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10.11.05
El terrorismo Islámico ataca Jordania.
Al menos 57 muertos en Ammán en tres atentados de Al Qaida contra hoteles de lujo
Abu Musab al-Zarqaui, el hombre más buscado del mundo después de Bin Laden, es originario de Zarqa, ciudad situada a 30 kilómetros de la capital de Jordania.
Era cuestión de tiempo. Estaba escrito con tinta roja, del mismo color que la sangre derramada en sus múltiples atentados suicidas, en el guión de los terroristas islámicos. Jordania no podía salir indemne de esta ola de locura y terror. Estaba, en efecto, en el punto de mira de la red terrorista de Al Qaida. Lo había intentado en distintas ocasiones y había sido neutralizado en casi todas. Ayer, sin embargo, logró su objetivo.
Dos terroristas suicidas penetraron con escasos minutos de diferencia en dos hoteles de lujo de Ammán (el Radisson SAS y el Grand Hyatt), mientras que otro suicida acercaba su coche bomba a las puertas de un tercer hotel, el Days Inn. Era poco antes de las nueve de la noche y los tres se volaron en mil pedazos: junto al mostrador de recepción del Hyatt, en una sala de banquetes del Radisson en la que se estaba celebrando una boda, y a las puertas del Days Inn.
Uno tras otro, el eco de las bombas adheridas al cuerpo de los terroristas o escondidas en el cofre del coche apagó el bullicio nocturno de la capital. Una tras otras, las explosiones acabaron con la vida de al menos 57 personas, provocando cerca de dos centenares de heridos. La información fue facilitada por la televisión pública citando al viceprimer ministro jordano, Maruán al-Muasher.
Nada más conocerse los primeros detalles de los atentados (muy parecidos a los acaecidos hace sólo unos meses en el balneario egipcio de Sharm el-Sheij, en el Mar Rojo, que tuvieron como objetivo fundamental a los turistas israelíes que se atreven a disfrutar de sus vacaciones en la Península del Sinaí), las autoridades policiales jordanas señalaron con el dedo acusador a Al Qaida: «Los atentados llevan su sello».
Osama bin Laden tenía desde hace tiempo a Jordania entre ceja y ceja por su colaboración con Estados Unidos y su postura poco crítica a la guerra lanzada por Washington y Londres contra Irak. Además de por servir de base en la retaguardia a las tropas estadounidenses.
En el punto de mira
La elección de los hoteles tampoco fue casual. Muchos de los marines norteamericanos que sirven en Irak descansan en Ammán cuando tienen unos días de permiso y lo hacen en esos hoteles de lujo ayer atacados. Hoteles además que son frecuentados por turistas occidentales e incluso por ciudadanos israelíes que los toman como punto de partida para hacer la consabida excursión a Petra.
Los turistas españoles son también clientes habituales de dichos establecimientos, aunque al cierre de esta edición se desconocía si ciudadanos de nuestro país, albergados en esos hoteles, se encontraban entre las víctimas.
La guerra sin cuartel que las autoridades jordanas habían lanzado en los últimos dos años contra las redes extremistas islamistas había dado sus frutos. Varias de sus principales organizaciones (hasta diez células) habían sido desmanteladas. Varios de sus más destacados líderes han sido detenidos y se encuentran en prisión.
Pero nunca es suficiente si la mano que mece la cuna del terror lleva los anillos de Al Qaida y una vez más, por desgracia, volvió a demostrarse ayer. La influencia que algunos de los principales jefes de Al Qaida, como Abu Musab al-Zarqaui, responsable de los atentados suicidas suníes en Irak y nacido en Zarqa, a sólo una treintena de kilómetros de Ammán, es indudable
Caos en la capital
Nada más conocer la gravedad de los hechos, el Rey de Jordania, Abdalá II, convocó de urgencia a su Gobierno y a los responsables de seguridad del país para coordinar las operaciones de rescate y las investigaciones, así como establecer medidas de control adicionales no sólo en la capital sino en otras localidades de interés turístico como la propia Petra, los hoteles del Mar Muerto o la ciudad de Áqaba, en el Mar Rojo.
El Monarca hachemí condenó con dureza el atentado y prometió que no descansará hasta detener a los culpables del crimen. Hasta Palacio han llegado ya ofertas del FBI norteamericano o de Israel para colaborar en las investigaciones jordanas. También los servicios sanitarios hebreos se han mostrado disponibles para acudir a Ammán si resultara necesario. De hecho, la frontera del puente Allenby, entre Jordania e Israel, permaneció toda la noche abierta.
Calles cortadas
Ammán vivió una noche de tremendo caos, con muchas calles cortadas, el centro colapsado, los alrededores de los hoteles acordonados y decenas de ambulancias en una y otra dirección rumbo a los hospitales que apenas podían dar abasto ante la oleada de heridos que les llegaban.
Todas las oficinas del Gobierno, las escuelas y las universidades permanecerán hoy cerradas. Se ha recomendado a los ciudadanos de Ammán que se abstengan en la medida de lo posible de salir de sus casas para facilitar el trabajo de los servicios de emergencia y de seguridad.
Por desgracia, era cuestión de tiempo. Jordania no podía salir indemne de esta ola de locura y terror. Estaba, en efecto, en el punto de mira de la red terrorista de Al Qaida. Ya entrada la noche de ayer se demostró con un río de sangre.
Actualidad Terra.es
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