Hezbolá ha utilizado desde hace mucho el canal satélite Al-Manar ("El faro" en árabe) como medio de ganarse los corazones y las mentes de sus partidarios dentro del Líbano y por todo el mundo musulmán.
En su revelador estudio Faro del odio: dentro de la televisión Al-Manar de Hezbolá, Avi Jorisch desentraña cómo al-Manar se ha convertido en el portavoz oficial de Hezbolá.
Este canal es famoso sobre todo por difundir propaganda contra Israel, la más suave de la cual incluye informaciones de operaciones "heroicas" y "exitosas" de guerrilleros de Hezbolá contra las Fuerzas de Defensa de Israel.
Más significativamente, la programación de Al-Manar consiste en programas de niños que glorifican los atentados homicidas.
El material antiamericano y antisemita -- incluyendo el infame "libelo de sangre" que acusa falazmente a los judíos de matar niños cristianos para cocinar Matza para las vacaciones de Pascua – es la norma.
Post 11 de Septiembre, la cadena trabajó incansablemente para promover la percepción de que la Mossad israelí era la responsable de los ataques. Y en la práctica, muchos oradores en Londres, París, Madrid, Bruselas o Berlín absorben los mensajes de odio y de incitación de Hezbolá a través de al Manar.
Al-Manar se ha convertido claramente en parte integral de las herramientas de guerra psicológica del Partido de Alá.
Fue el primer canal en anunciar el secuestro de los soldados israelíes en la frontera libanesa. Actualmente, la cadena disfruta de máxima audiencia en el mundo árabe. Esta audiencia no se debe en menor medida a las habilidades de Hassán Nasralah como orador, donde logra arrastrar tumultos utilizando un árabe inusualmente complicado mezclado con expresiones coloquiales libanesas.
Nasralah también juega con los temores del público israelí para llevar mensajes de miedo, y redifunde informativos israelíes acerca de la incertidumbre del público en Israel con respecto a la guerra. Todo esto es posible debido a la tecnología relativamente sofisticada que utiliza al-Manar, que no queda muy por detrás de los estándares de otras cadenas de televisión de alta tecnología.
Recientemente, en un brillante ciberataque, la unidad de Inteligencia del ejército israelí lograba hackear una emisión de al-Manar y colocaba una caricatura de Nasralah con el pie "tus días están contados". Adicionalmente, lograban colocar una imagen de un guerrillero muerto en sus pantallas diciendo que éste era el cadáver de uno de los miembros de las Fuerzas Especiales de Hezbolá y que "Hassán Nasralah miente".
En consecuencia, el director de relaciones públicas de al-Manar, Ibrahim Farhat, informaba de que "los israelíes habían tenido éxito generando imágenes estáticas y otras interrupciones de la señal en al menos 20 ocasiones en emisiones televisivas desde el comienzo de la guerra". Añadía que a pesar de las circunstancias, la emisora se encuentra en una forma "inmejorable". Pero esta admisión por parte de una cadena que se ve a sí misma como "la cadena de la resistencia" fue un enorme éxito para el ejército israelí. Aún así, las emisiones continúan.
La situación se está tensando en la frontera norte de Israel. Al-Manar fue la primera en informar de los preparativos para un posible ataque tal como había prometido Nasralah, "si nuestra capital Beirut -- es atacada, atacaremos su capital -- Tel Aviv". Cuando menos, ello demuestra la naturaleza agresiva de la campaña bélica psicológica que emprende contra Israel. Después de todo, Nasralah habla en serio con frecuencia. Además, con respecto al denominado "alto el fuego", era al Manar la que presentaba a Nasralah diciendo, "estamos al borde de una gran victoria; estratégica e histórica... los guerreros de Hezbolá provocaron este gran triunfo".
Y que ahora no sea el momento de deponer las armas ilustra hasta qué punto nada ha cambiado a pesar del presunto "alto el fuego", al tiempo que al Manar, alias Nasralah, afirma que puede usted estar seguro de que esto es realmente así.
La unidad psicológica del ejército sigue muy cuidadosamente los discursos de Nasralah y analiza el modo en el que se expresa. Se cree que sus imprecisiones se derivan tanto de su inestabilidad mental como de su inseguridad; de ahí que nunca descubra la cifra real de pérdidas que ha sufrido Hezbolá a causa de los ataques del ejército -- que demuestra haber sido bastante alta.
No hay duda, teniendo en cuenta la crítica que está soportando últimamente procedente de diversas fuentes libanesas, de que está intentando impulsar su imagen pública a través de tales espectáculos.
También hemos sido testigos a lo largo de los tres últimos años de cómo los gobiernos de Francia, España y Holanda han determinado que al-Manar viola el derecho europeo debido a su programación antisemita, antioccidental y racista. Esto ha conducido a un efecto dominó entre otros países tales como Hong Kong, Australia, las Barbados o Brasil, que también han decidido prohibir al-Manar en sus ondas.
Esto es un buen punto de partida, pero no es suficiente.
El problema básico es que al-Manar no es una cadena de noticias que sirva a la libertad de expresión, sino que es el brazo propagandístico e incitatorio de una organización terrorista.
Deberíamos por tanto aplaudir los ataques del ejército contra objetivos militares y también contra los órganos mediáticos de Hezbolá. El islamismo no es solamente una epidemia que se extiende entre las filas de los jihadistas, sino también a través de las ondas. América y Europa deberían estar agradecidas a Israel cuando encuentren una cura a la enfermedad.
Asaf Romirowsky: es analista sobre asuntos relacionados a Medio Oriente. Es investigador asociado de Campus Watch para el Middle East Forum y especialista asociado en cuestiones israelíes para la Jewish Federation of Greater Philadelphia.
No hay comentarios :
Los comentarios nuevos no están permitidos.