Ahmed Aboutaleb en su época de concejal junto a Job Cohen, ex alcalde de Amsterdam
El autor se centra en una de las ciudades europeas, Rótterdam, cuyo alcalde es marroquí y donde la islamización adquiere niveles preocupantes, y es precisamente referente al alcalde que os amplio la información.
La razón de que Ahmed Aboutaleb fuera nombrado alcalde de la ciudad a partir de enero del 2009, no fue como podemos imaginar una elección de los ciudadanos de Rótterdam, por cierto muchos indignados. La nominación del alcalde es nombrado por la corona.
Una comisión cerrada de los partidos en el gobierno propone unos cuantos candidatos que se eligen a puerta cerrada, de ahí la polémica sobre la elección.
La discusión sobre la elección del alcalde viene de lejos. Ya se han propuesto varios planes para que el alcalde sea elegido por referéndum pero a la hora de la verdad, la tradición pesa más. Según la costumbre el alcalde tiene que ser alguien que esté por encima de las escaramuzas partidista. El alcalde, como la corona, tiene que seguir poder mandando independiente del color del ayuntamiento.
En el ayuntamiento de Rotterdam había hasta este momento dos concejales abiertamente musulmanes, Orhan Kaya (Integración y Cultura) y, Hamit Karakus (Vivienda y Urbanismo) el cual fue nombrado el año pasado político del año en la ciudad. En Amsterdam hay también varios concejales musulmanes, e incluso, Aboutaleb, en su momento fue concejal en dicha ciudad.
Los holandeses se enorgullecen de aceptar y tolerar a todas las religiones, y suelen mirar para otro lado mientras sus ciudades se convierten el ghuettos musulmanes.
Últimamente parece que los ciudadanos empiezan a ser conscientes de la islamización que sufren sus ciudades y están dando un cambio substancial, en las ultimas elecciones muchos ciudadanos han preferido dar su apoyo al PVV (Partido de la Libertad) de Geert Wilders que está frontalmente en contra de que un musulmán este en un cargo público nacional. Sin embargo aun son muchos los holandeses que continúan resignándose antes de romper con la imagen de tolerancia que tienen de sí mismos, otros sobre todo jóvenes con carreras han optado por abandonar el país, y mientras los políticos continúan ignorando de momento la islamización, pero lo peor es que los “sectarios” de izquierdas cuestionan a Geert Wilders y su partido empeñados en defender un multiculturalismo que sea capaz de destruir las raíces y la identidad europea.
De Tahrir a Rotterdam, capital de «Eurabia»
La islamización de Europa y las revueltas populares en los países de Oriente Próximo
JOSÉ LUIS POYAL - Contemplaba la imponente manifestación de un millón de egipcios en la ya famosa plaza de Tahrir, enfervorizados después de las plegarias islámicas del viernes y por esos extraños comportamientos del pensamiento me vino el recuerdo de vivencias intimistas que, con perdón, me atrevo a contar.
Allá por los años 60, gracias a un amigo, tuve ocasión de hacer un viaje a Rotterdam en un endiablado barco que se llamaba «Miguel Fleta», que desde los muelles de San Juan de Nieva me llevó a esa espléndida ciudad, el primer puerto de Europa, en una travesía donde el movimiento de cuchareo en el Canal del Norte puso a prueba mis condiciones marineras y la de toda la tripulación.
Dos días y medio de estancia en Rotterdam fueron suficientes para asombrarme de esa ciudad que parece diseñada por un ordenador gigante, pero que a pesar de la obsesión urbanística ha dejado flotar el espíritu reformador del gran Erasmo. Rotterdam era en aquellos años un gran ejemplo de la Europa de siempre, racionalista, mantenedora de sus raíces cristianas y reformistas.
Han pasado muchos años, demasiados , y mi nuevo encuentro con Rotterdam me hunde en la preocupación. Un ingeniero holandés de RBB, que conoce Asturias, me cuenta los cambios que ha experimentado su ciudad en los últimos años. Dice que hay barrios enteros que sitúan al visitante en el Medio Oriente, que en Rotterdam está la mezquita más grande de Europa, que en los espectáculos y tribunales se aplica la ley islámica, la «sharia», y que el alcalde es musulmán.
El multiculturalismo se ha apropiado del vacío dejado por la descristianización y el islamismo ha vuelto a traer la religión, otra, al centro de la vida social, ayudado por una izquierda y una elite anticristiana que ha perdido por completo el norte.
Damos un paseo por la «casbah» de Rotterdam, el barrio de Feyenoord y es evidente el tremendo cambio cultural, abundan los «cafés-casbah», las tiendas de alimentos marroquíes, los carteles de propaganda de Hamás, los chador y las normas que indican la separación de sexos en teatros, piscinas y las condenas a homosexuales. Sobre esto último los mandatos de las mezquitas no pueden ser más expresivos. El imán Khalil al Moumi ha publicado un libro en el que explica que a los homosexuales se les debe arrancar la cabeza y «hacerla colgar del edificio más alto de la ciudad». Mi guía me informa de que se está llegando a unos niveles de auténtica locura y pone como ejemplo las declaraciones de Bouchra Ismaili, concejal de Rotterdam. «Escuchen bien, locos, estamos aquí para quedarnos. Ustedes son los extranjeros, con Alá a mi lado no temo a nada, conviértanse al Islam y encontraréis la paz».
Parece como si se hubiese entrado en un proceso de «autoislamización», por la pérdida de identidad de Europa, por su falta de espíritu, a la par que aumentan los inmigrantes de fe islámica. La izquierda radical tiene alguna responsabilidad en el desplazamiento de valores. Desde ella se ha dicho que el Islam es la vanguardia de la lucha de los pobres y marginados. Efectivamente el Islam es una religión de profundo contenido social en el que la solidaridad con el necesitado es una obligación religiosa y moral. Pero no es este islamismo el que maneja Osama Bin Landen y los salafistas, sino el islamismo agresivo, el yihadismo como desafío a Occidente.
Las revueltas en Egipto, Túnez, Yemen, Jordania, Libia, Argelia y pronto en Marruecos siguen teniendo un trasfondo confuso, donde se mezcla la protesta civil contra los abusos de sus respectivos sátrapas, el radicalismo religioso y la crítica a Europa y los Estados Unidos por el amparo que les dieron durante años. Democracia y derechos humanos se concilian muy mal con la teocracia musulmana y la guerra santa contra los infieles.
En 1964, Rotterdam además de a tulipanes, olía a cerveza. Hoy, convertida en la capital de «Eurabia» al ser la más islamizada de Europa, en Holanda hay dos millones de musulmanes y el sabroso cuscús y la menta impregnan sus barrios.
La xenofobia es tan condenable como los propósitos de quienes desean cambiar la estructura del país que los acoge.
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Hola chicos!
ResponderEliminarQue tal? Uff, la verdad es que hace un montón que no comento nada y tengo un montón de post atrasados... pero aquí sigo, ehh? ;-)
Ahora que se han tranquilizado un poco las cosas en mi vida, a ver si puedo seguir a menudo como hasta ahora.
Aquí os dejo dos enlaces que me han llamado la atención hoy:
"Valencia tendrá clases de religión islámica a partir del próximo curso"
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/21/valencia/1298284909.html
Y una nota del blog de Perez Reverte que me ha parecido muy ilustrativo de la realidad que vivimos:
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/577/no-cabe-un-tonto-mas/
Saludos a todos.
.....no sólo en egipto
ResponderEliminarEn europa corre prisa que alguien actue
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/02/21/valencia/1298293934.html
¿Quien paga toda esta conspiracion?
cada vez me da pena europa es hora que despierten , no esperen a que suceda algo como una tercera guerra mundial (como hicieron con los judios en la segunda) , para desaherse de esa lacra llamada islam
ResponderEliminarNo era Nostradamus quien decía que volveríamos a tener los árabes metidos hasta en la sopa? No creo en las profecías, pero al paso que vamos voy a pensar que ese señor acertó. La cosa es que se van haciendo poco a poco con todo, llenan barrios enteros que usan como país propio y si te descuidas dejarás de entrar en ellos porque ya los consideran de su propiedad. Y con la permisividad de los gobiernos terminaremos agachando la cabeza o volviendo a liarla. Tendrá que resurgir otro Don Pelayo.
ResponderEliminarAqui teneis otro reportaje sobre esta ciudad: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1338480?sp=y
ResponderEliminareuropa y la democracia se mueren, la poblacion autoctona igual , y nadie hara nada para salvarla ... =(
ResponderEliminarCarlos gracias por tu colaboración. Esta información pertenece a 2009 y ya está publicada en el Blog, si quieres conocer todo el contenido sobre Rotterdam, busca por medio de la etiqueta Holanda
ResponderEliminarAnónimo, ¿Que se puede hacer contra el poder de las multinacionales y las élites políticas europeas? Siempre tendremos las de perder. ¿No crees?
Islam fuera de Eurapa. No necesitamos ninguna dictatura nueva. El Islam es peor que Hitler, Franco, Salazar y Mussulini juntos.
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