Europa es una sociedad atemorizada. Cuando se ha sabido que el parlamentario holandés y líder del Partido de la Libertad Geert Wilders pensaba hacer pública su película «Fitna», en la que denuncia las enseñanzas del Corán por totalitarias e incitadoras de la discriminación, la sumisión y la violencia, los políticos europeos se han mostrado indignados con este nuevo acto «de provocación» y les ha faltado tiempo para desmarcarse del autor y pedir sin disimulo la censura por miedo al Islam.
¿No había ido Javier Solana en peregrinación a los países árabes después del «affaire» de las caricaturas de Mahoma para prometerles que no se iba a repetir nada como eso?
Ver: Fitna 1ª parte (Subtitulada en español)
Ver: Fitna 2ª parte (Subtitulada en español)
En Europa se estrenan cada año docenas de películas en las que el mal gusto, la crítica y el insulto a grupos y religiones -especialmente contra el cristianismo-, se repiten sin cesar. SIn embargo, cuando Wilders presentó el suyo, sobre el contenido totalitario y belicista del Corán, las autoridades holandesas le presionaron para que no lo hiciera, por miedo a la reacción islámica. Desde entonces, los únicos políticos europeos que han tratado el tema lo han hecho para ponerse del lado de los islamistas, y defender la censura directamente. El temor a la reacción de los radicales islámicos y a la violencia a la que nos tienen acostumbrados, porque ellos son violentos, y emplean la fuerza a fin de no tolerar nada que consideren ofensivo.
El escándalo alrededor de la película “Fitna” demuestra que la libertad de expresión depende del miedo. Del miedo a las bombas que pueden ponerte los ofendidos por una película. Si los ofendidos son demócratas, que se aguanten. Si son unos extremistas violentos, interviene hasta la ONU. Además del Consejo de Europa o el gobierno holandés.
La ONU clama contra Fitna cuando jamás se sintió en la obligación de decir absolutamente nada sobre numerosas películas y documentales de la extrema izquierda. Y es que éste es el segundo criterio que regula la libertad de expresión. El tipo de extremismo. Si es de extrema izquierda, que se aguanten también los ofendidos, o los vilipendiados, o los oprimidos.
La ONU tampoco se consideró obligada a pronunciarse cuando Michael Moore estrenó Fahrenheit 9/11. Entonces no le pareció que ese documental incitara al odio contra el gobierno estadounidense y los millones de votantes republicanos. El extremista estadounidense fue recibido con entusiasmo en Europa. Hasta le dieron la Palma de Oro en Cannes. Al autor de Fitna lo único que le han dado es una censura radical. Y el documental no llegará a Cannes ni a sala de cine alguna. De momento, lo han retirado de internet. Por amenazas. Por miedo.
Poco a poco, el islamismo está logrando vulnerar la libertad de expresión en Europa, a base de amenazas, y con la cobarde connivencia de los políticos europeos, que con su actitud ayudan a socavar la democracia. En el caso de WIlders, tuvo problemas incluso al tratar de presentar su película en internet, por la actitud miserable de algunos proveedores, que no ven mal alojar pornografía, pero sí una crítica al Islam.
Hay dos problemas: el primero, que existe un principio hasta hora bien arraigado en nuestra cultura que se llama derecho a la libre expresión, por el cual cada cual tiene garantizado que puede decir cuanto quiera siempre y cuando lo haga pacíficamente y, además, quede sujeto al ordenamiento legal por si sus palabras fueran ofensivas o punibles; el segundo, que la autocensura por miedo a la reacción del otro se llama, en este caso, apaciguamiento, una actitud que históricamente nunca ha traído más que sufrimiento a la larga.
La sensibilidad de los islamistas radicales ha llegado a tal grado, que se critica al Papa por lo que dice y por lo que hace. La última, el bautizo de Magdi Allam, el periodista italiano de origen egipcio que ha abandonado el islam para convertirse al catolicismo. Y es tal el temor a lo que nos puedan hacer, que ya cuentan con potentes corifeos políticos y mediáticos que corren a condenar como provocación cualquier autoafirmación de nuestra identidad, contando optimistamente que aún no nos la han arrebatado.
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2.4.08
Europa atemorizada por las amenazas Islámicas
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Lo tuyo es la sutileza monmar. Lo mío es... Tenemos unos quintacolumnistas que desean defender sus vidas y haciendas por encima del bien común. Unos transgresores de la Historia que sus antepasados lucharon por edificar, no sin sufrir terribles y costosas pérdidas en el proceso. Admitir que llegará el momento de una confrontación militar devastadora es lo imprescindible. En este proceso la traición tendrá la recompensa que a ella es debida.
ResponderEliminarLo peor es que no hay vuelta atrás, que todo esta planificado hace bastantes años, http://alianzacivilizaciones.blogspot.com/2004/05/alianza-de-civilizaciones-eurabia.html
ResponderEliminara estas alturas tengo el convencimiento que nada ni nadie puede cambiar el terremoto que se avecina en occidente.
Nos están tomando el pelo descaradamente, insultando con términos que no vienen a cuento y tratando de intimidarnos para cerrar las bocas de los que resistimos y no nos dejamos alinear.