Extractos del libro
"LA COLONISATION DE L'EUROPE".
El antirracismo tiene la misma obsesión por la raza que el cura puritano por el sexo. Hoy, el sexo se muestra tanto como una industria como la raza es violada y disimulada. Pero en realidad este disimulo esconde una presencia obsesiva del concepto. El antirracismo ha devenido una especie de meta-religión, una forma perversa e inconsciente de racismo, en todo caso el signo de una obsesión racial.
¿Pero qué es en el fondo el racismo?
Nadie lo sabe explicar ni definir. Como en todos los vocablos abusivos y con fuertes cargas afectivas, la palabra en sí carece de significación. Se le confunde con la xenofobia, y se habla así del racismo mutuo de los croatas, los serbios y los albaneses, cuando sus disputas son de carácter nacional y religioso, pero no racial.
Aquí las posiciones interesantes son las de Claude Lévi-Strauss en su opúsculo "Raza e Historia" y de Zoulou Kredi Mutwa, autor del famoso ensayo "My People", que fue la más pertinente crítica tanto del apartheid sudafricano como del modelo de la sociedad multirracial. Pero esta fue igualmente la opinión de Léopold Sedar Senghor, que teorizó sobre las nociones de "civilización negro-africana" y "albo-europea".
Estas opiniones son clasificadas en la actualidad como gravemente incorrectas.
Sus tesis pueden resumirse en estos puntos:
1) La diversidad biológica de las grandes familias de la población humana es un hecho incontestable; esta diversidad es una riqueza, es el núcleo de civilizaciones diferentes.
2) Negar el hecho racial es un error intelectual peligroso, pues niega los mismos fundamentos de la antropología e instala el concepto "raza" en el rango de tabú, en paradigma mágico, cuando en realidad es una realidad banal.
3) El antirracismo obsesivo es al racismo lo que el puritanismo a la obsesión sexual. Una sociedad multirracial es por necesidad una sociedad multirracista. No se puede hacer cohabitar sobre el mismo territorio y sobre la misma área de civilización mas que a poblaciones biológicamente emparentadas, con un "mínimum" de diferencias étnicas.
Globalmente, las tesis de Levy-Strauss, de Kredi Mutwa y de Léopold Senghor concluyen que la humanidad no es una "mobylette", y que no marcha con mixturas. Así, mientras que la ideología oficial niega el concepto de raza, en verdad lo está reconociendo y fortificando.
La sociedad francesa no reconoce que el hecho racial se le impone, se proclama por todos sitios, empezando por los inmigrantes. En los suburbios y en las "zonas sin derecho", los franceses autóctonos son tachados despectivamente como "galos", o, más frecuentemente, como "quesitos" ("petit fromages"). Mientras que las razas son censuradas como inexistentes y no se les reconoce ninguna realidad, la cuestión racial está más presente que nunca.
Es evidente que las "razas puras" no existen y que el concepto no tiene sentido biológico, pues toda población es producto de un "phylum" genético muy diverso. Pero esto no quita existencia al "hecho racial", ni a las razas. Incluso una población mestiza constituye un hecho racial, y no se puede decir que en Sudamérica o en las Antillas el mestizaje haya creado nuevas razas.
Los antirracistas, que niegan la realidad del concepto de raza, son favorables al "mestizaje", militan por la "mezcla de las razas", y niegan por tanto su propia realidad. ¿Entienden quizás que con el mestizaje las razas dejarán de existir? De forma dogmática se empeñan en demostrar "científicamente" que las razas no existen, y que por lo tanto la modificación del sustrato biológico en Europa no tendrá consecuencia alguna, sino tan solo influencias benéficas.
Esta es la tesis envenenadora del "totum cultural", en la que ni siquiera sus propagadores creen con seriedad.
De una parte la ideología oficial niega la existencia de las razas humanas, señalan las diferencias insignificantes en los cromosomas personales, pero por el otro la ley prohibe las discriminaciones raciales "en nombre de la pertenencia o no pertenencia a una raza, étnia o religión". Entonces, ¿las razas existen o no existen? En la simple lógica aristotélica o leibniziana, es un absurdo reprimir a quienes cometen un delito contra un sujeto jurídico que no existe de hecho.
Por otra parte se proclama la inutilidad de las distinciones raciales, pero se aplican legalmente cuotas de favoritismo racial. Se niegan las "diferencias raciales" pero se pone el punto en las "discriminaciones raciales positivas". (…) Como toda realidad antropológica y, más generalmente, natural, el hecho racial no es un "hecho absoluto", pero es un hecho.
Su negación actual por la ideología dominante constituye el signo y la prueba de que la cuestión racial ha devenido fatídica. Toda civilización enferma tiende a censurar la realidad de su mal y a hacer de ella un tabú. No se habla de sogas en la casa del ahorcado. La ideología hegemónica procede así con un trabajo de silencio, con un secreto de familia.
El sociólogo negro sudafricano, de etnia zulú, Kredi Mutwa, escribía en su revelador libro "My People" (Penguin Books, Londres, 1977): "Negar las diferencias fundamentales entre los negros y los blancos, las dos grandes familias raciales de la humanidad, es negar la naturaleza y la vida.
Es tan estúpido como afirmar que la feminidad y la masculinidad no existen. Aquí se descubre una falta de sentido común en el espíritu occidental. El hombre negro acusa en sí mismo más que el blanco su personalidad racial, y es por naturaleza más reticente a aceptar la utopía de un hombre universal".
En el mismo sentido, Léonine N´Diaye, en su obra "Le Soleil" (Dakar, 021121987), escribe: "Al igual que existen diferencias entre los pueblos blancos, entre los hispanos y los nórdicos, por ejemplo, también existe esa diferencia entre las etnias tribales africanas.
La humanidad está dividida en grandes familias con su propia personalidad, cultura y hecho biológico".
Entre los africanos, como entre los asiáticos la naturalidad del hecho racial no ofrece problemas. Se reivindica con toda tranquilidad.
La negación psicótica del hecho racial en Europa se apoya en la esperanza de que disimulando el hecho racial puede purgar el pecado original del racismo y crear al mismo tiempo una sociedad idílica, un paraíso extraterrestre. (…)
En el censo de la población francesa de 1999, el Instituto Nacional de Estadística no hizo ninguna referencia al origen étnico ni a la religión.
Los franceses no debían conocer las cifras reales.
Max Clos, presidente del instituto, explicó en Le Figaro (05/03/99): "Una comisión de sociólogos explicó que la menor referencia sobre el carácter étnico o religioso de una ciudad o un barrio podría provocar reacciones racistas.
Las gentes tienden a creer que una mayoría de población magrebí o africana crea inseguridad". ¡Fantástico!… como si "las gentes" no se percataran ellas mismas de la realidad al andar por las calles. Este es un perfecto ejemplo de engaños al pueblo, de negligencia del poder y de "transparencia democrática".
¿Por qué el enfermo desconoce su fiebre, por qué se niega a mirar el termómetro? ¿Porqué los poderes niegan que la inmigración es de hecho un cataclismo social, que está en marcha una colonización, por qué se comportan como si la emigración no existiese?
El estado se ha vuelto de nuevo censor, a veces se refiere a las poblaciones afro-magrebíes como "representantes de la población que vive en la periferia"… asombroso eufemismo. El Instituto de Estadística niega el hecho étnico y racial y se niega a hacerse pregunta alguna sobre este hecho.
Los poderes públicos, atontados por la psicosis antirracista y el tabú étnico, disimulan voluntariamente las cifras de la inmigración. Pero al mismo tiempo, remarca sus contradicciones, como corresponde a toda ideología alejada de la realidad, pues implícitamente reconocen el carácter étnico de la colonización, reconocen que los inmigrantes rechazan la asimilación.
Los poderes públicos colaboran con los inmigrantes colonizadores para moldear la opinión pública. Pues en una sociedad mediática las gentes creen menos en lo que ven que en lo que les inculcan los mass-media.
Con toda seguridad si este libro el Sr. Guillaume Faye lo tuviera que escribir nuevamente, habría sido muchísimo mas duro con los medios de comunicación, puesto que ahora ya no se conforman con ocultarnos las cifras de la inmigración, tambien nos ocultan con alevosía la nacionalidad de los delincuentes, de las bandas de criminales, de las bandas de ladrones y de todas las bandas que han entrado en Europa “como Pedro por su casa”.
Lo peor es que no solo han entrado, lo infame es que permanecen amenazantes ignorando nuestra Constitución e incumpliendo las leyes democráticas que rigen el destino de los europeos.
Monmar.
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31.10.05
El antirracismo como religión de estado
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REFLEXIONES POLÍTICAMENTE INCORRECTAS SOBRE EL RACISMO Y LA XENOFOBIA EN ESPAÑA
ResponderEliminarCuando un español comete una agresión contra un extranjero (no importan los motivos ni las circunstancias) estamos siempre ante una agresión xenófoba. Si el agredido es asimismo de "color" estamos además ante una agresión racista. Los medios de comunicación se encargarán de subrayarlo en la primera página de sus ediciones del día siguiente para disipar cualquier duda.
Si aceptamos este criterio como válido e infalible para evaluar el carácter xenófobo y/o racista de una agresión; si la ecuación agresor de una raza/nacionalidad + agredido de otra raza/nacionalidad = agresión racista/xenófoba, entonces llegaremos en linea recta a la conclusión lógica y obligada de que las primeras víctimas, las más numerosas y las más frecuentes del racismo y la xenofobia en España somos los propios españoles, quienes somos agredidos, robados, asaltados, asesinados, secuestrados, violados, etc... por extranjeros en un grado, número y frecuencia infinitamente superior al de los extranjeros agredidos por españoles. Las decenas de miles (tal vez las cientos de miles) de denuncias anuales así lo atestiguan. A menos que esas denuncias sean falsas y respondan a una orquestada campaña fascista de difamación contra los inmigrantes, y a menos que las estadísticas policiales sobre delincuencia y criminalidad extranjeras en España sean una manipulación maquiávelica para estigmatizar a la inmigración.
Cuando sintamos la comezón irrefrenable de escandalizarnos y nos acometa, con no menos vehemencia, el apremiante impulso moral de denunciar el racismo y la xenofobia, no nos olvidemos de la realidad y pongamos en primer lugar, si pretendemos ser creíbles en nuestra condena y nuestra indignación, a las primeras, las más numerosas y más frecuentes víctimas del racismo y la xenofobia en España: los españoles. Sin embargo, nunca el agresor extranjero o de "color" de un español es reo del delito de agresión racista o xenófoba, en ninguna circunstancia. Estamos ante un verdadero tabú: el tabú del racismo antiespañol y del racismo antiblanco.
Un último punto: cuando un extranjero agrede a otro extranjero de distinta nacionalidad a la suya, en ese caso nunca se aplica el famoso criterio que hace de un español una sabandija racista y xenófoba en cuanto le pone la mano encima a un extranjero, por los motivos que fueran. Cuando un albanés agrede a un ecuatoriano, cuando un marroquí agrede a un chino, etc..., se habla invariablemente de reyerta, de altercado, de disputa, a veces de ajuste de cuentas, y poco más. La xenofobia y el racismo parecen ser características propias y exclusivas de algunas categorías nacionales y raciales: por ejemplo los españoles de raza blanca.
A.P.D
excelente la nota, pero quisiera poner algun matiz con ejemplos cotidianos.
ResponderEliminarVemos es España que una gran cantidad de crimenes cometidos por las llamadas "mafias de europa del este".
Esta gente es inclusive a nivel raza mas cercano al concepto de "blancos" que los propios
españoles.
El segundo grupo de inmigrantes serian los latinoamericanos , los cuales la gran mayoria curran (y mucho) pero no se adaptan culturalmente a la sociedad.y claro que tenemos el problema de las bandas latinas mas propias de centroamerica y de guetos en EEUU que europea.
Como tercer grupo encontramos a los moros que ni se adaptan y que suelen estar en su historia con el grave agravante de la religion.
y como cuarto grupo aparecen los negros. Extrañamente este grupo es el que menos crimenes comete y el que con todas las carencias socio culturales que cometen son los que hacen un mayor esfuerzo para adaptarse a la sociedad en la que viven. Se esfuerzan en aprender el idioma, tratan de socializar y forman parejas con españoles. Conozco gente que formaron familia con negros y estan encantados.
Esto no hace mas que afirmar que el grave problema que tiene europa con esto no es de raza sino de de cultura y de religion.
respecto al comentario anterior, me referia a negros no musulmanes por supuesto
ResponderEliminarFaye es el puto amo, y que bien se explica.
ResponderEliminarQuisiera enviar un articulo buenísimo de Perez Reverte, no puedo pegarlo en los comentarios porque excede el num de caracteres, como te lo mando?
ResponderEliminarSantiago, envíame un comentario con tu e-mail, lógicamente no lo voy a publicar, de esta manera te enviaré un e-mail y te diré como podrás publicarlo.
ResponderEliminarTe sugiero que compruebes que no sea este:
http://alianzacivilizaciones.blogspot.com/2010/07/tres-reyes-espanoles-cabalgando-juntos.html