Textos del Corán y la Sunna, que se enseñarán en la escuelas españolas, destacan la superioridad del hombre sobre la mujer Otros textos apoyan la discriminación por motivos religiosos o proponen la tortura y la pena de muerte.
Expertos juristas advierten de que los musulmanes «no admiten la sumisión a gobiernos no islámicos»
La doctrina de Mahoma contradice la Constitución.
El Corán y la Sunna, los principales contenidos del currículo de religión islámica en nuestro país, contienen textos que contradicen abiertamente los derechos y libertades que reconoce la Constitución. Aspectos como la no discriminación por razón de sexo o religión, el derecho a la vida y a la integridad física y moral, la abolición de la pena de muerte o la libertad religiosa y personal, reconocidos en el capítulo segundo de la Carta Magna, no son compatibles con algunas de las enseñanzas de Mahoma.
En defensa de estos textos los islamistas consideran que una sola aleya no puede ser concluyente por si misma, pero lo cierto es que en los colegios se enseña todo el Corán como «Libro Sagrado que Dios ha revelado».
El currículo de Enseñanza Religiosa Islámica que determina los objetivos y los contenidos mínimos para esta asignatura en los niveles de Primaria, E.S.O. y Bachillerato plantea en su preámbulo que «el Corán, contemplado como la comunicación del mensaje de Dios al hombre, representado en la persona del profeta Mahoma y en su tradición y conducta, nos marcan el camino que pretendemos seguir», de igual forma considera que «conocer y valorar la Sunna» influirá «profundamente sobre el desarrollo integral de su persona».
Pero una lectura detallada de estos textos delata que algunas de sus propuestas son abiertamente contrarias a los derechos y libertades que reconoce la Constitución Española
Para los musulmanes el Coran es un texto «increado», que se encuentra desde siempre junto a Dios y que en tiempo de Mahoma , «descendió» con la forma de un Corán histórico. Según afirma el islamista Samir Khalil Samir en el libro «Cien preguntas sobre el Islam», «si el Corán ha descendido, no existe ninguna posibilidad de interpretación crítica o histórica, ni siquiera en lo que se refiere a aquellos aspectos vinculados de una manera evidente a los usos y costumbres de un marco histórico y cultural particular».
Sin embargo en ciertos aspectos como en el trato a las mujeres o la tolerancia religiosa, hay dos lecturas del Corán y de la Sunna: una que opta por los versículos que invitan a la tolerancia y otra que prefiere los que optan por el conflicto.
Para resolver esta contradicción, la tradición islámica ha encontrado un método de interpretación llamado el principio del abrogante y del abrogado, que se basa en que Dios, después de dar una orden puede dar otra opuesta por motivos contrarios, tal como afirma el propio Corán: «si abrogamos una aleya o provocamos su olvido, aportamos otra mejor o semejante. ¿No sabes que Dios es omnipotente?» (Sura de la Vaca, 116). Se trata de encontrar cuál es la última de las órdenes que anula la anterior. Pero en este punto los exégetas del Coran no se ponen de acuerdo, y según Samir, «sea cual sea la posición, los musulmanes no han admitido nunca que ningún versículo de Corán haya dejado de tener valor hoy.
De este modo, hay dos opciones diferentes en el Corán: una agresiva y otra pacífica, y ambas son aceptables». De esta forma los musulmanes que viven en occidente suelen citar los pasajes positivos, pero, la experiencia en los países islámicos demuestra que la interpretación dominante es la que opta por los pasajes más negativos.
Cuando en 1948 fue promulgada la Declaración Universal de Derechos Humanos, algunos países islámicos la criticaron por considerar una visión parcial, impuesta por occidente.
De hecho en 1990 los 45 ministros de asuntos exteriores de Organización de la Conferencia Islámica firmaron en El Cairo una Declaración de los derechos humanos en el Islam, más acorde con el Corán y ley islámica. En esta Declaración sólo el padre (y no la madre o ambos) tiene la responsabilidad en la educación de los hijos.
También se omite el derecho a cambiar de religión, o la libertad a casarse con personas de cualquier creencia. Aunque aparentemente parece admitir la libertad religiosa, afirma que ésta podrá ser limitada «a través de la autoridad islámica y en conformidad con las disposiciones que ella estipula».
La declaración finaliza afirmando que «todos los derechos y todas las libertades de que habla este documento están subordinados a las disposiciones de la sharia», lo que de nuevo nos lleva al problema de la interpretación.
«La fe de Mahoma no permite que sus fieles se sometan al mandato de los no musulmanes»
Expertos juristas advierten de que los musulmanes «no admiten la sumisión a gobiernos no islámicos»
La religión islámica y la Constitución Española mantienen una serie de diferencias significativas que hacen comprender los problemas de convivencia que están teniendo lugar en España y que, al mismo tiempo, también se dan en otros países occidentales. Algunas de estas incompatibilidades, que contrastan claramente con nuestras leyes y nuestra cultura, se refieren a los derechos de la mujer, a la propia religión o al ámbito de la autoridad. Algunos expertos hablan a LA RAZÓN sobre estas diferencias constitucionales y sobre algunos de los problemas que causa la religión islámica.
La incompatibilidad del islam con el sistema Constitucional Democrático de Derecho español es amplia y profunda. Samer Al Nasir, experto jurista iraquí, explica que uno de los puntos en los que difiere esta religión con la Costitución Española es que «el islam no permite someter al musulmán ni a los pueblos del islam al mandato de los no musulmanes». Un ejemplo de ello es que en el libro sagrado del islam, el Corán, se expresa el mandato de perseguir a los judíos en cualquier parte de la tierra y de no dejarlos vivir en paz.
Según explica Al Nasir, «la convivencia entre los musulmanes y los no musulmanes es casi imposible, algo que podemos ver que sucede hoy día en nuestro país». Los musulmanes que están viviendo en la sociedad occidental, encuentran serias dificultades de adaptación, «no por choque, ni por diversidad lingüística, sino más bien por lo que dicen los propios mandatos islámicos».
Uno de los problemas que conllevan los seguidores de esta religión es que «no admiten su sumisión al gobierno de los no musulmanes, lo que les convierte en células musulmanas, dentro de nuestros estados». Esto les hace exigir que el árabe sea el idioma oficial, y que reclamen su religión como oficial, «algo que ya se está dando en algunos países, como los belgas».
Algunos de los puntos de la religión islámica que más contrastan con la Constitución Española se encuentran en el tema religioso y de los derechos de la mujer. Respecto a lo primero, cuenta el experto iraquí «el islam es una religión de imposición en la que la aconfesionalidad está prohibida», y en referencia a los derechos de la mujer, «la Constitución Española garantiza la igualdad entre el hombre y la mujer, mientras que el islam no»
Además, «la religión islámica afirma que el hombre tiene omnipotencia sobre la mujer, y no permite que la mujer solicite el divorcio, pero sin embargo, el marido si puede pedir el divorcio, que va acompañado de repudio». Por último, el experto jurista subraya que uno de las principales problemas se da en la falta de autoridad en el mundo islámico, «pues cualquiera puede dejar de afeitarse la barba unas semanas y, de esta forma, se proclama autoridad, sin que exista nadie superior, ninguna autoridad que le acredite o le desacredite».
En conclusión, al Nasir piensa que «el islam es, en sí mismo, un desconcierto, un caos deontológico carente de pode supremo y de directrices tajantes rectoras de su doctrina», lo que hace que sus «reglas primarias sean confusas y estén carentes de seguridad jurídica».
Otro de los expertos consultados por LA RAZÓN es Dalmacio Negro, catedrático de Historia de las Ideas y las Formas Políticas, que afirma que uno de los principales problemas del islam es que «tiende y aspira a dominar el espacio profano», por lo que los musulmanes tratan de imponer su religión por encima de todo.
Según subraya el experto en Política e Historia Dalmacio Negro, «el derecho en la religión islámica se deduce del Corán, mientras que en la Constitución Española, el derecho tiene su origen en las costumbres o en la propia racionalidad». Respecto a la enseñanza de religión islámica en los centros y escuelas, el catedrático afirma con rotundidad que si finalmente se aprueba esta medida y se enseña religión islámica en los colegios, «se estará contribuyendo a la destrucción de todo occidente y de su cultura».
Escrito por José R. Navarro Pareja y Álvaro de Juana
(Artículos publicados en el periódico La Razón, de Madrid)
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1.10.05
La doctrina de Mahoma contradice la Constitución
4 comentarios :
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¿Quien empezó atacando?
ResponderEliminar¿Quien mato a miles de personas en USA, antes de que los americanos invadieran Irak?
¿Quien cometió los atentados en Madrid, Londres, Marruecos, Bali, Egipto etc.etc.??
Menos cuento y menos intentar vender una religión pacifica.
En vez de perder el tiempo diciendo tonterías deberías luchar por que el Coran reconociera que las mujeres no son inferiores y conseguir que os traten con un poco de dignidad, en vez de ser las sirvientas de los siervos de Alá.
¿No te parece?
"Me pueden decir ustedes quién atacó el Líbano?".
ResponderEliminarTe lo puedo decir yo: Siria, en 1976. Pero de eso nadie se acuerda, verdad? Nadie, y tú menos, acusará a Siria de agresor e imperialista. Claro, no fue portada en los diarios ni abría los informativos cada día. Echadle un ojo a este link, y luego pide perdón por ser un hipócrita:
http://www.nodulo.org/ec/2004/n031p05.htm
MUY MUY BUENA SU EXPLICACION, MUY VALIDA Y MUY VERDADERA Y JUSTA SU OPINION...GENTE ASI SE NECESITA MUCHA.
ResponderEliminarTan de acuerdo con el artículo!!
ResponderEliminarSólo añadiría lo que resulta menos políticamente correcto... que la Biblia, el libro sagrado de los cristianos, comporta postulados de la misma índole xenofoba, criminal, machista, clasista...
En mi opinión, una religión cuyo base gira entorno a libros contrarios a los principios democráticos actuales debería ser ilegalizada, en tanto no corrija estas cuestiones tan atrasadas a ojos de la evolución de nuestra moral.
Un saludo y amor para todos.