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10.2.12

Yihadismo extremo en España

Un informe asegura que activistas de 'Takfir', inspiradora del 11-M y partidaria de la guerra santa «sin reglas», están en cuatro comunidades
Defensa alerta de la expansión de la rama más violenta de Al Qaida

Agentes de la Guardia Civil se dirigen a registrar el local de un supuesto terrorista yihadista en Pamplona.
VILLAR LÓPEZ / EFE
El terrorismo yihadista más violento se ha asentado en España y quizás suponga ya la mayor amenaza para la seguridad del país.

Un informe editado en enero por el Ministerio de Defensa, que se hace eco informaciones del Centro de Nacional de Inteligencia (CNI) y de las fuerzas de seguridad, alerta de «síntomas inquietantes» de la presencia en el país de individuos o células de la 'Takfir wal-Hijra', el grupo «precursor de la propia Al Qaida» y la «más radical de las versiones del salafismo yihadista».

Los analistas aseguran que esta corriente, partidaria de la «yihad sin reglas» y que aspira a un «califato mundial bajo un gobierno regido exclusivamente por la sharia o ley islámica», tiene bases en Barcelona, Valencia, Málaga y Madrid o Melilla.


El estudio 'Movimientos Islamistas en España' del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), el centro de investigación de Defensa, analiza las cuatro corrientes radicales de esa religión existentes en España para llegar a la conclusión de que solo una, la 'Takfir wal-Hijra' (Anatema y Exilio), apoya la violencia abiertamente. El problema radica en que, es, con mucho, el grupo más extremista existente.

De acuerdo con el documento, que firman dos de los más reputados analistas de Defensa sobre este tema (José María Blanco y Óscar Pérez Ventura), tanto el CNI como los servicios de Información, ya han detectado movimientos de 'Anatema' en cuatro mezquitas de Barcelona y dos de Valencia, «dirigidas por imanes argelinos y marroquíes», en las que se «practica el proselitismo y la captación de nuevos seguidores, utilizando como señuelo la religión».


El control de los servicios antiterroristas sobre estas mezquitas conocidas -prosigue el informe- ha hecho que los propios «líderes takfirís» en los últimos tiempos se dediquen a difundir su «mensaje radical» también en «pequeños locales» e incluso pisos particulares.

Defensa considera especialmente peligrosos a los activistas de este grupo por dos de sus características: su radicalidad y su gran facilidad para pasar desapercibidos. Aunque los expertos españoles reconocen que la 'Takfir' «no posee una ideología muy elaborada» y solo se inspira en el «retorno a un Islam primigenio», sus métodos violentos no conocen límites. «Como la más radical de las versiones del salafismo yihadista, los 'takfirís' no dirigen su hostilidad solo contra los responsables políticos y fuerzas de seguridad contemplados como adversarios, sino también contra el conjunto de la sociedad que sostiene y elige democráticamente a esos gobiernos», afirma el informe. «Este grupo también considera enemiga a la población musulmana que no apoya la causa yihadista, incluidos los ancianos, mujeres y niños», explica el documento.


Según el IEEE, «nada es ilícito para un takfirí, ni está fuera de sus límites, para perseguir una yihad sin reglas». Y, precisamente, en ese aspecto radica su difícil seguimiento: a diferencia de otros grupos, a los activistas de esta corriente se les permite «no cumplir los preceptos del Islam» con tal de pasar «lo más desapercibido posible dentro de las sociedades y entornos occidentales que pretenden aniquilar».


Alcohol y cerdo


Uno de esos 'takfirí' en España puede beber alcohol, fumar, comer carne de cerdo, vestir como un occidental, no llevar barba, no realizar los rezos obligatorios en la mezquita o, incluso delinquir y traficar con drogas para poder conseguir recursos para llevar a cabo la yihad.


Pueden llegar al extremo -advierte el informe- de la profanación de cadáveres con tal de 'castigar' a sus enemigos. De hecho, según el documento, miembros de este grupo fueron los responsables de profanar y quemar el cadáver del GEO Francisco Javier Torronteras, fallecido en la inmolación colectiva en Leganés de los autores del 11-M. Precisamente, en relación a los atentados de Madrid, el estudio de Defensa sostiene que la 'Takfir' fue el «motor ideológico» de la masacre de Madrid, hasta el punto de que en el piso de Leganés se encontraron archivos en varios ordenadores que hablaban sobre este movimiento.


El IEEE, que considera básica la infiltración («inteligencia humana») en estos grupos para combatirlos, cree que la actual base de este movimiento en España son «musulmanes radicales de segunda generación». Individuos «nacidos en España e hijos de inmigrantes» que conocen las costumbres occidentales y que se organizan en células de 10 o 15 activistas. «La clandestinidad y el secretismo son sus mayores obsesiones, lo que hace que sea muy difícil conocer su estructura». Su procedencia hace aún más difícil su seguimiento: «Son originarios de los tugurios más marginales de Marruecos o de las clases más acomodadas de Egipto».

MELCHOR SÁIZ-PARDO | MADRID.
Laverdad.es

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La segunda conquista islámica de España está en marcha

22.3.10

Islamización radical de las ciudades españolas Ceuta y Melilla

Leo con estupor en “El Pueblo de Ceuta” http://www.elpueblodeceuta.es/201003218109.html un artículo escrito por José Luis Navazo 21 de Marzo 2010, sobre la islamización radical de las ciudades españolas Ceuta y Melilla, y las correspondientes amenazas recibidas por publicar y sacar a la luz las tácticas y estrategia final de la islamización irreversible que se esta cerniendo en ambas ciudades.
Este es en cuestión el articulo:


Referente a las amenazas recibidas al periodista Chema Gil:

Chema Gil, periodista (Colegio de Periodistas de Murcia).
Dipl. Curso Superior de Seguridad Ciudadana, Terrorismo y Libertades Públicas (Instituto de Formación Policial).
Diplomado EPU en Gestión de Emergencias y Protección Civil por la Universidad de Valencia.
Diplomado EPU en Sistemas de Prevención (Universidad de Valencia). Ha realizado estudios de Filosofía (Univ. Pontificia Salamanca CETEP-San Fulgencio) y Criminología.
Estudios de Derecho en la UOC. Ciencia Islámica Liceus- Universidad de Alcalá.


Exclusiva. MIEMBROS DE TAKFIR WAL-HIRA, EL MÁS PELIGROSO GRUPO TERRORISTA YIHADISTA, EN MURCIA
09/01/2010

Murcia, Melilla y Tarragona: Eleciones fraudulentas en el ámbito islámico, ilegales autoproclamaciones de representación de los musulmanes españoles y presencia de Takfiris en el Levante español, un verdadero ‘Cocktail Molotov’

Punto de Mira por Chema Gil

Coincidiendo con el inicio de la presidencia española de la Unión Europea, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido seguir jugando con fuego o esconder la cabeza bajo el ala, ante las maniobras orquestadas por grupos islamistas y no activar ninguna medida contra ellas. Hace unos días anunciábamos en exclusiva en Vegamediapress un viaje del líder de la UCIDE, Riay Tatary a Melilla para dar su apoyo a un supuesto proceso de democratización de la Comisión Islámica melillense, proceso que empezó a sustanciarse de forma sana, pero que se ha materializado de forma fraudulenta como pudo comprobarse ayer mismo en Melilla (basta ver el diario Melilla Hoy), donde cualquier musulmán podía votar las veces que quisiera en cualquier mesa electoral de las que se pusieron a las puertas de las mezquitas.

Este proceso, tal cual se ha materializado, está apoyado por el partido islamista CPM (Coalición por Melilla) que lidera Mustapha Aberchán, y que es socio electoral del PSOE. Tal como señalamos en su día “Esto es lo que está pasando en Melilla, una ciudad autónoma en la que sólo el sentido común de quien gobierna la Ciudad Autónoma (PP) puede frenar ciertas derivas y, lo peor, es que lo está haciendo sin el apoyo del Gobierno Central, pues el PSOE melillense con la connivencia ingenua o imprudente de Ferraz, mantiene un pacto con el partido de Aberchán que causa estupor, incluso, entre los musulmanes de buena voluntad, que ven un riesgo. El PSOE melillense se ha entregado sin pudor a las maniobras del líder de Coalición por Melilla (CPM), Aberchán, con quien mantiene un pacto electoral antinatura. Personas vinculadas a CPM, meses atrás plantearon la islamización del partido de forma abierta, y actúan en la calle siguiendo pautas comunes que las que pueden observarse en determinados miembros del movimiento de Yassine en Marruecos, lanzando mensajes populistas supuestamente defensores de los pobres, cuando en realidad desde sus filas se dirige, incluso, los mensajes que los imames deben lanzar desde las mezquitas, con connotaciones propias del islamismo más radical y aquel Imam que se niega sufre las consecuencias –incluso a veces en forma de amenazas- o se le condena al ostracismo.

(Carta de la convocatoria del acto)

Es curioso ver cómo, entre las filas de Coalición por Melilla, a gente como Mohammed Aomar (el bigotes) vinculado a los conflictos que hace algún tiempo se produjeron en la Mezquita de Cabrerizas o Mustapha Talhaoui. Ayer, la islamización radical dio un paso más que sólo podrá frenarse mediante las acciones judiciales que puedan iniciarse en las próximas horas.

El ‘papelón’ del Delegado del Gobierno socialista en Melilla debe ser objeto de análisis, pues las fuerzas de seguridad dieron cobertura de seguridad –ayer- a un proceso plagado de irregularidades, pero nadie del ministerio del Interior le ha dado una colleja a un delegado del Gobierno en cuya sede se han llegado a hacer reuniones que merecen ser objeto de análisis.

Murcia, de nuevo en el centro de atención

Recordemos lo que adelantamos en exclusiva hace unos días: “Vegamediapress está en posesión de un documento, a modo de circular, firmado por el musulmán converso Félix Herrero (Mohamed Amin) en el que, pese a no tener la representación habilitante para ello dice que “Ante esta situación, un grupo de entidades musulmanas os invitamos a participar en la Reunión del Consejo Consultivo de la FEERI que, ‘inxa allah’(sic) vamos a celebrar el próximo día 16 de Enero de 2010 en la Mezquita Assalam, sita en la calle General Martín de la Carrera num. 13 en Murcia, a las diez de la mañana en primera convocatoria y a las 11 en segunda convocatoria, la finalidad de esta reunión del Consejo Consultivo es acordar deacuerdo con los estatutos vigentes de la FEERI la convocatoria de una Asamblea General Extraordinaria de la FEERI”.*

Es decir, no estando reconocidos como los legales representantes de una Federación de interés público, actúan como si lo fueran. A Vegamediapress le consta que para darle una patina de cierta verosimilitud estos autoproclamados representantes nacionales llegaron a redactar un acta; pero la realidad es tozuda, las autoridades del Ministerio han sido claras, los interlocutores de la FEERI con el Ministerio no han cambiado.

Un funcionario de Justicia ha puesto de manifiesto que “lo que se está haciendo con el impulso de la FIRM y el apoyo de ciertos representantes de otras asociaciones es absurdo, su representación ante las autoridades españolas no es válida hoy por hoy y están provocando una situación que es lamentable, pues los musulmanes de Murcia y del resto de España no merecen que se les engañe”.

Fuentes judiciales, consultadas por esta redacción, han explicado que “quien no ostenta la representación legal de una asociación o federación o entidad de interés público, no puede arrogarse la misma y actuar como si lo fuere y ante actuaciones de ese tipo podría actuarse judicialmente contra quien resultare incurrir en tales conductas”.

Una curiosidad más de la ‘circular’ es que en la cabecera del escrito figura, en los dos extremos, en castellano, la entidad en nombre de la cual se firma el escrito. Está escrito en español y en árabe. En español pone ‘Asociación Democrática Mudejar’, mientras que en árabe, si lo traducimos, pone Asociación Islámica Mudéjar.

Que el movimiento fundamentalista islámico de Marruecos, ‘Justicia y Espiritualidad’ (JyE) tiene claras vinculaciones personales con la Federación Islámica de Murcia (FIRM) está claro, especialmente para los servicios de información de las Fuerzas de Seguridad del Estado y para el propio Centro Nacional de Inteligencia.

Que el Estado, la Comunidad y determinados Ayuntamientos han estado financiado a grupos y asociaciones relacionadas tanto a la FIRM como al referido movimiento, que aspira a lograr una república islámica de corte Iraní, a tontas y a locas y con bastante estupor por parte de los citados servicios del Estado, también es de una certeza absoluta.

Lo que también ha quedado claro para el Ministerio de Justicia español, en los últimos días, es que la FIRM apoyándose en adláteres de otras provincias y en miembros del movimiento Justicia y Espiritualidad con alta representación en nuestro país, en el mes de noviembre, intentaron de forma irregular forzar, en una Asamblea de la FEERI (que es interlocutora con el Estado junto a la UCIDE) la elección de una nueva ejecutiva. De hecho, habiendo terminado el orden del día de esa asamblea, los más radicales decidieron que no abandonaban el local donde habían celebrado la reunión, e incluso, cuando el resto de representantes ya se habían marchado realizaron un simulacro de elección donde, por unanimidad, eligieron al miembro de la FIRM, Mounir Benjellun, como nuevo presidente de la FEERI, en una ejecutiva en la que también estaba el español converso, Félix Angel Herrero.

La estrategia para actuar así fue terminada de perfilar en una reunión clandestina –es decir, a la que no se dio publicidad- celebrada una semana antes en Torre Pacheco. Casualmente en paralelo en esos días se celebraba un acto público convocado por la FIRM en Beniel, pero nada dijeron de lo que se ‘coció’ en el municipio del Campo de Cartagena. Pero la reunión fue puesta al descubierto, en exclusiva, por Vegamediapress y la estrategia también. Todo se fue al traste, pero por lo visto, ciertas personas de Justicia y Espiritualidad no querían escuchar esas noticias”.

Takfiris entre Tarragona, Murcia y Melilla

En un trabajo de campo realizado recientemente por esta redacción en el norte de Africa, junto con especialistas en islamismo pudimos asistir a un encuentro (en Melilla) en el que, un miembro del Takfir wal-Hijra, quizá el movimiento yihadista más peligroso del mundo mantenía una reunión con una persona vinculada al movimiento radical Justicia y Espiritualidad. Quizá, la forma más fácil de identificar a un miembro de este grupo es la forma de vestir, completamente occidentalizada, no se niegan a consumir alcohol y a saltarse preceptos islámicos, si es necesario para realizar acciones de la Yihad. Pues bien, mientras que hasta los santones salafíes más importantes están lanzando mensajes por todo el mundo contra este tipo de movimientos, en España están generándose extraños vínculos entre grupos que aparentemente están en compartimentos distintos. La realidad es que hay un elemento trazador común, pero ni las FFSS ni el CNI consiguen información desde dentro de los movimientos implicados en una especie de acción coordinada de imprevisibles consecuencias. Las deslealtades entre servicios del Estado, la falta de coordinación entre la gente que realiza el trabajo de campo, concepciones de información y análisis en estos ámbitos que están quedando obsoletas y las traiciones incluso a quienes se prestan a colaborar, hacen que los servicios, salvo unidades muy específicas, estén a la luna de Valencia. Atención pues la actividad Takfir también se está produciendo en Murcia.

Y todo esto está ocurriendo coincidiendo con el inicio de la presidencia de la UE, donde hay países que tienen claro cómo actuar contra estos grupos, como Italia o Francia, pero España, como siempre, por detrás, y a distancia, como si no quisiera molestar.

Pregunta Yolanda Couceiro si alguien no entiende la ecuación, la igualdad, lo que está sucediendo, y la respuesta es que todos sean de la ideología que sean lo saben, lo entienden y lo admiten. Algunos lo ven y miran para otro lado pensando que esto nunca le va a suceder a sus familiares, otros lo admiten por simple ignorancia y los peores y más culpables son los que viéndolo lo admiten, los que conociendo la realidad se niegan a admitirla; quedan los están los peores los pobres de espíritu, esos que aun a sabiendas que lo que denunciamos es lo que nos espera a nosotros y nuestros hijos en un futuro cercano, siempre temerosos se niegan a levantar la voz y defender nuestra libertad conseguida tras muchos esfuerzos y no menos entereza ante las miserias humanas y las trabas encontradas en el camino.

De nuevo es necesario levantar la voz contra la barbarie, de nuevo es necesario luchar para no perder lo conseguido, pero mucho me temo que es predicar en el desierto que el miedo supera con creces la libertad de las personas, todo este miedo lo puedo traducir en una palabra, lastima, lastima y pena infinita por una cobardía que solo nos conducirá hacia el peor de los designios, a nosotros y a nuestros descendientes.
La historia de Europa empieza con una nueva andadura, la paramos renegando de las monstruosidades que pretenden imponernos, de lo contrario nos atenemos a las terribles consecuencias. Algunos ya hemos decidido levantar las voces y gritar alto sin miedos con todas las consecuencias, malo por malo, que se enteren de nuestra existencia.
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12.4.09

Sectas en Melilla "El infierno de Fátima"


La secta Takfir Wal Hijra, la más radical y extrema del yihadismo, ha echado raíces en Melilla.

Fátima, de 18 años, revela a EL PAÍS como fue captada por sus dirigentes y el odio que le inculcaron. Ahora les acusa de ordenar el asesinato de su novio.

Durante un año, los ojos negro azabache de Fátima Mohand Abdelkader no se cruzaron con los de ningún hombre que no fuera su padre o el dirigente de la secta Takfir Wal Hijra (Anatema y Exilio), que la captó y aleccionó en el barrio musulmán de La Cañada, el más deprimido y abandonado de Melilla. Tras dejar sus estudios, rezaba en casas abandonadas, alejada de las miradas mundanas, vestía de negro, cubría sus cabellos y meditaba taparse con el pudoroso burka que su maestro le ofrecía una y otra vez. Sus amigas ya lo habían hecho.

A Fátima, que entonces tenía 16 años, se la tragó la tierra. Huyó de su novio y su familia y se entregó al servicio de la secta más clandestina y radical del yihadismo, la que odia a los musulmanes que no piensan como ellos, la que permite robar a los infieles y disfrazarse para no despertar las sospechas de los servicios de inteligencia. Un restringido y peligroso club del odio que cuenta con ácolitos en La Cañada y en el vecino barrio marroquí de Farhana, a tiro de piedra de la valla que separa España de Marruecos.

Salam Mohand Mohamed, su novio y ex miembro de la secta, fue el único capaz de sacarla de las garras de los takfiris, la corriente a la que pertenecían Mohamed Atta, el jefe de los suicidas del 11-S, y varios de los autores de la matanza de Atocha en Madrid. "Elige. O ellos o yo", le espetó el muchacho el pasado verano. Fátima dejó el grupo y a partir de entonces su vida fue un infierno. "Recibí toda clase de amenazas y presiones para que dejara a mi novio y para que volviera", confiesa ahora.

El pasado 8 de julio, su novio Salam fue secuestrado y torturado en Farhana, justo el día antes de que ambos se marcharan a Barcelona para iniciar una nueva vida y escapar de las miradas inquisidoras de los miembros de la secta que les llamaban "musrikin", los que atribuyen divinidad a otros además de Dios. El cadáver de Salam, de 21 años, fue descubierto semidesnudo y atado de pies y manos en un bosque en Buyafar (Cabo Chico), en territorio marroquí. Su rostro, cara y genitales estaban quemados con fuego, según la autopsia del Instituto de Medicina Legal de Melilla. Junto a él estaba el cuerpo de Rachid Chaib, un chico melillense de su mismo barrio que le acompañaba. Tenía lesiones similares y un disparo en la cabeza. Fátima acusa a los miembros de la secta y desvela a EL PAÍS los detalles del adoctrinamiento al que fue sometida por los radicales islamistas.

El primer contacto de Fátima con la secta que le aisló del mundo se produjo en La Cañada, su propio barrio, el lugar elegido por los grupos salafistas y takfiris para captar a sus acólitos. En este barrio musulmán se levantan centenares de viviendas ilegales y acumulan récords de paro y fracaso escolar. Algunos jóvenes viven del trapicheo y del tráfico de hachís. "Me juntaba con las niñas mayores del barrio. Yo iba con minifalda y camisetas de manga corta, pero empezaron a advertirme de que me tapara cuando fuera a verlas. Me decían: '¡Eres una chica! Tápate si quieres venir con nosotras'. Les hice caso porque eran mis amigas del colegio. Ellas entonces llevaban chilaba e hiyab".

Ese verano Fátima recibió la invitación para acudir junto a sus amigas a una casa abandonada. Le anunciaron que un ilustrado iba a hablarles del islam. "Dirigía la reunión el hermano de una de las chicas. Al principio te hablan de algo bonito y bueno. Te hablan de Dios, de lo que esperan de ti, de lo que te puede dar. Yo sólo tenía 16 años y todo aquello me gustó".

Las reuniones se hicieron periódicas y las reglas quedaron claras desde el primer día: "Él nos preguntaba a nosotras. Nosotras no podíamos preguntar sobre nada mundano, sólo acerca de dudas relacionadas con el islam. Allí me leyeron las normas básicas de la secta: no podía comer carne que no fuera sacrificada por ellos; estaba prohibido escuchar música, ir al cine o ver la televisión; no estaba permitido hablar o mirar a los ojos de una persona del sexo opuesto, salvo a tu padre, a tu hermano o a tu marido. Tus ojos no debían cruzarse nunca con los ojos de un hombre. Tenías que bajar la vista y mirar al suelo; tenías que vestir de negro o de colores oscuros, cubrirte la cara y usar guantes hasta los codos. Las mujeres de los miembros de la secta usaban burka y nos animaban a usarlo".

Fátima retiró en un armario sus camisetas y minifaldas ceñidas. "Empecé a vestirme de negro, aunque no me tapaba ni la cara ni las manos. Algunas lo cumplían todo y otras no. Entonces éramos seis chicas, y yo la más pequeña. Me sentía bien, pensaba que seguía la verdad, que hacía algo bueno. Dejé los estudios, aunque tenía ilusión de hacer el bachillerato, pero ellos no aceptaban que estudiara. Eso suponía mezclarse con mucha gente y no les gustaba nada".

Sus padres y Salam, el novio de Fátima, descubrieron pronto que había caído en las garras de los takfiris que deambulan por las empinadas calles de La Cañada, en el corazón de Melilla, una ciudad de 71.000 habitantes con la mitad de la población musulmana. La chica se negaba a sentarse a comer en su misma mesa, escondía su rostro y se encerraba en su habitación. Rezaba cinco veces diarias sobre una pequeña alfombra y no les dirigía la palabra. Salam había pertenecido a la secta y conocía el interés de sus dirigentes por Fátima. "La querían porque es una joven muy inteligente y pensaron que sería ideal para captar a más gente", confiesa un joven del barrio que pide se omita su nombre.

"Rompí la relación con mi chico por esta gente. Era incompatible estar con ellos y tener un novio. Me decían: 'Si quieres estar con nosotros, tienes que apartarte de todo'. Nadie es musulmán excepto ellos. El mundo se divide en creyentes y no creyentes, no hay judíos ni cristianos. El que no pertenece a la secta es un perro. Cuando alguien que no era del grupo pasaba delante de nosotros, ellos musitaban: 'Míralos, son peor que perros'. Al principio me impresionaba, luego pensaba como ellos", reconoce.

Los takfiris de Melilla y de la vecina ciudad marroquí de Farhana visten ropa occidental, no llevan largas barbas y usan deportivas. La clandestinidad es la obsesión principal de esta secta establecida en Melilla de la mano de un radical marroquí que apareció en La Cañada como caído del cielo. Un tipo que ha desaparecido de la misma forma que llegó. Todos los imanes de las mezquitas melillenses son marroquíes, pero los takfiris huyen de las mezquitas como de la peste. "Dicen que están llenas de malos musulmanes y vigiladas por la policía. Odian a los imanes y les llaman corruptos", asegura Mohamed, un joven del barrio.

Fátima tampoco pisaba las mezquitas de La Cañada. Las chicas rezaban en la casa abandonada, y los chicos, en el monte durante la noche y sin testigos. Siempre separados. Hombres y mujeres no pueden rezar juntos. "Sólo se ponían chilabas cuando rezaban a escondidas. Deberían usarlas, pero vestían al revés. Un día les pregunté: ¿Nos pedís que nos pongamos el burka y vosotros vestís como queréis? Y me respondieron: 'Lo hacemos para que no nos sigan la pista, para que la policía no se fije en nosotros'. Pero sus pantalones cortos, a veces, los delatan: "Decían que no pueden bajar de los tobillos. Que más largos son impuros".

Los primeros libros que recibió Fátima trataban sobre la mujer: la mujer en casa, la mujer con el marido, los deberes de la mujer. Un compendio en apariencia ilustrado de sumisión y vejación absoluta hacia las mujeres. "Su mensaje se resumía en que se puede maltratar a la mujer, se le puede golpear, pero nunca en la cara ni en las manos. Me hablaban de una mujer sumisa que no replica, que no responde jamás a su marido. La lista de castigos hacia la mujer era innumerable. Un día me rebelé y les dije: 'A mí no me pega nadie".

Irak y Afganistán eran el hilo conductor de muchas conversaciones clandestinas: "Si realmente fuéramos hombres, estaríamos allí ayudando a nuestros hermanos", repetían a veces delante de las mujeres. "De la yihad hablaban menos en nuestra presencia porque no se fiaban. Nosotras no podíamos opinar sobre nada", recuerda Fátima.

La joven pasó de la sumisión a la rebeldía. Su novio la reclamaba y comenzaron a verse en secreto. "Nos veíamos a escondidas. Nunca me recogía en casa, pero pronto nos descubrieron y comenzaron las críticas. 'Has vuelto con ese traidor; te hemos visto bajar de su coche. No tienes vergüenza'. Yo mentía y negaba". Les molestaba más porque Salam se había ido de la secta y ahora se llevaba a una de sus más fieles y prometedoras seguidoras, afirman varias personas del entorno de la pareja. "Son takfiris, el que entra a su grupo ya no sale", asegura Mohamed, un joven del barrio que asegura conocerlos.

Fátima decidió cortar con la secta. ¿Qué pasa con Fátima que no viene? ¿Está enferma? ¿Alguien sabe dónde para? Las preguntas de los jefes de la secta corrieron de boca en boca a ambos lados de la frontera, en especial bajo los burkas de algunas amigas y compañeras de colegio de la joven melillense que habían contraído matrimonio con miembros del grupo. "Empezaron los rumores de que nos íbamos a Barcelona a casa de la madre de Salam. Queríamos irnos para escapar de esta gente y de La Cañada. Hicimos trámites para casarnos en el juzgado".

El pasado julio, Fátima y su novio, Salam, ex miembro del Ejército, charlaban sentados en la puerta de su casa. Ella había vuelto a vestir como antes, ya no se tapaba, y llevaba semanas alejada de la secta. Dos takfiris pasaron en coche y les lanzaron miradas inquisidoras. Salam le dijo a Fátima: "¡Mira como te miran tus amigos!". Poco después, un pitido del móvil de Fátima le anunció la recepción de un mensaje: "Nos ridiculizas con tu actitud. Nos avergonzamos de ti", rezaba el texto.

El 8 de julio, Salam apareció en casa de Fátima. El chico había pasado la semana preparando su Volkswagen Golf VR6 de cristales tintados. Le apasionaban los coches y quería tenerlo a punto para su marcha a Barcelona. "¿Quieres un bocadillo?", le preguntó Fátima. "No. Tengo un encargo que hacer en Farhana. Me han llamado para ir a recoger un dinero y me ofrecen 4.000 euros de comisión". El encargo, según la versión de Fátima, se lo había hecho un miembro de la secta con el que Salam todavía guardaba alguna relación desde la época en la que perteneció al grupo. Le dijeron que ellos no querían pasarlo porque podían estar fichados por la policía.

"Me sorprendió que le llamaran a él. Le dije que no fuera, que se la iban a jugar, que era una trampa. Yo los conocía muy bien. Se quedó pensando y me respondió que no me preocupara, que había pensado llevarse a su amigo Rachid para que le acompañara, pero que no iría. Que a las once de la noche volvería a cenar conmigo. Se subió al coche y se fue. Nunca me imaginé que no volvería a verle más", se lamenta Fátima.

La investigación policial en los dos países ha acreditado que Salam y su amigo Rachid, un chico de 21 años en paro, bajaron sobre las ocho de la tarde del día 8 desde La Cañada hasta un aparcamiento próximo a la frontera. Allí dejaron el vehículo y pasaron andando a Marruecos. Un coche los recogió y llevó al barrio de Farhana, donde fueron torturados hasta morir en una vivienda que todavía no se ha localizado. Una semana más tarde aparecieron sus cuerpos semidesnudos en un bosque cercano a la frontera española, junto a la carretera que une Mariquari y Yassine. Los dos jóvenes estaban atados de pies y manos. Los gendarmes marroquíes encontraron a 16 kilómetros la camisa y el chándal de Salam. "Habían cavado una fosa para enterrarlos y no les dio tiempo. Los montaron en un coche y los tiraron como a perros en un bosque", relata Abdesalam, de 48 años, el padre de Salam, un pintor melillense en paro.

Las autoridades marroquíes trasladaron los cadáveres al hospital Hassani de Nador, donde por orden judicial se les hizo una autopsia. Un primo de Salam lo reconoció por un pendiente que llevaba en la oreja. Su rostro estaba totalmente desfigurado por el fuego. "No sabemos si lo hicieron con un producto químico o con fuego. A mi hijo le quemaron también sus partes. Han tenido que sufrir muchísimo", dice Abdesalam mientras exhibe el último informe forense. Las familias de Salam y Rachid pidieron una segunda autopsia privada en Marruecos. Los cuerpos sin embalsamar atravesaron la frontera en dos cajas y en mal estado de conservación, según advierte la tercera autopsia del Instituto de Medicina Legal de Melilla. El informe describe su avanzado estado de putrefacción y afirma que los recibieron envueltos en sábanas y un plástico azul precintado. Los médicos establecen su muerte entre los días 8 o 9 de julio.

Abdelasam reconoce que su hijo le confesó que iba a cruzar la frontera de Marruecos para pasar dinero, y asegura que le advirtió del riesgo. "Ten cuidado. No pases en tu coche, no te vayan a meter droga y tengas un lío", le dije. "Necesitaba dinero para irse a Barcelona con su novia y le pusieron el anzuelo. Todo el mundo en el barrio sabía que era un chaval bueno y algo tímido. Un chico que jamás se metió en ningún problema. Su sueño era entrar en algún cuerpo policial, pero dejó el Ejército porque un capitán problemático le volvió loco. Yo intentaba meterlo en las obras donde trabajé, pero como no salía nada, lo manteníamos entre todos"·

"No tenía un duro. Le prestaba dinero para echar gasolina. La gente que está en la droga maneja dinero, y él jamás", asegura su amigo Samir, de 23 años, militar. Rachid, de 33 años, camarero, destaca que su primo Salam no se movía en el mundo delincuencial. "Le di dinero para el carnet de conducir. Iba de casa en casa para comerse un bocadillo".

El padre de Salam y otros familiares apuntan también a los takfiris de Farhana y La Cañada como responsables de la muerte de su hijo. "Estuvo con ellos durante un tiempo. Le comieron el coco. No comía con nosotros, no nos hablaba. No veía la televisión ni escuchaba la radio. Todo era pecado. Sólo podía comer animales sacrificados por ellos. Tuve que mandarle a Barcelona para alejarle de aquella gente. Este grupo apoya las masacres, las fomenta y luego rezan como si nada. Para mí eso es incompatible. Se supone que la religión es contraria al terrorismo. Pero para ellos es diferente. Si no piensas como yo, te quito de en medio, ése es su lema. Quizá mi hijo sabía algo de ellos".

La familia de Rachid Chaib, el chico que acompañaba a Salam, piensa igual. Rachid había trabajado durante dos años en un restaurante en Alemania y acababa de regresar a Melilla. Su casa está a cinco minutos de la de Salam, y las mujeres se afanan en buscar una foto del muchacho para el periodista. Su hermano Mohamed, de 30 años, empleado en una zapatería de Melilla, lo resume así: "Los mandaron a Farhana para caer en una trampa. Los mataron el mismo día que fueron. Una muerte así sólo obedece a una venganza. Todos sabemos quién ha sido". Chaib, su padre, de 78 años, jubilado y ex militar en el Regimiento de Regulares número 2, asiente con leves movimientos de cabeza. "Le aseguro que eran buenos chicos", dice en voz baja.

En el centro de la ciudad, a 10 minutos en coche de La Cañada, el Servicio de Información de la Guardia Civil de Melilla investiga la desaparición de los dos jóvenes. No pueden indagar en los asesinatos porque fueron cometidos en Marruecos, pero por orden judicial han tomado declaración a familiares, amigos y vecinos del barrio musulmán. Fuentes próximas a la investigación aseguran que las líneas de trabajo se centran en el grupo islamista y en el terreno delincuencial. "Ambas están abiertas, incluyendo la sentimental", matizan. Algunos testimonios apuntan a que uno de los takfiris estaba enamorado de Fátima, la novia de Salam.

En Nador (Marruecos), Wariachi, sustituto del fiscal del rey, dirige la investigación de los asesinatos e intenta acumular pruebas. Hace varios días confesó a representantes del cónsul español Fernando Sánchez que no hay testigos. "Les faltan pruebas concretas para detener a alguien. Sólo hay sospechas", dicen en el consulado, frente al que se han manifestado los familiares de las víctimas.

Fátima está en tratamiento psiquiátrico, trabaja en un Burger King, cobra 745 euros al mes, y dedica todas sus energías a pedir justicia y denunciar a los que considera responsables de la muerte de su novio. "Han dicho a la Guardia Civil que conocen a Salam de vista, pero se lo habían llevado a rezar al monte varias veces, una vez, a Málaga, y otra, a Marruecos. Hacían acampadas que duraban varios días como si se retiraran al mundo rural. ¿Cómo pueden asegurar que no lo conocen? Cuando nos enteramos de que estaban muertos, hablé con uno de ellos y le dije: 'Sé que lo habéis mandado vosotros'. Se quedó impactado, empezó a sudar y me respondió: 'Si tú me hundes, yo te hundiré a ti. Me tiraré 30 años en la cárcel, pero me encargaré de que te quiten de en medio. ¿Por qué lloras por ese traidor? Te han hecho un favor".

Los takfiris de La Cañada no tienen trabajo conocido. "Roban y trafican con drogas", acusa Abdesalam. En los últimos años, varias casas de La Cañada han sido saqueadas. Cuando sus dueños regresaron, encontraron el televisor dentro de la bañera repleta de agua. "Todos pensamos que eran ellos. Predican que se puede robar a los no creyentes. ¿Qué clase de islam es ése?", se pregunta Rachid. -

La secta de los asesinos de Anuar el Sadat y del 11-S


La secta Takfir Wal Hijra (Anatema y Exilio) está implantada en España. Informes del Centro Nacional de Inteligencia aseguran que esta secta, nacida en Egipto en 1969, cuenta con, al menos, ocho mezquitas, cinco en Barcelona, dos en Valencia y una en Melilla. En la mayoría de los casos no son templos tradicionales ni ornamentales, sino humildes viviendas acondicionadas como lugares de culto para garantizar la principal obsesión de sus miembros: la clandestinidad. Sus imanes son marroquíes y argelinos. Mohamed Atta, el jefe de los suicidas del 11-S, así como los principales autores del 11-M eran takfiris, según han revelado sus familiares, amigos y varios confidentes de la policía.

El movimiento takfir fue inspirado por Shukri Mustafá, un ingeniero agrícola que propagó un anatema contra los musulmanes "renegados" que no comulgaban con sus ideas radicales sobre el islam. En 1978 fue ejecutado bajo la acusación de instigar el asesinato de Mohamed al Dhahabi, ministro egipcio de Asuntos Religiosos. La muerte del fundador de este movimiento provocó el victimismo de sus seguidores, entonces más de 5.000 personas, que salieron de sus ciudades y se refugiaron en los montes. Allí renegaban de la modernidad e intentaban regresar a la vida rural. Los asesinos de Anuar el Sadat, presidente egipcio muerto en 1981, eran takfiris. Este y otros ataques propagaron sus ideas por Europa y el norte de África. En los años noventa, el Grupo Islámico Armado (GIA), un movimiento argelino, les dio su apoyo. El Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, sucesor del GIA y hoy reconvertido en Al Qaeda en el Magreb, los acoge en su seno. Meses antes del 11-S los takfiris criticaron a Osama Bin Laden por apoyar a los talibanes que reclamaban el reconocimiento de la ONU. Para los takfiris, la ONU es un organismo enemigo. El jefe de Al Qaeda pidió ayuda a Omar Mahmud Othman, Abu Qutada, un clérigo palestino residente en Londres, el principal referente de los salafistas en Europa, y éste escribió una fetua en su apoyo. El principal vivero de los takfiris en Europa está en la delincuencia, según expertos de los servicios secretos franceses. La delincuencia está permitida en el restringido club takfir si es para la yihad.

José María Irujo
el País

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