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23.7.06

"Musulmanes y progresistas en el mismo bando."



La izquierda progresista se alianza con los jihadistas radicales.
"De otro modo, creeríamos que todos debemos hablar como tejanos y comer [en] McDonalds y ser gobernados por Bush y Blair. Así que en los grandes temas muy relevantes del día - temas de guerra, ocupación, justicia, oposición a la globalización - los musulmanes y los progresistas se encuentran en el mismo bando."

El pasado otoño publiqué un libro llamado Alianza maldita: el islam radical y la izquierda americana, que argumentaba que la izquierda progresista de Occidente tiene una alianza de facto con los jihadistas radicales, una alianza desarrollada del apoyo a la campaña genocida de los jihadistas palestinos contra los judíos y el asalto global contra el sistema capitalista del mundo llamado "anti-globalización".

Con la ayuda de FrontPageMag.com y Newsmax.com, el Washington Times y National Review -- y por supuesto de la radio -- el libro se ha vendido bastante bien. Hay 50.000 copias en impresión y la mayoría de ellas ya se han vendido.

Sin embargo, pasó desapercibido en la mayoría de la prensa conservadora y en toda la prensa relevante ([que es] de izquierdas), a excepción del New York Times.
Allí se le dedicó un párrafo o dos entre otros cuatro libros acerca del islam, y fue desechado por un frívolo profesor de la NYU como el trabajo de "una reliquia".

El hecho es que mucha gente, al igual que este colega, rehúsa reconocer siquiera que exista una izquierda en Occidente, no digamos que esté trabajando día y noche para minar las instituciones de la sociedad americana, sabotear la guerra de nuestra nación contra el terror, y ayudar a ganar a los enemigos.


Para iluminar a estos negadores monté una página web, www.discoverthenetworks.org, (recomiendo visitar) que muestra los vínculos organizativos entre islam radical y progresistas americanos, y también sus agendas comunes (por ejemplo, oposición a la Patriot Act, preocupación visceral por los terroristas encarcelados misericordiosamente en Guantánamo etc). Igual que los liberales sofisticados (Tne New Republic viene a la mente) ignoraron mi libro, otros ridiculizaron la página web.

Cuán absurdo pensar que los radicales americanos y sus aliados menos radicales tienen algún vínculo de cualquier tipo con las fuerzas árabes e islámicas desplegadas contra nosotros, incluso aunque un millón de ellos desfilara para evitar el derrocamiento de Saddam Hussein y después continuaran obstruyendo la guerra de la administración en favor de la libertad en Oriente Medio.

O considérese el asalto contra nuestro centro de encarcelamiento de terroristas en la bahía de Guantánamo. Es una penitenciaría para mantener a estos terroristas lejos del campo de batalla, lo que significa [lejos] de colocar una bomba nuclear sucia en grandes ciudades americanas.

Según el New York Times, las firmas jurídicas más reputadas han sido movilizadas por Michael Ratner, el radical antiamericano y defensor consumado de causas comunistas, para obstruir el esfuerzo bélico de América e intentar liberar a los soldados del enemigo.

Según el Times, Ratner "coordina la asignación de los letrados a los presos [terroristas]". Por supuesto, el Times no menciona que Ratner fue presidente del Sindicato Nacional de Abogados, creado como un frente soviético y aún esposado con su herencia comunista, o que es el gerente actual del Centro para los Derechos Constitucionales, que fue creado por William Kunstler y Arthur Kinoy en lugar del Partido Comunista que habían diseñado originalmente, y que se ha dedicado a defender a estados terroristas como la Cuba de Castro o a movimientos terroristas como la guerrilla comunista de Centroamérica durante los ochenta. O que sus miembros veneran a la colega y terrorista convicta Lynne Stewart por sus opiniones comunistas y pro-terroristas. Para ello se tendría que ir a www.discoverthenetworks.org (en ingles) y comprobar las referencias aquí, aquí y aquí, para empezar.
Naturalmente, Ratner y sus amigos de la quinta columna también encabezan el movimiento Anti-Patriot Act y el Movimiento Fronteras Abiertas.

Toda esta información está fácilmente disponible y [es] ignorada conscientemente por el Times y otros medios compañeros de viaje de la izquierda "progresista"; esto da la impresión de que la alianza maldita que hemos descrito en detalle es de alguna manera una ficción de nuestra imaginación.


Nadie que se moleste en leer estos perfiles podría razonablemente llegar a tal conclusión, pero estamos al tanto de que la holgazanería es un factor inapreciable de los temas humanos. Así que fue un e-mail celebrado [el que] recibí de un amigo el otro día conteniendo una entrevista de la Red de Noticias de Irak con el laborista británico, progresista, aliado de Saddam y héroe de páginas web izquierdistas tales como Counterpunch.org o CommonDreams.org, que debería zanjar de una vez por todas si hay [o no] grandes cifras de izquierdistas pro-terroristas ahí fuera que piensan conscientemente en aliarse con los jihadistas:

Mohammed Basirul Haq Sinha: "A menudo llama a la unión de las fuerzas progresistas con las musulmanas globalmente. ¿Hasta qué punto es posible bajo la situación actual?".

Galloway: "No sólo pienso sea posible sino que creo que es necesariamente vital y creo que ya está sucediendo. Es posible porque el movimiento progresista por todo el mundo y los musulmanes tienen los mismos enemigos.

Los enemigos son la ocupación sionista, la ocupación americana y la ocupación británica de países pobres, principalmente países musulmanes.

Tienen el mismo interés en oponerse a la salvaje globalización capitalista que tiene intención de homogeneizar el mundo entero convirtiéndonos básicamente en pollos de granja que pueden ser alimentados a la fuerza con la dieta americana de todo, desde la comida a la Coca Cola pasando por cine y cultura de TV. Y cuya única misión en la vida es consumir sin fin los bienes producidos por las corporaciones multinacionales. Y las organizaciones y movimientos progresistas occidentales piensan y están de acuerdo en esto con los musulmanes".

De otro modo, creeríamos que todos debemos hablar como tejanos y comer [en] McDonalds y ser gobernados por Bush y Blair.
Así que en los grandes temas muy relevantes del día - temas de guerra, ocupación, justicia, oposición a la globalización - los musulmanes y los progresistas se encuentran en el mismo bando.

Por supuesto Galloway se encuentra en la extrema izquierda del espectro progresista. Pero mientras que sus recomendaciones políticas son anatema de los miembros moderados de ese espectro, las propias críticas [de éstos] a la administración Bush y a la guerra de Irak son en general tan inmoderadas y a menudo tan paralelas a las opiniones de Galloway y sus amigos que es difícil ver hasta qué punto son una fuerza de oposición.


Los histéricos más audibles y más convincentes que integran la carga contra las situaciones de Abú Ghraib y Guantánamo pertenecen al New York Times y a la izquierda moderada.
Junto con la falta de interés [voluntaria] del Times y de The New Republic en los expedientes políticos de Michael Ratners y los simpatizantes antiamericanos totalitarios que lideran la acusación en estos casos, este silencio sugiere que el frente popular denigrado por liberales dignos como Peter Beinart o Martin Peretz sigue estando intacto en gran medida.

Un académico pacifista como Todd Gitlin estaría aterrado ante el llamamiento de Galloway. Él ha criticado a grupos bolcheviques como ANSWER, y su trabajo es celebrado en baluartes liberales sensatos como The New Republic (donde el mío está prohibido) y el New York Times.


En Alianza maldita, analizo los escritos de Gitlin sobre el patriotismo y la guerra contra el terror y América, y muestro que hay poco que distinguir con respecto a aquellos de la izquierda que afirma despreciar, en su propia condena de la sociedad americana y su repugnancia mal encubierta ante este país.

La antipatía hacia Estados Unidos compartida por enemigos autodeclarados abiertos como Galloway y Zarqawi, y los "liberales" que detestan a ambos es lo que permite que los liberales -- como los abogados de Wall Street movilizados por Ratner -- sean reclutados para las agendas destructivas de la jihad antiamericana.

Como se observa, su ingreso en la jihad [se produce] a través de agendas de democracia tales como los abusos de Abú Ghraib (tan poco relevantes en términos de la liberación de Irak que el imán Alí Sistaní nunca pronunció una palabra de protesta sobre los incidentes), la detención de terroristas de Al-Qaeda en Guantánamo y el esfuerzo por consolidar los controles de seguridad interna.


Cuando estas ideas, que contienen preocupaciones legítimas cuando se plantean de modo proporcionado, se juntan con el odio histérico a Bush y la desconfianza del propósito americano que es hasta la fecha la segunda naturaleza de estos mismos progresistas, es difícil ver dónde termina la alianza de Galloway y dónde comienza su progresismo. Si los liberales quieren el respeto de los conservadores, necesitan reajustar sus prioridades.

El primer blanco de su agenda no debería ser la administración Bush o la guerra de Irak, sino la quinta columna de la izquierda y la guerra contra nosotros en casa.

David Horowitz

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