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24.8.04

Francia contra el chantaje terrorista


El «Ejército Islámico de Irak» amenaza con matar hoy a los dos periodistas francesas secuestrados si el Gobierno francés no deroga la ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas.

Tras afirmar que hablaba en nombre de toda la nación unida, Jacques Chirac, presidente de la República, lanzó ayer un llamamiento solemne en el que reclama la liberación de los dos periodistas francesas secuestrados por el grupo terrorista Ejército Islámico de Irak, que reivindicó la semana pasada el asesinato del periodista italiano Enzo Baldón, y ahora reclama a Francia la derogación de la ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas.
Los periodistas franceses fueron secuestrados hace una semana.

Durante unos días prevaleció una ambigua confusión, hasta que, finalmente, los secuestradores hicieron públicas sus exigencias: un ultimátum de 48 horas para que Francia autorice el velo islámico en las escuelas públicas, como han reclamado varios Estados musulmanes y organizaciones religiosas en Europa, Asia y Oriente Medio.

En una breve alocución, Chirac evitó anoche pronunciarse sobre el ultimátum, que expira esta tarde, y tampoco hizo alusión alguna a la laicidad republicana ni a la prohibición del velo en las escuelas, que entra en vigor el próximo jueves.

El jefe del Estado prefirió insistir en que su Gobierno «está haciendo todo lo posible» para conseguir la liberación de Christian Chesnot, colaborador de Radio Francia Internacional (RFI) y Georges Malbrunot, enviado especial de Le Figaro.

Michel Barnier, ministro de Exteriores, abandonó ayer París para coordinar desde varias capitales de Oriente Próximo las presiones que Francia ejercerá para intentar conseguir la liberación de los periodistas, sin ceder a un chantaje inadmisible. Antes del mensaje del presidente, Jean-Pierre Raffarin, primer ministro, ya había declarado que «hemos decidido reforzar nuestra capacidad de iniciativa en Oriente Próximo para conseguir la liberación de nuestros compatriotas odiosamente secuestrados en Irak».

Cuando Chirac y Raffarin insisten en la «unidad nacional» desean subrayar, al mismo tiempo, la movilización de los representantes religiosos, políticos y asociativos de los 4,5 millones de musulmanes franceses, pacífica y parcialmente hostiles al velo islámico, que consideran «odioso, criminal e intolerable» el chantaje ejercido.

Dalil Boubakeur, presidente del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM), declaró: «La comunidad musulmana francesa debe desmarcarse de los comportamientos condenados por el Islam y no dar ninguna señal que pudiera interpretarse como un apoyo a los criminales».
Por su parte, Lahj Tahmi Breze, presidente de la Unión de las Organizaciones Islámicas de Francia, añadía: «No hay nada que negociar con los terroristas. Francia no merece ser castigada por su comportamiento en Irak, sino todo lo contrario».

Varios representantes de la jerarquía musulmana francesa preparaban ayer un mensaje al consejo de ulemas de Irak para interceder a favor de los periodistas secuestrados. Francia esperaba escapar a la amenaza terrorista, distanciándose de la política norteamericana en Irak. El secuestro de los dos periodistas y el ultimátum del Ejército Islámico de Irak recuerda de trágica manera la existencia de un «frente interior» de la misma crisis.

Hace meses se sucedieron muchas manifestaciones de protesta islamistas en Europa y en países musulmanes para denunciar la nueva ley que prohíbe el velo islámico en las escuelas públicas. Por vez primera en la historia, un grupo terrorista islámico recurre al secuestro criminal para intentar derogar una decisión soberana de un Gobierno europeo en materia escolar.

ABC, 30/8/2004

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