sus contenidos. Una semana después, Jomeiní ofreció una recompensa de tres millones de dólares estadounidenses por la muerte de Rushdie.
Tras la amenaza del régimen chií iraní, siguieron años de dificultad extrema para el autor, que se vio obligado a vivir en rigurosa reclusión, cambiando constantemente de domicilio, rodeado día y noche de una escolta de policías secretos. Tres personas relacionadas con la publicación del libro sufrieron atentados: el traductor de la novela al japonés fue asesinado, su traductor al italiano, apuñalado, y su editor noruego, tiroteado.
El Gobierno iraní suspendió oficialmente la condena en 1998, aunque en 2005 el ayatolá Ali Jamenei declaró que la condena seguía ya que diversos grupos radicales se negaron a acatar la decisión. El escritor de origen judío y cuyo estilo literario se puede encuadrar dentro del realismo mágico latinoamericano fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico en 2007 por la reina Isabel II. A pesar de su condición de sir, recibe ocasionalmente amenazas que le recuerdan la fatídica sentencia.
Rushdie vive, veinte años después de la publicación de Los versos satánicos, sin saber en qué hotel se alojará o cuál será el avión que tendrá que coger. Las medidas de seguridad que le acompañan, financiadas por el Gobierno británico, suelen ser de proporciones mastodónticas. Por ello su participación en el décimo Congreso Mundial de Semiótica pondrá a prueba a las fuerzas de seguridad de la ciudad.
Las facultades de Sociología y Derecho albergarán desde hoy y hasta el 26 de septiembre el congreso, en el que participarán más de un millar de expertos procedentes de 60 países y en el que participarán intelectuales y escritores de renombre como Rushdie, Boris Uspenskij y Umberto Eco, éste último vía satélite.
La conferencia con la que Rushdie abrirá hoy el congreso tratará sobre la novela en la era de la revolución comunicativa global y sus consecuencias en la acción futura de los ciudadanos. Hay que recordar que para el escritor de nacionalidad británica no será su primera visita a Galicia. En 1993, un grupo de escritores gallegos organizó en Santiago de Compostela un congreso internacional, al que asistieron Salman Rushdie, Wole Soyinka, Camilo José Cela o Gonzalo Torrente Ballester, con la intención de que de ahí surgiera el embrión español del Club Internacional de Poetas, Ensayistas y Narradores.
Sus últimas apariciones, tanto en cine (El diario de Bridget Jones) como en un videoclip de la banda irlandesa U2 demuestran que, a pesar de las amenazas de muerte, Rushdie continúa siendo un creador con ganas de disfrutar de la vida.
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23.9.09
Cuatro Mitos de la Izquierda sobre Israel
Mito 1: Israel fue creado porque Europa se sentía culpable por el Holocausto".
Este mito izquierdista se ha repetido a menudo, últimamente por Desmond Tutu. Aunque el más cerrado historiador anti-israelí reconocería que es descaradamente falso, persiste porque su función es deslegitimar las viejas aspiraciones nacionales israelíes como producto de la culpa colonial de postguerra.
Israel no fue creado en 1947.
En 1947, Israel ya era un país en marcha con una lengua, una cultura, universidades, periódicos y fuerzas militares que demostraron ser capaces de defenderse contra los ejércitos de varios países árabes. Lo único que ocurrió después del Holocausto fue una votación de la ONU en 1947 para un plan de partición que nunca se llevó a la práctica porque el mundo árabe prefirió intentar destruir Israel. Aunque Israel habría declarado la independencia y luchado por su supervivencia, con el mismísimo resultado, sin importar la Resolución 181. Esta votación se describe a menudo como la creadora de Israel, pero más exactamente era un intento de establecer las fronteras de Israel, que falló debido a la hostilidad genocida árabe, expresada no sólo hacia Israel, sino hacia los judíos residentes en países árabes.
Tampoco fue creado Israel por el colonialismo europeo de postguerra.
Gran Bretaña, que era la potencia colonial en la región, estaba en contra de la independencia de Israel y se abstuvo en la votación. La mayoría de los votos a favor de la Resolución 181 vino de países no europeos, principalmente de Latinoamérica y Europa del Este, como Bolivia, Brasil, Panamá, Perú, Polonia y la Unión Soviética. Siete países europeos votaron a favor, la mayoría nórdicos como Suecia y Dinamarca, que sufrieron un impacto limitado del Holocausto. Doce países latinoamericanos votaron sí; casi el doble, y todos ellos países con sus propias aspiraciones nacionales y que habían luchado contra el colonialismo.
La culpa post-holocausto no fue la razón de que se aprobara la Resolución 181. Menos de un tercio de los 33 votos vino de países donde tuvo lugar el Holocausto. Las razones fueron varias y diferentes. Algunos países latinoamericanos se identificaban con las aspiraciones nacionales de Israel y algunos perseguían vínculos económicos. Truman deseaba el voto judío en las próximas elecciones. La Unión Soviética quería sabotear la agenda colonial británica. Los motivos de los diferentes países eran variados y complejos. Irán por ejemplo votó en contra y sin embargo fue el segundo país en reconocer el nuevo Estado de Israel.
Puede que los activistas de izquierdas se empeñen en que la Resolución 181 fue racista, pero de hecho la mitad de los países que la aprobaron no eran blancos, y la mayoría de los países que votaron a favor no eran europeos. Por consiguiente el mito de que Israel fue creado después del Holocausto por europeos que se sentían culpables, un mito que han pasado todos desde Desmond Tutu a Wallace Shawn a Barack Obama, no es más que eso, un mito.
Israel habría existido a pesar del Holocausto y la Resolución 181, que fue votada principalmente por países no europeos en todo caso. Por tanto los que repiten el mito demuestran ser muy ignorantes o muy mentirosos.
Mito 2: Las naciones europeas les dieron a los judíos una tierra que ya estaba habitada".
Este es uno de los mitos más comunes que busca atacar la legitimidad de la creación del moderno Estado de Israel, y amenaza a los judíos como un cuerpo extraño en la tierra. Es una continuación de los estereotipos antisemíticos de los judíos como eternamente errantes y eternamente extranjeros.
En realidad, los judíos tuvieron una presencia continuada en la tierra que se remonta a varios miles de años, interrumpida únicamente por masacres y expulsiones después de las cuales la población judía intentaba reestablecerse. El colonialismo griego, romano, árabe y otomano expulsó a la población judía y trató de reemplazarla por sus poblaciones respectivas, a fin de llegar a establecerse en el país. Pero a diferencia de ellos los judíos seguían siendo la población nativa.
A lo largo de la historia los judíos lucharon por conseguir la independencia con revueltas armadas contra el dominio romano y bizantino. La última revuelta tuvo lugar unos mil años antes de la creación del moderno Estado de Israel, y no dos mil años como cree la mayoría. Los intentos judíos por revivir el Estado de Israel fueron repetida y brutalmente suprimidos, por lo menos en una ocasión mediante el genocidio declarado. Tampoco fue el único genocidio que experimentaron los judíos de Israel.
No obstante, los intentos de un naciente Estado judío continuaron incluso depués del genocidio de las Cruzadas en el s. XVI con un intento de crear un territorio judío autónomo por Don Yosef Nassi como Señor de Tiberíades bajo el reinado de Selim I.
En los siglos XVIII y XIX continuaron las negociaciones por la creación de un Estado judío. Cuando la obstinación otomana minó las esperanzas de un estado, los luchadores por la libertad de los judíos ayudaron a la conquista de la región por los británicos, bajo la forma del grupo NILI y la Legión Judía, esperando recibir su Estado propio.
Aunque ciertamente mucha población de Israel vino del exterior, fue porque miles de años de masacres y guerras habían despoblado la zona. Cuando los observadores occidentales llegaron a la región en el siglo XIX, encontraron la tierra baldía y con escasa población, tanto judía como árabe. De hecho, Israel estaba tan escasamente poblado que toda su población en 1850, nada más que unos 350,000, cabría holgadamente en la actual Tel Aviv. Esto es más chocante aún si se tiene en cuenta que hablamos de un territorio varias veces mayor que el Israel actual.
Alphonse de Lamartine visitó Israel en 1835 y escribió: "Fuera de las puertas de Jerusalén no veíamos nada vivo, no oíamos ningún sonido de vida, encontrábamos el mismo vacío, el mismo silencio... que habríamos esperado ante las puertas sepultadas de Pompeya y Herculano. Un silencio total, eterno, reina en la ciudad, en las carreteras, en el país... la tumba de un pueblo entero". 30 años después Mark Twain escribió: "No hay ni un pueblo solitario en toda esta extensión, en 30 millas alrededor... Uno puede moverse diez millas (16 Km) y no ver a diez seres humanos".
En 1857 el cónsul británico James Finn escribió un libro llamado Byeways in Palestine que relataba sus viajes por la región. En su introducción escribió proféticamente: "Esas noticias mostrarán que el país tiene una notable fertilidad allí donde se cultiva, aunque sea un poco—véase los vastos trigales del sur; y tiene una inmensa belleza—véase el paisaje de colinas verdes del norte; aunque tales cualidades de ningún modo se limitan a esos destritos... Así no es necesario, no es justo, que creyentes en la Biblia, agarrándose a su confianza en sus predicciones de futuro, se apresuren a declarar que Tierra Santa está maldita en sus capacidades actuales.
Verdaderamente está maldita y mucho en su gobierno y su deseo de población; pero el suelo aún es el de 'una tierra de la que cuida el Señor tu Dios'. Hay un significado profundo en estas palabras, 'La tierra del Señor', cuando se aplican a este país en particular; propiedad no asignada, y ni siquiera en sentido subordinado puede ser el feudo de los hombres a los que se come. (Num. 13:32, y Eze. 36:13-14). He visto bastante para convencerme de lo asombrosa que sería su producción, y con qué rapidez, si los obstáculos presentes se eliminaran".
Finn repitió este mensaje cuando escribió al Duque de Clarendon, "el país está en gran medida vacío de habitantes y por tanto su mayor necesidad es población". Tal población habría de venir del exterior, como así fue.
Dos generaciones después, en los 1920, después de la conquista británica, la población árabe apenas se había duplicado, pero en sólo una generación después llegó a 1,3 millones, principalmente de inmigrantes árabes procedentes de Egipto atraídos por la floreciente industria judía. Esos inmigrantes a su vez constituyeron el grueso de la "causa palestina" con palestinos árabes eminentes como Yasser Arafat y Edward Said procedentes de El Cairo. También estaba el jefe original de la OLP, Ahmed Shukairy, nacido en Líbano.
El Cairo, a diferencia de Jerusalén, había sido un centro en auge bajo el imperio otomano, rebosante de población. Desde los 1880 a los 1930, la población del El Cairo se triplicó. Las tensiones resultantes sobrepoblaron la zona llevando al chabolismo extremo que los visitantes europeos habrían de describir a menudo. Y parte de ese exceso de población tomó el camino de Israel.
Mientras la inmigración judía a Israel era visible, la inmigración árabe era invisible, necesitaba nada más que un sirio o un egipcio montara en burro y cabalgara en la dirección correcta. Pero el papel creciente de Israel produjo inmigración tanto judía como árabe, por razones políticas y económicas.
Esos mismos críticos de Israel no tenían ni tienen nada que objetar a la inmigración árabe, a pesar de que fue parte de un proceso de colonización que desplazó a la población judía nativa. En voz de eso, demostraron su doble rasero al objetar sólo contra la inmigración judía. Es bastante irónico que ahora sea la migración árabe hacia Europa la que ocupa los países de muchos de esos críticos, cuando las nuevas poblaciones empiezan a adueñarse de países que "ya están poblados".
En Australia y en todas partes, los inmigrantes musulmanes han empezado a desplegar una nueva historia, afirmando que la tierra les pertenece. En Francia, los disturbios se han descrito como la Intifada Francesa. Ambos procesos demuestran cómo grupos nacionales y étnicos pueden crear una mitología de propiedad de la nada, en países donde nunca habían tenido una presencia real. La misma mitología subyace a la pretensión de que el territorio de Palestina administrado por los romanos era de algún modo una particular nacionalidad árabe a la que se le negaron sus derechos.
Los europeos no le "regalaron" a Israel un país ya habitado por los árabes. Los árabes eran simplemente una de las poblaciones regionales, y estaban en mayoría porque habían conquistado y desplazado a las poblaciones locales. Y si bien existen numerosas poblaciones autóctonas oprimidas en Oriente Medio, incluyendo asirios, kurdos, coptos, gitanos medioorientales (los Dom), azeríes y zoroástricos. Los árabes musulmanes no están en la lista, excepto en la imaginación de los liberales occidentales. Más bien los árabes musulmanes gobiernan en todos los países de la región excepto dos, y sobre el 99% del territorio, 11 millones de Km2 contra 20.000 Km2 de Israel.
Mito 3. "La creación de Israel negó los derechos nacionales del pueblo palestino"
Palestina es una región, no una nacionalidad árabe. No es una palabra árabe sino una corrupción de una palabra que significaba 'filisteo'. Nunca hubo un reino árabe palestino, ni estado ni entidad política, hasta que fue creado por Israel como parte de un tratado con Arafat. La nacionalidad palestina es un fraude que no se cree ninguna de las potencias árabes que la respaldan, como ellos mismos demostraron cuando se anexionaron o gobernaron las tierras que se convertirían en los llamados "Territorios Ocupados", cuando Israel los recapturó en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Durante más de dos décadas, no se creó ningún estado palestino cuando Judea, Samaria y Gaza estaban en manos de Egipto y Jordania. Solamente cuando dos grandes derrotas militares hicieron que las potencias árabes abandonaran futuras guerras con Israel, decidieron aquéllas apoyar esa pequeña muestra de mitología.
Además, fueron las potencias árabes quienes rechazaron el plan de partición de la ONU de 1947 que habría creado dos Estados, uno judío y otro árabe. Fue la parte árabe quien rechazó el plan y eligió la guerra, y después recomendó a los árabes israelíes abandonar el país para que no corrieran peligro cuando los judíos fuesen arrojados al mar, creando de ese modo los campos de refugiados. Si alguien ha negado los "Derechos Nacionales del Pueblo Palestino", han sido las potencias árabes.
Pero es que la carta de derechos nacionales siempre ha sido un fraude, como se demostró cuando el presidente fundador de la OLP, Ahmed Shukairy, proclamó en la ONU en 1956, "Es del conocimiento general que Palestina no es otra cosa que Siria del sur". La OLP no reclamó un Estado hasta después de que la guerra de Yom Kippur en 1973 dejó claro que las potencias árabes no conseguirían apoderarse de Israel por la sola fuerza bruta.
Desde 1992 cuando la OLP recibió un territorio autónomo, no ha hecho ningún intento serio de administrar de verdad un país. En vez de eso, prácticamente todos sus recursos se han volcado en sus milicias que los han usado para efectuar actos terroristas contra Israel, y en su equipo de propaganda que viaja por el mundo quejándose de Israel. Esto es así porque ninguno de los llamados líderes palestinos tiene el menor interés real de crear un Estado, como Clinton terminó descubriendo para su vergüenza y humillación cuando Yaser Arafat rehusó su gran plan de paz del 99 por ciento.
Si los árabes egipcios y jordanos acampados en el patio trasero de Israel quisieran de verdad ejercer sus "Derechos Nacionales", podrían haberlo hecho a lo largo de los últimos 17 años. En su lugar, lo único que han hecho es tratar de matar israelíes por cuenta de sus patronos árabes y persas. Después de miles de millones de dólares de ayuda internacional, lo único que funciona en la Autoridad Palestina son los AK-47.
Una y otra vez ha habido varias oportunidades de crear un Estado palestino. Ya fuese en 1947 aceptando la Resolución 181 de Naciones Unidas, o en 1948 á 1967 por parte de las potencias árabes, o en 1992 á 2009 en cooperación con Israel y los EEUU, ha habido casi cuatro décadas durante las cuales se pudo haber creado un Estado palestino.
Compárese esto con los nada más que 25 años de "ocupación" de 1967 á 1992. La razón por la cual no hay "Estado Palestino" es porque nadie lo quiere realmente. El nacionalismo palestino tiene tanta enjundia como cualquier otra muestra de propaganda de guerra. Su único objetivo es convocar a los árabes, los musulmanes y sus compañeros de viaje para completar el objetivo frustrado de 1947: la destrucción de Israel.
Mito 4. "Israel es una Entidad artificial y un estado judío racista".
Los mismos "Colonialistas Imperialistas Europeos" a quienes los historiadores y activistas izquierdistas pretenden despreciar, y a pesar de que ellos mismos no son más que otra generación de la vergüenza, convirtieron la mayor parte de Oriente Medio en Estados árabes musulmanes, creando países artificiales como Egipto, Siria y Jordania, éste último gobernado por una familia real saudí fracasada, y dándoles nombres de naciones históricas. Pero ninguno de los historiadores y activistas objetan contra ninguno de esos países, objetan sólo contra Israel. De algún modo, condenar a los kurdos, cristianos asirios, Coptos y otras muchas minorías de la región a ser gobernados por intolerantes gobernantes árabes es perfectamente aceptable según sus manuales.
El mito del musulmán árabe victimizado es propaganda barata arraigada en el fallido intento árabe de destruir Israel y echar a su población judía "al mar". Lo paga el dinero de los pozos petrolíferos de las dictaduras árabes musulmanas como Arabia Saudí, y lo perpetúan izquierdistas que repiten el estribillo anti-israelí, el cual es una vieja reliquia del apoyo comunista a las dictaduras nacionalistas de Egipto, Siria e Irak.
Israel ofrece más libertad a sus nacionales y residentes que cualquier Estado árabe de la región.
Por eso emigrantes africanos intentan cruzar Egipto para llegar a Israel. Israel acoge creyentes de muchas de las religiones perseguidas en la región, muy especialmente los Baha'i. Han cobijado a una amplia variedad de pueblos de todo el mundo, incluidos los "boat people" vietnamitas. A todos les va bien, menos a los árabes musulmanes, cuya ira está impulsada por su creencia de que sólo ellos pueden gobernar en Israel y todo Oriente Medio.
Si los izquierdistas quisieran de verdad hacer agitación por el bien de los pueblos oprimidos y desplazados de Oriente Medio, tal vez en vez de seguir el vergonzoso ejemplo de Human Rights Watch haciendo colecta de dinero saudí con el que difamar a Israel, deberían echarle un vistazo a la situación en el ultramoderno y elegante Dubai, un país donde la mayoría de la población se compone de trabajadores inmigrantes a quienes tratan como esclavos y mueren a miles. O tal vez a Irán, donde una minoría persa musulmana gobierna sobre una mayoría azerí, y suprime su cultura, su idioma y sus aspiraciones nacionales. Y está el asunto de un Estado kurdo independiente y el derecho de los kurdos a reclamar Kirkuk, después de la limpieza étnica de Saddam. Está la grave situación de los coptos en Egipto, que ven negados sus derechos humanos básicos.
Pero en vez de eso la izquierda sigue cediendo a las demandas intolerantes, irracionales, de la mayoría árabe musulmana de suprimir el único estado no musulmán en la región en favor de otro país árabe musulmán. Ese descarado desprecio por los derechos de todo el que no sea árabe musulmán es precisamente la razón por la cual los judíos de Israel tuvieron que luchar por su independencia nacional. Probablemente por lo mismo, los kurdos de Irak también tendrán que luchar por la independencia.
La secta del orientalismo exige que sólo los árabes musulmanes tengan derechos nacionales en Oriente Medio. Israel sirve para negarlo, y proclamar por el contrario los derechos nacionales de la población indígena de Israel, un país y un pueblo que preceden al colonialismo árabe, y que sobrevivirán a él.
Autor: Sultan Knish
Blog: http://sultanknish.blogspot.
Traducido del inglés y publicado en http://alianzacivilizaciones.
con permiso del autor.
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22.9.09
Musulmanes del Reino Unido acusan a un arzobispo anglicano de islamofobia
Se adjetivan las palabras del arzobispo anglicano Nicholas Okohel de "extremistas" e "islamófobas", y es que hoy en dia decir las verdades equivale al desprestigio como persona, las afirmaciones que se merecen tales descalificativos son las siguientes:
“El continente negro está amenazado por los musulmanes, que "producen" cada vez más niños para apoderarse de las distintas comunidades”.
En Europa estas teorías no son nuevas, sin embargo hoy existen motivos que las corroboran más si cabe, ya que han coincidido con la llegada de una de las mil pateras que entran en España “supuestamente” con la intención de encontrar trabajo y por tanto aspirar a una vida digna, sin embargo las noticias contradicen estas aspiraciones:
15/09 - Cinco niños de entre 10 y 11 años y un adolescente de 16 llegan a Tarifa en una barca hinchable, ¿Quién los envía? ¿Quién paga el viaje? Según nuestra constitución los menores no están autorizados a trabajar sin embago la llegada de menores a las costas españolas es ya una constante, pero no acaban aquí las noticias que nos informan que uno de cada tres presuntos menores inmigrantes resultó ser adulto tras las pruebas de edad
Cuando estas embarcaciones son interceptadas, los niños entran en centros de menores de los que salen al cabo del tiempo, ya que no pueden ser repatriados a sus lugares de origen.
Sus familias lo saben, por lo que envían a estos niños a España con la esperanza de que aunque les intercepten, una vez fuera de los centros de menores puedan conseguir "un empleo" y enviar así dinero a sus casas, o tal vez puedan enfermar y solicitar la llegada de sus familiares, que es lo mas probable.
¿Y que decir de las mujeres embarazadas? ¿También llegan en busca de trabajo o por el contrario vienen con la intención de que sus hijos nazcan ciudadanos europeos?
Ya no podemos hablar de una inmigración temporal los musulmanes no volverán a sus países.
Los que viven ahora en los países europeos, ya sean los magrebíes en Francia, Suecia o en España, los Pakistaníes en Inglaterra, los Turcos en Alemania y en Suiza, piensan quedarse al lado de sus hijos que son considerados legalmente europeos. Tienen el pasaporte europeo y buena parte de su identidad es europea.
No hay elección, tenemos que aceptar la existencia de los musulmanes, además, reconocer que no se trata de una presencia temporal sino definitiva, para siempre. Algo que no se puede negar ni obviar cuando reflexionemos sobre el futuro de nuestro continente.
Monmar
La Noticia
Londres, 21 sep (EFE).- El arzobispo anglicano Nicholas Okoh, elegido la pasada semana primado de Nigeria, ha sido acusado de islamofobia por un destacado miembro de la comunidad islámica del Reino Unido, según informa hoy el diario "The Times".
En un sermón pronunciado en Beckenham (en el condado inglés de Kent), el arzobispo, de 56 años y de origen africano, afirmó recientemente su creencia de que el continente negro está amenazado por los musulmanes, que "producen" cada vez más niños para apoderarse de las distintas comunidades.
Okoh se refirió concretamente a países como Uganda, Kenia y Ruanda, y acusó a los musulmanes de "invertir mucho dinero, incluso en aquellos lugares donde no existen congregaciones, en construir mezquitas, hospitales y cualquier otra cosa" para captar adeptos.
"Van a los africanos y les dicen que el cristianismo les prohíbe tener más de una esposa, pero ellos les darán cuatro", dijo el arzobispo, que calificó esas prácticas de "evangelización mediante la producción masiva" de criaturas.
África está "rodeada de musulmanes", advirtió Okoh en su discurso, en el que instó a los cristianos a pronunciarse cuanto antes y no abdicar de sus responsabilidades.
"El Islam se está extendiendo por Uganda y otros lugares gracias al dinero del mundo árabe", dijo el arzobispo.
Un destacado miembro de la comunidad islámica musulmana que no quiso dar su nombre calificó las opiniones expresadas por el arzobispo en su discurso de "extremistas" e "islamófobas".
Un obispo de origen asiático, Michael Nazir-Ali, dimitió este año como titular de la diócesis inglesa de Rochester para trabajar en países en los que el Islam es la religión mayoritaria.
Nigeria está dividida casi a la mitad entre cristianos anglicanos y musulmanes.
Hay unos 17 millones de anglicanos practicantes en toda Nigeria: en el norte son objeto de persecución mientras que en el sur las dos religiones compiten entre sí y con otras religiones locales.
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