El New York Times la identificaba recientemente como "la madre de tres seguidores de Hamas abatidos por los israelíes". El Times añadía lo siguiente: "Despidió a uno de sus hijos con un vídeo casero antes de que éste irrumpiera en un asentamiento israelí y matara a cinco personas antes de ser abatido. Más tarde dijo, en una cita muy difundida, que querría haber tenido cien hijos para sacrificarlos de esa manera. Conocida como la 'madre de los mártires', aparecía en un video de campaña sosteniendo un arma".
El hijo mayor de Umm Nidal, Nidal, fue abatido en 2003, y su hermano Rawad en 2005; ambos, mientras perpetraban acciones contra israelíes. Mohamed Farhat fue el primero de sus hijos en morir. En junio de 2002 irrumpía en el asentamiento israelí de Atzmona disparando indiscriminadamente, matando a cinco adolescentes e hiriendo a otros 20 antes de ser abatido. Cuando un reportero le preguntó si su hijo tenía intención de apuntar a civiles, Umm Nidal respondió: "Mohamed llevó a cabo su operación en una academia militar. Todos eran soldados".
Por supuesto, si Mohamed hubiera apuntado a mujeres y niños, para su madre habría estado asimismo bien. No le perturban ni las muertes de sus propios hijos ni las de otros. "Son exigencias de la guerra", explica. Matar civiles, dice, "es una exigencia de la guerra.
Para empezar, todos son ocupantes. Quienquiera que venga de fuera y resida en la tierra de Palestina es considerado un ocupante, incluso si son mujeres y ancianos. Todos son ocupantes... Por lo tanto, todos los israelíes son considerados ocupantes de nuestra tierra. No existe diferencia entre mujeres y hombres... Es la ley islámica. No invento nada. En esto sigo la ley islámica.
Un musulmán pone mucho cuidado para no matar a un inocente, porque sabe que estaría destinado al Infierno eterno... Contamos con la ley islámica cuando decimos que no existe la prohibición de matar a esta gente".
Umm Nidal cree todo esto tan profundamente que gritó "Alá Ajbar" cuando supo de los crímenes de Mohamed y de la muerte de éste; "preparó cajas de halva [1] y de bombones y las repartió entre sus amigos". A aquellos que le reprocharon no tener corazón les respondió:
Mis hijos son lo más valioso de mi vida. Por eso los sacrifiqué a una causa más importante: los sacrifiqué por Alá, que es más importante que ellos. Mi hijo no es más precioso que su Dios, no es más precioso que los lugares sagrados del Islam, y no es más precioso que su patria o su Islam. En absoluto".
Nidal y Rawad emularon a Mohamed; no debería sorprender a nadie si los tres hijos que le quedan se convierten también en asesinos. Y si lo hacen, Umm Nidal alabará a Alá por sus muertes, igual que lo hace por las de sus tres "mártires".
Sigue siendo algo intrigante en el contexto de esta cultura de la muerte el hecho de que muchos observadores se aferren aún a la esperanza de que Hamas, que propone a esta mujer como candidato, cambiará de alguna manera y se convertirá en una fuerza moderada.
Tras las elecciones, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, declaraba: "Aparentemente, el pueblo palestino ha votado por el cambio, pero creemos que sus aspiraciones de paz y una vida pacífica no han cambiado".
Una joven exclamaba: "Es la madre de cada hogar, de cada persona". En respuesta a quienes se encuentran esperanzados porque Umm Nidal es una de las cinco mujeres elegidas para el Consejo Legislativo Palestino, Naima Sheikh Alí, de Al Fatah, decía acerca de Hamas: "Sí, respetan a las mujeres, pero tal y como ellos conciben el respeto. Desde un punto de vista fundamentalmente religioso. Para el movimiento feminista, esto nos hace retroceder varios pasos".
Ha de plantearse esta cuestión: a pesar de haber elegido a Hamas y a Umm Nidal, ¿rechazan realmente los palestinos las perspectivas y posturas representadas por ambos, como a tantos funcionarios occidentales les encanta creer? Umm Nidal piensa que no. "Todos los palestinos", afirma, "comparten la misma opinión" acerca de la legitimidad de matar a civiles israelíes. "No están divididos.
Los únicos que discrepan y piensan de otro modo son, por supuesto, los extranjeros, que no sienten simpatía hacia nosotros o hacia nuestra causa y que no saben nada de nosotros. Son los únicos que piensan que este hombre ha venido para matar a gente inocente. Eso es lo que creen. Nosotros, como musulmanes, pensamos distinto. Estamos familiarizados con el verso coránico que dice: 'Al que te ataca, atácale de la misma manera'".
¿Pero no querían la paz los palestinos? Sí, dice Umm Nidal; "[pero] la palabra 'paz' no significa el tipo de paz que estamos experimentando. Esta paz es, de hecho, una rendición y una vergonzosa desgracia. Paz significa la liberación de toda Palestina, desde el Jordán al mar [Mediterráneo]. Cuando esto se logre, si quieren paz, estaremos preparados. Pueden vivir bajo la bandera del Estado islámico. Ese es el futuro de Palestina por el que luchamos".
El futuro de Palestina es el futuro de la propia familia de Umm Nidal: jóvenes conducidos al fanatismo y el crimen, empujados por sus propias madres y la sociedad en su conjunto. Nada podría hacer más feliz a Umm Nidal que la muerte de los tres hijos que le quedan. Pero el mundo no sólo no llama a esto locura; corre a mostrar a Hamas que su generosidad no será interrumpida.
En cabeza de la lucha por la misma paz vaticinada por Umm Nidal se encuentra el líder de Hamas Jalid Mashal, que decía el pasado viernes en la mezquita de Al Murabit, en Damasco: "Antes de que Israel muera, debe ser humillado y degradado. Con la ayuda de Alá, antes de que mueran experimentarán la humillación y la degradación a diario. América no les servirá de nada. Sus generales no les servirán de nada. El último de sus generales ha sido olvidado. Alá le ha hecho desaparecer. Está acabado.
Muerto está Sharon, tras cuya espalda se esconden y encuentran abrigo, con el que se sienten relativamente seguros. Hoy tienen líderes frágiles, que ni siquiera saben dónde les colocó nuestro Señor. Si Alá quiere, haremos que pierdan la vista, haremos que pierdan el seso".
Si los funcionarios de todo el mundo creen que un electorado que elige a Umm Nidal y a su partido libremente y en votación secreta no está encantado con la sangre, la muerte y la intransigencia genocida, y que de alguna manera van a dejar de celebrar la muerte no sólo de inocentes judíos, sino de sus propios hijos, y que de alguna manera van a ingresar en la comunidad de naciones libres y racionales, entonces es que no sólo han perdido la vista; han perdido ya el seso.
[1] Semillas de sésamo aplastadas mezcladas con miel.
Robert Spencer, director de Jihad Watch, columnista de medios como Front Page Magazine o National Review y autor, entre otros libros, de The Politically Incorrect Guide to Islam (and the Crusades).
[*] La versión original de este artículo apareció en Front Page Magazine el pasado 8 de febrero.
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