Título: El Oriente Próximo: Dos mil años de historia
Autor: Bernard Lewis
Editorial: Critica
Dos mil años de historia
Bernard Lewis es uno de los más célebres estudiosos del Medio Oriente. Sus numerosas publicaciones sobre la región han sido traducidas a diversos idiomas. Su incuestionable erudición, su conocimiento de idiomas y capacidad analítica lo han conducido a escribir temas tan variados, que abarcan desde la historia medieval, otomana y moderna, hasta análisis lingüísticos, trabajos monográficos y de síntesis. También ha provocado controversias, como en sus debates con Edward Said, a partir de los cuales muchos comenzaron a ver en algunos de sus libros orientaciones ideológicas y politizadas. Sus posiciones conservadoras, por ejemplo, en torno al peligro y agresividad del fundamentalismo islámico, han sido objeto de crítica por muchos académicos
El Oriente Próximo ha sido un escenario privilegiado de la historia: lugar de nacimiento de tres grandes religiones y de numerosas civilizaciones, centro de poder político y militar, campo de batalla en las confrontaciones entre los imperios persa y bizantino, entre el islam y los cruzados, entre árabes y judíos...
Se le han dedicado infinidad de libros, pero casi todos se refieren a una época o a un aspecto concretos. Nadie hasta ahora se había atrevido a ofrecernos un panorama que abarcase dos mil años de historia, desde la aparición del cristianismo hasta la guerra del Golfo, de esa compleja encrucijada del viejo mundo, y que no sólo sintetizase los acontecimientos políticos y militares, sino que analizase al propio tiempo la economía, la sociedad y la cultura. Y, sin embargo, sólo dentro de esta perspectiva temporal larga cobran pleno sentido los acontecimientos del pasado y los problemas del presente.
Se requería, para una tarea tan ambiciosa, a un hombre como Bernard Lewis, el más prestigioso de los orientalistas actuales, cuyos libros se han traducido a más de veinte idiomas, incluyendo el árabe, el persa y el turco. Con este gran libro Lewis cierra un ciclo que inició hace cerca de cincuenta años con Los árabes en la historia.
En El Oriente Próximo no sólo actualiza sus planteamientos, integrando los nuevos hallazgos realizados en estas décadas, sino que da un nuevo enfoque a su estudio, ampliándolo para considerar conjuntamente con los árabes, a judíos, cristianos, persas, turcos y mongoles.
El resultado ha sido un libro deslumbrante, rico de ideas y espléndidamente escrito.
Síntesis:
El Oriente Próximo: dos mil años de historia es un libro de historia en el pleno sentido de la palabra: el pasado debe explicar el presente. Así, en la introducción se describe a un parroquiano, sentado en un café en algún lugar del Medio Oriente en la actualidad, en donde se destacan todas las cosas que, de una u otra manera, provienen de Occidente: el reloj, la ropa, los muebles, la televisión, el periódico, el azúcar, el té y otras bebidas.
Siguiendo esta idea, se nos presenta así una de las tesis fundamentales del libro: que las grandes transformaciones del Medio Oriente son ante todo un producto del choque con Europa, y posteriormente con Occidente en general. En este sentido, Lewis pertenece a aquella escuela de pensamiento, la modernista, que propone que los cambios de la región de los últimos siglos son producto de un efecto externo. Es decir, los elementos internos no fueron la causa de la modernización. Esta escuela tiene a su favor el análisis que hace de los contextos globales y la intrusión de Occidente. No analiza exclusivamente partiendo de factores regionales o nacionales, análisis que en repetidas ocasiones se queda corto por hacer hincapié, por ejemplo, en una idiosincrasia de tipo local o religioso. El problema radica en que cuando se estudia desde el modernismo se señala la incapacidad propia de la región para transformarse. Es decir, el Medio Oriente aparece como un apéndice de Occidente, desconociendo dinámicas internas.
Pero el autor no subestima la región. Lewis se sitúa en un punto intermedio. Por una parte, niega la dinámica interna que transforma en la época moderna, en los siglos XIX y XX. Pero por otra parte, las dos primeras partes de la obra estudian no sólo la historia preislámica, sino también la islámica y sus "secciones transversales" (estado, economía, élites, cultura y religión) a las que el considera el punto álgido de los logros de la humanidad hasta ese momento y que son indispensables para conocer la región antes de la llegada del imperialismo europeo. Tengamos en cuenta que la mayoría de escritores tiende a reforzar en sus estudios la época de la llegada europea.
El libro sintetiza la historia de los últimos dos mil años, inscribiéndose así en la explicación de una gran larga duración - muy saludable y sugestiva. Es bien sabido que la mayoría de libros de historia medieval sobre la región inician su recorrido con la llegada del islam. En esta obra la época preislámica adquiere un significado que pocos autores le atribuyen. Siguiendo la propuesta histórica, se plantea la importancia del Imperio bizantino y persa, así como también, el vínculo entre el Medio Oriente moderno y las antiguas civilizaciones de la región.
Está claro que un libro que abarca tantos siglos de historia debe ser cuidadosamente selectivo. La selección, empero, puede generar controversias. La relación con Europa es detallada pero las relaciones con otras regiones, al sur o al oriente, no ocupan prácticamente espacio. Lewis no parece estar al tanto de la historia social y económica anterior a los siglos XIX y XX, pero le dedica espacio a Rusia y a la frontera norte del islam. Los temas de la historia moderna, tales como el impacto petrolero y el crecimiento demográfico, que a nuestro parecer son fundamentales, no son tratados en profundidad y extensión.
El lector que conozca otras obras de Lewis encontrará temas que ya había tratado, tales como, las reflexiones sobre la decadencia otomana o los tres tipos de desigualdad característicos del cristianismo, el judaismo y el islam. La tesis de la modernización ya había sido presentada en su anterior publicación, The Shaping of the Modern Middle East (Nueva York, 1994), en donde se analiza también cómo la mayor parte de lo novedoso en la región se debe al impacto de Occidente y la respuesta que esto generó: la nueva tecnología militar, la vestimenta y las nuevas teorías del socialismo, liberalismo y nacionalismo.
Es imposible hacer una crítica a la gran cantidad de problemas que el libro presenta. Por ello, nos referiremos tan sólo a unos pocos temas. El tratamiento que se le da al origen de la guerra fría en el Medio Oriente es bastante controversial y parece ser aquella posición de tipo anticomunista típica de la época de la guerra fría. Los norteamericanos se ven envueltos en la región porque Turquía e Irán, al verse presionados por la URSS, piden ayuda a los Estados Unidos. Igualmente, en la medida en que los soviéticos apoyan a la causa nacionalista árabe, los norteamericanos se ven obligados a estrechar sus vínculos con Israel. Dicho de otra manera, la presencia estadounidense en la región es ante todo una respuesta a la avanzada soviética. ¿Será ésta la gran explicación para comprender el porqué de la avanzada norteamericana?
En lo que respecta al conflicto árabe-israelí, el profesor es conocido por sus opiniones conservadoras muy favorables a Israel. Aquí parecería que una cierta moderación hace parte del texto, cuando señala que "...la responsabilidad inmediata del estallido de estos conflictos está repartida de un modo bastante equilibrado entre ambos contendientes" (p. 364). Así, las guerras de 1956 y 1982 fueron iniciadas por Israel, mientras que las de 1948 y 1973, por los árabes; o cuando admite que parte del éxodo palestino se debe a expulsión de sus hogares. Sin embargo, todavía su posición abiertamente judía se nota al decir que el conflicto se inició "...cuando los líderes árabes de Palestina intentaron impedir la creación de una patria nacional judía en dicho país" (p. 361). Es decir, tan sólo en ciertas coyunturas admite una agresividad por parte de Israel. Pero, cuando del inicio del conflicto se trata, la culpabilidad es de los palestinos.
En las perspectivas el autor señala que se está iniciando una nueva era: "...que los pueblos y los gobiernos del Oriente Próximo, por primera vez al cabo de dos siglos, serán dueños de su propio destino" (p. 385). El gran ejemplo lo constituye el hecho de que en la guerra del Golfo, Hussein no fue derrocado por la coalición internacional sino que se permitió a los iraquíes decidir por su cuenta. Si se interpreta esta idea como tonos democráticos occidentales habría muchos ejemplos, y no sólo en el Medio Oriente, que probarían que la defensa de la democracia no es la gran prioridad de los norteamericanos.
Al mismo tiempo, continúa Lewis y su tesis de la nueva era, los norteamericanos no deseaban un grado de patrocinio y protección que hubiese recordado los mandatos y protectorados de épocas anteriores. Pero la gigantesca presencia militar estadounidense en el Golfo, la venta de armas y la protección directa a las petromonarquías, sancionada por acuerdos bilaterales, ¿acaso no recuerdan la época de los mandatos y los protectorados? El historiador Lewis de pronto cae en el facilismo del periodista.
La última idea del libro señala que sólo los pueblos y los gobiernos de la región pueden labrarse su propio destino si aprovechan las nuevas oportunidades - la ausencia de injerencia extranjera. ¿Será posible, en un mundo cada vez más globalizado, que se cumpla esa libertad de los destinos a los que Lewis hace alusión?
De todas maneras el libro es ameno, de lectura fácil y sin grandes propuestas analíticas. Sus anécdotas, producto de experiencia personal del autor en la región o de fuentes poco conocidas, son muy ilustrativas. Se puede utilizar como manual pero también como libro de referencia (incluye un índice alfabético). Además, incluye mapas de todas las épocas estudiadas y remite a una bibliografía pequeña pero de gran utilidad.
El libro es una invitación, tanto para el lego, quien desea una introducción, como para el especialista, ya que estas visiones de conjunto dan orientaciones sugestivas dentro de la larga duración -que también son importantes para el académico.
Luis E. Bosemberg
Profesor de la Universidad de los Andes
El Oriente Próximo y Occidente (1ª parte)
El Oriente Próximo y Occidente (2ª parte)
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