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1.3.04

Lograremos la victoria sobre la raza humana o pasaremos a la vida eterna

La mañana del 11 de septiembre de 2001, vimos la destrucción que los terroristas tienen planeada para nuestra nación. Sabemos que quieren volver a atacar. Y nuestra nación ha tomado una decisión clara: Le haremos frente al peligro mortífero de toda la humanidad. No descansaremos hasta que se gane la guerra contra el terrorismo.

En los cuatro años transcurridos desde el 11 de septiembre, la maldad que llegó a nuestras orillas ha vuelto a aparecer en otras ocasiones, en otros lugares: en Mombasa y Casablanca y Riyadh y Jakarta y Estambul y Madrid y Beslán y Taba, Netanya, Bagdad y en otros lugares. En los últimos meses, hemos visto una nueva ofensiva terrorista con ataques en Londres, Sharm el- Sheikh, y una bomba letal en Bali nuevamente.

Todas estas imágenes distintas de destrucción y sufrimiento que vemos en las noticias pueden parecer actos de locura fortuitos y aislados. Hombres y mujeres y niños inocentes simplemente han muerto porque estaban en el tren equivocado, o trabajaban en el edificio equivocado, o se registraron en el hotel equivocado. Sin embargo, mientras que los asesinos escogen a sus víctimas indiscriminadamente, sus ataques siguen una ideología clara y concentrada: un conjunto de creencias y objetivos de malvados, pero no desquiciados.

Hay quienes llaman esto radicalismo islámico malvado; otros, yijadismo militante; otros más, fascismo islámico. Llámese lo que se llame, esta ideología es muy distinta a la religión del Islam. Este tipo de radicalismo explota el islamismo para beneficio de una visión política violenta: establecer, por medio del terrorismo, subversión e insurgencia, un imperio totalitario que deniegue toda libertad política y religiosa.
Estos extremistas distorsionan la idea del yijad en un llamado al asesinato terrorista contra los cristianos e hindúes y judíos, también los musulmanes que no comparten su visión radical, a quienes consideran herejes.

Muchos militantes son parte de unas organizaciones terroristas como al Qaida, que disemina propaganda y ofrece financiamiento y asistencia técnica a extremistas locales, y realiza operaciones drásticas y brutales como los atentados del 11 de septiembre. Otros militantes se encuentran en grupos regionales, a menudo asociados con al Qaida, insurgentes paramilitares y movimientos separatistas en lugares como Somalia y las Filipinas y Pakistán y Chechenia y Cachemira y Algeria. Otros más surgen en células locales, inspirados por el radicalismo islámico, pero sin dirección central.

El radicalismo islámico es más bien una red desarticulada con muchas ramas, que un ejército bajo un solo mando. Sin embargo, estos agentes, luchando en campos de batalla diseminados, comparten una ideología y visión similar de nuestro mundo. Y conocemos la visión de los radicales porque la han declarado abiertamente, en videos y cintas y cartas y declaraciones y sitios de Internet.

En primer lugar, estos extremistas quieren poner fin a la influencia estadounidense y occidental en el gran Medio Oriente, porque representamos la democracia y paz, y nos interponemos en su camino.
El líder de Al Qaida, Osama bin Laden, ha instado a los musulmanes a dedicar, y cito, sus "recursos, hijos y dinero a echar a los infieles de nuestras tierras". Las tácticas de al Qaida y otros extremistas islámicos han sido consistentes durante un cuarto de siglo: Nos atacaron y esperan que corramos.

Anteriormente este mes, el mundo se enteró de una carta escrita por el segundo líder de al Qaida, un hombre llamado Zawahiri, una carta que le escribió a su lugarteniente en Iraq, el terrorista Zarqawi. En ella, Zawahiri usa a Vietnam como modelo para al Qaida. Escribe: "Vale notar la secuela del colapso del poder estadounidense en Vietnam, y la manera en que se marcharon y dejaron a sus agentes". Los terroristas fueron testigos de una respuesta similar después de los atentados contra las tropas estadounidenses en Beirut en 1983, Mogadishu en 1993. Creen que se puede hacer que Estados Unidos huya nuevamente. sólo que esta vez, en una escala mayor, con consecuencias mayores.

En segundo lugar, la red militante quiere usar el vacío creado por una retirada por Estados Unidos para obtener control de un país, una base desde la cual lanzar ataques y librar su guerra contra gobiernos musulmanes no radicales. En décadas pasadas, los radicales se han concentrado específicamente en Egipto y Arabia Saudita y Pakistán y Jordania para una toma potencial. Han logrado su objetivo, por un tiempo, en Afganistán. Y ahora tienen aspiraciones para Iraq.

En su carta reciente, Zawahiri escribe que al Qaida considera a Iraq, "el lugar para la mayor batalla." Los terroristas consideran a Iraq el frente central en su guerra contra la humanidad. Y debemos reconocer que Iraq es un frente central en nuestra guerra contra el terrorismo.

En tercer lugar, los militantes creen que controlar un país unirá a las masas musulmanes, lo que les permitirá derrocar a los gobiernos moderados en la región y crear un imperio islámico radical que vaya desde España hasta Indonesia. Zawahiri escribe que los terroristas, "no deben hacer que su misión termine con la expulsión de los estadounidenses de Iraq." Luego dice, "El yijad requiere de varios objetivos en incremento: expulsar a los estadounidenses de Iraq; establecer un poder islámico en la mayor extensión posible del territorio para extender su poder en Iraq; extender la ola del yijad a los países seculares aledaños a Iraq".

Con el poder económico y militar y político que pretenden obtener, los terroristas podrían promover su plan declarado: desarrollar armas de destrucción masiva; destruir Israel; amedrentar a Europa; atacar al pueblo estadounidense, y chantajear a nuestro gobierno para aislarlo.
Algunas personas quizá estén tentadas a descartar tales objetivos como fanáticos o extremos. Bueno, son fanáticos y extremos, y no deben ser descartados. Nuestro enemigo está sumamente comprometido. Como ha prometido Zarqawi, "Ya sea lograremos la victoria sobre la raza humana o pasaremos a la vida eterna". Y el mundo civilizado bien sabe que otros fanáticos de la historia -desde Hitler hasta Stalin y Pol Pot- consumieron a naciones enteras con guerras y genocidio antes de pasar a la historia.
Es necesario tomar en serio a los hombres malvados, obsesionados por la ambición y sin carga de conciencia. y debemos detenerlos antes de que sus crímenes se multipliquen.

Vencer a la red militante es difícil porque se alimenta, como un parásito, del sufrimiento y las frustraciones de los demás. Los radicales explotan los conflictos locales para crear una cultura de victimización, en la que siempre se puede culpar a alguien, y la violencia siempre es la solución.
Explotan a jóvenes resentidos y desilusionados, los reclutan por medio de mezquitas radicales, como los agentes del terrorismo. Y explotan la tecnología moderna para multiplicar su poder destructivo. En vez de asistir a campamentos de entrenamiento lejanos, los reclutas ahora pueden obtener acceso a bibliotecas de Internet para averiguar la manera de construir una bomba o tirar una granada propulsada por cohete. y esto aumenta aun más la amenaza de violencia, incluso dentro de sociedades democráticas pacíficas.

La influencia del radicalismo islámico también es magnificada por los que lo ayudan y posibilitan sus actos. Han sido protegidos por regímenes autoritarios --aliados de conveniencia como Siria e Irán, que comparten el objetivo de perjudicar a los Estados Unidos y los gobiernos musulmanes modernos, y usan la propaganda terrorista para echarle la culpa al Occidente, a los Estados Unidos y a los judíos por sus propias fallas.

Los radicales dependen de las operaciones encubiertas, como las entidades benéficas corruptas, que mandan dinero para las actividades terroristas. Son fortalecidos por aquellos que financian enérgicamente la diseminación de versiones radicales, intolerantes del islamismo en regiones inestables del mundo. Los militantes son ayudados, también, por elementos de los medios noticiosos árabes que promueven el odio y el antisemitismo, que promueven teorías de conspiraciones, y hablan de lo que denominan una "guerra contra el islamismo" por parte de los Estados Unidos, y rara vez dicen palabra sobre las acciones de Estados Unidos para proteger a los musulmanes en Afganistán, en Bosnia, en Somalia, y Kosovo y Kuwait e Iraq; y apenas dicen. algo de vez en cuando sobre la generosa asistencia a los musulmanes que se recuperan de las catástrofes naturales en lugares como Indonesia y Pakistán.

Hay quienes han argumentado que el extremismo ha sido reforzado por los actos de nuestra coalición en Iraq, y mantienen que nuestra presencia en ese país de cierta manera ha causado o desencadenado la ira de los radicales. Les recordaría que no estábamos en Iraq el 11 de septiembre de 2001, y al Qaida nos atacó de todos modos. El odio de los radicales existía antes de que Iraq fuese motivo de discusión, y existirá hasta que Iraq ya no sea una excusa.

El gobierno de Rusia no respaldó la Operación Libertad Iraquí, sin embargo los militantes mataron a más de 150 escolares rusos en Beslán. A través de los años, estos extremistas han utilizado una letanía de excusas para la violencia: la presencia de Israel en la Ribera Occidental o la presencia de los Estados Unidos en Arabia Saudita o la derrota del Talibán o las Cruzadas de hace mil años.

En realidad, no enfrentamos una serie de reclamos que puedan ser solucionados y abordados. Enfrentamos una ideología radical con objetivos inalterables: esclavizar a naciones enteras y amedrentar al mundo. Ninguno de nuestros actos conlleva la rabia de asesinos. Y ninguna concesión, soborno o acto de pacificación cambiaría ni limitaría sus planes de asesinato. Al contrario; van en pos de naciones cuya conducta pueden cambiar por medio de la violencia. Contra tal enemigo, sólo hay una respuesta eficaz: Nunca nos echaremos atrás, nunca nos daremos por vencidos y nunca aceptaremos nada menos que la victoria absoluta.

La ideología asesina de los radicales musulmanes es el gran desafío de nuestro nuevo siglo. Sin embargo, de muchas maneras, esta lucha se parece a la lucha contra el comunismo del siglo parado. Como la ideología del comunismo, el radicalismo islámico es elitista, dirigido por un delantero autodesignado que pretende hablar por las masas musulmanas. Bin Laden dice que su propia función es decirles a los musulmanes, y cito, "lo que es bueno para ellos y lo que no lo es". Y lo que este hombre que creció con riqueza y privilegios considera que es bueno para los musulmanes pobres es que se conviertan en terroristas suicidas. Les asegura que éste es el camino al paraíso, aunque nunca ofrece ir con ellos.

Como la ideología del comunismo, nuestro nuevo enemigo nos enseña que las personas inocentes pueden ser sacrificadas por el bien de una visión política. Y esto explica su desprecio cruel de la vida humana.
Lo hemos visto en los asesinatos de Daniel Pearl, Nicholas Berg y Margaret Hassan, y muchos, muchos otros. En un tribunal de Holanda, el asesino de Theo Van Gogh volteó hacia la madre acongojada de la víctima y dijo, "No comparto su dolor porque considero que es una infiel". Y a pesar de la capa de retórica religiosa, la mayoría de las víctimas matadas por los militantes también son musulmanes.

Cuando 25 niños iraquíes son matados en un atentado o maestros iraquíes son ejecutados en su escuela o trabajadores de hospital son eliminados mientras curan a los heridos, eso es asesinato, simple y llanamente, el rechazo total de la justicia y el honor y la moralidad y la religión. Estos militantes no son simplemente enemigos de los Estados Unidos o enemigos de Iraq, son enemigos del islán y enemigos de la humanidad.

Hemos visto este tipo de crueldad desvergonzada antes: en el fanatismo despiadado que llevó a los gulags, la Revolución Cultural y los campos de muerte. Como la ideología del comunismo, nuestro nuevo enemigo tiene como objetivo el totalitarismo. Sus líderes aparentan ser una parte agraviada, que representa a los que carecen de poder ante los enemigos imperialistas. Lo cierto es que tienen ambiciones ilimitadas de dominio imperial; desean hacer que todos sean impotentes, excepto ellos mismos. Bajo su dominio, han prohibido libros y profanado monumentos históricos y tratado brutalmente a las mujeres. Pretenden poner fin a la disensión de todo tipo, para controlar cada aspecto de la vida y regir el propio espíritu. A la vez que prometen un futuro de justicia y santidad, los terroristas preparan un futuro de opresión y miseria.

Como la ideología del comunismo, nuestro nuevo enemigo desprecia a los pueblos libres al mantener que los hombres y mujeres que viven bajo libertad son débiles y decadentes. Zarqawi ha dicho que los estadounidenses son, "las criaturas más cobardes de Dios". Pero seamos claros: Es la cobardía lo que procura matar a niños y ancianos con coches bomba. Es la cobardía la que decapita a un prisionero atado. Es la cobardía la que usa como blanco a los creyentes que salen de una mezquita. Es la valentía la que liberó a más de 50 millones de personas; es la valentía la que mantiene una vigilia inagotable contra los enemigos de una democracia emergente. Es la valentía por la causa de la libertad lo que destruirá nuevamente a los enemigos de la libertad.

Y el radicalismo islámico, como la ideología del comunismo, contiene contradicciones inherentes que lo destinan al fracaso. Al temer la libertad, al desconfiar en la creatividad humana y sancionar los cambios y limitar las contribuciones de la mitad de la población, esta ideología menoscaba las propias cualidades que posibilitan el progreso humano y hacen que las sociedades humanas sean exitosas. Lo único moderno sobre la visión de los militantes son las armas que quieren usar contra nosotros.
El resto de su visión sombría la define una imagen distorsionada del pasado, una declaración de guerra contra la propia noción del progreso. Y sea lo que sea que está por delante en la guerra contra esta ideología, no cabe duda sobre el resultado: Aquellos que odian la libertad y el progreso se han condenado al aislamiento, la decadencia y el colapso. Ya que los pueblos libres creen en el futuro, los pueblos libres serán dueños de sus propios futuros.

No buscamos esta lucha mundial, pero estamos respondiendo al llamado de la historia con confianza. y con una estrategia global. Vencer a una red extensa y capaz de adaptarse requiere paciencia y presión constante y aliados firmes en Europa, en el Medio Oriente, en África del Norte y Asia y más allá. Al trabajar con estos socios, estamos interrumpiendo conspiraciones militantes, destruyendo su capacidad de librar guerra y esforzándonos por darles a millones en una región con dificultades del mundo una alternativa de esperanza al resentimiento y la violencia.

En primer lugar, estamos decididos a evitar los atentados de las redes terroristas antes de que ocurran. Estamos reorganizando el gobierno para darle a esta nación una defensa nacional extensa y coordinada. Estamos reformando nuestras agencias de inteligencia para la tarea sumamente difícil de mantenerse al tanto de las actividades del enemigo, basadas en información que proviene a menudo en partes de fuentes muy diseminadas, aquí y en el extranjero. Y al actuar de lado de gobiernos de muchos países, lo hacemos para destruir las redes terroristas y desarmar a sus líderes.

Con los aliados de nuestra coalición, hemos desbaratado una serie de conspiraciones terroristas serias por parte de al Qaida desde el 11 de septiembre, entre ellas, varias conspiraciones por al Qaida para realizar ataques dentro de los Estados Unidos.
Nuestra coalición contra el terrorismo ha eliminado o capturado a casi todos aquellos directamente responsables por los atentados del 11 de septiembre; varios de los lugartenientes de más alto rango de bin Laden; administradores de al Qaida y agentes en más de 24 países; el cerebro detrás del atentado contra el USS Cole, que era el jefe de operaciones de al Qaida en el Golfo Pérsico.

Llevamos ante la justicia al cerebro de las explosiones de Jakarta y Bali, un planificador terrorista de alto rango de Zarqawi, y a muchos de los líderes principales de al Qaida en Arabia Saudita.

Debido a este progreso constante, el enemigo está lastimado, pero el enemigo aún es capaz de operaciones mundiales. Nuestro compromiso es claro: No nos daremos por vencidos hasta que las redes organizadas del terrorismo internacional sean expuestas y desarticuladas, y se haga que sus líderes rindan cuentas por sus asesinatos.

En segundo lugar, estamos decididos a negarles las armas de destrucción masiva a los regímenes al margen de la ley, y los aliados de los terroristas que las usarían sin duda alguna.
Estados Unidos, en colaboración con Gran Bretaña, Pakistán y otras naciones, ha expuesto y desbaratado una operación importante en el mercado negro de la tecnología nuclear dirigida por A.Q. Khan. Libia ha abandonado sus programas de armas químicas y nucleares, como también sus proyectiles balísticos de gran alcance. En el año pasado, Estados Unidos y nuestros aliados en la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación detuvieron más de una docena de envíos de presunta tecnología de armas, lo que incluye equipo para el programa de proyectiles balísticos de Irán. Este progreso ha reducido el peligro a las naciones libres, pero no lo ha eliminado. Los hombres malvados que quieren usar estas terribles armas contra nosotros están trabajando con empeño letal para adquirirlas. Y estamos trabajando con urgencia para mantener las armas de asesinato masivo fuera de las manos de estos fanáticos.

En tercer lugar, estamos decididos a negar a los grupos radicales el apoyo y el refugio de los regímenes al margen de la ley. Los gobiernos que los patrocinan, como Siria e Irán, tienen una larga trayectoria de colaboración con los terroristas, y no merecen la paciencia de las víctimas del terrorismo. Estados Unidos no hace distinción alguna entre aquellos que cometen actos terroristas y aquellos que los apoyan y protegen. porque son igualmente culpables de asesinato. (Aplausos.) Cualquier gobierno que opte por ser aliado del terrorismo ha escogido ser una enemigo de la civilización, y el mundo civilizado debe hacer que tales regímenes rindan cuentas por sus actos.

Esta semana, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas escuchará un nuevo informe de una comisión independiente que involucra a Siria en el bombardeo terrorista que mató al ex primer ministro libanés Hariri y 22 otras personas el pasado febrero. Siria está desestabilizando al Líbano, permitiendo que los terroristas usen su territorio para llegar a Iraq y le está dando albergue a grupos terroristas palestinos. Las Naciones Unidas ha adoptado enérgicas resoluciones contra el terrorismo. Ahora las Naciones Unidas debe actuar. y Siria y sus líderes deben responder por su continuo apoyo al terrorismo, incluyendo cualquier participación en el asesinato del primer ministro Hariri. (Aplausos).

Cuarto, estamos decididos a negarle a los militantes el control de cualquier nación que ellos usarían como base y punto de partida para el terrorismo. Esta misión ha traído a colación nuevas y urgentes responsabilidades para nuestras Fuerzas Armadas. y por tanto, ha traído urgentes responsabilidades para todos ustedes. Junto con nuestros compañeros afganos, tropas estadounidenses están luchando contra los remanentes del Talibán y sus aliados de Al Qaida. Estamos trabajando con el Presidente Musharraf para oponer y aislar a los militantes en Pakistán. Estamos luchando en contra de lo que queda del régimen y los terroristas en Iraq.

El objetivo de los terroristas es derrocar una creciente democracia, reclamar un país estratégico como refugio para el terrorismo, desestabilizar el Medio Oriente y azotar a Estados Unidos y otras naciones libres con una violencia cada vez mayor. Nuestro objetivo es derrotar a los terroristas y sus aliados en el centro de su poder. y entonces derrotaremos al enemigo en Iraq. (Aplausos).

Nuestra coalición, junto con nuestros aliados iraquíes, sigue adelante con un plan integral. Tal y como la secretaria Rice explicó la semana pasada, nuestra estrategia es librar, mantener y construir. Estamos trabajando para librar zonas del control terrorista, mantener esas zonas seguras y construir duraderas instituciones democráticas iraquíes. En semanas recientes, tropas estadounidenses e iraquíes han realizado diversos y grandes asaltos para sacar a tropas enemigas en Iraq occidental y han clausurado rutas usadas por los terroristas para entrar desde Siria. Durante una redada, nuestras fuerzas eliminaron a uno de los principales secuaces de Zarqawi, llamado Abu Abdullah, quien fue el responsable de ataques contra tropas estadounidenses e iraquíes inocentes. Miles de tropas iraquíes han estado participando en estas operaciones y muchas han permanecido en ciudades de lado de las fuerzas de la coalición para mantener el terreno ganado y evitar que el enemigo regrese.

Fuerzas iraquíes están utilizando sus conocimientos de las localidades para mantener la seguridad y realizar mejorías tangibles en las vidas de sus compatriotas.
A la vez, los iraquíes están haciendo adelantos inspiradores para forjar una democracia. Hace 10 días, millones de iraquíes acudieron a las urnas para votar con respecto a una constitución que garantiza libertades fundamentales y establece los cimientos para una democracia duradera. Y hoy, la comisión de elecciones de Iraq certificó la aprobación de la constitución. Muchos más sunitas participaron en este voto que en el de las históricas elecciones de enero, y el nivel de violencia fue considerablemente más bajo. Con su valiente voto, el pueblo iraquí ha probado una vez más su determinación para construir una democracia unida contra el extremismo y la violencia.

Una mujer iraquí de 85 años votó a favor de la constitución después de que su hijo la cargase sobre sus espaldas para llevarla al recinto de votación. Esto es lo que ella dijo: "Salí a votar a favor [de la constitución] porque un futuro seguro y pacífico para mis hijos y mis nietos". (Aplausos).

Tenemos más trabajo que realizar y esto implica un gran riesgo para los iraquíes, para los estadounidenses y las fuerzas de la coalición. Los tiempos de guerra son tiempos de sacrificio, y la mayor carga recae sobre los familiares de los militares. Hemos perdido algunos de nuestros mejores hombres y mujeres en la guerra contra el terrorismo. Cada uno de estos hombres y mujeres dejó enlutados a familiares y seres queridos en sus casas. Cada uno de estos patriotas dejó un legado que permitirá que muchas generaciones de estadounidenses disfruten las bendiciones de la libertad. Cada pérdida de vida parte el corazón. Y la mejor manera de honrar el sacrificio de nuestros soldados caídos es concluir la misión y establecer los cimientos de paz propagando la libertad.

Los sacrificios hechos por sus seres queridos que llevan el uniforme están siempre en nuestras mentes y nuestras oraciones. Todos ustedes también entienden que el sacrificio es esencial para ganar una guerra -y esta guerra requerirá más sacrificio, más tiempo y más resolución. Los terroristas son tan brutales enemigos como los que hemos tenido que enfrentar en el pasado, sin noción alguna de una común humanidad o las reglas de guerra. Nadie debería subestimar las dificultades que nos esperan, ni pasar por alto las ventajas que traemos a esta lucha.

Algunos observadores miran la tarea por delante y adoptan un pesimismo derrotista. No se justifica. Con cada bombardeo fortuito y cada funeral de un niño, se hace más claro que los extremistas no son patriotas o luchadores de la resistencia. Son asesinos en guerra con el mismo pueblo iraquí. En contraste, los líderes electos de Iraq han probado ser fuertes y firmes. Por cualquier estándar o precedente histórico, Iraq ha hecho un avance político increíble: de la tiranía a la liberación, a las elecciones nacionales, a la ratificación de una constitución, todo en el espacio de dos años y medio. (Aplausos).

Con nuestra ayuda, el ejército de Iraq está obteniendo nuevas capacidades y una nueva confianza con el pasar de cada mes. En el momento de nuestras operaciones en Faluya hace casi un año, sólo existían unos cuantos batallones del ejército Iraquí en combate. Hoy, hay casi 90 batallones en el ejército de Iraq que luchan hombro a hombro con nuestras fuerzas en contra de los terroristas. El general David Petraeus dice: "Los iraquíes están en la lucha. Están luchando y muriendo por su país, y están luchando cada vez mejor".

El progreso no es fácil pero sí es sostenido. Y ninguna persona justa debe ignorar, negar o descartar los logros del pueblo iraquí.
Algunos observadores cuestionan la durabilidad de la democracia en Iraq. Ellos subestiman el poder y el atractivo de la libertad. Hemos oído que la democracia iraquí debe estar tambaleándose porque los iraquíes están discutiendo entre sí. (Risas). Esa es la esencia de la democracia. (Risas). Tu explicas tu caso, debates con los que discrepan contigo, llegas a un consenso por medio de la persuasión y respondes a la voluntad del pueblo.

Hemos oído decir que los chiítas y suníes y kurdos de Iraq están demasiado divididos para formar una democracia duradera. De hecho, el federalismo democrático es la mejor esperanza para unificar una población diversa porque un sistema constitucional federal respeta los derechos y las tradiciones religiosas de todos los ciudadanos mientras le da a las minorías, incluidos los suníes, un interés y un voz y voto en el futuro de su país.

Es cierto que las semillas de la libertad apenas han sido plantadas en Iraq, pero la democracia, cuando crece, no es una frágil flor sino un saludable y robusto árbol. Como estadounidenses, creemos que las personas en todas partes del mundo prefieren la libertad a la esclavitud, y que la libertad, una vez escogida, mejora la vida de todos. Y entonces, tenemos la confianza de que nuestra coalición y el pueblo iraquí cada uno hace su parte, [que] la democracia en Iraq tendrá éxito. (Aplausos).

Algunos observadores también aseguran que Estados Unidos estaría mejor si aceptásemos nuestras pérdidas y saliéramos de Iraq ahora. Esta es una ilusión peligrosa, refutada por una simple pregunta: ¿Estarían Estados Unidos y otras naciones libres más seguras o menos seguras con Zarqawi y Bin Laden en control de Iraq, su gente y sus recursos? Tras haber sacado del poder a un dictador que odiaba a la gente libre, nosotros no vamos a permanecer cruzados de brazos mientras una nueva ola de asesinos dedicados a la destrucción de nuestro país toma control de Iraq por medio de la violencia.

Siempre existe la tentación, en medio de una larga lucha, de buscar la vida simple, de evadir los deberes y los problemas del mundo, desear que el enemigo se canse del fanatismo y el asesinato. Ese sería un mundo placentero, pero no es el mundo en el que vivimos.

El enemigo nunca se casa, nunca se sacia, nunca se contenta con la brutalidad. Este enemigo considera cada retirada del mundo civilizado como una invitación a mayor violencia. En Iraq, no hay paz sin victoria. y nosotros mantendremos nuestro valor y ganaremos esa victoria.

El quinto elemento en nuestra estrategia en la guerra contra el terrorismo es negarle futuros reclutas a los militantes al reemplazar el odio y el resentimiento con democracia y esperanza a lo largo y ancho del Medio Oriente. Esto es difícil, y es un proyecto a largo plazo. Aun así, no hay alternativa. Nuestro futuro y el futuro de esta región están entrelazados. Si a lo largo y ancho del Medio Oriente se deja crecer la amargura, si los países permanecen en miseria mientras los radicales revuelven el resentimiento de millones, entonces esta parte del mundo será una fuente de interminables conflictos y peligro cada vez mayor. en nuestra propia generación y la que sigue.

Si a las personas de esa región se les permite escoger su propio destino y avanzar por su propia energía y participar como hombres y mujeres libres, entonces los extremistas serán marginados y el flujo del radicalismo violento hacia el reto de mundo disminuirá y a fin de cuentas terminará. Al apoyar la esperanza y libertad de otros, aseguraremos aun más nuestra propia libertad.

Estados Unidos está tomando esta posición en maneras prácticas. Estamos alentado a nuestros amigos en el Medio Oriente, incluido Egipto y Arabia Saudita, a que tomen el camino a la reforma, que fortalezcan sus propias sociedades en la lucha contra el terrorismo al respetar los derechos y las preferencias de sus pueblos. Estamos hombro a hombro con disidentes y exiliados contra los regímenes opresivos porque sabemos que los disidentes de hoy serán los líderes democráticos del mañana. Estamos argumentando esto a través de la diplomacia pública, afirmando de manera clara y segura nuestra creencia en la autodeterminación, el imperio de la ley, la libertad de culto y la igualdad de derechos de la mujer, creencias que son correctas y verdaderas en todos las tierras y todas las culturas. (Aplausos).

Y a la vez que hacemos nuestra parte para confrontar el radicalismo, sabemos que el trabajo más vital será realizado en el mismo mundo islámico. Y este trabajo ha comenzado.

Muchos intelectuales musulmanes han condenado públicamente el terrorismo, a menudo citando el verso 32 del capítulo 5 del Corán, que afirma que matar a un ser humano inocente es matar a toda la humanidad y salvar la vida de una persona es como salvar a toda la humanidad.
Después de los ataques en Londres el 7 de julio, un imán en el Emirato Árabe Unido declaró: "Quien sea que hace tal cosa no es musulmán, ni una persona religiosa". Ha llegado el momento en el cual todo líder musulmán responsable se una a denunciar la ideología que explota el Islam por fines políticos y profana una noble fe.

Muchas personas de la fe musulmana están probando su compromiso a gran riesgo personal. En todos los lugares que nos hemos enfrascado en la lucha contra el extremismo, aliados musulmanes se han unido a la batalla, convirtiéndose en compañeros en una causa vital.

Tropas afganas están combatiendo contra lo que queda del Talibán. Soldados iraquíes se están sacrificando para vencer a Al Qaida en su propio país. Estos valientes ciudadanos saben lo que está de por medio: la supervivencia de su propia libertad, el futuro de su propia región, la justicia y humanidad de su propia tradición, y nos sentimos orgullosos de estar al lado de ellos.

Con el alzamiento de un enemigo mortal y el despliegue de una lucha ideológica global, nuestro tiempo en la historia será recordado por desafíos nuevos y peligros sin precedente). Y sin embargo, la lucha a la cual nos hemos unido es también la expresión actual de una batalla antigua entre aquellos que ponen su fe en dictadores y aquellos que ponen su fe en el pueblo.

A través de la historia, los tiranos y aquellos que quieren serlo siempre han afirmado que el asesinato es justificado para servir su gran visión, y terminan marginando a las personas decentes en todo el mundo. Los tiranos y aquellos que quieren serlo siempre han afirmado que las sociedades regimentadas son fuertes y puras, hasta que esas sociedades se derrumban en corrupción y podredumbre.
Los tiranos y aquellos que quieren serlo siempre han afirmado que los hombres y mujeres libres son débiles y decadentes. hasta el día que los hombres y mujeres libres los derrotan.

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Nosotros no sabemos el rumbo que tomará nuestra lucha o los sacrificios que pueden estar a nuestra espera. Sí sabemos, sin embargo, que la defensa de la libertad vale nuestro sacrificio. Sí sabemos que el amor de la libertad es la fuerza más poderosa de la historia.

Estos son tiempos históricos. Es un tiempo vital para nuestra nación y para el mundo. Deseo darles las gracias por su valentía y su sacrificio.

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