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16.10.09

Discordia en Suiza por la construcción de minaretes



Campaña electoral del FPÖ en 2006: «Daham en lugar del Islam: a la casa en lugar del Islam»

Votación. Los suizos se pronuncian el 29 de noviembre próximo sobre una iniciativa contra la construcción de alminares.

Prohibición. Este texto pide la inscripción en la Constitución federal de la frase siguiente, que formaría el nuevo al. 3 del artículo 72: "La construcción de alminares está prohibida."

Construcción. El debate siguió a la presentación de diversas solicitudes de licencia de obras de alminares en la Suiza germanófona.

Islamización.
La Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora) y la Unión Democrática Federal (UDF/derecha religiosa) lanzaron la iniciativa popular advirtiendo contra una "islamización rampante" de la sociedad.

Contra la construcción de alminares

La "Iniciativa contra los minaretes es exitosa

Con más de 103.000 firmas certificadas,? La Iniciativa contra la construcción de minaretes tiene éxito. La iniciativa, lanzada en mayo de 2007, pide de manera inequívoca: "La construcción de minaretes está prohibido". La iniciativa quiere añadir esta regla al actual artículo 72 de la Constitución Federal. Este artículo 72 otorga al gobierno federal y los cantones la responsabilidad de salvaguardar la paz religiosa en Suiza.

Los defensores de la iniciativa que pretende prohibir la construcción de alminares en Suiza han entregado a la Cancillería federal las firmas necesarias para someter el asunto a una votación nacional.

El Gobierno se ha manifestado contra de la controvertida iniciativa popular convocada el año pasado por la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha nacionalista) y un partido ultraconservador, la Unión Democrática Federal.

Países islámicos y expertos de racismo de las Naciones Unidas se han mostrado preocupados por la iniciativa

Jasmin Hutter, de la Unión Democrática del Centro (UDC), dijo en Berna este martes (08.07.) que los alminares no son símbolos religiosos, sino más bien una reivindicación de dominio político. También señaló que representan la opresión de las mujeres.

Otro miembro del partido de derecha, Walter Wobmann, reiteró que una interdicción no violara la libertad de religión y recordó que ya existen miles de mezquitas sin minaretes en Suiza.

La iniciativa parte del supuesto que se ha de combatir la "progresiva islamización", afirmó el diputado nacional Dominique Baettig. En su opinión, la religión islámica con sus mil millones de creyentes es intolerante hacia las mujeres y los homosexuales, y que no es congruente con los valores de la sociedad suiza.

No obstante, el presidente de la Confederación, Pascal Couchepin, declaró que el Gobierno recomienda a los ciudadanos rechazar la iniciativa si en los próximos años se sometiera a votación popular

Varios miembros del Gobierno también se han pronunciado en contra de la propuesta de la interdicción, alegando que la iniciativa acomete contra las minorías religiosas y pone en peligro la paz interna.

Inconstitucional y peligrosa

El Partido Demócrata Cristiano, de centro-derecha y tradicionalmente católico, ha calificado la idea de prohibir los alminares de inconstitucional, peligrosa y estúpida. Y la asociación nacional de las Iglesias protestantes la rechaza porque la considera divisiva.

Marcel Stüssi, un investigador de la Universidad de Lucerna que escribió sobre la validez legal de la iniciativa, señala que la presentación de las firmas marcó el inicio de un amplio debate social sobre el tema.

"Ahora empezó el proceso en el que van a participar también las otras fuerzas políticas", comenta a swissinfo.

Stüssi, que personalmente rechaza la iniciativa, opina que existe actualmente un derecho legal de levantar alminares. Cree que algunos suizos que primero apoyaron a los iniciadores reconsiderarán su punto de vista.

"Es muy probable que el derecho de construir alminares esté anclado en el artículo 15 de la Constitución Federal", explica. "El Tribunal Federal nunca ha fallado sobre el asunto."

Territorio inexplorado

Una prohibición sería incompatible con las leyes del derecho internacional a las que Suiza está vinculada por tratados internacionales.

Si los electores suizos aprobaran la prohibición de los alminares, cada uno de los demás 107 Estados signatarios del Convenio de Viena sobre la Ley de Tratados de 1969 podría emprender medidas contra Suiza.

"No se sabe realmente lo que ocurre si todo esto pasa", afirma Stüssi, y añade que la implementación de esta enmienda no se podría realizar de ninguna manera.

"No se pueden construir alminares en pleno centro de una ciudad suiza. Ahora sólo se pueden elevar en zonas industriales."

Stüssi considera la iniciativa "obsoleta e innecesaria" y agrega que el discurso público sobre el asunto podría colocar a Suiza en una luz positiva, por lo menos para la mayoría que se opone a esta prohibición.

"La crisis siempre crea nuevas oportunidades. Un voto popular contra una interdicción propuesta sería la declaración más valedora en pro del reconocimiento de la comunidad islámica en Suiza."

"También sería una clara afirmación a favor de que cada individuo está sujeto a la ley y al proceso político", concluye Stüssi.

swissinfo, Justin Häne (Traducción del inglés: Antonio Suárez Varela)

8 de octubre de 2009 - Polémica en torno al símbolo del alminar
El 29 de noviembre, los suizos votan una iniciativa que quiere prohibir la construcción de nuevos alminares. Sus promotores pretender luchar contra un símbolo político, mientras que sus adversarios temen una amenaza de cara a la paz confesional y la imagen de Suiza en el mundo.

Esta iniciativa popular proviene de la Unión Democrática del Centro (UDC/derecha conservadora) y de la Unión Democrática Federal (UDF/derecha religiosa). Provista de casi 115.000 firmas, fue presentada en la Cancillería Federal en julio de 2008.

El contenido de la iniciativa es nítido. El texto que será sometido a votación el próximo 29 de noviembre no incluye, en efecto, ni una sola frase que estipule "la construcción de alminares está prohibida".

Una cuestión de símbolo

Los autores de la iniciativa se defienden de querer atacar la libertad de culto o, más precisamente, la religión musulmana. Para ellos, la prohibición de los minaretes no obliga a reconsiderar la práctica religiosa (no se trata de hecho de cerrar las mezquitas).

"Nosotros no atacamos en absoluto la práctica religiosa, ya que el alminar no es necesario para esta práctica", explica Oskar Freysinger, diputado de UDC y miembro del comité de la iniciativa. "Aunque en nuestra opinión, el alminar es bien claramente el símbolo de un Islam político que intenta apaciblemente tener su lugar en Europa y en Suiza".

"Es un poco como el velo de las mujeres que simboliza una cierta posición de la mujer y que es incompatible con nuestras leyes civiles", comenta. "No procede, por lotanto, aceptar nuevos alminares sin la garantía de la aceptación sin restricción de nuestro derecho civil por parte de los musulmanes".

Para los adversarios de la iniciativa, no hay que ver un símbolo político en los alminares. "¿Es que los campanarios son un símbolo político del catolicismo? No lo creo", declara el diputado verde Antonio Hodgers. "Es solamente un elemento arquitectónico que da un simbolismo religioso a un edificio, que se trate de un campanario o de un alminar".

Pero también los valores

Esta visión diferente del alcance simbólico del minarete hace que los protagonistas del debate apuesten por valores diferentes para sostener sus argumentos.

Para los partidarios, se trata de proteger a Occidente contra un Islam percibido como una amenaza. "El conflicto entre Occidente y el islam estalló hace tiempo", estima Oskar Freysinger.

Pero para los adversarios, combatir este texto representa igualmente una cuestión de valor. "Esta iniciativa es un ataque a los derechos fundamentales de los que Suiza se dotó en 1848, la neutralidad religiosa del Estado y la libertad de culto", indica Antonio Hodgers.

Respecto a esta libertad de culto y el respeto de las minorías, Oskar Freysinger recuerda que el número de cristianos está disminuyendo en varios países musulmanes. Por otro lado, es imposible construir iglesias en un país como Arabia Saudí. Entonces, ¿por qué permitir que se construyan alminares en Europa?

Según Antonio Hodgers, este argumento de la reciprocidad no tiene sentido. "Debemos estar unidos a nuestros propios valores que son la tolerancia y el respeto de las minorías. Tenemos que saber quiénes somos".

Imagen de Suiza

Desde su lanzamiento, la iniciativa y las declaraciones sostenidas por los partidarios han creado agitación, incluso más allá de las fronteras nacionales. Así, la Organización de la Conferencia Islámica está preocupada.

Frente a estos remolinos, el gobierno reaccionó inmediatamente, lo que es poco habitual. Por boca del entonces presidente de la Confederación, Pascal Couchepin, el gobierno hizo saber que esta propuesta no procedía ni del Ejecutivo ni del Parlamento y pidió que fuera rechazada.

Los adversarios de la iniciativa siguen convencidos de que una prohibición de los alminares tendría consecuencias nefastas para Suiza. "Es evidente que tendría un impacto catastrófico en la imagen", asegura Antonio Hodgers. "Suiza sería el único país occidental que lo haría".

Pero hay algo más grave que el problema de imagen. "Los países musulmanes verían esta prohibición como una humillación. Esto convertiría a Suiza en blanco potencial de los movimientos islamistas terroristas".

En opinión de Oskar Freysinger, estas amenazas no suponen un argumento. "En resumen, hay que arrodillarse para vivir en paz", declara. "Es lo que Chamberlain y Daladier pensaron en Múnich en 1938. No creo que poner la otra mejilla en el dominio de la política internacional sea una buena solución. Y si las consecuencias son tales, es la prueba de que lo que nosotros hacemos para defendernos es legítimo".

Discutidos carteles

Los carteles de los que se oponen a los alminares no van a ser visibles en la ciudad de Friburgo, como han decidido también hasta la fecha: Basilea, Lausana, Yverdon-les-Bains y Montreux.

En éste aparece una mujer musulmana cubierta con un velo junto a siete alminares que atraviesan la bandera suiza (ver columna derecha).

El miércoles (07.10.) la Comisión Federal contra el Racismo advirtió que tales carteles podían amenazar la paz pública en Suiza. De todas formas, no recomendó expresamente su prohibición.

Según la institución, "las autoridades (municipales) deben proceder a sopesar minuciosamente entre la libertad de expresión, la protección contra la discriminación y la protección de la sociedad suiza frente a una agitación que favorezca el odio".

La ciudad de Basilea prohibió su colocación que calificó de "racista, irrespetuoso y peligroso". Ginebra, Winterthur, Lucerna y Zúrich han autorizado dicho cartel en nombre de la libertad de expresión.

Olivier Pauchard, swissinfo.ch
(Traducción del francés: Iván Turmo)

La derecha austriaca en cruzada contra los alminares

Austria, que reconoce oficialmente el Islam -lo que es una notable excepción en Europa Occidental-, no está al margen del debate.

El reconocimiento de la religión musulmana en Austria es histórico: buscaba permitir que los antiguos sujetos de la monarquía de los Habsburgo se sintieran aceptados en el Imperio.

Pero el número de musulmanes que vivía en el suelo de la actual Austria era escaso. La primera mezquita se construyó sólo en 1979 en Viena. La población musulmana aumentó mucho con la inmigración que siguió a la Segunda Guerra Mundial.

Desde entonces la presencia musulmana casi se ha triplicado en Austria. Simultáneamente creció interés por construir mezquitas, pero también la resistencia de los partidos de la extrema derecha.

Prohibición de construir

'Pummerin statt Muezzin': la campana de la catedral de Viena más bien que el almuecín. Fue el lema de Heinz-Christian Strache, jefe del Partido Austríaco de la Libertad, el FPÖ, en la última campaña electoral en la capital austríaca.

El político no se muerde la lengua: en cada campaña electoral milita por una prohibición de la construcción de alminares en la Constitución austríaca. Sin éxito. Pero el partido duplicó su peso electoral.

Los otros partidos de la extrema derecha hacen lo propio. La Alianza por el Futuro de Austria (BZÖ) del difunto Jörg Haider halló incluso un nuevo terreno de batalla en el Islam y la lucha contra los alminares.

En varios Länder (estados federados), el partido pide el fortalecimiento de las disposiciones que regulan las licencias de obras. Quiere, en particular, que los lugares musulmanes de oración puedan ser prohibidos por "perturbar la imagen del lugar".

Los partidarios del BZÖ afirman que no es admisible que las "señales del poder del Islam" puedan ser visibles en la Europa cristiana. Ningún Land adaptó sus disposiciones en este sentido, pero la presión ya tuvo consecuencias.

Compromiso: alminares ocultos

La mezquita de Viena se levanta a una altura 32 metros, sin resultar chocante para nadie. Su construcción, hace 30 años, aprobada por el alcalde de la época, Leopold Graz, había sido interpretada como el símbolo de una ciudad deseosa "de ser un hogar acogedor y amistoso para todos los que viven y trabajan aquí."

La construcción de la segunda mezquita, en Telfs, Tirol, no fue tan fácil para el alcalde de la ciudad. Algunos habitantes presentaron recursos contra la torre de 20 metros de alto y el FPÖ amenazó con llegar hasta el Tribunal Administrativo.

Tras prolongadas negociaciones, se logró el acuerdo de construir una torre de 15 metros. Ningún almuecín fue autorizado. La mezquita se inauguró finalmente en 2006.

Una tercera mezquita está en construcción en Bad Vöslau, después de una lluvia de oposiciones -aunque la construcción no planteara ningún problema arquitectónico. Aquí, se convino que los alminares no serían más que dos pequeñas torretas en un lado posterior del techo.
La necesidad existe

Cerca de 400.000 musulmanes viven en Austria, lo que representa cerca del 5% de la población. Para el presidente de la comunidad islámica, Anas Schakfeh, queda claro que el país debería tener aún más mezquitas. Hay también aproximadamente 200 lugares de oración, pero éstos no pueden sustituir a una mezquita.

Según la concepción islámica, una mezquita debe erigirse en un terreno perteneciente a una comunidad de creyentes y debe ser abierta cinco veces por día para el rezo de los fieles, así como para la oración del viernes.

El alminar no es obligatorio, pero corresponde a una tradición y constituye un símbolo de que en el lugar viven musulmanes.

Otro conflico: la enseñanza

A principios de año, un estudio sobre los 400 profesores de religión islámica que vivían en Austria suscitó fuertes reacciones. Había mostrado que una quinta parte de entre ellos se oponía a la democracia y que cerca del 10% consideraba comprensible el uso de la violencia para propagar el Islam.

Los partidos de derecha exigieron la adopción inmediata de medidas, como la vigilancia de esos profesores y un control externo de sus lecciones. Pero la separación entre la Iglesia y el Estado no lo permite.

Desde 1949, las Iglesias reconocidas por el Estado son responsables de la enseñanza de la religión y la formación de los maestros. Únicas exigencias: que el alemán sea la lengua de los cursos y que se respeten los principios de la educación en un Estado de derecho.

Como nadie pretendía cuestionar la separación entre la Iglesia y el Estado, el ministro de Educación encontró un acuerdo con la comunidad islámica: ésta se compromete a que sus profesores tengan una formación universitaria, aprueben un examen de alemán y acepten los principios de la democracia.

Insuficiente, a los ojos de los partidos de derecha austríacos que exigen ahora que el Islam pierda su reconocimiento oficial.

Joe Schelbert, swissinfo.ch.
(Traducción: Marcela Águila Rubín

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5 comentarios :

  1. Lo que está ocurriendo en Suiza es totalmente normal y comprensible,si tienen todas las mezquitas que quieren,no veo porque tienen que llenar de alminares un pais europeo como es Suiza.Probemos nosotros a construir en paises árabes catedrales o iglesias con enormes campanarios y cruces bien grandes a ver cuanto duran...si ya solo la visión de un crucifijo o la cruz de San Jorge en el escudo del FCB les ofende.Y lo que hace Suiza, deberían hacerlo el resto de los paise europeos para su supervivencia cultural...no lo se, igual veo el vaso demasiado "medio lleno" pero por las cosas que leo aquí, parece que algo estamos espabilando...vale mas tarde que nunca.
    Saludos.

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  2. Anónimo16/10/09

    Lo que no se tienen que construir son mezquitas y deportar a los musulmanes, todo lo demás son parches.

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  3. A ve si sale el NO a los miranetes.

    Pero no es seguro, porque los suizos como el resto de los europeros se han acomodado en sus sillones y no quieren que un "no" les ponga en el punto de mira de los terroristas islámicos. Aún les duele el boycot de las importaciones de petróleo y gas por parte de Libia por haber encarcelado al violento hijo de Gadafi tras agredir a unos sirvientes en un hotel suizo (por cierto, que ese individuo habia hecho de las suyas antes en Londres y Paris, y nadie movió un dedo para frenarlo... en aras a la dictadura del petróleo).

    Y no olvidemos la de jeques que tienen cuenta bancaria en Suiza, y que se gasta unha pasta cada vez que van "de visita"...

    De las últimas veces que he estado en el aeropuerto de ZÜrich, una he visto a un hombre rezando en plena terminal,todo preparado con su alfombrilla portable, a sus anchas... y la gente al rededor como si fuese algo de lo más normal (aunque a lo mejor estaban tan flipados como yo, pero intentaban ignorar la situación). La última vez me pareció ver una especie de sala de descanso especial para musulmanes, cerca de las puertas de embarque de donde suele salir Quatar Airways para Dubai, etc.. No me atreví a subir para comprobar mis presentimientos (la próxima vez iré y os cuento), pero recuerdo que tenía un nombre "sospechoso", y subían y bajaban gentes con vestimenta típica de Arabia Saudita (incluidas las mujeres envueltas en trapos negros que sólo permiten ver los ojos).

    Vamos, que si al suizo medio, como al resto de los europos nos gustaría evitar miranetes y demás musulmanadas de nuestros pueblos, están igual de acojonados por alquaeda que nosotros, y por encima tienen una clase de negocios que besa los pies a los jeques del petrodolar.

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  4. es lamentable como los que se dicen ser partidos politicos catolicos se olvidan de lo que supone el islam para los propios catolicos

    en fin que me da verguenza la traicion de los politicos a los ciudadanos y los valores tradicionales

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  5. No haré comentarios sobre los minaretes,ni sobre la iniciativa.
    Pero en respuesta al comentario anónimo: "Lo que no se tienen que construir son mezquitas y deportar a los musulmanes, todo lo demás son parches."

    ¿A qué país se deportan los musulmanes españoles? No hablo de aquellos que obtuvieron la nacionalidad, tampoco de aquellos que nacidos en España, tienen padres de orígen árabe o cualquiero otro. Hablo de todos los musulmanes nacidos en España de padres españoles,abuelos españoles,bisabuelos españoles...que nada tienen que ver con los árabes o incluso ni siquiera con otros países. ¿Y aquellos que naciendo españoles de familia cristiana,atea,agnostica,judía,budista...cualquiera que sea su creencia, se convirtieron al islam?

    La religión no es de un país u otro,de una parte exclusiva del mundo...al igual que no lo son la democracia,las dictaduras,el comunismo,el fascismo,la xenofobia,el racismo...son ideas,creencias,y por lo tanto no puedes asociarlas a un único sitio. De hecho la mayoría de musulmanes a nivel mundial como bien sabreís no son árabes.

    Ahora,para que mi mensaje no choque tanto con las ideas del resto de comentaristas y seguidores de este blog diré...¡VIVA EL BORREGUISMO! ¡VIVA LA IGNORANCIA!Que al fin y al cabo es lo que hace que la gente tenga miedo hasta de su sombra y sea facilmente manipulable a nuestro antojo.

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