¿Qué hacen estos islamitas viviendo en Occidente?
¿Quien habría pensado siglos después de la Ilustración que los sofisticados europeos - temerosos de islamistas radicales - tendrían miedo de escribir una novela, exhibir una opera, dibujar una viñeta, grabar un documental, o hacer que su Papa discuta de teología comparativa?
Desde el 11 de Septiembre, Occidente ha luchado contra enemigos decididos a traer de vuelta el mundo de pesadilla que creímos extinto hace mucho. Y hay lecciones que los occidentales pueden aprender de los desagradables esfuerzos de los islamistas radicales.
¿Quien habría pensado siglos después de la Ilustración que los sofisticados europeos - temerosos de islamistas radicales - tendrían miedo de escribir una novela, exhibir una opera, dibujar una viñeta, grabar un documental, o hacer que su Papa discuta de teología comparativa?
Desde el 11 de Septiembre, Occidente ha luchado contra enemigos decididos a traer de vuelta el mundo de pesadilla que creímos extinto hace mucho. Y hay lecciones que los occidentales pueden aprender de los desagradables esfuerzos de los islamistas radicales.
La Edad Media - En Directo desde Medio Oriente
El aspecto más aterrador de la guerra actual es la facilidad con la que nuestros enemigos pre-modernos de Oriente Medio han devuelto a un estupefacto mundo posmoderno de vuelta a la Edad Media.
Los estudiantes de historia se enferman al leer acerca de la antigua y grotesca práctica de la decapitación. ¡Qué brutales eran esas sociedades que rebanaban las cabezas de Cicerón, Tomás Moro o María Antonieta! ¡Y cuán afortunados pensábamos ser de haber evolucionado de un barbarismo tan elemental!
Hace 2400 años Sócrates fue ejecutado por discurso impopular. La Ilustración europea del siglo XVIII concedió libertad al pueblo para expresar opiniones antes censuradas por el clero o el estado. Simplemente imagine cómo era la vida en antaño, cuando nadie podía escribir música, componer ficción o pintar sin la aprobación de un tribunal o de la iglesia.
A lo largo de los 400 años previos al nacimiento de Cristo, los antiguos personajes griegos, desde Lisístrata hasta Antígona, reflejaron la lucha por la igualdad sexual. La posterior noción de que las mujeres podían votar, divorciarse, vestirse o casarse según les complaciera fue una lucha de milenios de duración.
Leer acerca del odio elemental a los judíos en la Inquisición española, los pogromos rusos del siglo XIX o el Holocausto es hoy casi surrealista. Pero aún así aquí estamos, revisitando los antiguos horrores del salvaje pasado.
¿Decapitación? Como vimos con Nick Berg o Daniel Pearl, nuestros neardentales enemigos de Oriente Medio han resucitado esa antigua barbaridad - y la han desposado con la tecnología del siglo XXI con el fin de difundir instantáneamente la carnicería resultante por las pantallas de nuestros ordenadores. A Gerges y Atila, que empalaban las cabezas de sus víctimas en postes para su exhibición pública, les habría entusiasmado tan grotesca exhibición.
¿Quien habría pensado siglos después de la Ilustración que los sofisticados europeos - temerosos de islamistas radicales - tendrían miedo de escribir una novela, exhibir una opera, dibujar una viñeta, grabar un documental, o hacer que su Papa discuta de teología comparativa?
El hecho sorprendente no es solamente que en el 2006 millones de mujeres en todo el mundo estén tapadas de la cabeza a los pies, atrapadas en matrimonios concertados, sean objeto de poligamia, matanzas de honor o ablación, o que no tengan derecho a votar o a aparecer en público a solas.
Lo que es más decepcionante es que en Occidente, los progresistas europeos se abstengan con frecuencia de proteger a las ciudadanas de los excesos de la ley sharia - temerosos en ocasiones incluso de pedir a las mujeres que descubran su rostro para propósitos de simple identificación o conversación oficial.
¿Quien en nuestros días se sorprende de que Israel sea odiado por las naciones árabes y sea amenazado con la aniquilación por parte del radical Irán? En lugar de eso, la sorpresa es que hasta en lugares como París o Seattle, los judíos son señalados y asesinados por el aparente crimen de ser judíos.
Desde el 11 de Septiembre, Occidente ha luchado contra enemigos decididos a traer de vuelta el mundo de pesadilla que creímos extinto hace mucho. Y hay lecciones que los occidentales pueden aprender de los desagradables esfuerzos de los islamistas radicales.
En primer lugar, la tradición liberal occidental es frágil y aún puede desaparecer. Sólo porque dispongamos de sofisticados teléfonos móviles, escáneres CAT o aviones a reacción, no está garantizado que seamos permanentemente civilizados o que estemos permanentemente seguros. La tecnología utilizada por el civilizado para fines positivos puede manipularse con facilidad para la destrucción por bárbaros.
En segundo lugar, la Ilustración no siempre se pierde sobre el campo de batalla. Puede rendirse bien a través del temor o también de la indiferencia. Los occidentales temerosos de las represalias terroristas cerraron ellos mismos la producción de una opera Mozart en Berlín juzgada ofensiva para los musulmanes.
Pocos llegaron en ayuda de Salman Rushdie o el cineasta holandés Theo van Gogh cuando su impopular expresión les granjeó amenazas de muerte por parte de islamistas. Van Gogh, por supuesto, fue asesinado en última instancia.
Los Godos y los Vándalos no saquearon Roma únicamente a través de la fuerza de sus hordas; también dependieron de la parálisis de las élites romanas que ya no sabían qué era ser romano - por no mencionar si era algo mejor o no que la alternativa.
En tercer lugar, la civilización se rinde con lloriqueo, no con una explosión. Insidiosamente, hemos permitido que islamistas radicales redefinan lo primordial como sacrificable. Quizá las mujeres con burkas de la cabeza a los pies en Europa lo prefieran. Después de todo, puede que esa burda ópera alemana fuera simplemente demasiado. ¿No son las dos partes igualmente culpables de los conflictos de los palestinos, los iraquíes o los afganos?
Para coger el pulso a nuestra propia Guerra Civil, los actores hoy llevan trajes de época y reconstruyen las batallas de Shilo o Gettysburg. Pero no necesitamos tal escenificación histórica en el caso de la Edad Media. Ya ve, está de vuelta con nosotros - en directo casi a diario desde Oriente Medio.
Por: Victor Davis Hanson, cursó estudios de grado en la University of California, Santa Cruz (B.A. 1975), la American School of Classical Studies (1978–79) y recibió su doctorado en Cultura Clásica de Stanford University en 1980. En 1991 obtuvo el premio Excellence in Teaching de la American Philological Association. Es autor de más de 170 artículos, reseñas bibliográficas y notas periodísticas acerca de historia griega, agraria y militar, y de ensayos sobre cultura contemporánea. Es colaborador semanal de varias prestigiosas publicaciones y columnista de varios diarios norteamericanos como The Wall Street Journal, The New York Times y The New York Post.
Hola, no he logrado encontrar tu email y me gustaría comentar contigo un par de temas. Te agradecería me escribieras a infokrisis@yahoo.es.
ResponderEliminarInfokrisis –
Cuanto antes pongamos freno al Islam en Europa más sangre derramda ahorraremos.
ResponderEliminar